El problema del racismo en las gradas de los estadios italianos “es grave y no mejora”, según dijo hace poco el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que se pronunció tras los insultos a un jugador negro de la Fiorentina. La historia es tristemente larga, empezó hace al menos 30 años. Los grupos ultraderechistas usan el Calcio para escupir racismo ante la tolerancia de autoridades que lo minimizan o miran hacia otra parte, como denuncia Samuel Etoo.
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