Jim y Matilda van haciendo fotografías por el bosque y Jim reacciona con miedo al ver las grandes orejas de un conejo. El problema es que, si bien los conejos son vistos por todo el mundo, como pequeños animales lindos y esponjosos en los círculos de piratas son espantosos, ya que dan mala suerte.

Harto de todas las tareas que tiene que hacer para el abuelo,Jim se va a vivir en casa de los Roberts para recibir una dosis de "crianza de marinero de agua dulce" y Matilda, está harta de estar sobreprotegida, por lo que va a vivir con el abuelo para averiguar cómo es criarse " a lo pirata".

Jim se pasa todo el día en tierra y no ve a su padre a menudo. Cuando vivían en el mar, estaban siempre juntos. Así que su padre, viene a pasar el rato con él, para deleite de Jim, pero en realidad, a los amigos de Jim, no les gusta, ya que ningún padre de agua dulce, puede estar con sus hijos.

Los padres de Matilda se tienen que ir y confían a su hija a la Srta. Sarmiento por unas horas. Jim y Preciosa se ríen porque las niñeras son realmente una cosa de los terratenientes. Matilda no quiere estar sola con la Srta. Sarmiento y le dice que los padres de Jim y Preciosa, tampoco están.

Brent está encontrando tesoro tras tesoro, a un ritmo increíble, incluso más rápido que Jim y Matilda. Tanto es así que comienzan a tener dudas de si será verdad... pero descubren a Brent que está utilizando un detector de metales que ha comprado. Todo el pueblo hace lo mismo.

El abuelo ha vuelto a su estado normal, robando tiendas y prendiendo fuego al pueblo. Los residentes están furiosos y exigen que lo juzguen de inmediato...

El abuelo siente que su familia se está volviendo muy "terrenal" para su gusto. Todos se quejan de lo que hay que hacer. Así que el abuelo se retira y se va a una isla desierta. Matilda no está contenta porque Jim siempre está descansando. Van a tener que decir al abuelo que vuelva al Agujero Negro.

Jim y Matilda ven que los adultos siempre se interponen en el camino de su diversión y sus travesuras. Entonces, el abuelo les habla de Libertalia, el paraíso de los lobos de mar. Jim y Matilda se inspiran en los cuentos del abuelo y deciden enviar a todos los adultos, a una isla frente la costa.

Matilda, Alexia y Max están ensayando: deben cantar el himno de la ciudad en la fiesta local. Pero a Jim le resulta absolutamente insoportable: ¡eso no es música en absoluto! Él muestra a sus amigos de qué se trata la música pirata: improvisar, tocar cualquier instrumento e inventarse la letra.

La clase va de excursión y Brent está disparando dardos a las profesora con los dardos de Max, pero les castigan a Jim y Matilda. Indignados, ambos, deciden servir su propia forma de justicia y se convierten en "Súper Piratas", como los dos nuevos héroes, Capitán Tiburón y Albatros.

Jim descubre el famoso juego de mesa "Metropoly". Cuando Brent dice que es demasiado estúpido para jugar, Jim acepta el desafío. En poco tiempo, el simple juego de mesa se convierte en un Súper Metrópoly de tamaño natural, donde los niños se asignan a sí mismos edificios de la vida real y parcelas.