Subtitulado realizado por i-RTVE.
Vivimos inmersos
en la cultura del movimiento.
Queremos conocer
el mundo y el Universo.
Queremos movernos constantemente
y hacerlo rápido.
Nos llamamos animales sedentarios,
pero inventamos coches, barcos,
aviones, cohetes y naves espaciales
cada vez más veloces.
Nunca es suficiente.
Hay que llegar más lejos,
más rápido, más seguro
y con menos combustible.
Los motores del futuro nos deparan
un mundo a lo Blade Runner.
Palabras del matemático alemán
Helman Nahr.
Nos gusta viajar.
Tanto, que 13 millones de personas
se suben cada día a un avión.
Los primeros,
fueron los hermanos Wright.
Su vuelo de tan sólo 12 segundos
en 1923, fue suficiente para cumplir
lo que el ser humano anheló
durante milenios.
Imitar a los pájaros
que dominan el cielo.
Seis décadas después,
la humanidad superó a las aves.
Llegar al espacio.
Poyejeli, significa en ruso,
allá vamos.
Eso fue lo único
que dijo Yuri Gagarin
mientras la nave despegaba.
Aquel 12 de abril de 1961,
se convirtió en el primer
hombre que abandonó la Tierra
para dar un paseo por el cosmos.
Nada de esto habría sido posible
sin dos inventos,
la pólvora y el motor de reacción.
Con ellos hemos creado
aviones y cohetes
para viajar más rápido,
más alto y más lejos.
Se calcula que en 2050
el número de personas
que viajaran a diario en avión
se habrá multiplicado por 5.
250 millones de pasajeros cada día.
La aeronáutica se enfrenta
a su propio éxito.
Los enemigos a batir
son el colapso del tráfico aéreo
y la contaminación del aire.
El reto de las agencias espaciales
es otro.
Buscar nuevos lugares
del sistema solar
en los que poder vivir
pero sin tener que viajar décadas
por el Universo.
Para eso harán falta aeronaves
más rápidas que las actuales.
¿Cómo se pueden construir
cohetes más veloces?
¿Cuáles son las claves
para desarrollar una aviación
más ecológica y eficiente?
Los ingenieros Juan Herrera,
Gonzalo Moreno y Luis Romerai
Nos dibujan el retrato
del avión del futuro.
Giorgio Saccoccia y Jérome Breteau,
ingenieros de la Agencia Espacial
Europea, nos cuentan
cómo podrían ser las naves
de las futuras
misiones interplanetarias.
A todos ellos les preguntamos:
Libertad para viajar.
Calidad de vida.
Libertad.
Vivimos un romance con el avión.
Cada día 13 millones de personas
cogen uno para moverse
de un punto a otro del planeta.
Están despegando
unos 100.000 aviones diarios.
Llegaremos a unos 300.000
en un plazo de un par de décadas.
Es un idilio que va a más.
Se calcula que en 2020
seremos 4 billones de viajeros.
En 2050, 10 billones.
La superpoblación y el descenso
del coste de los billetes
van a llenar el cielo
de personas y aviones.
Va hacer falta que el sistema
de tráfico aéreo sea más eficaz.
Seamos capaces de volar más aviones
en el mismo espacio aéreo.
Sobre todo en áreas ya
muy masificadas como Europa y EE.UU.
Pero en 2050, apenas quedará
petróleo y el número de aeropuertos
no habrá aumentado
tanto como el de aeronaves.
¿Cómo se propulsarán los aviones?
¿Colapsarán el tráfico aéreo?
La aeronáutica se enfrenta a retos
que jamás se habría imaginado.
Allá por los años 60,
el tiempo medio que estaba
un motor en el avión era
del orden de 1.000 horas al año.
Actualmente es de 4.000 horas.
El desafío principal
es el respeto al medio ambiente.
Desarrollar aeronaves más ligeras.
Con motores que duren más
y consuman menos combustible.
Que generen
menos emisiones de CO2.
Es vital para amortiguar
el aumento de vuelos y aviones.
Gonzalo trabaja para satisfacer
las exigencias de un planeta
más enamorado del cielo.
Dirige el banco de turbo reactores
del Instituto Nacional
de Técnica Aéreo Espacial.
Aquí ensayan los motores.
En sus manos está que una aeronave
eche a volar o no.
Actualmente se pide un motor que en
vuelo no tenga más de 2 incidencias.
Por cada 100.000 horas de vuelo.
Un vuelo de 10 horas de duración
lo que se hace es reproducir
lo que es el arranque,
lo que es la potencia del despegue.
Reproducir la potencia de subida,
la fase final del despegue.
Un tiempo muy corto
de lo que es el crucero.
Y después
la aproximación y la frenada.
Un vuelo de 10 horas
se reduce a un ciclo de 20 minutos
que se repite hasta 5.000 veces
para llevar el motor al límite.
Se prueba su resistencia al granizo,
a la lluvia intensa,
a los cambios bruscos de temperatura
y los impactos de pájaros.
Este, es el avión más grande
de la historia y el más moderno.
El A380.
Puede transportar 500 pasajeros
durante más de 15.000 km.
A pesar de su tamaño,
su consumo por persona
es como el de un pequeño
coche turbodiésel.
Consume el orden de 3 litros
por pasajero por 100 kms.
Está 20 años por delante
de lo que la flota media de aviones
en cuanto a consumo de combustible.
Juan es ingeniero,
pero también un visionario.
Su trabajo en Airbus es diseñar
tecnologías para el futuro.
Su mayor desafío,
buscar una alternativa al queroseno.
Para cuando su falta,
dispare el precio.
Estamos trabajando en sacar
el mismo combustible,
que es la gasolina, a partir
de fuentes, o bien vegetales
o animales, fuentes que se puedan
renovar y que contribuyan también
a la reducción
de emisiones de Co2.
Las plantas mientras crecen absorben
Co2, entonces la cadena global
del combustible,
eso va a contribuir a reducir
aún más el impacto medioambiental
de la aviación.
Necesita un combustible
muy energético.
Como el hidrógeno
que usan los cohetes.
Pero es demasiado caro.
Solar Impulse, es un avión
que acaba de completar
su primer vuelo internacional
solo con la energía del sol.
Se va a seguir trabajando
en fuentes alternativas de energía
incluida energía solar, eléctrica.
El problema es que sobre todo
para aviones grandes para transportar
300 o 400 pasajeros, la eficacia
de esas fuentes no es buena hoy.
En apenas 100 años, la aviación
ha transformado nuestro mundo.
Ahora un planeta superpoblado
está transformando la aviación.
Las razones para construir un avión
gigante como el A380 son simples.
En los aeropuertos vemos que hay
un despegue-aterrizaje cada minuto.
No se pueden meter más aviones.
La única solución es hacer aviones
más grandes que aprovechen
cada uno de esos
despegues-aterrizajes.
No todo el mundo opina lo mismo.
Hay quienes creen que hemos
explotado al máximo
el diseño actual de las aeronaves.
Para tener una aviación
más ecológica y eficiente
hay que llenar el cielo
de naves futuristas.
Para fabricarlos hacen falta
materiales revolucionarios.
La entrada de nuevos materiales
va a significar un cambio
en la estructura y forma del avión.
Se puedan obtener fuselajes
de sección elíptica y no circular.
Alas de geometría variable
Nueva disposición
en la posición de los motores.
Luis, es ingeniero.
Su batalla, reducir el peso
reemplazando materiales metálicos
por otros más ligeros
como la fibra de carbono,
materiales con memoria.
Y haciendo los aviones
cada vez más eléctricos.
Una reducción del 50% del peso
significa una reducción del 25%
del consumo de combustible.
Un menor número de emisiones
y un precio más barato del vuelo.
Es lo que pretende hoy en día
la aviación.
Un cielo masificado,
es peligroso.
Aumenta el riesgo de accidentes.
Necesitamos un nuevo sistema
de control del tráfico aéreo.
Lo aviones vuelan
por canales aéreos establecidos
entre las torres de control.
Son guiados en la práctica
por las torres.
Habrá que pensar en un nuevo modelo
que cada avión constituya
un nudo de comunicaciones y formen
entre ellos una malla dinámica
en el que el intercambio
de información sea no solo
con las torres sino entre ellas.
De momento solo podemos especular.
Pero los aviones del 2050 ya existen
en la mente de los ingenieros.
En unas décadas serán realidad.
Aunque algunos los hemos visto
en ciencia-ficción.
Aviones prácticamente individuales.
Con capacidad de despegar-aterrizar
en espacios muy pequeños.
En vertical.
En el jardín de tu casa.
Los aviones personales
están a la vuelta de la esquina.
La NASA, en colaboración
con Institutos de investigación,
está desarrollando el Buffin,
un vehículo aéreo personal eléctrico.
Puede volar a 240 km/h.
en velocidad de crucero.
Y llegar a los 480 km/h.
De momento sus baterías
solo permiten recorrer 80 km.
El sistema de gestión del tráfico
aéreo del futuro, es obra de la NASA.
Se trata de un software capaz
de analizar las trayectorias
de más de 1000 aviones
en un instante.
Recoge datos meteorológicos, las
características del tipo de avión.
Sus horarios de vuelo
y sus trayectorias de despegue,
aterrizaje y crucero.
Con esto crea simulaciones
en dos y tres dimensiones.
Que sirve para encontrar rutas
ecológicamente más eficientes
y vías que descongestionen
el tráfico aéreo
y eviten los retrasos
en los aeropuertos.
Puede hacer viajes
de ida y vuelta a Marte.
Es el primer cohete capaz
de ir a Marte, recoger muestras
y volver a la Tierra.
Es el vehículo más rápido
de la historia, después de Saturno V.
Jubilado
junto con el programa Apolo.
También es el más potente.
Puede llevar el doble de carga
que otros cohetes.
Como el Ariadne V.
Su primer vuelo será en 2013 o 2014.
Llevará material de carga
a la estación espacial.
En el futuro se espera
que transporte astronautas.
Es posible.
Brain driver, es una tecnología
que permite conducir un vehículo
sin mover las manos ni los pies.
Usando solo el pensamiento.
El sistema mide
las ondas cerebrales.
Y distingue los patrones eléctricos
del cerebro para acciones
como giro a la izquierda, derecha,
acelerar y frenar.
Cuenta con sensores y cámaras
que crea un mapa tridimensional
y permiten conocer
la situación del coche.
Lo han fabricado en Berlín.
Y las primeras pruebas
han sido un éxito.
Explorará las fosas más profundas.
La nave similar a un avión
puede descender a más de 11 km.
La primera inmersión
la hará a finales de este año
en la Fosa de las Marianas
en el océano Pacífico.
Virgin Oceanic, es propiedad
del multimillonario Richard Branson.
Su sueño, encontrar
nuevas criaturas submarinas.
Y transportar turistas
al océano profundo.
Un capítulo memorable en la historia
de los vuelos orbitales
está llegando a su fin.
Cuando el Atlantis regrese
a la Tierra en el mes de julio,
los transbordadores espaciales
ya no se utilizarán más.
Desde comienzos de los 80
han sido el símbolo
de la tecnología
de los vuelos espaciales tripulados.
Durante 30 años de servicio,
ha contribuido a logros
científicos espectaculares.
Como la construcción de la Estación
espacial internacional.
Éxitos empañados por la tragedia.
Comienza una nueva etapa que depende
sobre todo de la velocidad.
Cuanto más rápido viajemos
más Universo conoceremos.
Gracias a la velocidad pudimos
llevar astronautas a la Luna.
Solo con la velocidad podremos
transportarlos a Marte y más allá.
Un coche deportivo a 200 km/h.
tardaría 12 semanas en llegar
a la Luna.
Un viaje a Neptuno, el último
planeta del sistema solar
duraría 2.500 años.
El objeto más veloz enviado
al espacio es la sonda
Nuevos Horizontes.
Recorre 16 km/s.
Y a pesar de todo, tardará 9 años
en alcanzar su destino.
Plutón.
Las distancias en el Cosmos
son inmensas.
La tecnología que nos lanzó
al espacio hace 5 décadas
es a grandes rasgos
la misma que la de hoy.
Cohetes que funcionan
mediante reacciones químicas.
La nave se acopla a un tanque
de combustible central
flanqueado por dos cohetes sólidos
que proporcionan el empuje necesario
para vencer la gravedad
y alcanzar la órbita.
Jérome es ingeniero
y dirige el programa
de la Agencia espacial europea.
Destinado al diseño
de lanzadores más seguros.
Su gran enemigo es el peso.
Para lanzar un satélite de 9 ton.
se necesita 600 ton. de combustible.
Es decir, el 90% del peso total
de un cohete como el Ariadne V.
En un cohete químico,
apenas queda sitio para la carga
y son muy caros.
El combustible es uno de los
elementos más costosos
de enviar al espacio.
Llevar astronautas o sondas
a planetas lejanos
implica que el cohete no se puede
llenar con el combustible necesario
para llegar al destino.
Las naves tienen que dar rodeos.
Desviarse de su camino hacia
planetas o lunas que les proporcione
impulsos gravitatorios
en la dirección adecuada.
Estos rodeos alargan
la duración de las misiones
y limitan su alcance.
Pero ya se trabaja en una solución.
Giorgio, es el director
del laboratorio de propulsión
de la Agencia espacial europea.
Donde trabajan en la puesta a punto
de cohetes eléctricos.
Los cohetes químicos queman
combustible para propulsarse.
Los eléctricos fabrican electricidad
que fabrican ellos mismos.
Un ejemplo similar, es el de las
velas solares que transforman
la luz solar en velocidad.
Con esta tecnología, podríamos
alcanzar velocidades que reduciría
el viaje de una sonda a Plutón
de diez a dos años.
Otro tipo de motor eléctrico
es el motor de plasma.
Con un cohete clásico tardaríamos
unos seis meses en llegar a Marte.
Con uno de plasma viajaríamos
tan rápido que alcanzaríamos Marte
en tan solo 39 días.
Los viajes serían rutina.
En 2003 la sonda Smart I,
de la AEE, alcanzó la Luna
con un propulsor de plasma.
Fue el primer ensayo
de un motor eléctrico en el espacio.
La misión Begi-Colombo,
también utilizará el plasma.
Partirá en 2013 y tardará 6 años
en alcanzar su destino, Mercurio.
Los motores eléctricos, son la única
opción para enviar astronautas
a destinos muy lejanos.
Por ejemplo Titán.
A 1.200 millones de km.
de la Tierra.
Su atmósfera es similar
a la nuestra.
Una muestra de su superficie
sería una oportunidad única
para buscar precursores
de la vida.
Sea cuando sea, comenzará una nueva
etapa en la exploración del Universo.
Conseguir que cada vez
pueda volar más gente.
Llegar a todo el mundo.
La eficiencia.
Volar es una afición que para muchos
no tiene precio.
En la web:
Se pueden encontrar desde
ultraligeros a autogiros.
Y comprar o vender motores,
componentes y recambios.
Para conocer todos los detalles
técnicos de la historia
de la aviación, hasta los últimos
modelos de Airbus y Boeing:
Desde la máquina voladora
de Leonardo da Vinci
hasta la conquista del espacio.
El camino de los motores eléctricos
no ha hecho más que empezar
pero ya hay un ultraligero
de diseño italiano.
Es muy veloz,
ha batido un nuevo récord.
Los 250 km/h.
Una buena manera de aprender
sobre aeronáutica
sin despegar del suelo,
es volar con réplicas teledirigidas.
Los favoritos
son los micro helicópteros
eléctricos que usan
energía infrarroja.
Añadir comentario ↓
Gracias por el video, es una lástima que no haya otros del estilo, pues tenemos un taller mecanico desde hace 15 años y todo lo relacionado me apasiona. Enhorabuena
muestra
El mundo del motor me apasiona,trabajo en un taller aunque tambien vendemos [URL="https://www.neumaticosxpoco.es/"]neumaticos[/URL] y estoy entre ellos todo el dia!!!! Felicidades por el video, la pena es que haya tan pocos como este. Saludos.
Pues sí, yo también estoy de acuerdo con Michel: hacen falta más programas como éste. Este vídeo, en concreto, me ha gustado mucho porque soy mecánico de profesión y por pasión. Últimamente me dedico más a la venta de neumaticos barataos pero la reparación de motores es mi pasión ;-) A ver si hay más vídeos como éste, que me encantan. Un saludo.
Parece que descontinuaron la serie documental... que desastre! deberían volver a ponerla en pantallas, programas tan buenos como este no pueden dejar de producirse!
Programas como este es lo que le hace falta a la sociedad española¡ y menos fútbol!
Me gusta tres14 ¿Por que no hay programas en Octubre?