El perfume de Elly está hecho con unas flores muy difíciles de conseguir y lo usa muy poco, para no malgastarlo.

Pocoyo dice que si te metes dentro de la Dino Caja te conviertes en dinosaurio. Pato no se lo cree y se va a meter dentro para demostrárselo.

Lo que más divierte a Pocoyo y Pato es jugar a ser piratas, aunque tengan que batirse en duelo para decidir quién va a capitanear el barco.

Después de ducharse, Pato se echa tanta cantidad de aceite corporal que se vuelve muy resbaladizo. Y no contento con eso, Pato embadurna de aceite la pelota. Elly y Pocoyo tienen que hacerle entender que así no se puede jugar.

Pocoyo quiere jugar con sus amigos al baloncesto, pero Elly y Pato juegan demasiado bien y son muy exigentes con él.

Elly quiere aprovechar el día de sol y decide conducir a la playa. En el camino se encuentra a sus amigos, que no dudan en sumarse a la excursión. Parada tras parada, el viaje se va a hacer interminable…

Pocoyo y sus amigos han formado parejas para participar en los Juegos de Invierno. Un nuevo participante aparece y hay que reorganizar los equipos para que todos puedan jugar.

Pocoyo no quiere ir a dormir. Está demasiado cansado para hacer nada, pero solo quiere jugar y se resiste a ir a la cama.

Pocoyo se divierte muchísimo haciendo bromas a sus amigos.

Pocoyo tiene unas tarjetas especiales con las enseña a Loula a hacer cosas. Nina le pide permiso para adiestrar a la perrita pero no quiere usar las tarjetas, sino sus propios métodos.

Pocoyo y Pato se enfrentan porque los dos quieren ser dueños del mando de la tele.

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, el pequeño alienígena furioso y su papá abrían los regalos cada año los regalos de Navidad, pero el papá nunca jugaba con él porque siempre tenía una misión secreta. Cuando creció, el alienígena viajó hasta otro planeta el día de Navidad.

Pocoyo y sus amigos han montado una banda de rock y Pulpo ha preparado una sesión de fotos. Pero no tienen claro quién es el líder del grupo...

Hoy es un día muy caluroso y a Pato se le ocurre hacer una excursión a la cima de la montaña para escapar del calor. Pocoyó y Nina le acompañan. Pero Pato lleva una enorme y pesada mochila que complica el paseo.

Es la primera vez que Nina celebra Halloween, y nadie consigue contar una historia que la asuste... Nina es valiente y no tiene miedo a nada. De repente, alguien llama a la puerta... ¡Qué miedo! ¿Quién será?

Pato cartero ha vuelto y tiene una nueva misión: entregar un paquete al marciano verde. Parece una tarea fácil, pero el marciano verde se ha mudado de planeta y Pato no conoce la nueva dirección.

Los autobuses del parque de atracciones van a rebosar, así que Nina hace diminutos a todos los amigos. ¡Ahora cualquier objeto corriente puede ser una atracción!

Pajaroto se está preparando para una buena siesta, pero Pocoyó no para de hacer ruido. Pocoyó se compromete a mantener el silencio y así ayudar a Pajaroto con su sueño reparador, pero es mucho más agotador de lo que pensaba…

Elly y Pato creen que Pocoyo hace cosas muy raras desde que juega con su nuevo amigo. Y es que solo Pocoyo puede verlo porque es invisible.

Nina se apunta al picnic de Pocoyo y sus amigos, pero no viene sola. Trae con ella a un grupo de hormigas. A nadie le gustan las hormigas, aunque Nina insiste en que solo quieren ayudar.

Valentina está atrapada en un árbol. Pocoyo y sus amigos piensan en el mejor plan de rescate para bajarla de ahí.

Cuando se dispone a jugar con Pato al golf, Pocoyo encuentra a Valentina atrapada en un agujero y la rescata. Valentina quiere devolverle el favor y le ayuda a ganar al golf, pero haciendo trampas.

Entre sus viejos juguetes Pocoyo encuentra un choche de paseo. Le queda pequeño y quiere jugar con sus amigos sin bajarse de él.

Hoy Nina y Pocoyo han planeado pasar el día ayudando a sus amigos, pero Pato va a hacer una fiesta y tienen que llegar a tiempo.

Pocoyo y sus amigos se han fijado en que el narrador de sus historias habla demasiado. Le proponen el reto de ver cuánto tiempo aguanta sin hablar.

El robot Roberto está muy pendiente de Nina para protegerla de cualquier peligro. La protege tanto que no la deja jugar con sus amigos.

Pato y Pocoyo se pelean por los juguetes. Cuando ven el precioso globo rojo de Nina también se pelean por él y por su culpa el globo se les escapa. 

Cuenta una leyenda milenaria que en Gran Canaria habita el último dragón negro. La curiosidad de Pocoyó, le llevan a vivir una increíble aventura de la mano de sus amigos incondicionales Pato, Lula y Elly.

Pato no quiere que Elly y Pocoyo vengan a jugar a su casa porque se van siempre sin recoger.

Pato cree que es el mejor jugando a los bolos. Pocoyo y Elly no han jugado nunca pero se les da muy bien, y eso a Pato le sienta fatal.

Pato tiene una gran colección de disfraces y está seguro de que ganará el premio que Pajaroto entregará en la Fiesta de Disfraces.

Pato está enganchado a su teléfono móvil. Elly y Pocoyo hacen todo lo posible por recuperar a su amigo y que vuelva a jugar con ellos.

Pocoyo sabe hacer muy bien de robot, pero no a todo el mundo eso le hace gracia. A sus amigos, por ejemplo, les parece muy molesto y nada divertido.

El marciano furioso vuelve al mundo de Pocoyo y rapta a la muñeca de Elly. La elefante pide ayuda a Pocoyo, que transforma el rescate en un videojuego y tendrá que luchar contra un monstruo.