Domingo a las 09:15 horas
(Música)
(Música en sefardí)
La comunidad de Málaga,
los inicios fueron en los años 60.
Los orígenes son de muchachos que venían
de las comunidades vecinas,
como Ceuta y Melilla,
que no tenían cómo continuar sus estudios.
Buscando dónde seguir, precisamente, los estudios,
en el año 1960,
empiezan a hacer varios lugares sedes
que se iban turnando
varias familias.
En el año 1975,
don León, con el apoyo de David,
funda la comunidad como lo que es en sí una comunidad.
-La vida en Málaga para una mujer judía
ha tenido las dificultades del "kosher",
de buscar productos "kosher"
que nos valieran o productos que fueran fáciles
para consumir según las leyes nuestras.
Pero, gracias a Dios, tenemos varias tiendas "kosher"
y hoy por hoy tenemos de todo lo que nos hace falta
para poder elaborar cualquier plato
y cualquier receta dentro de las normas del judaísmo.
-Ser judío en Málaga,
en primer lugar, es difícil y ser judío y joven, me incluyo,
también es un poco complicado.
Lo que pasa es que sí es verdad que el judío
siempre está bastante identificado
y siempre intentamos que el mero hecho de ser judío
venga a ser una faceta más en nuestra vida
y sea parte de nuestra vida,
un poco desarrollando nuestra personalidad en ese aspecto,
intentando siempre llevar a cabo nuestras costumbres.
El judío de por sí tiene que vivir en comunidad
y eso lo tenemos...
Siempre está conectado, en principio, con la familia.
La familia, siempre hay una unión, así se san abuelos, hijos, nietos,
siempre hay una unión y de relación familiar.
Y eso lleva también a las demás familias.
Las familias se interrelacionan.
Incluso los sábados, después de los rezos,
la mayoría de las sinagogas,
no somos la excepción,
hacemos un "kidush", que sería el rezo del sábado,
donde la mayoría de los que participaron
en el rezo del "sabbat"
se sientan juntos y es como si fuera una familia.
Son varios miembros de varias familias,
pero somos una familia en ese momento.
-Yo, como mujer,
no he tenido nunca ningún tipo de discriminación.
Tengo amigas no judías.
Mis hijos se han educado en colegios laicos o religiosos,
concretamente, en los jesuitas.
Nunca han tenido problemas,
siempre desde el respeto, porque digo que, si respetas
tu religión, la gente te va a respetar.
Por otra parte, mis hijos han crecido en Málaga,
a la Universidad han ido fuera,
pero alguno sí ha ido aquí a la Universidad,
y han tenido contactos
con muchos niños, muchos amigos no judíos,
por su puesto, que aparte del Tamuz Torá,
parte mucho de la casa.
-Creo que el judío en sí es
una persona que siempre tiene un vínculo familiar muy cercano
y eso, desde el primer momento
en que me relacioné con amigos no judíos,
siempre vi que yo era mucho más cercano a mi familia
que el resto de mis amigos.
A raíz de respetar el "sabbat" y esto,
ya conlleva toda una serie de actitud
ante la vida.
Entonces ellos saben que tienen unas limitaciones.
Sé que han tenido muchísimo respeto
por sus compañeros, compañeros no judíos
que, cuando han organizado cualquier cosa, han dicho:
"Sí, pero el viernes por la noche no porque Moisés
no viene, porque Patricia no viene,
porque Sara no viene o porque Jacobo no viene".
Han tenido mucho respeto.
La verdad, no he tenido ningún tipo de problema.
Una hija mía, que estudió en Málaga,
hizo Medicina, nunca le pusieron problemas
para los exámenes.
Se los trasladaban si eran en sábado.
No ha tenido problema. La verdad, no hemos tenido problema
en ese tipo de antisemitismo.
Sé que lo hay,
pero no lo hemos tenido.
-Llevo cinco años aquí, en Málaga.
Ya me siento malagueño,
gracias a Dios, ya estoy muy integrado,
con la junta directiva
de la comunidad.
Y tenemos personas de todas partes.
Tenemos personas de Suramérica,
personas del norte de África,
de Marruecos y Melilla,
Ceuta.
A las personas que vienen se les trata de dar la bienvenida,
darles el apoyo necesaria y guiarlos lo que necesiten.
Hace unos cuantos años,
fui "madrij". "Madrij" es, para que todos lo entendamos
como monitor. A día de hoy no lo soy
por falta de tiempo,
aunque, aun así, siempre que puedo colaborar,
lo intento.
Y aquí debo tirar de una gran persona,
un gran amigo, una brillante persona,
que es Daniel Guisen,
que es el director de Juventud en Málaga.
Es la persona que organiza todos los eventos,
todas las actividades
con los jóvenes. Y la verdad es que actualmente
estamos trabajando bastante,
incluso a pesar de la situación pandémica mundial
que tenemos entre manos, el COVID,
aun así, estamos realizando bastantes actividades vía Zoom,
virtuales, a través de WhatsApp.
Hemos hecho incluso a través de la federación de comunidades
un "escape room".
¿Cómo trabajamos en la pandemia?
Fue una situación bastante dura,
una serie de decisiones bastante complejas.
Pero lo hemos capoteado bastante bien. Un día en casa,
una vez ya decretado el estado de alarma,
hablando con el rabino y en casa hablando con mi padre,
que es el actual presidente de la comunidad israelita de Málaga,
tuvimos la brillante idea
de hacer "shiurim" en vivo a través de YouTube.
Para ello creamos un canal, en el que, junto al director
de Juventud, Daniel Guisen,
y junto a otros miembros
de la junta directiva, como son el señor Moisés Hayón
y el señor Raúl Levy, ayudaron muchísimo muchísimo
a la hora de difundir todos estos "shiurim"
que pudimos facilitar.
En estos momentos en que todos estábamos preocupados
con lo que estaba pasando,
necesitábamos el mensaje de un rabino,
de alguien que nos diera un apoyo de decir:
"Esto va a pasar. Esto es una advertencia".
Siempre nos lo decían, que este virus, algo tan chiquito,
nos afectó a todos
y tuvimos que tener un nuevo estilo de vida.
Y eso cada rabino nos lo estuvo transmitiendo.
La comunidad hizo ese apoyo a cada miembro de la comunidad
llegándole a su casa a través de los Zoom
que hacíamos a diario.
-La pandemia ha afectado no solamente psicológicamente
y físicamente a gente más bien joven,
la verdad, algunos mayores han fallecido,
pero pocos, la verdad.
Familias que vivían
de un sueldo y a lo mejor se han quedado paradas
han necesitado ayuda económica.
La federación los ha ayudado.
Los Lubavitch de Marbella nos han ayudado.
Hemos podido proveer de comida para Pesaj
a toda persona necesitada que había por la Costa del Sol.
A nadie le ha faltado ni vino ni torta, nada,
no le ha faltado nada, ni carne, ni todos los productos,
hasta los más pequeños,
como podían ser un dulce,
una galleta, una mostaza, una mayonesa.
Ha tenido de todo gracias a las donaciones.
-Tuvimos un Pesaj todos en casa,
cuando nosotros teníamos la alegría de ir a la sinagoga.
Y la reunión de los hijos,
que tenemos la tradición de que los niños lean la Hagadá,
no la pudimos hacer este año.
Fue muy duro y eso nos trajo mucha tristeza,
pero a la vez nos dio muchos momentos de reflexión
y de seguimiento espiritual.
Nos puso a reflexionar.
Sí tuvimos varios miembros también que fueron afectados
por la pandemia.
Todos, creo que no hay
una sola persona que no estuviera pendiente,
por respeto, voy a omitir los nombres,
pero siempre preguntaba: "¿Tal persona cómo va?".
Y todo el mundo estaba preocupado por esa persona
que estaba en esos momentos en la uci.
Realmente, la comunidad siempre ha sido muy solidaria
y ha tratado de ayudar en lo que pueda
a cada miembro.
-Hemos hecho eso, tés
o meriendas con bingo, hemos hecho actividades,
como, por ejemplo, el jalatón,
que jalatón es hacer pan con una bendición que hay que decir,
pero todas juntas, todas a la vez.
Entonces como que eso tiene muchísimo valor espiritual
para la religión judía. Entonces hemos hecho esto.
Luego también hemos organizado,
a través también del Departamento de Juventud,
que también se ha ocupado de ello,
viajes, como, por ejemplo,
a Lucena, a Córdoba, a varias ciudades con un pasado
o una historia judía.
Aparte de eso, tenemos, entre un grupo de mujeres también,
un grupo que se llama Tzedek,
que viene de "tzedaká". "Tzedaká" es "donativo",
"tzedaká" es "ayuda".
Entonces la "tzedaká" es una obligación del judío.
Con este grupo, recogemos dinero
y damos bolsas de comida todos los meses
a las familias que están necesitadas.
-El principal reto que tenemos como comunidad
es la convivencia de la familia judía,
donde se pueda desarrollar
cómodamente
y de manera libre la tradición judaica
y seguir continuando
nuestras costumbres y nuestras tradiciones.
Eso nos lleva a tener reunión familiar,
que es tradición nuestra,
y también tener la educación a los niños, a los muchachos,
tener la educación que necesitamos como judíos
y como personas, tener los valores éticos y de moral
tanto dentro de nuestras tradiciones
como de las tradiciones civiles.
La relación con nuestras comunidades hermanas
podría definirlo, es fantástica o brillante.
Por supuesto que estamos muy cerca.
Torremolinos nos queda a 15 o 20 minutos de Málaga
y Marbella a 40 o 45 minutos.
La relación es bastante buena.
Siempre intentamos trabajar en común,
de hecho, a las actividades,
vienen chicos de Marbella, vienen chicos de Torremolinos
y vienen chicos y chicas de Málaga.
Entonces la relación es muy buena.
Los chicos y chicas entre ellos se van juntando,
fomentan, hacen lazos.
Y ya también me gustaría añadir
que no solo de Málaga, sino que también a nivel nacional,
en Barcelona, Melilla, Ceuta, incluso Alicante y Valencia,
Las Palmas, si no me equivoco,
también hay una comunidad.
En general, es una relación bastante buena,
de hecho,
en muy breve, tendremos el seminario de "madrijim" aquí,
en Málaga, en el que acogeremos
a chicos de toda España.
Son muy cordiales las relaciones que tenemos con las instituciones
a nivel civil tanto municipales como nacionales.
Una prueba de esto: que tenemos el solar
y le damos el agradecimiento al excelentísimo alcalde de Málaga,
doctor Francisco de la Torre,
por el apoyo que siempre nos ha dado.
Tenemos cerca de aquí el solar donde, si Dios quiere,
ya dentro de poco, pondremos la primera piedra.
En este momento ya están aprobados los estudios arqueológicos
del solar donde levantaremos el centro cultural donde tendremos
una nueva sede para Málaga. La disfrutaremos no sola Málaga,
sino toda España.
En Málaga nunca me he tenido que esconder
como judío. Me siento identificado como judío.
Nunca me he sentido avergonzado,
todo lo contrario, por decir que soy judío,
he ganado muy buenos amigos,
me han respetado. Por lo menos, a mí,
a mi persona, puede ser que sí lo haya,
pero no he sentido ningún antisemitismo directo
conmigo. La verdad, me siento orgulloso
tanto de Málaga como de ser judío en Málaga.
(Música en sefardí)
Uno de los principales objetivos de nuestro programa SHALOM es dar a conocer la vida judía, sus tradiciones, sus valores y su forma de vida a las personas que nos siguen.