(TODOS) ¡Del cuadernillo!
Es Ramón Rubio, mi padre, el creador de los cuadernos.
Daba clases de Contabilidad e hizo unas fichas
luego las probó en un colegio y ahí empezaron los cuadernos.
Pues yo creo que la cifra estará alrededor de 300 millones.
Antiguamente se podía hablar de estas cosas con tranquilidad.
Aunque no está mal dicho, "obscuro" ha cambiado a "oscuro".
Esas, por respeto a las demás religiones, las hemos quitado.
En definitiva, lo que se pretende
es que además de caligrafía, el niño aprenda valores.
Siempre por el contenido.
Voy con los profes a ver qué cambios proponen.
¿Estás seguro?
-Perdón por el retraso. Ya estoy aquí.
Yo cambiaría la ilustración de la máquina de escribir
y un niño no tiene ni idea de lo que es.
Cambiaría la máquina de escribir por un ordenador.
-Yo añadiría alguna connotación
relacionada con las nuevas tecnologías
como la letra @, porque así ya se van familiarizando.
Sí.
Yo a veces les pido en clase que me escriban "la paloma"
y lo escriben todo junto.
Entonces sería conveniente realizar ejercicios de separar
el artículo del sustantivo.
"La paloma".
(LOS NIÑOS GRITAN)
-A mí me gusta cuando ponéis mensajes positivos
para los alumnos.
"Fumar... perjudica...
gravemente... tu salud".
¿Podemos ir al baño, por favor?
-¿Ese follón es tu clase?
-Me voy, que la están liando. -Vale. ¡Hasta luego!
Dame los cromos.
Aquí estamos añadiendo a este cuaderno la "@"
donde tendrán que repetirla cuatro veces
y así el niño aprenderá y retendrá ese nuevo elemento.
Y si no se lo ha aprendido tenemos otro ejercicio:
El niño tendrá que hablar con un familiar
y le dirá el "email" y lo tendrá que escribir.
Hay una evolución en el aprendizaje.
Cuanto más pequeño es el niño más sencillo es el cuaderno.
Más grande la letra, más dibujos...
Y frases más largas.
Las amarillas eran para operaciones y problemas
y las verdes para escritura y caligrafía.
Sí, se hizo un diseño poniendo color a las portadas,
pero al ver estos cuadernos el padre no asociaba
estas portadas con las que conocía. No funcionaron.
Y entonces decidimos recuperar los colores que antes teníamos.
El cuaderno lo acabo de enviar y ellos están haciendo pruebas
para preparar la impresión que harán "a posteriori".
No, pero podríamos buscar un símil.
Cada uno de los cartuchos que tienes en casa
se corresponde en cada uno de estos cuerpos.
El amarillo, ese sería el cian que es como un azul,
magenta y el negro.
Para hacer el verde que hemos visto anteriormente
tenemos que combinar estos cuatro colores.
Aquí vemos las planchas de aluminio
que nos sirven para imprimir el cuaderno.
En cada plancha caben ocho páginas. Paco, cuando puedas.
-Lanzamos una plancha.
Durante dos minutos, esta máquina graba el dibujo
en el aluminio que vamos a imprimir en la máquina.
En esta que está impregnada podemos ver los dibujos.
Así es.
Le damos la plancha a Pablo para que la ponga en el amarillo.
Sí, tenemos que poner una plancha por cada uno de los cuatro colores.
La plancha la da información a la impresora
de dónde poner el color
y la cantidad de puntos que tiene que poner.
Si queremos más color, habrá más puntos y viceversa.
Sí, se paga para que el papel que usas para la impresión
te aseguras que va a ser reforestada esa zona
donde han talado los árboles.
La tinta pasa al rodillo...
Sí. La plancha se impregna en este caso del color amarillo
y de ahí pasa a un rodillo de caucho que después fijará
la impresión en el papel.
Porque si grabamos de la plancha al papel no se fijaría la imagen.
Sería como los matasellos que tiene la gente en casa,
usamos el caucho que ayuda a fijar mejor la imagen.
Imprimimos unos 15 000 cuadernos a la hora.
Se cortan por el centro para manipularlos en la encuadernadora.
Tranquilo, que la máquina tiene muchos sistemas de seguridad.
Cuando cortas la barrera de luz, la guillotina para.
Y pone cuatro grapas. Dos grapas a cada cuaderno.
Y luego pasa a una cuchilla que lo corta por el centro.
Son casi 43 años.
Yo vi pasar de hacer los cuadernos de cien en cien
a hacerlos de 300 000.
La verdad, ni tú ni yo vamos a ver que pase eso.
Y lo que pase en 300 años no me preocupa.
Hola, Jorge.
A cualquier persona le vendría bien hacer algún cuaderno.
-¿Absorber? -Absorber.
-¿Con "b" y con "v" al final?
-La primera con "b" y la segunda con "v".
-No. -¿No?
-¿Será con dos bes?
-Las dos con "b".
-¿Con dos bes? -No sé.
-Se escribe así: las dos con "b".
La bota es una altura más alta y la bota llega al tobillo.
La bota es más invernal.
Y el botín tobillero es más para entretiempo.
el colibrí.
Está basado en el pájaro, que es pequeño pero elegante
y con mucho colorido. Entonces jugamos con los colores.
Aquí tienes la idea de cómo tiene que ser: materiales...
Aquí me indican una serie de pautas: el hilo que lleva,
si lleva hebillas...
La trepa.
La trepa es esto.
Es un plano de zapato.
Entonces a partir de aquí empezamos a trabajar sobre estas líneas,
las metemos en el ordenador y hacemos las piezas.
Se pone en el plóter.
Una máquina de cortar patrones.
Necesitamos ternera de primera calidad,
de los dos colores que necesitamos. La piel viene neutra
y luego se le da el color.
Es una piel de cerdo que tenemos aquí,
porque la piel de ternera es mucho más gruesa.
El calzado sufre las inclemencias del tiempo, el desgaste ...
Mientras que la piel de cerdo tiene otras propiedades
al estar en contacto con la piel.
Ahora deberías ir a cortar la piel.
Tenemos las piezas digitalizadas,
la piel está en la mesa de digitalizar.
Lo que se hace es marcar los daños.
Las pieles son materias vivas y han sufrido daños:
las garrapatas, los alambres...
Y las cicatrices no pueden aparecer en un zapato.
¿Por qué se digitalizan las pieles?
Porque cada animal es diferente y tenemos que digitalizar una a una.
Una vez localizados los daños va seleccionando las piezas
que tiene colocar en la piel
y con la proyección se recolocan manualmente.
Esto es una proyección.
Toda esta información se queda guardada
y luego irá a la máquina de corte.
Preparar las pieles con el proceso de rebajado.
Va quitando grosor, porque si no sería una piel más gruesa
y al final tendríamos un centímetro de grosor.
Y no haga daño y evitemos rozaduras.
Aquí empezamos a unir todas las piezas
Y en este caso vamos a unir la trasera.
La diferencia es la maquinaria.
Necesitamos una maquinaria con más potencia y resistencia.
Necesitamos que el motor tenga potencia para arrastrar las piezas.
Tenemos que superponer una, dos, tres piezas
y necesitamos que arrastre.
Ya está cosida la parte de atrás y ahora unimos la cremallera.
Es el salvapelos, que evita que cuando subas la cremallera
te coja un pellizco.
Ahora tendríamos que completar todo su interior.
La primera parte sería colocar su refuerzo
que llamamos contrafuerte. Es un termoplástico.
Nos permite mantener su forma y dureza para que sea estable.
Lo que hacemos es calentarlo a unos 40 o 50 grados.
Se deja aquí, se ablanda y lo que hacemos es colocarlo
y se queda preparado.
Paralelamente hemos hecho el forro, el interior del zapato.
La parte de atrás es ternera, por su mayor durabilidad
y más resistencia, porque es donde choca siempre el talón.
Lo unimos con unos pegamentos con base agua.
conseguimos que nuestra gente trabaje sin mascarilla.
En lugar de usar las típicas brochas que se usan manualmente
hemos conseguido utilizar unas pistolas, como vaporizadores.
Estamos vaporizando el pegamento sobre ambas piezas
para que tenga el poder de unión suficiente.
Lo único que faltaría es recortar el sobrante en aquella máquina.
Le está dando un pespunte para asegurar el forro
y recorta al mismo tiempo.
Ya tenemos el zapato cerrado y tenemos que darle la forma.
Con calor y frío. Hemos introducido las piezas termoplásticas
y ahora aplicando calor conseguimos ablandar esas piezas.
Y a esa pieza que está caliente le aplicamos frío.
Y con eso consolidamos la forma de la puntera.
Exacto.
Esta pieza va cosida aquí
y así conseguimos tener una mayor flexibilidad.
Ha llegado un momento importante: meter la horma dentro de la bota.
Hablamos de que tenemos que meter la copia de nuestro pie
y tenemos que meterla dentro para que nos dé la talla exacta.
Con esto vamos a conseguir que nuestro pie esté copiado dentro.
La piel está viva, lo que tenemos que hacer es hidratarla,
para que cuando la forcemos con la horma no se rompa.
Le aplicamos vapor
y después calzamos la horma, la forzamos.
Es muy importante darle cremas hidratantes
que sean siempre incoloras y neutras.
Una vez tenemos la horma dentro y tenemos su forma,
necesitamos cerrar el zapato.
Y este hueco lo tapamos con un cambrillón:
unos materiales que son cartones prensados
y lo que hacemos es meterlo y esto lo que nos proporciona
es darle la altura del tacón.
Esta pieza nos determina la altura.
Y nos da la rigidez para que al caminar sea estable.
Dentro de los cambrillones lo que hay es una pieza de acero.
Al mismo tiempo forramos los tacones de piel.
Lo forramos manualmente. Hemos aplicado unas colas
al tacón y a la piel y en esta máquina se aplica el calor.
Lleva una resistencia que aplica más de 80 grados de temperatura
y reactiva el pegamento. Por otro lado, hacemos las suelas.
El caucho nos viene laminado.
Entonces lo retroquelamos.
La preforma se introduce en el molde y se vulcaniza.
Este molde entonces cerraría y por un proceso de calor
durante 10 minutos a 120 grados saldría la suela vulcanizada.
Aquí tenemos el botín y la suela y lo que vamos a hacer es pegarlos.
Entonces vamos a aplicar cola a la piel y a la suela.
Es una línea que lleva su pie izquierdo
con la suela que le corresponde. Porque luego cogen varias personas
y podrían poner cambiarlos de pie.
Entonces ahora entra a un horno. Es un horno de entre 1,5 m y 2 m
y aplicamos calor progresivamente.
Para reactivarlos y que se puedan unir a la perfección.
Unos 80 grados durante 3 o 4 minutos.
Como ves, cogen el zapato y la suela y empiezan a ensamblarlas.
Un milímetro a izquierda o derecha hará que el zapato se vea torcido.
Ahora lo están metiendo en unas prensas.
Es una prensa de globo que envuelve el zapato entero,
para que no se mueva y proporcione fuerza a todo el zapato.
Es lo mismo que el horno, pero al contrario: un frigorífico.
Hace que en el proceso de unos 5 o 10 minutos
se consoliden los pegamentos y unan con más fuerza.
Como ves, aquí tenéis los diferentes grosores
y los martilleamos para dejar todo homogéneo.
Pueden salir rozaduras.
Sí, tendremos que ir a por él.
Y lo que tenemos que hacer unirlo mediante un tirafondo.
El enroscado evita que luego se salga.
Y luego lo reforzamos con cuatro clavos.
Y para acabar pondríamos la tapa.
Y una vez está clavado...
Solo faltaría poner la hebilla y pasamos a la cadena de terminado.
La plantilla.
De materiales reciclados y carbón activo.
El carbón activo favorece la transpiración
y la no formación de bacterias.
Después de usar el calzado no volver a usarlo en 24 horas.
Los últimos retoques aquí son quemar los hilos
que hayan podido quedar.
Tiene uno o varios encerados y cepillados.
Para dejar la piel perfecta, para hidratarla...
Me encantaría.
Aquí pesamos las materias primas
según las fórmulas para elaborar las masas.
Hoy elaboramos una galleta sin gluten.
almidones, agua y emulgentes.
Lo que pasa es que son harinas de cereales sin gluten.
Utilizamos principalmente harinas de maíz y de arroz.
Ahora llegamos a la sala de amasado.
Aquí añadimos los ingredientes que hemos pesado en la otra sala.
Esta sala es diferente de la de productos con gluten.
Se me olvidó comentar que lleva azúcar,
es otro de los ingredientes.
En este caso usamos azúcar moreno.
Es más sano y le confiere a la galleta mejor sabor y textura.
Ahora está añadiéndole el agua.
El agua y la grasa se dosifican automáticamente.
Unas 36 000 galletas, aproximadamente.
Esta masa está unos 20 minutos, aproximadamente,
para que se integren todos los ingredientes.
que no son celiacas incluyen en su dieta estos productos.
Dicen que tienen mejores digestiones,
y como nutricionalmente son iguales...
Ahí está nuestra labor.
A los siete años me lo sacaron.
Me dolía mucho la tripa cuando comía gluten
entonces mis padres me llevaron al médico.
la pasta, la repostería... Tienen que ser especiales.
Aquí tengo mi armario con todo especial.
Los cereales tienen que ser de maíz, sin gluten.
Sí, cuando lleva gluten lo hacemos separado.
Sí. Es un poquito más caro, la verdad.
No. Habría que cortar primero el mío y luego el otro.
Porque si no, está contaminado.
Me duele la tripa un montón.
Ahora no, antes sí, se notaba como más denso,
pero cada vez lo están logrando más.
Gracias.
Una vez hecha la mezcla de los ingredientes
ya tenemos un bloque de unos 500 kilos aproximadamente.
Para facilitar la introducción en la rotativa,
vamos desmenuzando la masa.
Hay unas cuchillas que cortan en pedacitos pequeños.
Aquí no, el proceso sería igual que una galleta...
con gluten, convencional.
Y, eso sí, previamente a esta fabricación,
ha existido una limpieza de toda la instalación.
Aquí, como ves, la masa ya desmenuzada y troceada
va a parar a la tolva.
Hay dos rodillos, uno de ellos estriado, que es el que comprime
la masa contra el rodillo estampador,
el que lleva el molde de la galleta.
Y sale la galleta limpia.
Esta lona, acompañada de este rodillo,
extrae la galleta del molde.
De algodón puro.
Porque facilita la extracción de la galleta.
De aquí pasan a la cinta donde van a parar al horno
donde estarán entre ocho y nueve minutos.
Es un horno de cincuenta metros
y consta de tres cámaras de cocción a diferentes temperaturas
que van haciendo una función en la galleta.
En esta primera cocción a una temperatura de 80 grados
va haciendo que la galleta vaya hojaldrando.
En una segunda cámara a una temperatura de unos 190 grados
conseguimos hornear el centro de la galleta.
Y en una tercera cámara a temperatura algo menor
de 170 grados, conseguimos el color deseado.
Hola.
Aquí comprobamos el color y la textura de la galleta
que se comprueba visualmente y con el colorímetro.
Funciona mediante destellos de luz.
Y cuanto más oscuro sea el color de la galleta,
la luz la atravesaría menos.
Partiendo la galleta tiene que crujir.
Y luego probándola...
sabes si está crujiente o tiene humedad.
Hombre, para eso las hacemos, para que estén buenas.
Aún no, falta un poquito,
porque la galleta sale del horno a unos 80 grados
y tiene que pasar por esta línea de enfriado
para poder envasar el paquete.
Suele durar 15 minutos más o menos.
Y una vez apiladas en cinco carriles...
por tanto, se sigue enfriando hasta una temperatura de 35 grados.
Si hay alguna galleta defectuosa que en este recorrido
se hubiese roto, el compañero la quitaría.
ya que es importantísimo que el paquete esté sellado.
Para que no se contamine mientras está en la fábrica,
o en la tienda, en el domicilio...
Las galletas tienen que tener un control
de sellado, no puede estar abierto.
Sí, ya estaría lista para el encajado.
Y si quieres vemos un resumen de la fabricación.
Esta semana en Fabricando Made in Spain se van a sorprender al ver el ingenioso proceso de impresión de los cuadernillos de escritura, basado en el principio de que el agua y los aceites no se mezclan.
Histórico de emisiones:
06/11/2014