(Música)

-# En un árbol del castañar... -# ¡Edu!

-# Viven con su dulce papá. -# ¡Lucy!

-# Les encanta el bosque explorar. -# ¡Muy bien!

-# Y con sus amigos jugar. - # ¡Yupi!

-# Son Edu y Lucy. Son Edu y Lucy.

-# De aventuras siempre se van. -# Son Edu y Lucy. Son Edu y Lucy.

-# La naturaleza es su hogar. #

"EDU Y LUCY"

"Los latosos."

(Música)

(SUSPIRA)

Nuestro refugio es perfecto.

Perfecto para una supernoche bajo las estrellas.

¡Oh! Esto es para expertos, mis pequeños manitas,

pero ¿seguro que queréis instalaros tan cerca del estanque?

Claro, es precioso.

Por supuesto, pero seguramente estaríais mejor un poco más...

¿Sabes? Ya somos mayores. (ASIENTE)

Bueno, entonces buenas noches y hasta mañana por la mañana,

muchachotes.

(SILBA)

¿Eh?

Aún tenemos tiempo antes de irnos a dormir.

¡Tiempo para jugar! ¡Sí!

(Música)

(AMBOS) (IMITAN UNA RANA)

(RÍEN)

(SUSPIRA) No puedo más.

(RÍE) (GRITA)

Hola, Cosa. Qué bonito tu "pelacho".

(GRITA)

¿Dónde has encontrado las plumas?

-(GRITA) -(CACAREA)

-(GRITA) -(RÍEN)

(AMBOS) Buenas noches, Cosa.

(Rugido de tripas)

Es la hora de comer.

Tengo un hambre atroz. Sí, yo también.

Oh, vaya, nos hemos puesto cerca de un hormiguero.

No, no es para vosotras.

Buaj.

Yo compartiré pero no las fresas.

O quizá solo una.

(Música)

(SUSPIRA)

Por fin tranquilos.

¿Bizcocho de zanahoria, querido Edu?

Con mucho gusto.

Pero ¡ah! No es posible, este bicho es un incordio.

Deja de moverte o la pondrás nerviosa

y te acabará picando. Terminará marchándose.

Vale, pero tengo hambre.

(GRUÑE)

(Música)

Momia corrió todo lo rápido que pudo,

pero "Mormodón" la alcanzó arrancando los árboles a su paso.

¡Crack! ¡Oh!

De repente, el pie de Momia...

De repente, el pie de Momia resbaló en una roca

de un acantilado. ¡Se cayó! ¡Oh!

¡Oh, no! Déjanos en paz.

(RÍEN)

(GRITA)

Apagaremos la luz, así se marcharán.

(Mosquito)

¡Ay!

¿Lo has cazado? (CHISTA)

Eso creo. (RÍE)

Bueno, terminaremos el cuento mañana.

Si encendemos el farolillo vendrán más insectos a incordiarnos.

(BOSTEZA)

Buenas noches, Edu.

Buenas noches, Lucy.

(Mosquito)

(GRUÑE) ¿Quieres pelea? Pues la vas a tener.

¡Ajá! No sabes con quién te la estás gastando.

Soy la caballera Lucy, la cazadora de mosquitos.

Toma y toma. Eh.

¿Quién es la más fuerte?

Toma esa, ¡toma, toma y toma!

Qué noche tan horrible.

Pero hemos dormido bajo las estrellas como adultos.

Picoteados por todas partes.

No ha sido la noche con la que había soñado.

No lo permitiremos, lo intentaremos otra vez.

Pero ¿cómo le vas a decir a los insectos

que nos dejen en paz?

Ya está. Tenemos que atraer a algunos pájaros

y se comerán a los mosquitos, las avispas y a las hormigas.

Nosotros nos libramos de los latosos

y los pájaros tendrán el estómago lleno.

¿Cómo vas a atraer a los pájaros?

(RÍE)

Con esto.

¿Cómo? ¿Nuestro desayuno?

Deja un poco para mí, ¿eh? Por si tu truco no funciona.

Quizá tú tengas una idea mejor.

(TARAREA)

Buenos días, marmotas, he hecho tortitas.

He pensado que os apetecerían. ¿Habéis dormido bien?

Ha estado genial.

¿Verdad, Edu? Sí.

(BOSTEZA) Supergenial incluso.

De hecho, vamos a repetir esta noche.

Bueno, si queréis...

Pero podríais aprovechar para desplazar vuestro refugio...

No, está muy bien donde está.

Vale, vosotros decidís.

Hasta luego, mosquitos.

Uy, perdón, mostrencos.

¿Has visto? Funciona.

Sí, marcha de maravilla.

Le chifla nuestro desayuno.

Bueno, a lo mejor ha sido buena idea.

(RÍE NERVIOSA) Ay...

Jo, no puedo más. Hay que encontrar algo para pararlo.

Vale, pero sin pedírselo a papá o nos tomará por unos bebés.

(AMBOS) ¡Ah! ¡Harriet y Polka!

(RÍEN)

(Música)

Oh...

-Fascinantes estas abejas. -Superútiles para el bosque.

¡Oh! Buenos días, pareja.

-Tenéis pinta... -De haberos topado con mosquitos.

-Yo tengo arcilla verde que os aliviará.

Genial pero ¿no tendréis algo para deshacerse de esos latosos?

Nos gustaría pasar una bonita noche bajo las estrellas.

Los latosos... ¿Te refieres a los insectos?

Sí, bueno, más bien mosquitos, avispas, hormigas, todo eso.

¿Cómo hacemos para cazarlos?

Para alejar a los mosquitos tienes la lavanda pero ¿sabes?

Los mosquitos son muy útiles.

¿Qué?

Pues sí, sirven de alimento a muchos habitantes del bosque.

Ay... Esto me hará bien.

¡Ah! ¡No! Yo me pongo eso. Prefiero seguir rascándome.

Si queréis dormir tranquilos lo mejor también es poner

una mosquitera para protegeros. ¡Ni hablar! Ellas tienen que irse.

¿Y no crees que sería mejor que llegaras a un entendimiento

con los latosos?

Jamás, ahora es la guerra.

Pues yo me voy a echar una siesta, gracias por la arcilla.

(Música)

-(CACAREA) -(GRITA)

¡Ah! Ya está, eso es lo que tenemos que hacer,

seremos latosos con los latosos.

¿Estás segura? Pues claro.

Y ya veremos quién golpea primero.

(Música)

¡Largo! Fuera de aquí. Atrás, intruso.

¡Victoria! Vamos, continuemos.

Iros a volar a otra parte, ¡fuera de aquí!

Aire, ¡largo!

Fuera, desapareced. ¡Malhechores!

Pero ¿qué hacéis?

Intentamos alejar a los latosos para que dejen de molestarnos.

Desde ayer no paran.

¿Eh? ¿Los latosos?

Aparte de picarnos y robarnos la comida, no sirven para nada.

(RÍE) Los latosos no existen y, además, estar cerca del estanque

no es lo ideal para evitar los mosquitos.

Venid y veréis.

Observad con atención, ahí.

(AMBOS) Oh...

Larvas.

Larvas de mosquitos.

Se alimentan de residuos y filtran el agua del estanque.

Bueno, larvas o adultos, a los pájaros les chiflan

los mosquitos. (ASIENTE)

Sirven también de alimento a los peces, a las ranas

y otros insectos. Incluso les gustan a las flores

porque algunos mosquitos las polinizan.

Entonces, ¿ayudan a las abejas?

Pues la verdad es que no son tan latosos.

En realidad son bastante útiles.

Sí, como las hormigas que se comen los picnics, este es su hogar.

Los latosos son más bien los pequeños caballeros

que los atacan con ramas.

(RÍEN)

¿Y cómo compartimos el bosque sin molestarnos

los unos a los otros?

Podríamos poner nuestro refugio más lejos.

Pero ¿dónde?

¡Oh! ¡La lavanda! Ah...

(Música)

Momia abre los ojos.

Increíble. "Mormodón" impidió que se cayera.

Y Momia se excusó: "Y yo que creía que querías atacarme

cuando solo deseabas ayudarme, gracias".

Momia rodeó a "Mormodón" con sus brazos

y le dio un abrazo enorme y nunca más tuvo miedo.