La salud de Navalny vuelve a tensar las relaciones entre el Kremlin y la comunidad internacional

El opositor ruso Alexéi Navalny lleva casi tres semanas en huelga de hambre en prisión y ante el agravamiento de su salud las autoridades han decidido trasladarlo este lunes al pabellón médico para presos de la región de Vladímir. Las autoridades rusas aseguran que van a aplicarle un tratamiento de vitaminas con su consentimiento y que su estado de salud es satisfactorio, pero los allegados del opositor denuncian que más que llevarlo a un hospital lo han llevado a un campo de torturas, temen por su vida y siguen pidiendo que pueda verle un médico de su confianza. Por esa razón, han convocado este miércoles una protesta a nivel nacional, justo el día que el presidente Vladímir Putin va a dar su discurso sobre el estado de la nación. El Ministerio del Interior ha advertido a los ciudadanos de que participar en protestas no autorizadas puede acarrear graves. Además, fiscales rusos piden prohibir las organizaciones que apoyan a Navalny.

El estado de salud del opositor preocupa mucho en la UE y de eso han debatido este lunes los ministros de Exteriores del bloque, que afirman que van a seguir muy de cerca su evolución. Advierten a Rusia de que el estado de salud del opositor es su responsabilidad y que debe darle los cuidados médicos que necesita. También han pedido la liberación de Alexéi Navalny de forma inmediata y sin condiciones.

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