Un comienzo de Semana Santa diferente, la no Semana Santa por el coranivirus

Acaba la tercera semana...sin que pare la hemorragia. Acaba otra semana para olvidar aunque no podamos quitarnosla de cabeza. Hace un año este telediario se abriría con lo atascos de la gente que busca la playa, la sierra o respirar otro aire. Ahora buscamos simplemente que el tiempo trasncurra y el daño sea el menor posible. En estas tres semanas hemos cambiado tanto que cuesta creerlo. Y cuando se pueda salir nos daremos cuenta. Por ejemplo si vas por la calle y alguien viene de frente hay un gesto reflejo de disntanciarnos, de evitar no ya el contacto sino la cercanía, la proximidad nos lavamos tanto las manos que a veces el movil no reconoce la huella. Nunca más seremos los que fuimos...nada de esto entraba en nuestros planes, hace dos días brindabamos por un buen 2020 y lo primero que pediamos era salud...No podiamos sospechar que el revés iba a ser tan grande. Saldremos de esta claro, a un precio altísimo. Ya no nos soprenden las calles vacías, las mascarillas. La vida tal y como la conociamos ha experimentado probablemente el mayor cambio visto en el último siglo, porque es un cambio global, da igual que seas rey, principe, presidente o el vecino del quinto el enemigo no distingue la vida que solía ser plácida para algunos, amarga para otros, aburrida para unos cuantos, excitante según quién la viva de repente se ha convertido en la misma vida para todos, la vida de intramuros, la vida preocupada, la vida incierta, la vida suspendida...Vivimos en estado de alarma, no oficial, es una alarma vital. Todo nos sobresalta. La normalidad es el bien más preciado en la actualidad, y la cotidianidad la patria en la que querriamos instalarnos. Empiezan las no vacaciones de semana santa y la verdad es que casi nos da igual....Hay que seguir peleando, hay que seguir en casa, hay que seguir como hacen muchos en primera linea manteniendo esta lucha que se ha convertido ya en un lucha de gigantes...y que ganaremos.