Lunes a viernes a las 17.15 horas
Lunes a viernes a las 17.15 horas
(Música instrumental)
¿Ahora le tienes que dar explicaciones a Salgado?
Igual no le pareció bien que le dejaras solo.
Me dio esa sensación.
¿Por qué dices eso? (RÍE)
No. ¿Qué va a pasar? Fue una consulta normal.
Le envié al traumatólogo. Estuvimos charlando.
Seguro.
¿O es que él te contó otra cosa?
Lo que me fastidia es que está invadiendo tu espacio personal.
Tenéis unos horarios. Te malacostumbras.
Ahora vas a tener que dar explicaciones
por cosas que solo te competen a ti.
Ya lo sé, ya.
Tampoco tienes por qué defenderle tanto, ¿no?
Quizá tengas razón, pero sí, me pasa algo con Salgado.
(Música instrumental)
-Si no fuera porque al atracador se le ve siempre con gorra,
ya lo tendríamos.
(MARÍA) -Buenas. ¿Qué os pongo? -Hola, María.
Pues... un cortado, por favor. -Un café solo.
Me tomaría una ración de churros, pero una entera es demasiado.
¿La compartes conmigo? -No, ya he desayunado.
-Bueno... Venga, no me hagas esto.
-Vale, pero me como uno. -Estupendo.
Una de churros, María.
Venga.
A ver. Volvamos a lo del atracador.
Beni nos ha dicho que es un sintecho
que duerme por los alrededores de la fábrica de harina.
Si nos dejamos caer por allí, es una buena idea.
-Pues para mí, lo que diga Beni no es garantía de nada.
Es una yonqui.
-¿Y qué pasa con que sea una yonqui?
-Pues que no me fío de los confites yonquis.
Tuve una mala experiencia en Zaragoza.
-Ah, ¿sí? ¿Qué pasó?
-Que íbamos tras un camello, y nos llevó para arriba y para abajo,
y nunca conseguimos pillarlo in fraganti.
Hasta que supimos que lo que hacía era encubrirle.
Le rebajaba el precio.
-Pero eso no tiene por qué ser así con Beni.
-Néstor, parece mentira que seas un poli con experiencia.
A los yonquis la droga les hace mentir.
-Lidia, eso suena muy taxativo.
-Ya, bueno, pero es lo que hay. Para ellos, su prioridad es su dosis.
Y con tal de conseguir dinero para pagarla
dicen a la policía cualquier cosa, o nos mienten incluso.
-Yo también he tenido malos confidentes.
Si eso te pasa, los dejas y punto.
Por cierto: en mi caso no eran yonquis.
-Yo al mío también lo dejé.
Pero antes de eso me metió trolas por un tubo.
Por eso decidí que ya no quiero confidentes yonquis.
-Pues ya va siendo hora.
-Si vamos a ver a Beni es porque tú has insistido.
(CEPEDA SUSPIRA)
Ya estás prejuzgando a la gente, como hiciste conmigo al principio.
-Que no juzgo. Solo te digo que no me fío de los adictos.
Son esclavos de su adicción.
-Todos somos esclavos de alguna adicción.
Tú del deporte, otros al dinero, a las pantallitas...
No debes prejuzgar a la gente con tantas pantallitas.
-¿Y tú eres el cura del barrio?
-No te burles.
No sabes qué circunstancias les han llevado a eso,
ni las batallas internas que puedan estar librando
para salir de toda esa porquería.
-Tranquilo. ¿Qué te pasa ahora? -Nada.
Nada. No me pasa nada.
Me vuelvo a la comisaría.
Le prometí a Salgado reportarle cómo iría el caso.
(SUSPIRA)
Hasta luego, María.
-¿Qué le pasa? ¿Por qué se va?
-Yo qué sé. No sé qué mosca le ha picado.
Cóbrame, María, y ponme todo esto para llevar.
-¿Se puede saber qué le has dicho?
-No le he dicho nada.
Solo que no me fiaba de una confidente yonqui.
Y la ha defendido como si fuera su mejor amiga.
(Música sentimental)
-Claro. Es que has metido el dedo en la llaga.
-¿Por qué?
María, cuéntamelo.
Es mi compañero, y quiero saber si he metido la pata.
-Pues es que la mujer de Néstor fue adicta a las drogas.
-Guau.
Pues sí, he metido la pata. Madre mía.
¿Y tú la conocías?
-No me preguntes más del tema, que ya te he dicho bastante.
Háblalo con él, que es tu compañero. Voy a ponerte esto.
-Me cuesta reconocerlo, pero estoy celoso.
Hago todo lo que puedo, de verdad.
Pero no lo consigo.
Pasáis mucho tiempo juntos.
Tenéis mucha complicidad.
Qué diferencia la relación que teníais antes y ahora.
Por eso lo envidio.
Tú y yo no nos dedicamos a lo mismo, pero tú y él sí.
Y eso, tenéis mucha complicidad.
Podéis compartir la pasión por investigar un caso,
y la alegría por resolverlo.
Yo no.
Me lo digo todos los días.
No funciona.
Empiezo a hacer cosas de idiotas, cosas de críos.
Por ejemplo. Cosas patéticas, sí.
Para quitarme de la cabeza que...
(SUSPIRA)
...que estoy perdiendo a mi mujer.
¿Lo dices de verdad?
¿Crees que le doy demasiadas vueltas a la cabeza?
No.
Yo tampoco podría vivir si pierdo todo eso.
Porque te quiero mucho, Claudia. Mucho.
(Pasos)
(Conversaciones inaudibles)
Un zumito para el caballero.
No hace falta que me des las... -Gracias.
-De nada.
Me han dicho que has llegado muy pronto por la mañana
y he pensado que te haría falta un poco de vitamina.
-Pues sí. Me viene de lujo. Y la compañía también.
-Oye, ¿has averiguado si Yaiza Cruz ha encendido su móvil?
-No lo ha hecho. -¿No?
-No. Y tampoco es muy activa en redes sociales.
Bueno, lo digo porque he mirado los contactos,
los comentarios que le ponen,
y no hay ningún insulto ni... Vamos, que no hay signos de acoso.
-Ya. ¿Y sabemos la última vez dónde estuvo activo su móvil?
-Sí. Se conectó en la calle, cerca de su casa.
-Ajá. -Y no hay nada sospechoso, claro.
No sé.
¿Tú has avanzado algo?
-He ido a su instituto, La Pajarera, hablando con compañeros, alumnos...
Todos coinciden en que Yaiza es una chica muy responsable,
que saca muy buenas notas,
pero dicen que últimamente está fallando.
Que había empeorado las notas, estaba distraída...
No sé. -Bueno, eso tampoco nos ayuda mucho.
Vamos, que has ido para nada. -No.
No, qué va. He hablado con dos compañeras suyas
y me han dicho que se ve con un chico.
Con uno de segundo de bachillerato.
Y ella va a primero de bachillerato.
El chaval tendrá unos... No, tiene 17 años, sí.
Se llama Alberto Santana.
-Pero eso tampoco...
Que tenga un novio de un año más no es nada raro.
-No, eso no es raro.
Es raro que sus amigas están seguras de que tiene una relación con él,
pero cuando hablé con sus padres, no tenían ni idea.
Ni lo mentaron.
No sé.
¿Has mirado en las redes sociales de ella,
a ver si menciona algo de él?
-Espera que miro mis notas. A ver.
No, no comenta nada sobre novios ni...
-Qué raro, ¿no? -Sí que es raro, sí.
-Es un poco sospechoso.
Los adolescentes suelen proclamar a los cuatro vientos su amor, ¿no?
Ponen fotos en parejas, "emojis", corazones... Esas cosas.
-Quizá no quería comentarlo, no sé.
Tenerlo en un círculo cerrado de amigas íntimas.
Tú has hablado con sus padres. ¿Cómo son?
-Sí, pues son... religiosos. Muy conservadores.
-Pues blanco y en botella. Claro, la niña se lo está ocultando.
-Ya. ¿Y si estos dos se han fugado juntos?
-Puede ser. -Sí.
-Eso podemos comprobarlo. ¿Tienes los datos del chaval?
-Sí, los tengo aquí. Tengo DNI, dirección, teléfono...
No sé, vamos a revisar sus redes sociales,
a ver si encontramos algo. -Sí.
Cuando tenga un hueco me pongo con ello.
Vamos, que tiene gracia.
-¿Qué tiene gracia?
-El amor en la adolescencia.
-Ah. -La intensidad con la que se vive,
el todo o nada, ¿no?
Todo eso luego... con la edad se pierde.
-Pues mejor así, ¿no?
Así se evitan sufrimientos innecesarios.
-Y alegrías, supongo.
-Sí. -Porque el que no arriesga, no gana.
Oye, tu amiga África... África era, ¿no?
-Sí. -¿Qué tal? ¿Cómo está en tu casa?
-Bien. Estuvimos hasta las tantas poniéndonos al día,
y nada, esta noche vamos a tomar algo por ahí
para celebrar nuestro reencuentro.
-Bueno, pues me alegro. Pasadlo bien las dos.
-Las dos no. También se vienen Paula y Lidia, las chicas del piso.
Noche de chicas.
-Y qué chicas. Que tiemble Madrid.
Es una lástima que no invitéis a hombres a las quedadas.
Porque yo estoy de Rodríguez. -¿Sí, de Rodríguez?
Si he visto a Carlos por ahí.
-Ya, pero no me refiero a Carlos.
Es Ainhoa, que está en Bilbao
en unas charlas de aprendizaje y servicio.
-Ajá. Bien.
O sea, que te sientes solito. Pobre.
-Mucho. Muy solo.
Me pongo a llorar por las esquinas.
Pero soy muy discreto y lo hago cuando no me veis.
-Ya. Pues por esta vez podemos hacer una excepción.
Pero por motivos humanitarios.
Si quieres. O sea...
Estaremos a partir de las 22:00 en el Moonlight.
Si quieres, ya sabes. -Vale. Es una opción.
No te digo que no.
-Chao. -Hasta luego, Lara.
Alberto Santana.
Una mujer hace una llamada anónima para dar pista sobre el caso del asesino de policías. Antonio confiesa a Miralles que siente celos de Salgado. Claudia se encargará de coordinar una investigación en la CGI para así alejarse de Salgado. Quintero intenta un acercamiento a Bruno. Lara sigue con el caso de la adolescente desaparecida, mientras empieza a detectar cosas extrañas en la relación de África con su novio.