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Por la mínima pero con la estrella en el pecho

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La estrella de España y la ovación a Iniesta

Fue Suiza en el primer partido de la Roja en el Mundial de Sudáfrica la culpable de dos cosas: de bajar de la nube a un equipo que había aterrizado en Johannesburgo con la vitola de único favorito y de enseñar un método para hacer sufrir a España abierto a todo tipo de imitaciones. [Crónica del España 1-0 Colombia]

Desde aquel día, España tuvo que esforzarse al máximo para saber exprimir como nadie los pocos goles que conseguía anotar. Salvo el partido frente a Honduras y Chile, todos los encuentros jugados en Sudáfrica acabaron igual: 1-0.

Dejando de lado los amistosos en tierras argentinas y portuguesas -mejor olvidarlos-, no es un secreto que a España le cuesta demasiado hacer goles cuando enfrente hay un equipo que basa sus opciones en una defensa fuerte y en el contragolpe (MéxicoLituania, etc.). El choque del Bernabéu con Colombia ha venido a confirmarlo de nuevo.

El dominio de juego y la posesión de balón es indiscutible. Cuando los Xavi, Alonso, Iniesta, Pedro y compañía se ponen a tocar el balón al primer toque, a los rivales (lituanos y colombianos pueden dar testimonio) solo les queda mirar, ya que intentar robar el balón en esos rondos es agotarse en vano.

El problema es convertir ese dominio, ese juego exquisito que levanta los aplausos del aficionado, en ocasiones claras de gol. El portero colombiano Ospina parece que ha venido a Madrid casi más por turismo que por trabajo. 

El atrevido y descarado Pedro fue el protagonista de las acciones de más peligro en la primera parte. El canario se ha hecho con el puesto de titular que pertenecía a Fernando Torres desde aquella semifinal sudafricana contra Alemania. Y tanto Torres como Llorente parece que pueden tener más oportunidades de titularidad dejando a Villa en el banquillo.

La virtud de Villa es su movilidad y lo bien que encaja en esas combinaciones que organizan los 'bajitos' en el medio del campo, el único defecto -y es algo temporal- es su mala suerte de cara a gol. La maldición del gol 45 se alarga cada vez más y en el Bernabéu pareció que 'un fantasma que llevaba el siete a la espalda' hizo que el delantero asturiano enviara inexplicablemente la pelota al palo con el portero ya batido y fallara el posterior rechace.

El '7' de la selección española falló una ocasión clarísima en el minuto 15 que habría supuesto su gol 45 con la selección española y superar a Raúl como pichichi de España. Sin embargo el balón se estrelló en el poste y con poco ángulo pero la puerta vacía, el delantero asturiano no acertó con la meta.

Por suerte, Del Bosque puede agradecer que el fondo de armario español ofrezca alternativas de gran nivel. Silva y Llorente demostraron el día de Lituania y de nuevo ante Colombia que pueden desatascar un partido nada más saltar al césped. Además hay que destacar que en la recámara están también los nombres de Navas, Cazorla y Fernando Torres. Jugadores que aseguran que el nivel del equipo no baje ni una décima con ellos en el campo.

Pensando en el futuro, y con la Eurocopa en el horizonte, hay que ser optimista con una selección a la que se le exige siempre el ganar con dos o tres goles de diferencia, ya sea partido oficial o amistoso, ya sea en plena temporada o en pretemporada. Porque si algo sobra en la Roja es talento.

La selección española y campeona del mundo se ha impuesto con dificultad (1-0) a la selección de Colombia en un partido en el que David Villa no ha conseguido superar a Raúl González como máximo goleador del combinado nacional y en el David Silva tuvo que decidir en los instantes finales, en el minuto 86, logrando la victoria que no llegó en anteriores amistosos con México, Argentina y Portugal.

Hace años, España siempre ganaba todos los amistosos y llegaba a las fases finales para encontrarse allí con una catástrofe. Ahora, España llega a la Eurocopa o al Mundial y se trae el trofeo. Si para poder lucir una estrella en el pecho hay que ganar por la mínima y perder algún que otro amistoso por el camino, yo firmo donde haga falta.