Visitado el Museo del Prado a puerta cerrada pero no para ver una exposición, ni siquiera para ver una pintura. El protagonismo en la siguiente crónica lo tiene un elemento muy importante en el mundo del arte y que suele estar en un discreto segundo plano. Que nos perdone Rafael, que nos perdone Fray Angelico, que nos perdone Velázquez que nos perdonen todos los genios, hoy les admiramos de refilón, nos interesa lo que les rodea. Los marcos, y ningún sitio como el Museo del prado para ello.
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