(Música)
"Millones de años de evolución
han modelado un mundo
fascinante y diverso
donde habitan especies únicas.
Seres que tejen
complejos ecosistemas
en los que la vida emerge.
Soy Evelyn Segura, bióloga".
Mi pasión es dar a conocer
las maravillas naturales
para preservarlas.
(Música)
Juntos descubriremos las historias
más increíbles del mundo animal.
(Continúa la música)
"Desde pequeños nos enseñan
que hay ciertas normas
en la sociedad que debemos cumplir".
Hola, ¿me pone un café con leche
y un cruasán a la plancha?
Un té, por favor. Perdona.
Un té... Un té para mí.
Por ejemplo, no colarnos.
Estas reglas sirven para evitar
conflictos.
Perdona, ¿me permites un segundo?
"Nos enseñan que hay
que respetar las propiedades ajenas.
Robar está feo
y, además, es un delito.
También está muy mal
irse de los sitios sin pagar".
Entre los humanos
esto que acabo de hacer
es moralmente reprobable
e incluso ilegal,
pero en la naturaleza
a menudo los códigos son distintos
y hay verdaderos gorrones
que se aprovechan de otros.
Hoy los descubriremos.
Pero antes dejadme que vaya
a pedir disculpas y a pagar.
(Música)
"Un ejemplo clásico de un animal
que se aprovecha de otro es el cuco.
De las más
de 130 especies que existen,
casi la mitad ponen sus huevos
en los nidos de otras aves".
A esa estrategia se le llama
parasitismo de puesta o de cría.
De este modo los cucos
ahorran tiempo y energía
en la construcción del nido
y la alimentación de los polluelos.
(Música)
"Las hembras
suelen introducir un único huevo
en el nido
de la especie hospedadora.
En Europa sus víctimas preferidas
son el carricero,
la bisbita o el acentor comunes.
Aparentemente, los inquilinos
no se percatan del huevo impostor.
Lo incuban hasta que eclosiona.
Generalmente
algunos días antes que el resto.
Pero el recién nacido
todavía no ha culminado su objetivo.
Empuja el resto de los huevos fuera
del nido hasta que solo queda él.
Y si los huevos
ya han eclosionado...
no tiene reparos en lanzar
a los polluelos al vacío".
(Música)
"Los padres adoptivos
siguen alimentando a la única cría
que ha quedado en el nido: el cuco.
Crece tanto que los puede llegar
a superar en tamaño".
(Música)
La estrategia del cuco
nos puede parecer brutal, inmoral
y tremendamente cruel,
pero, como siempre os digo,
no hay que otorgar
atributos humanos a los animales.
(Música)
"Pero si la estrategia del cuco
os ha puesto los pelos de punta,
esperaos a ver qué sucede
en el mundo de los invertebrados".
(Continúa la música)
"En el Museu de Ciències Naturals
de Barcelona hay una especialista
que seguro que nos va a descubrir
algunas historias espeluznantes.
Berta Caballero es la conservadora
de la colección de artrópodos
de esta institución.
Ha realizado estudios sobre
las redes tróficas de artrópodos
en distintos
ecosistemas mediterráneos".
Berta, la colección de artrópodos
del museo es realmente espectacular.
Háblame un poco más de ella.
Trabajamos
con 2 millones de especímenes
y tenemos representantes
de la mayor parte de órdenes
y familias de todo el mundo.
Quizá deberíamos explicar
que los artrópodos engloban
crustáceos, o sea, gambas, cangrejos,
ciempiés y milpiés, arañas
y todos los insectos.
Es un cajón así como muy amplio.
El 80 % de los animales que hay
sobre la tierra son artrópodos.
O sea, presentan
todas las estrategias funcionales
que os podáis imaginar
y una de ellas es el parasitismo...,
pero no hay muchos insectos
o artrópodos que sean parásitos.
Lo que pasa que,
como nos molestan bastante,
les damos con mucha importancia.
Entonces, como parásitos,
hay mosquitos,
hay garrapatas, piojos, pulgas...
Muchos de ellos presentan estrategias
parecidas a nivel de aparato bucal,
el tipo
de extremidades que presentan,
que se parecen
como mucho entre ellas,
pero vienen de grupos muy distintos.
(Música)
Es hablar de pulgas y piojos
y me empieza a picar todo el cuerpo.
Pero vistos de cerca
son insectos realmente fascinantes.
Bueno...
Igual no...
O sí. No sé.
"A diferencia
de lo que mucha gente cree,
los piojos no vuelan
ni saltan de cabeza en cabeza.
Eso sí, caminan bastante rápido.
A unos 30 cm/min.
Pasean por encima de la piel
buscando las venas
del cuero cabelludo para perforarlas
y alimentarse de nuestra sangre
como diminutos vampiros.
Pero sin capa,
e inmunes a las cruces y los ajos".
(Música)
"Como muchos otros parásitos,
los piojos son muy selectivos
con sus huéspedes.
La especie que ataca a los humanos
no es la misma
que la que afecta a los primates.
Incluso son selectivos
con sus preferencias en el cuerpo.
Las especies que encontramos
en la cabeza de los humanos
son distintas de las que parasitan
el cuerpo o el vello púbico".
Tengo una buena
y una mala noticia sobre los piojos.
La mala es que ya existían
en la época de los dinosaurios
y los humanos todavía
no hemos conseguido
una forma definitiva
de acabar con ellos.
La buena es que,
a pesar de lo molestos que son,
no transmiten enfermedades.
"Pero las pulgas
ya son otra historia...
Son menos remilgadas
con los hospedadores,
mientras que sean
de sangre caliente.
No viven pegadas a él, sino cerca,
para poder hincarle el diente
cuando tienen hambre.
En el siglo XIV
fueron los responsables
de la muerte de unos
50 millones de personas en Europa.
Un tercio de toda la población
de ese momento.
La culpa no la tuvieron
estrictamente las pulgas,
sino la bacteria que transmitían:
la mortífera yersinia pestis,
responsable de la peste bubónica.
A través de las ratas
infectaban a los humanos.
Las mordeduras de las garrapatas
en sí no son peligrosas,
pero como las pulgas, pueden
transmitir enfermedades graves
como el tifus
o la enfermedad de Lyme.
Su estrategia para alimentarse
es muy cómoda.
No corren tras sus huéspedes.
Ni tan solo saltan sobre ellos
cuando están cerca.
Esperan pacientemente
encaramadas sobre una hoja
a que una víctima de sangre caliente
se acerque y la rocen.
El incauto no nota ni su mordedura
ya que inoculan una sustancia
anestésica para no ser detectadas.
Afortunadamente, en ocasiones,
hay alguien dispuesto
a librar a los huéspedes
de sus parásitos.
Esto parece una imagen
de concordia entre especies.
Esta ave, el picabueyes,
se encarama a los grandes herbívoros
y se come los insectos de su piel.
Además, desde esta atalaya, advierte
de los peligros a su montura
con sus estridentes gritos.
Al fin una relación
donde nadie se aprovecha del otro.
¿O las apariencias engañan?".
(Música)
Durante mucho tiempo se consideró
que la relación entre el picabueyes
y estos herbívoros era
un perfecto ejemplo de mutualismo
donde ambas especies
saldrían beneficiadas,
pero resulta que la alianza
no es tan idílica.
"Estudios recientes han revelado
que en muchas ocasiones
el picabueyes no solo come
lo que encuentra encima de la piel,
sino también debajo.
Aprovecha heridas abiertas para
alimentarse de la sangre del animal,
incluso a veces
las provoca él mismo.
A menudo también le arranca pelo
con su pico para fabricarse el nido.
Para determinar
si a pesar de los picotazos
al mamífero le salía a cuenta
tener a estas aves como un mal menor
ante los parásitos
se hizo el siguiente experimento.
Se separó un rebaño de bueyes
en dos grupos.
En uno de ellos se dejó que los
picabueyes se alimentarán libremente
y en el otro los espantaban
cada vez que se acercaban.
Al cabo de un mes
contaron cuántos parásitos y heridas
tenían los animales de cada rebaño.
Resultó que todos tenían
un número parecido de parásitos,
pero el grupo con picabueyes
tenía, además, muchas más heridas.
Así que otro aprovechado".
Eso sí, los rumiantes
que porteaban picabueyes
tenían menos cera en las orejas.
Parece ser que a estos aprovechados
les encanta.
(Música)
"El picabueyes
no es la única ave avispada.
Por el cielo
vuelan auténticos abusones".
(Música)
A escala humana, el págalo parásito
sería como aquel pillastre
que le roba el bocadillo
a un compañero a la hora del patio.
Un verdadero granuja.
Practica el cleptoparasitismo.
En otras palabras,
el arte de apropiarse de lo ajeno.
"El págalo
es un ave marina migradora
similar a una gaviota
de mediano tamaño.
Su vuelo es ágil y potente
y su pico tiene forma de gancho.
En España se le puede ver
en su paso migratorio.
Tiene fama por su comportamiento
agresivo con otras aves marinas
a las que persigue y ataca
para robarles la comida.
En época de cría defiende
aguerridamente su territorio.
Solo ella puede saquear en su zona.
Acosa preferentemente a determinadas
especies como el charrán común,
una de sus víctimas preferidas".
Es una especie muy polimórfica,
es decir, muy variable
en cuanto al color de su plumaje.
Algunos estudios sugieren que esa
estrategia impide que sus víctimas
lo reconozcan
antes de perpetrar sus ataques.
"El págalo parásito no es la única
especie que utiliza esta estrategia.
Los rabihorcados o fragatas
suelen acosar a los piqueros
volando cerca de ellos,
incluso tirando de su cola
hasta que regurgitan su alimento".
(Música)
"Algunas especies de gaviotas
también se intentan aprovechar
del trabajo de otros.
Incluso pueden robar el alimento
a los pescadores si se despistan.
No solo entre las aves
encontramos ladrones.
Los guepardos lo saben bien.
Es el vertebrado
terrestre más rápido
y pocas presas
escapan de sus garras.
Pero otras especies están
siempre pendientes de sus logros".
(Música)
"Como los buitres,
que esperan su turno
para apurar los restos del botín.
Para hienas y leones
estas aves son la señal inequívoca
de que el guepardo ha tenido éxito
y se acercan con cautela.
Como van en manada
pueden atacar por distintos flancos
y el guepardo está en minoría.
En algunas zonas de África
se estima que a estos felinos
les roban
hasta un 10 % de las presas.
Una cifra nada despreciable".
(Música)
Pero hay parásitos con estrategias
mucho más refinadas
que las de las hienas.
No necesitan
ir a buscar a sus víctimas.
Son ellas
las que acuden directamente.
"Señora Evelyn, tiene una visita".
Dile que pase.
"El parásito
que provoca la toxoplasmosis
es un protozoo que está presente
en un tercio de la población humana
y en muchas otras especies
de mamíferos y aves".
(TOSE)
"En los humanos causa síntomas
parecidos a los de la gripe
y no suele provocar
grandes problemas.
Salvo en las mujeres embarazadas,
las que puede provocar
complicaciones graves
para ella y el feto.
Nos solemos infectar al comer carne
en mal estado o poco cocida.
Aunque puede hospedarse
en muchos animales distintos,
necesita a los gatos para completar
su ciclo de reproducción sexual.
¿Y qué mejor forma de llegar
a un gato que a través de un ratón?
Su estrategia
para conseguirlo es sibilina.
Cuando infecta a un ratón
se instala en su cerebro
y consigue
modificar su comportamiento
de modo que pierde
su aversión innata a los gatos.
De este modo se convierte
en una presa fácil para los felinos
y termina entre sus fauces.
El parásito consigue su objetivo:
llegar al gato para reproducirse".
(Música)
Esa estrategia de control mental
no es exclusiva de este protozoo.
¿Habéis oído hablar alguna vez
del terrorífico caso
de los caracoles zombis?
"Leucochloridium paradoxum
es un gusano plano
que usa de huésped a los caracoles
para que le lleven a
su verdadero objetivo: los pájaros.
Cuando el parásito infecta al
molusco toma posesión de su cerebro.
Como el cuerpo es translúcido,
a través de sus antenas
se puede ver al gusano
que genera un efecto
como de luces de colores".
Más allá de darle
un aspecto de lo más curioso,
modifica su comportamiento
y le obliga a desplazarse
a zonas elevadas
donde los pájaros puedan verle.
(Música)
"Aunque los caracoles no suelen ser
la presa preferida de las aves
por su duro caparazón, el movimiento
y el color de sus antenas
les recuerdan al de algunas larvas
de las que se alimentan
y se lanzan a por ellos.
Los parásitos
ya han llegado donde querían".
Berta, a mí me parece increíble la
estrategia que tienen esos gusanos
para lograr su objetivo.
¿Entre los artrópodos también
existen comportamientos parecidos?
Sí, podríamos hablar de parasitoides.
Que... en el fondo es...,
imaginaros, como una avispita
que ponen sus huevos,
o su huevo, dentro de una oruga.
Durante un tiempo conviven.
Este huevo va creciendo,
se va haciendo una oruga pequeña
y convive dentro de la otra oruga
hasta que llega un momento
en que la oruga atacante
acaba matando a la oruga huésped.
Acaba saliendo, haciéndola pupa,
y acaba saliendo el adulto
de avispita, del parasitoide.
Tendríamos que distinguir entre
lo que son parasitoides y parásitos.
Parásitos como garrapatas y piojos
difícilmente matarían a su huésped,
o sea, se alimentan de su huésped,
pero no lo matan.
El parasitoide
siempre mata a su huésped.
Y de parasitoides... se considera
que hay un 10% de las especies
descritas a nivel del mundo
que son parasitoides.
Es un sistema
que es como muy complejo.
Muchas veces son redes tróficas más
complejas de lo que antes se pensaba,
pero muchas veces
los parasitoides y preparasitoides
dan estabilidad a las redes tróficas.
Aunque parezca que es una cosa
así como muy terrible...
Realmente no hay buenos ni malos
en estas relaciones
porque sería una visión
muy antropocéntrica, en todo caso.
Sí. En el fondo, lo que hay,
es como más estabilidad
de la que parece.
Contra más elementos,
contra más especies, mejor.
Más estables
son estas redes tróficas.
Y, por otra parte,
hay comunicaciones entre grupos.
O sea, tenemos que a veces hay...
Nos podemos imaginar
como un árbol o una planta
que está siendo..., sus hojas
están siendo devoradas por orugas,
y luego, lo que hacen, es enviar
una especie de señal de alarma
a ciertas especies de avispitas que
son los parasitoides de esta oruga
y que, de alguna manera, controlarán
que esta oruga no se desborde,
no se desmadre, y que las poblaciones
estén más controladas
favoreciendo a este árbol.
¿Hay algún grupo concreto, entre
todos los artrópodos que existen,
que se lleve la palma
en cuanto a aprovecharse de otros?
Sí y no. Pero, bueno, por ejemplo,
podríamos tener
a las especies que producen agallas.
Tenemos que imaginarnos
avispitas o ácaros o pulgones
que, lo que hacen, es poner los
huevos en la piel de ciertas plantas.
Puede ser en la hoja, en el tallo,
en la raíz, en los brotes...
Y de ahí la planta nota
que está siendo parasitada, atacada,
y hace como
un recubrimiento especial.
Este tipo de recubrimiento
será específico
según qué especie
la está parasitando.
O sea, si es
la avispita de especie uno
siempre hace la bola
de aquella manera.
Si es la avispita especie dos
hará la bola más deformada,
más enrojecida...
Hay determinados huéspedes
que tienen unas agallas asociadas
según quién lo está atacando.
¿Y puede salir
algo bueno de una relación así?
Se considera que las agallas
es un mecanismo como muy complejo,
poco estudiado,
pero se considera que muchas veces
las plantas que tienen agallas
están como más protegidas
delante de los herbívoros.
O sea que a veces es como un problema
pero que en el fondo está ayudando
a la planta a no ser
tan consumida, tan devorada.
"Entre las hormigas
se dan casos de lo que se conoce
como parasitismo social, es decir,
todo un grupo de individuos
vive a expensas de otro.
Algunas incluso
practican el esclavismo.
Atacan colonias vecinas
de otras especies, roban las larvas
y las llevan hasta su hormiguero.
Al nacer se ocuparán
de todas las tareas del hormiguero,
como limpiarlo
o alimentar a la reina".
Lo interesante de las relaciones
entre huésped y parásito
es que se rigen por el dicho
"Dios aprieta, pero no ahoga".
Al aprovechado no le conviene matar
al que le da de comer,
pero mejor
os lo cuento con una metáfora.
(Música)
Entre el huésped y el parásito
se establece un nuevo equilibrio.
"Se mantiene
según un modelo matemático
conocido como las ecuaciones
de Lotka―Volterra.
Ambos sobreviven si ninguno de ellos
tira demasiado de la cuerda".
El huésped cae sin llegar a morir.
(Música)
"Ni siquiera el mundo vegetal
está libre de aprovechados.
A ver si encuentro
lo que he venido a buscar".
Gracias.
En Navidad, el muérdago
es símbolo de buena suerte.
Dicen que besarse bajo sus ramas
garantiza el amor eterno.
¿A quién quieres engañar?
"Es otra de las muchas especies
que utiliza a otras
en su propio beneficio.
Sus atractivos
y jugosos frutos blancos
no son comestibles para los humanos,
pero a algunas aves,
como a los zorzales, les encantan.
Su pulpa es muy pegajosa
y las semillas
se quedan adheridas a su cuerpo.
Para librarse de ellas
las aves se frotan
contra las ramas de otros árboles.
Y es aquí cuando el muérdago
empieza a mostrar su verdadera cara.
Las semillas
germinan encima de la rama,
introducen sus raíces
en la corteza de los árboles
para alimentarse de su savia".
Por eso nunca vemos muérdago
creciendo desde el suelo.
Es una planta parásita
que absorbe el agua
y los nutrientes
que necesita de su huésped.
"Crece encima de pinos y abetos,
chopos, sauces, castaños
y otras muchas especies.
No es la única planta parásita
que existe.
Se han descrito
casi 5000 especies,
entre ellas la cuscuta
o el orobanche".
(Música)
"En realidad decimos
que el muérdago es un hemiparásito,
ya que sigue realizando la
fotosíntesis con sus propias hojas.
No depende exclusivamente
del huésped para crecer.
El árbol
no se queda de brazos cruzados.
Para defenderse
de la agresión endurece su corteza
y fábrica polifenoles,
unas moléculas que limitan
el crecimiento del muérdago".
(Música)
"La evolución de las relaciones
entre huéspedes y parásitos
se parece
a una carrera de armamentos.
Mientras uno desarrolla
estrategias para aprovecharse,
el otro hace lo mismo
para intentar liberarse de él.
Y son mucho más habituales
en la naturaleza
de lo que a veces pensamos.
Aproximadamente un 40 % de todas
las especies vivas son parásitas.
Pero, aunque provoquen
problemas en los huéspedes,
son esenciales en los ecosistemas
y se estima que un tercio
de los parásitos del mundo
corre peligro de extinción".
De hecho, según como se mire,
los humanos
podríamos considerarnos parásitos
de nuestro propio ecosistema...
porque nos aprovechamos
de sus recursos
hasta límites
que ponen en riesgo su equilibrio.
Es hora
de reaccionar para no romperlo".
(Música)
(Continúa la música)