El economista Eduard Punset presenta este espacio de divulgación científica. El contenido del programa abarca la medicina, la química, las Tecnologías de la Información y la Comunicación y todas aquellas disciplinas que puedan englobarse bajo el paradigma de la ciencia.
Según el propio Eduard Punset
"REDES nació en Madrid, y durante la primera temporada contábamos en el plató con la presencia de famosos artistas o empresarios acompañados de científicos. Aportaba dinamismo, pero nos dimos cuenta de que debíamos profundizar en el conocimiento científico si queríamos que los propios científicos se dieran cuenta de que sus investigaciones también importaban en la vida cotidiana de la gente, y que la gente descubriera hasta qué punto la utilización del método científico en lugar del dogmatismo iba a transformar sus vidas. La ciencia estaba transformando el mundo.
Estoy contento de que REDES fuera un programa pionero en la comprensión pública de la ciencia, en la utilización del primer plató virtual de la televisión en España, en el recurso a la animación 3D y de las videoconferencias. Al principio, éstas se entrecortaban a menudo y los desfases entre el discurso y la vocalización daban una apariencia de extraterrestres a los entrevistados.
REDES se trasladó en 1997 a Sant Cugat, desde donde todavía se coproduce entre TVE y el grupo de científicos y periodistas jóvenes que constituye la productora smartplanet. Este equipo ha logrado demostrar que ciencia y entretenimiento se pueden unir para que en este tercer milenio la ciencia, por fin, irrumpa en la cultura popular.
El blog de Eduard Punset: http://www.eduardpunset.es/
Subtitulado por TVE.
El bienestar animal está en boca de todos
y en un país como el nuestro forma parte, incluso,
del debate de la esfera política.
Pero, ¿sabemos si las demás especies animales
gozan verdaderamente de bienestar?
La experta en comportamiento animal, Marian Stamp-Dawkins,
afirma que tendemos a creer que lo que es bueno para nosotros
también lo es para los otros animales.
Y advierte de que esto no es necesariamente así.
En este capítulo de Redes, Stamp-Dawkins charla con Punset
sobre la necesidad de contrastar científicamente lo que sabemos
acerca de la calidad de vida de los animales.
Y, en su sección, Elsa Punset nos enseña cómo en nuestra evolución
los humanos estamos ampliando nuestra capacidad de empatía,
incluso hacia otras especies.
Creo que una de las dificultades radica en definir
a qué nos referimos.
¿Qué queremos decir con bienestar animal?
Suena muy vago y me parece realmente importante
encontrar una buena definición con la que todos estemos de acuerdo.
En mi opinión, una manera de definirlo es decir
que el bienestar animal consiste en que los animales
estén sanos y tengan lo que quieran.
Si se cumplen ambas cosas en el cuidado de los animales,
por lo general, tendrán un bienestar adecuado.
¡Exacto! Creo que es un argumento muy contundente,
incluso para los que no creen que el bienestar animal
sea demasiado importante porque, como dices,
gran parte de las enfermedades humanas proceden de los animales.
No hay más que pensar en la gripe aviar o porcina
y ya está todo dicho.
Así que, si le damos valor la salud humana,
la salud animal es muy importante,
tanto en lo que concierne a los animales que nos rodean
como a los animales que comemos.
Nadie quiere dar a sus hijos comida en mal estado.
Tener alimentos sanos y animales sanos nos beneficia
también a nosotros.
Creo que es un argumento importante que se puede esgrimir
en pro del bienestar animal, pues lo respalda incluso
ante quienes no creen que los animales sean
tan importantes como las personas.
Debemos tener en cuenta, de algún modo,
no solo lo que hace que estén sanos,
sino lo que quieren.
¿Quieren tener más espacio, quieren estar juntos,
quieren estar separados, qué tipo de alimento prefieren?
También debemos entender este tipo de cosas.
¿Qué prefiere una vaca lechera?
¿Pastar a campo abierto o comer pienso en un sitio cerrado?
Según Marian Stamp-Dowkins, saber qué quieren los animales
constituye uno de los dos pilares
sobre los que se sustenta su bienestar.
¿Y qué quieren?
A menudo nos dejamos llevar por nuestras creencias y emociones
y pensamos que si algo nos beneficia como humanos,
eso también les irá bien a los animales.
A esta tendencia de atribuir cualidades humanas
a los demás animales, se la denomina antropomorfismo.
Pero, a menudo, las investigaciones muestran resultados
para nada esperados, que pueden, incluso, contradecir lo que creemos
que beneficia a los animales.
Por este motivo, Stamp-Dawkins sostiene que hace falta
mucha más base científica que el mero argumento antropomórfico
cuando hablamos de bienestar animal.
Entonces, ¿cómo podemos averiguar científicamente
qué quieren los animales?
Veámoslo con el ejemplo de la vaca.
Parecería lógico pensar que, de poder elegir,
la vaca optaría por salir al aire libre,
puesto que ésa es la alternativa más natural.
Para averiguarlo, en un experimento se dio a las vacas de una granja
a escoger entre salir al pasto o comer pienso en un cobertizo.
Se hizo durante unos días tras ser ordeñadas.
Los resultados mostraron que las vacas
eligieron el cobertizo casi el doble de veces que el pasto,
incluso pudiendo cambiar de un sitio al otro libremente.
De manera parecida, podemos estimar qué quieren los animales
ofreciéndoles opciones a elegir.
También se pueden exponer a algún alimento
u objeto desconocidos o cambiarlos de entorno.
Se puede hacer repetidas veces y observar cómo reaccionan
y si muestran signos de adaptación.
Otro método consiste en observar y monitorizar su actividad.
Las acciones de un animal pueden decir mucho
de sus preferencias en cuanto al hábitat, comida, rutas,
área de distribución...
En cualquier caso, saber qué quieren los animales
no deja de ser una tarea difícil, entre otros motivos,
porque los animales no siempre responden igual
ante un mismo estímulo y pueden cambiar de opinión.
Además, lo que eligen los animales no tiene por qué ser lo mejor
para el otro pilar de su bienestar: la salud.
Sí, creo que es un muy buen ejemplo de que intentar averiguar
lo que quieren los animales puede arrojar respuestas sorprendentes.
He aquí una gallina que incuba huevos durante 21 días.
No puede alejarse del nido, porque sería demasiado peligroso
a causa de los depredadores.
Toda su fisiología cambia, no es solo que no coma,
¡es que no quiere comer!
Lo descubrimos dándole comida y constatando que no la quiere.
¡Hasta tal punto le ha cambiado la fisiología!
Es un muy buen ejemplo de que necesitamos
recabar pruebas científicas para decidirlo
porque debemos analizar los índices de mortalidad
de los animales en el interior y el exterior,
pero también ver si en realidad quieren salir o no.
Podemos llevarnos alguna sorpresa.
Por ejemplo, en pleno invierno, en Reino Unido,
los animales no quieren salir.
En cambio, en verano sí que quieren.
Hay que proporcionarles condiciones diferentes según convenga.
Hemos descubierto otras cosas que no les gustan.
Por ejemplo, a los pollos no les gusta salir
a lugares sin árboles, prefieren ir a zonas arboladas.
Podemos darles algo que quieran para instarlos a que salgan.
Me parece que es muy difícil decidirlo de antemano,
cómodamente apoltronados en una butaca.
Hay que salir ahí fuera y descubrir lo que realmente resulta
más conveniente para la salud de los animales,
pero también lo que quieren.
Fue famoso porque su dueño afirmaba que podía realizar
operaciones matemáticas, sumas y demás.
Se le podía preguntar cuánto eran dos mas dos
y golpeaba los cascos sobre el suelo cuatro veces.
Si se le pedía que hiciera una resta o una multiplicación,
la hacía.
Parecía un genio matemático.
Fue necesario un profesor alemán llamado Oskar Pfungst
para demostrar que lo que hacía el caballo era muy inteligente,
pero no guardaba relación alguna con las matemáticas.
Captaba las pistas de la persona que tenía al lado.
Si esa persona pensaba que la respuesta era cinco,
el caballo ofrecía la respuesta de cinco;
si era tres, el caballo daba la respuesta de tres.
Lo que hacía era muy inteligente:
observaba cuidadosamente la conducta de alguien
y se daba cuenta de que algo en esa conducta podía proporcionarle
una pista sobre cuál era el número adecuado.
De hecho, cuando veía a la persona relajarse ligeramente,
sabía que se trataba del número correcto.
Se percató, fue lo suficientemente listo como para darse cuenta
de que si al detectar esa señal de relajación en su acompañante
dejaba de golpear el suelo, obtenía un terrón de azúcar.
Era una estrategia muy perspicaz, pero no tenía nada que ver
con las matemáticas.
Es muy interesante, porque mencionas la evolución del cerebro
y los cerebros evolucionan añadiendo piezas, por así decirlo.
Tenemos gran parte del cerebro en común con los reptiles,
pero se han ido añadiendo otras funciones.
Así que, en algunas cosas, somos distintos
pero seguimos compartiendo muchas de las antiguas
conexiones evolutivas.
Tenemos mucho en común, pero también hay nuevas funciones,
la mayor parte de las cuales están asociadas con el lenguaje
y con nuestra capacidad de hablar, de comunicarnos con palabras.
La conciencia es el mayor misterio de la biología.
Conocemos muchas otras cosas pero, la verdad sea dicha,
no entendemos en absoluto la conciencia.
Tampoco entendemos en qué momento de la evolución surgió.
Si entendiéramos el concepto en nosotros mismos,
si supiéramos cuándo el cerebro humano cobró conciencia,
eso nos ayudaría, nos daría pistas
sobre cómo es un cerebro consciente y cómo es un cerebro inconsciente.
Pero ni siquiera lo entendemos en nosotros mismos.
Sería esperable pensar que estudiar a las personas
que recuperan la conciencia tras una anestesia
nos permitiría responder a preguntas como ¿cuándo cobramos conciencia?
¿Qué hace el cerebro tras la anestesia
para recuperar la conciencia?
Pero ni siquiera entendemos eso y menos aún la diferencia
entre lo que nos hace conscientes y lo que no.
Además, ¡hacemos un montón de cosas de modo inconsciente.
Tareas como conducir un coche o tocar un instrumento
las realizamos sin que entre en juego del todo la conciencia.
Creo que si entendiéramos mejor nuestra propia conciencia,
podría darte una respuesta más coherente.
Bueno, es un tema muy interesante porque tenemos lenguaje
y, por ende, podemos utilizar palabras para comunicarnos.
Otros animales carecen de lenguaje y deben observarse unos a otros
con detenimiento.
Por ejemplo, los caballos están pendientes del resto
porque uno de ellos puede haber detectado un foco de peligro;
tienen que mirarse unos a otros porque tal vez deban
salir corriendo a la vez.
Así que se han acostumbrado a observar
a los depredadores y al resto de su especie
y, quizá, sean mejores a la hora de percatarse del lenguaje corporal
porque nosotros debemos aprender conscientemente
a usar el lenguaje corporal porque, en lugar de eso,
recurrimos casi siempre a las palabras.
Te despiertan por la mañana supercontentos,
como si fuera una fiesta, tu cumpleaños o algo.
Y entonces te pone esa cara de... "lo siento",
y se siente mal, pero como los niños, igual.
Igual me lo invento, pero yo tengo la sensación
de que en todo momento sé cómo está.
En los ojos se ve todo.
Transmiten su energía, igual que captan la tuya.
Muerde el pantalón, se acerca a mí, es su manera de llamarme la atención.
Cuando no vemos un animal, evidentemente, no hay empatía
porque si tú ves una pechuga de pollo
o un niño ve una pechuga de pollo, no piensa que ahí hay un pollo,
piensa que eso es comida, y ya está.
Es imposible la empatía.
Prefiero no pensarlo porque sabes que un cerdo o una vaca,
que en otros sitios son venerados y cuidados, aquí son ganado.
Por suerte o por desgracia, nosotros somos de "si no veo nada
es como si no pasara".
Si un animal ha estado teniendo una vida
que ha sido de sufrimiento para que esté en mi mesa,
no me parece bien.
Creo que se debería evitar y espero que en el futuro
eso no ocurra.
No es como, es uno más de la familia, es mi familia entera.
Tienes que educarlo, le tienes que premiar, te hace compañía,
le haces compañía, tiene buenos días, malos días...
Yo he tenido un perro que murió de una enfermedad
y lo he vivido como si cuidara de un familiar.
Principalmente, los que vienen a equinoterapia son niños
con trastornos del comportamiento y plurideficientes.
La equinoterapia es una actividad terapéutica complementaria.
En ningún momento podemos pretender que supla
nada de lo que está haciendo.
La equinoterapia lo que nos permite es abordar diferentes áreas
en un mismo espacio.
En un entorno natural, con una percepción del entorno,
con la percepción del movimiento que nos da el caballo...
-El calor. El calor, porque el caballo es un animal
que tiene una temperatura más alta, con lo cual hay una transmisión
de calor a nivel físico, que siempre es agradable...
Sí, por el carácter, el temperamento, el instinto muy profundo del poni,
el instinto de amistad, de peluche.
La ventaja del poni en este caso es que nos permite trabajar
en diferentes áreas a la vez.
Nos permite trabajar en el área emocional, como bien has dicho,
en el área física, sensorial, porque tú subes en el animal
y esto te da una percepción del entorno totalmente diferente
que la que tienes desde el suelo.
Además, al moverse, el caballo también enseña al niño
que se está desplazando de una forma que no es la habitual.
Cuando trabajamos en equinoterapia, es como si el poni percibiera
que esa persona tiene ciertas dificultades
y que él se tiene que comportar de una manera diferente.
A veces, cuando el niño está solo encima y se desequilibra,
el poni se para. Automáticamente.
A veces, estoy aguantando el caballo con Ricard
y el poni se para porque ya ha anticipado
que el niño ya está en pérdida de equilibrio.
Esto no es una doma que hayamos hecho con los caballos y los ponis.
Y es algo que se produce en las dos direcciones,
tanto del caballo hacia el niño como del niño hacia el caballo,
con lo cual es una combinación de relaciones muy bonita.
A veces he sentido emoción, al ver no solo a los niños,
porque yo sé lo que trabajo con ellos y hasta dónde puedo llegar,
pero los padres dicen: "¿Pero puede hacer esto el niño?"
Claro que puede, claro que puede, dale las herramientas.
¿Por qué los zapatos de mi hermano huelen tan mal?
Subtitulación realizada por: Virginia Sander.
El bienestar animal está en boca de todos. Pero, ¿sabemos si las demás especies animales gozan verdaderamente de bienestar? La experta en comportamiento animal Marian Stamp-Dawkins afirma que se tiende a creer que lo que es bueno para nosotros, también lo es para los otros animales, y advierte de que esto no es necesariamente así.
En este capítulo de Redes, Stamp-Dawkins charla con Eduard Punset sobre la necesidad de contrastar científicamente lo que sabemos de la calidad de vida de los animales. En opinión de esta experta, el bienestar animal consiste en que los animales estén sanos y tengan lo que quieran, que sus preferencias cuenten; es decir, saber si quieren tener más espacio, si quieren estar juntos o separados, o qué tipo de alimento prefieren.
En su sección, Elsa Punset enseña cómo, en nuestra evolución, los humanos estamos ampliando nuestra capacidad de empatía, incluso hacia otras especies.
El bienestar animal está en boca de todos. Pero, ¿sabemos si las demás especies animales gozan verdaderamente de bienestar? La experta en comportamiento animal Marian Stamp-Dawkins afirma que se tiende a creer que lo que es bueno para nosotros, también lo es para los otros animales, y advierte de que esto no es necesariamente así.
En este capítulo de Redes, Stamp-Dawkins charla con Eduard Punset sobre la necesidad de contrastar científicamente lo que sabemos de la calidad de vida de los animales. En opinión de esta experta, el bienestar animal consiste en que los animales estén sanos y tengan lo que quieran, que sus preferencias cuenten; es decir, saber si quieren tener más espacio, si quieren estar juntos o separados, o qué tipo de alimento prefieren.
En su sección, Elsa Punset enseña cómo, en nuestra evolución, los humanos estamos ampliando nuestra capacidad de empatía, incluso hacia otras especies.
Añadir comentario ↓
Iván yo estoy de acuerdo contigo en la conclusión sin embargo, a mi parecer, deberían dar el dato de si esas vacas fueron criadas en el pasto o en la granja y si es posible concretar más, el lugar donde fueron criadas también sus progenitoras. Pienso que esto es bastante importante ya que los animales se guían por costumbres. Un saludo.
En el programa de redes sobre el bienestar animal importa, hay una cosa que no se tiene en cuenta sobre que las vacas prefieran estar más tiempo encerradas y comiendo pienso en lugar de estar fuera y pastando, y es que no son "tontas" y se hacen cómodas, el grano es más fácil de masticar que la hierba, cuesta menos, rumiar la hierba es más costoso, por lo tanto preferiran si les dan la opción el pienso más veces, es lógico, pero éso no es lo natural... Y en cuanto a elegir estar más tiempo encerradas es porque se sienten más seguras que a campo abierto sin árboles ni vegetación, también es lógico. Un saludo!