Domingos a las 09:00 horas
Ojalá llegásemos un domingo y pudiésemos decir:
"Hoy no tenemos que contarles ningún accidente mortal
que se haya producido en las carreteras".
Lo que esta chica demuestra
es una gravísima irresponsabilidad
y probablemente una pérdida total de control
y de los límites.
Cuando el alcohol se metaboliza en el cuerpo humano
y pasa a la sangre,
nosotros valoramos peor, evaluamos peor.
Evaluamos peor la distancia con el coche que nos precede,
el tiempo de frenada, la velocidad a la que circulamos,
cómo se aproximan otros coches, otros vehículos,
tanto por nuestra derecha como por nuestra izquierda
o de frente;
por lo tanto siempre va a afectar
y siempre recomendamos un consumo 0 al volante.
Hay un primer momento en el consumo de determinadas sustancias,
fundamentalmente el alcohol,
que produce un efecto que se denomina "efecto euforia";
uno se siente con más capacidades que cuando no ha consumido nada,
y es precisamente ese efecto uno de los más dañinos
porque de hecho ya estamos metabolizando
la sustancia en la sangre
y ya estamos empezando a sufrir
los efectos de esa pérdida de reflejos, de control,
y de evaluación correcta de lo que nos rodea.
La Guardia Civil ha publicado una tabla
donde trata de informar de cuáles son los consumos mínimos
para dar positivo en un control de alcoholemia,
tanto en hombres como en mujeres.
No todos tenemos la misma capacidad de absorción del alcohol
y de metabolizarlo en sangre.
Todas las bebidas con alcohol son susceptibles
de dar positivo en un control de alcoholemia.
Si bien esa tabla es informativa,
la única conducción segura es 0,0 al volante.
El tener absoluto control sobre nuestros reflejos
es clave a la hora de evitar accidentes de tráfico.
Mi nombre es Ángel Espinosa.
Hace 29 años que tuve el accidente; un accidente de moto
que me originó que el brazo izquierdo se quedara no operativo
y disfuncionalmente inútil.
El accidente fue un puente del 15 de agosto.
Me dirigía a ver a unos amigos a la Comunidad Valenciana.
La carretera era una doble curva
que pasaba por debajo de las vías de un tren,
que al ser doble curva, muy estrecha,
los camiones de gran tamaño
invadían un poco la dirección contraria.
Como era mediodía,
pues el calor, ya llevaba más de 250 km de viaje,
me faltaron los reflejos,
al llegar a la doble curva y ver el camión de frente,
de esquivarlo.
Me di contra la rueda con la clavícula,
la clavícula se rompió
y es por lo que el brazo se quedó disfuncionalmente no operativo.
Me desperté en una cama de hospital en el Hospital La Fe, de Valencia;
me entero de que el brazo,
a no ser que evolucione favorablemente,
no va a ser operativo, va a estar muerto.
Pero el problema del accidente, más que la inmovilidad del brazo,
fue que me quedó un síndrome de miembro fantasma doloroso.
Me hicieron evaluaciones físicas;
me dieron una discapacidad absoluta,
que me impedía hacer cualquier tipo de trabajo.
Te encuentras que no tienes más que un brazo,
que todo lo que hacías
la mayoría de las cosas no las vas a poder hacer,
y cuando pasan los meses
te das cuenta de que se te cae el mundo encima.
Entonces, bueno, hay que aclimatarse,
hay que echar la vista hacia adelante...
En ese momento,
coincidió cuando tuve el accidente, era el bum de la informática;
pues empecé a aprender a dibujar con ordenador,
a hacer cosas de fotografía con ordenador...
Ves que poco a poco vas pudiendo hacer
todo tipo de cosas,
querer sentirte que si hay una cosa que te gusta,
¿por qué no intentar hacerla?
Cuando vayas por una carretera, al mínimo síntoma de cansancio,
para y descansa.
Tú lo puedes evitar.
La movilidad en nuestro país
ha tenido unos cambios significativos tremendos.
El coche particular tiene su espacio;
lo que hay que invertir es el orden de prioridades,
la jerarquía.
El objetivo en las ciudades ya no es lograr
una fluidez del tráfico rodado, no es la rapidez;
el orden de jerarquía lo deberán encabezar los peatones,
las bicicletas, el transporte público,
y por último este vehículo privado.
¿Cómo se consigue esto?
Pues básicamente a través de tres acciones principales.
Una configuración adecuada del espacio.
-Tenemos que conseguir que esas ciudades
sean lo más vivibles posibles,
de manera que las zonas 30 o las zonas peatonales
puedan cumplir con esa función.
-También hace falta una gestión viaria,
limitando la velocidad general en nuestras ciudades
y promoviendo, favoreciendo, ayudando a los municipios
a que elaboren sus planes de seguridad vial.
-Medidas que tienen que ver
con la promoción del transporte público,
con la gestión del aparcamiento,
con la planificación íntegra de transportes y usos del suelo,
peatonalizaciones, etc.
-Y lo que tenéis que hacer, porque tenéis muchos atropellos,
es mejorar el espacio público.
¿Qué podéis hacer?
Siempre aceras que tengan más de 2 o 2,5 m.
Los elementos reductores de velocidad son importantísimos;
no basta con poner una señal de 30 km/h
si el conductor no percibe
que esta prioridad pertenece al peatón.
Y también es muy importante la vigilancia y la sanción.
Todas estas ideas,
toda esta configuración puede ser muy buena;
pero no siempre las normas se cumplen por sí mismas.
-La columna vertebral de esa movilidad urbana
es un buen transporte público,
pero cada vez se incorporan más los sistemas como la bici pública
o bici compartida, el coche compartido;
y para eso hay que dotar a las ciudades de infraestructuras.
-Compartir el coche entre los empleados.
Hay muchos empleados que hacen el mismo recorrido,
salen a la misma hora;
si logramos que en nuestras ciudades y carreteras,
en vez de cinco coches, esté uno,
imaginaos todas las ventajas que lograremos con ello.
Las bicis; pues exactamente igual.
Es un modo de transporte ecológico, sano,
con lo cual no vale la opinión; lo que vale es
facilitar su integración dentro del tráfico viario,
sea a través de carriles bici o de otro tipo de segregaciones
donde sea posible,
y donde no integrándoles en la calzada
logrando una velocidad adecuada.
Todas estas medidas son las que harían que pudiéramos hablar
de una movilidad urbana sostenible.
-Yo me imagino que en un futuro, eso espero,
se usarán menos los coches
y se usarán más medios como las bicicletas.
-La verdad que un poco catástrofe
porque cada vez los coches respetan menos.
-Yo creo que en 20 años va a avanzar un montón
y creo que los coches volarán.
-No sé si volarán, pero serán más limpios.
-Y a ver si encontramos un nuevo medio más sano,
más ecológico...
-Con el cambio climático, nos concienciaremos más
y seguramente dejaremos los coches que usamos ahora.
-No, porque en realidad el coche es muy cómodo
y todo el mundo prefiere el coche a la bici.
-Sí, creo que dejaremos de usarlo
y usaremos más transporte público y otros sistemas.
-La pereza nos puede
y el coche lo tienes a mano y siempre que puedes lo coges.
-Ojalá, pero yo creo que no va a pasar.
-Tienen que cambiar mucho las personas
y la conciencia sobre el medio ambiente.
-En ciudades grandes como Madrid o Barcelona,
yo creo que aún no estamos preparados.
-En ciudades llanas, sí;
pero sí, sería perfecto, estaría superbién.
-He notado que aquí mucha gente utiliza las bicis que se alquilan.
-Porque son ciudades muy grandes donde hace falta coche.
¡Hombre, Marta, Carlos!
¿Qué pasa, Carlos?
Sí.
Yo ya ligaba más que él.
Vamos a TVE y os invito allí.
Claro que marca, marca mucho,
y además el hecho de que mi padre fuera taxista,
porque falleció hace seis años, es un auténtico orgullo;
haber tenido a alguien que se conocía Madrid sin GPS...
El GPS estaba puesto en su cabeza.
Bueno, la verdad es que fue... Lo recuerdo perfectamente.
O sea, mi padre daba por hecho
que yo en la comunión ya tenía que haber sabido...
Obviamente presumo de mi padre,
pero también de la educación y de la seguridad vial que aprendí.
mi padre siempre decía que la distancia era fundamental.
Y que la vista nunca fuera hacia abajo,
que hiciera como si rebotara en el suelo y mirara hacia arriba.
Y la distancia, nunca menos de 50 m,
y en condiciones como las de ahora, lloviendo,
si se puede ampliar, mejor.
Recuerdo una conversación, o una discusión,
yo era mucho más joven,
y entonces discutí con mi padre por el tema del coche
y le dije: "Bueno, eso es para los profesionales".
Se dio la vuelta y me dijo:
"Profesionales somos todos al volante".
La intransigencia.
Yo creo que en parte se conduce como uno es.
Notas algunos comportamientos en el vehículo, en la conducción,
que dicen muy poco bien de las personas que conducen.
Es decir, las personas que se pegan atrás,
que eso me pone muy malo...
A las 8 de la tarde la Dirección General de Tráfico,
que es una maravilla, saca el primer balance del domingo.
Ojalá llegásemos un domingo y pudiésemos decir:
"Hoy no tenemos que contarles ningún accidente mortal
que se haya producido en las carreteras".
Eso sería una noticia fantástica.
Yo la daría y espero darla.
Aquí está; ¿a que es precioso?
La verdad es que sí, y el café muy calentito.
Vamos un poco justos porque tengo que hacer la escaleta,
que me espera.
-¿Cuánto falta, papá? -Mamá, ¿cuánto falta?
(NIÑOS) Papá, ¿cuánto falta?
-¿Qué pasa, qué están haciendo?
-¡Están locos!
-¿Están mal o qué les pasa?
-Ah, ya lo he visto. ¡Mira! -Sí, está en rojo.
-Ya está.
-Pues que esos conductores... -Bueno, sigue, sigue.
-Pues que en los semáforos... -Estaba en rojo.
-Estaban pasando los coches
sin que el semáforo esté en verde, porque estaba en rojo.
-Y estaban pasando los conductores.
-Y los peatones aún no podían pasar.
-Un accidente grave. -Grave, grave, grave.
-Puedes tener muchos accidentes.
-Si te saltas el semáforo hay una multa...
-De más de 1000 millones de euros.
-Bueno, algunas pueden ser de 1000 millones de euros
y otras pueden ser de 90.
-No, no es normal.
-Para que aprendan la lección de respetar la ley.
-La norma. -Las normas, la ley.
-Porque puedes chocarte o accidentarte.
-No podemos pasar el semáforo en rojo
porque si no, nos hacemos daño. -Daño, muchísimo. ¡Nos herimos!
¡Perfecto!
-A medida que se desarrolla la red de autopistas
en los países modernos de densa circulación,
van entrando en servicio otras mejoras complementarias.
Así, en las autopistas italianas se han instalado
centros asistenciales del automóvil,
que por medio de un equipo de ojos electrónicos,
montados sobre torres de observación,
envían al equipo central de control de tráfico
una imagen de lo que ocurre en cada sector.
El enlace entre los distintos puestos es permanente;
de manera que en el mismo momento de producirse dificultades
de circulación por fallos mecánicos de cualquier vehículo,
el lugar del percance aparece señalado
y la estación de control cursa inmediatamente
el oportuno aviso a grúas y talleres rodantes
para prestar al coche la ayuda necesaria
y dejar expedita la carretera.
Un detalle importante de esta ayuda
es que cuando se trata de turistas extranjeros
se presta gratuitamente.
-Si te contara cómo conducíamos en otros países...
-Para mí la mayor sorpresa fue cuando entré en Italia,
que pude empezar a circular por autopistas;
una cosa que yo no conocía.
Para mí aquello era una obra de ingeniería maravillosa.
-No conocía apenas las rotondas
y casi me llevo por delante a un ciclista,
en una de las rotondas que me encontré cerca de Marsella.
-Y en Portugal, pues te salían de las...
Ibas por una carretera, de dos sentidos por supuesto,
y te salía un señor con un tractor
como si saliese por la calle de la ciudad;
o sea, directamente, no paraba. No, él salía.
Y si tú le dabas o te daban, pues mala suerte. Terrible.
-En Génova había unos viaductos para circular...
Era impresionante. Eso fue lo que me impresionó.
-Cuando uno está fuera,
yo creo que tiene más temor a que le pase algo
y se va más por la derechita y a una velocidad prudente.
Pues estamos en marcha. Vamos a ir, Raquel,
a una carretera más amplia, que es lo que a ti te da miedo.
¿Cómo vas?
-Siento ahora mismo que me tiemblan mucho las piernas
y bueno...
-Lo más importante es eso, que te centres en la conducción
y no en lo que puedas estar sintiendo en este momento.
-Yo tengo el carné de conducir desde hace 14 años;
llevaba muchos años sin conducir,
un día cogí el coche para ir por carretera
y era un día de mucha lluvia.
Tuve la sensación de perder el control del coche
y desde entonces no he vuelto a conducir.
Porque me vi que no tenía agilidad de conducción.
-Que podías perder el control, no ibas segura,
no controlabas el coche, ¿no? -Exacto.
-La amaxofobia es fobia a conducir;
es decir, es tener miedo a la situación de coger un coche
y conducirlo o bien anticipar que voy a tener que hacerlo.
Se manifiesta a tres niveles.
A nivel fisiológico, aparece la sintomatología física:
taquicardias, sudoración, sensación de mareo...
A nivel cognitivo,
aparecen pensamientos de anticipación de peligro;
me puede pasar algo o puedo provocar un accidente.
Y a nivel conductual, aparece la evitación;
es decir, uno deja de conducir.
-¿Cómo es el tratamiento para superar la amaxofobia?
-Tiene unas sesiones que realizamos aquí, en consulta,
porque lo que queremos es exponernos,
pero con una serie de habilidades que nos faciliten esa exposición;
si no, sería muy difícil.
Para eso contamos con unas gafas de realidad virtual
en las que yo te voy a exponer a lo que a ti te da miedo.
Si te da miedo la carretera, a la carretera.
Si te da miedo la lluvia, a la lluvia.
-El paciente, cuando se expone a la realidad virtual,
es como si estuviera en la situación real.
Puede estar al volante del coche
o sentado en el asiento del copiloto...
Y esto lo conseguimos mediante gráficos generados por ordenador,
gráficos 3D, hiperrealistas,
que permiten al usuario realmente ponerse en esa situación.
-Ahora hay una incorporación y viene un bus por la izquierda.
-Estos estímulos pueden variar mucho de paciente a paciente.
Hay pacientes con miedo a incorporarse a la autopista
con muchos coches y camiones...
Todos estos estímulos son controlables por el profesional
para adaptar la experiencia
a las necesidades de tratamiento de cada paciente.
-Respira debidamente como hemos aprendido a hacer...
Y vas a ir viendo cómo la ansiedad va bajando.
-Cuando suba al coche, ¿qué es lo primero que debo hacer
para controlar un poco la ansiedad?
-Un poco lo que aprendemos previamente a hacer aquí.
A nivel fisiológico,
tratar de llevar la musculatura relajada,
respirando abdominalmente y controlando esos pensamientos;
de manera que cuando llegas al coche,
a nivel fisiológico y cognitivo, vas mucho más relajada,
porque llegar a la exposición sin haber trabajado eso previamente
no tendría sentido.
Sí, uno de los más importantes es reducir la velocidad;
dejar mucha más distancia...
Y el tercero, el buen mantenimiento
de neumáticos, escobillas y cristales.
Venga, vamos a probarlo.
Vamos a hacer un ejercicio ahora
sobre todo para reforzar la importancia de la velocidad.
Es superficie de baja adherencia y además en curva.
Vamos a probarlo a 30 km/h y vamos a desconectar el ESP.
El coche se mantiene, no hace absolutamente nada...
Ahora vamos a subir un poco la velocidad.
Sí, vamos a subir a 40.
Esto es lo que pasaría; derraparía...
¿Qué tal?
¿Qué ha pasado?
No te esperabas lo que iba a ocurrir,
te asustaste y te fuiste al freno.
Exacto.
Todo sucede muy rápido en la realidad.
Efectivamente.
A 30 km/h Marta controló el vehículo
y a 40 km/h se fue el coche de atrás.
Pues esto imagínate a 100 km/h en una carretera mojada en curva...
Pues me lo saqué todo a la primera.
En el teórico recuerdo que tuve un fallo...
Y el práctico igual; todo a la primera.
Fue llegar y topar.
Pues hace exactamente cuatro años que me lo saqué.
Eso venía comentando, que todavía, y toco madera,
todavía no me han multado nunca.
No, nunca he cambiado una rueda.
Bueno, iba acompañando a mi padre y fue lo típico, ¿no?
Te pasan las pruebas y todo estaba correcto...
Y muy bien.
Siempre que noto las ruedas que están un poco flojas,
siempre voy al taller y que me lo miren con seguridad
y ya está.
Estará en el maletero, ¿no?
Claro, no hay otro sitio donde llevarlo.
No, yo soy tranquilo.
A veces me encuentro a alguien que me desespera un poco,
pero bueno, normal, normal. Soy tranquilo.
Un nueve. Un nueve.
¿A quién cogería de copiloto? Ahora mismo a mi guitarra.
La ventanilla de la derecha.
(RÍEN)
No, no...
¡Grabando!
Hoy las precauciones con la lluvia en carretera; efectos del consumo de alcohol al volante; peatones y ciclistas en las ciudades. Invitado: Pedro Carreño.