Subtitulado por Accesibilidad TVE
Millones de años de evolución
han modelado un mundo
fascinante y diverso
donde habitan especies únicas.
Seres que tejen
complejos ecosistemas
en los que la vida emerge.
Soy Evelin Segura,
bióloga.
Mi pasión es
dar a conocer
las maravillas naturales
para preservarlas.
Juntos descubriremos
las historias más increíbles
del mundo animal.
Decía el científico español
Jorge Vagensverg
que comer y no ser comido
es el lema existencial
de todo ente vivo.
En general,
la vida, se alimenta de vida,
salvo los herbívoros
y los súper depredadores
todos los seres vivos
pueden ser depredador
y presa.
Comer y ser comidos.
(Música)
Los cazadores de la naturaleza
despliegan su artillería pesada
para capturar a sus presas
y poder subsistir.
(Música)
Si una especie evoluciona
para escapar
de la voracidad de otra,
esta a su vez
desarrolla nuevos mecanismos
para atraparla.
Y si no es capaz de hacerlo,
o cambia de objetivo,
o se extingue.
(Música)
Así que
para errar lo menos posible
y garantizarse
el bocado y la supervivencia,
algunos depredadores
han desarrollado
estrategias de caza increíbles.
Seguidme con sigilo
para descubrirlas
sin que nos pillen.
(Música)
En cuanto este conejo
asoma el hocico de su madriguera,
no puede bajar la guardia
ni un segundo.
Es el manjar preferido
de muchas rapaces,
como el águila imperial ibérica.
(Música)
Y aquí
en la sierra norte de Sevilla,
siempre puede haber alguna
oteando desde las alturas,
en busca de su cena.
El águila imperial ibérica
surca los cielos
con su imponente envergadura
de hasta más de dos metros
y es capaz de recorrer
más de mil kilómetros
en dos días
sin parar ni siquiera
para cazar.
(Música)
Estas ave
es la única rapaz endémica
de la Península Ibérica.
Y está considerada
como una de las siete
aves de presa
más amenazada del mundo.
Rapaz proviene del latín
rapero
que significa:
apoderarse
o tomar por la fuerza.
El apelativo les viene,
sin duda,
como anillo al dedo.
Unas garras afiladas
para poder coger
y matar fácilmente
a sus víctimas
y un pico potente
adaptado para desgarrar
y perforar carne
son dos de sus bazas
para conseguir sustento.
Pero sobre todo
cuentan con una gran
agudeza visual.
Entre las rapaces cazadoras,
las águilas se llevan la palma
en cuanto a visión.
Yo podría intuir un conejo
a unos doscientos metros,
un águila lo detecta
a dos kilómetros.
(Música)
Su retina tienen
un millón de células
sensibles a la luz
por milímetro cuadrado.
Cinco veces más
que los humanos.
Además sus ojos
se parecen en dimensiones
a los nuestros,
aunque el tamaño de su cuerpo
es muy inferior.
Como muchas rapaces,
el águila imperial ibérica
acecha en solitario.
Tiene una zona de caza
exclusiva
pero si no hay suerte
con el menú del día,
se aleja hacia el área de caza
compartida
en busca de una mayor densidad
de presa.
Aún así
seis de cada diez
intentos de captura son fallidos.
Mucha más suerte
tiene otra rapaz:
el águila pescadora.
Se alimenta casi exclusivamente
de peces
y tiene éxito
en el setenta por ciento
de sus inmersiones.
Se lanza hasta su objetivo
en un picado
casi vertical.
Y proyecta las garras
hacia adelante
justo antes de sumergirse.
Parece un torpedo.
(Música)
Sus formidables patas
están recubiertas de escamas
para atrapar fácilmente
presas escurridizas
y que no paran de moverse.
Además,
a diferencia de otras rapaces,
el dedo anterior más externo
es reversible,
de esta manera,
clava dos garras hacia adelante
y dos hacia atrás,
¡Cualquiera se le escapa!
La capacidad
del águila pescadora
para elevarse después
de las zambullidas
es extraordinaria.
Lo consigue
gracias a sus alas
en forma de "V"
y a sus poderosos
músculos pectorales.
El águila real
tampoco se queda corta
en cuanto a potencia.
Atrapa a animales
más pesados que ella
sin necesidad de aterrizar.
Y levanta el vuelo
hasta el nido.
Pocas presas se le escapan
una vez que han caído
entre sus garras.
La presión de sus zarpas
puede ser hasta diez veces mayor
que la de una mano humana.
A menudo es suficiente
para matar a su botín.
(Música)
El éxito de la caza
no siempre depende de la potencia.
Algunas especies
son más sutiles
y recurren a artimañas
para atrapar a sus víctimas.
En la naturaleza
hay auténticas expertas
en tender emboscadas.
Todas las arañas fabrican seda
pero solo la mitad
de las especies
tejen telaraña.
Son trampas mortíferas
para los incautos
que tienen la mala suerte
de meter la pata
en una de ellas.
(Música)
La araña tigre confecciona
una red circular.
En el centro
teje una estructura
en forma de zig zag
llamada estabilimentum.
La comunidad científica
todavía desconoce su función.
Algunos apuntan
que atrae a los insectos,
otros,
que sirve para que
los animales grandes
vean la telaraña
y no la dañen en un descuido.
Y eso que una hebra de su seda
es más resistente a la tensión
que un hilo de acero
del mismo grosor.
La araña tigre
está en continuo contacto
con su red
y notan
hasta la más mínima vibración
gracias a unas células muy sensibles
ubicadas en sus patas delanteras.
En cuanto percibe
que una presa roza la trampa,
se avalanza sobre ella
y la envuelve con más seda
para inmovilizarla.
A través de unos apéndices
en su boca,
inyecta entonces el veneno,
la víctima se descompone
y la absorbe.
Otras especies de arañas
no tejen tela
para capturar a su botín.
Cazan de manera activa.
La tarántula europea
o araña lobo,
es una excelente corredora
y aprovecha sus dotes de velocista
para echar el guante a sus víctimas.
Puede recorrer nada menos
que hasta sesenta centímetros
en un segundo,
veinte veces su longitud.
Es como si yo recorriese
treinta y tres metros
en un segundo.
Pulverizaría todos los records
mundiales de velocidad,
de hecho,
sería el triple de rápida
que Husain Wol.
La tarántula europea
posee además
una vista prodigiosa,
tiene ocho ojos
dispuestos en tres filas.
Así obtiene una magnífica
visión periférica,
de gran ayuda
para moverse por el entorno,
evitar depredadores
y por supuesto, cazar.
Los machos recorren el territorio
en busca de hembras y de comida.
El color de su cuerpo peludo
les brinda
un magnífico camuflaje.
Por el contrario,
la hembra tarántula
vive toda la vida en su madriguera.
Es una galería vertical
desde donde espera agazapada
a sus presas
para luego saltar sobre ellas
y matarlas
con su veneno.
(Música)
La hormiga león
también tiene su trampa
a ras de suelo.
Pertenece al grupo
de los denominados neurópteros
y existen distintas especies.
Y a pesar de su nombre,
no son hormigas.
(Música)
En su fase larvaria sienten
predilección por las hormigas
que engullen con la verocidad
de un león.
Así que más bien,
serían leones de hormigas.
Por su aspecto,
a mi me recuerdan
a algunos de los peores monstruos
de las películas de ciencia-ficción.
Un equipo de investigadores
liderados por la universidad
complutense de Madrid,
ha descubierto una nueva especie
de este insecto
en el sur de la península
y en el norte de Túnez.
Para cazar,
la larva excava su nido
en el suelo
con forma de embudo
y se entierra cabeza arriba
con sus poderosas armas
preparadas para actuar.
Dos formidables mandíbulas.
Cuando la víctima
pasa por la trampa,
la hormiga león
le tira tierra encima
para que resbale una y otra vez.
La presa cae en el hoyo
por más que intente escapar.
El final
¡ya os lo podéis imaginar!
En su fase adulta
la hormiga león guarda semejanza
con las libélulas.
(Música)
¡Hola!
¡Estoy aquí!
Si, si,
los lo prometo.
¿Mejor así?
Esto de ver
sin ser visto
sí que es
jugar con ventaja
a la hora de cazar
y los camaleones saben muy bien
cómo sacarle partido
a esto del camuflaje
para poder echarse algo a la boca.
Son depredadores oportunistas
que permanecen
la mayor parte del tiempo
inmóviles y escondidos,
casi invisibles.
El camaleón observa a su alrededor
sin necesidad de moverse.
Orienta sus grandes ojos
de manera independiente
y así consigue una visión
de casi trescientos sesenta grados.
Cuando localiza un objetivo
lo enfoca con los dos ojos
simultáneamente
y obtiene una visión estereoscópica
que le permite
calcular la distancia.
La presa
no se percata de su presencia
y el camaleón, de repente,
dispara su arma letal.
Su larga lengua
no está enrollada,
sino contraída
en la cavidad bucal.
Actúa como un proyectil
y alcanza una distancia
de hasta el doble
del largo de su cuerpo
y lo hace
a una velocidad extraordinaria
que pilla a su víctima desprevenida.
En el caso
de las especies más pequeñas,
la lengua es tan rápida
que si fuera un coche,
pasaría de cero
a cien kilómetros por hora
en una centésima de segundo.
Además de ser ultra rápida,
también es
extraordinariamente pegajosa.
Un estudio de la universidad e Mont
en Bélgica,
ha revelado que su saliva es
cuatrocientas veces más viscosa
que la humana.
(Música)
Al contrario
que los camaleones,
es difícil que un flamenco
pase desapercibido.
El color rosado de sus plumas
ha llamado la atención
de los humanos
desde la antigüedad.
Pero quizás
su particularidad más llamativa
sea su forma
de atrapar el alimento,
más parecida
a la de una ballena
que a la de cualquier otra ave.
Para capturar a sus presas,
sobre todo
pequeños crustáceos,
utiliza su gran pico curvo
del revés.
Dobla el cuello
de una forma
un tanto estrambótica,
de tal manera
que la parte superior del pico
es la primera
que se sumerge en el agua.
Al contrario
que la mayoría de aves
puede mover la parte superior
del pico.
Su pico funciona
como un filtro que separa la comida
del agua y el barro.
Con su gran lengua,
bombea el agua turbia
por la parte delantera
y expulsa el agua limpia
por los lados.
Al mismo tiempo,
atrapa el alimento
gracias a unas diminutas púas
en la mandíbula y la lengua.
(Música)
Algunos peces reciben su nombre
por su forma,
otros
por el lugar donde viven
y otros
por cómo cazan.
¿Adivináis cuál es la técnica
que utiliza el pez arquero?
Tiene una puntería
que haría palidecer
al mismo Robin Hood.
Se alimenta de insectos
y otros pequeños animales
terrestres.
Pero ...
¿Cómo lo hace
para capturar un objetivo
tan suculento desde el agua?
Cuando localiza una presa
cierra bruscamente las branquias
y escupe un chorro de agua
potentísimo,
es como si tiro con arco
pero con la boca.
Es increíblemente preciso
y puede golpear a su presa
incluso a más de dos metros
de distancia.
A menudo varios peces disparan
a un solo objetivo,
una vez que golpea al insecto
el pez más rápido
y más cercano
gana el premio.
En aguas marinas más profundas
encontramos algunos animales
que cazan sin mover ni un dedo.
O mejor dicho,
ni un tentáculo.
De echo, se mueven tan poco
que hay gente que piensa
que son plantas,
corales gorgonias
simplemente dejan que el aliento
les llegue.
Josep María Gili
es biólogo marino
investigador del insituto
de ciencias del mar del CESID.
Uno de los principales expertos
mundiales en nidarios,
el grupo al que pertenecen
los corales y las gorgonias.
Josep María cuando pensamos
en un animal
solemos imaginarnos a un ser vivo
que puede moverse,
pero en cambio entre los nidarios
hay algunas especies
que no lo hacen,
incluso por su aspecto,
parecen más
una planta que un animal.
Bueno, son conocidos como
animales planta.
Nidarios hay de todos los tipos.
Quizás de los grupos
más diversificados.
Como las gorgonias,
los corados, los venezoláceos,
y los tenemos móviles
como las medusas.
¿Qué son realmente los nidarios?
Bueno, la palabra "nidario"
viene de la palabra "nido"
que es griega
y significa "urticante".
Tiene unas células
que se llaman los nidoblastos,
que son células específicas,
que son células que contienen
uno de los venenos más potentes
del reino animal.
Lo más frecuente es que
sean coloniales,
con lo cual son diferentes individuos
que viven en la misma colonia,
pero también hay de solitarios.
Los que son coloniales
están interconectados,
y es un sistema
muy muy eficiente,
quizás diríamos
que el sistema más eficiente
que ha generado el planeta,
porque son los animales
más antiguos que hay en el planeta.
Hablamos de más de
quinientos millones de años,
prácticamente no han cambiado nada
en ese tiempo.
Y si no se mueven,
¿cómo lo hacen
para capturar alimento?
¿Cómo cazan?
Básicamente esperando
a que la corriente
les lleve las presas
a sus pólipos
y a sus estructuras de captura.
Donde hay corrientes
hay anidarios ...
porque las corrientes les trasladan
a esos organismos,
lo que se genera
en la columna de agua,
citoplancton, zooplancton,
cualquier nieve marina,
son animales omnívoros,
prácticamente no pueden desaprovechar
nada de lo que pasa,
y ¿qué hacen?
Se ponen en lugares
donde la corriente les garantiza
de una forma regular
la llegada de alimento.
Uno de los nidarios mejor conocidos
son los arrecifes de coral,
los corales.
Esos corales han evolucionado
la vida en simbiosis
y tienen dentro
de las células animales
algas que les suministran parte
del alimento que necesitan.
Los corales podrían vivir
prácticamente solo
con los nutrientes del agua
y la luz.
Pero para crecer bien
necesitan algo más.
Y ese algo más es
una fuente de alimento carnívoro
como pueden ser presas
y esas presas vienen
por la captura.
Entonces digamos
que un animal que ha aprendido
a alimentarse
solo aprovechado
la hidrodinámica del ecosistema
es donde vamos a ir creciendo.
En el otro extremo
de la cadena atrófica marina
encontramos a las orcas,
unos carnívoros sociales,
que al contrario
de los invertebrados marinos
que hemos visto,
invierten una gran cantidad
de energía para alimentarse,
son cazadoras activas.
¿Por qué las orcas son
carnívoros sociales?
Porque capturan en familia.
Digamos hay un aprendizaje
como pequeños grupos,
pequeñas familias,
que entre ellos,
machos y hembras,
se reparten las diferentes funciones,
incluso al mismo tiempo
enseñan a los jóvenes
y a las crías.
Entonces de alguna manera
las estrategias de captura
son bastante específicas
de cada grupo,
y en el momento
que las ejercen,
es el momento
como la gran lección del día.
Es cuando el cazador
más experimentado
enseña al otro
cómo debe hacerlo.
¿Entonces hay una técnica general
para la especie
o realmente
cada grupo aplica la suya?
Hay una técnica
muy generalizada,
las técnicas básicamente se repiten,
tanto cuando van a buscar focas,
o van a buscar peces,
o van a buscar incluso pingüinos.
Pero cada familia
tiene su pequeña lección
básicamente por el hábito
en donde viva.
¿Pero hay algunas técnicas
de caza
que incluso ponen en riesgo
su propia vida?
Supongo que la recompensa
merece la pena.
No siempre.
Siempre un varamiento
es muy complicado.
Una forma que tienen
de capturar focas,
sobre todo las pequeñas,
es acorralarlas contra la playa.
Y esto lo puede hacer
una familia, un grupo,
un individuo solo
se le escapan seguro.
Se llega a acorralar tanto
hacia la playa
que si la marea es baja
se pueden quedar atrapadas.
(Música)
En la península ibérica
los carnívoros
sociales por excelencia
son los lobos.
Viven en manadas jerarquizadas
de entre cinco y diez ejemplares.
Cuando avistan
un objetivo apetecible,
se lanzan tras él
sin importarles que la presa
les supere en tamaño.
Saben bien
que la unión hace la fuerza.
Los lobos trazan una estrategia
perfectamente coordinada.
Se distribuyen el trabajo
en función del número de integrantes
de la cacería
y según el estatus social
de cada uno en la manada.
Suelen desplazarse
en fila india,
abre la marcha
un individuo explorador
que a veces
llama la atención de la presa
intencionadamente.
Otros tres o cuatro lobos
entran y salen
de la órbita del grupo.
Un último miembro
protege a los líderes
desde la retaguardia.
La extraordinaria condición física
del lobo
le permite recorrer
grandes distancias.
Es el rey de la persecución.
Puede acosar a su víctima
durante horas
a velocidad media,
hasta agotarla.
La expedición rodea a la presa.
Una vez acorralada,
tiene pocas posibilidades de escapar.
(Música)
En la otra cara de la moneda,
otro mamífero carnívoro
con una estrategia de caza
radicalmente distinta.
(Música)
Quedarse escondido y vigilante,
a la espera de que
la presa se aproxime
y se despiste al máximo,
es la técnica preferida
de los felinos
y el lince ibérico
es todo un maestro del acecho.
El lince caza principalmente
al alba
y al crepúsculo del día.
Su excelente vista
en bajas condiciones de luz
y su fino oído,
le permiten detectar a su objetivo
incluso a trescientos metros
de distancia.
Su principal baza es el sigilo,
el efecto sorpresa.
Se acerca a su víctima
con sumo cuidado.
Camuflado entre la vegetación
no le quita la vista de encima.
Cuando por fin encuentra
el momento oportuno,
salta sobre ella.
Es muy ágil
y puede recorrer
cinco metros de distancia
en solo un salto.
Sin embargo,
su débil capacidad cardíaca
hace de él
un mal corredor de fondo.
Hace que cuanto más cerca
lance el ataque a su presa,
más posibilidades tendrá de cazarla.
Si falla,
el lince abandona la zona.
Otras presas potenciales
ya saben que hay un depredador
merodeando por los alrededores
y están más alertas,
si cabe.
El factor sorpresa
se ha sumado.
La naturaleza es implacable.
O come,
o te comen.
O cazas,
o te cazan.
Pero también es sabia.
Por eso,
ninguna especie es infalible.
Ni todos los depredadores
atrapan siempre su objetivo,
ni todas las presas
consiguen siempre
escapar de ello.
Subtitulado por:
María Victoria CEREZO OLIVARES.