Materiales dieléctricos

Un conductor eléctrico es un material que ofrece poca resistencia al movimiento de la carga eléctrica. Sus átomos se caracterizan por tener pocos electrones en su capa más externa, por lo que se necesita poca energía para que salten de un átomo a otro facilitando el paso de la electricidad.
Sin embargo, y como explica Luis Castañer, ingeniero de Telecomunicación y miembro de la Real Academia de Ingeniería, hay otro tipo de materiales que conducen mal la electricidad. Se denominan dieléctricos, un término acuñado a mediados del siglo XIX por el físico y teólogo británico William Whewell. Estos materiales tienen la propiedad de formar dipolos eléctricos en su interior, mientras se encuentran sometidos a la acción de un campo eléctrico.
Como premisa, se podría decir que todos los materiales dieléctricos son aislantes aunque no todos los aislantes sean dieléctricos... Entre los aislantes que pueden encuadrarse en esta categoría figuran la madera, la porcelana, la cerámica, la goma, el petróleo, la cera, el papel, el aire que respiramos o la fibira de vidrio. Y uno de los más empleados en la industria electrónica es el dióxido de silicio.
Una de las aplicaciones más importantes de los materiales dieléctricos es el condensador electrostático, con gran capacidad de carga. Según Luis Castañer, en algunos casos llegan a sustituir a las baterías tradicionales. Los condensadores también se emplean como filtros de corriente continua y/o alterna, frecuencias, etc.