Lunes a viernes a las 16.30 horas
-¿Sabes cuánto ha sido el Delicatesen?
Un euro, hermana. Y ahora tengo los papeles firmados a mi nombre.
Nacho sigue en la cárcel y se queda ahí, donde debe.
-Es que hoy no es el día. -Las compré con mi mejor intención.
-Una cocina es como un barco,
solo un capitán.
-Lo que me ha hecho pensar que quizá el Central necesita
que busque a alguien con la preparación adecuada.
-Sí. ¿Por qué?
-Justo me ha preguntado Samu y no la he encontrado.
pero el resto está bien.
Es a la misma hora en todas las cámaras.
Han tenido que borrarlas.
-¿Hay alguna novedad? ¿Sabes algo de Ágata?
No es la primera vez que pasa. Hace dos noches se fue y volvió.
Quizá no se ha dado cuenta aún.
(Sintonía de "Mercado Central")
# Y se apagó una luz en la ciudad
# y una sombra # en sus viejos pasillos
# de colores,
# que no brillarán más.
# Ven y sígueme a aquel lugar,
# sabor a sal y azafrán.
# Aromas de un tiempo atrás.
# Y se encendió # una luz en la ciudad,
# en la plaza donde regateamos,
# con un beso,
# volver a comenzar.
# Juntos tú y yo,
# jugando a recordar
# que somos cada olor, color, # sabor al son
# de aquel Mercado Central. #
-¿Cómo ha sido la caída? ¿Te duele otra parte?
La espalda. Estaban los mandos ahí encima
y cuando los he ido a coger, me he caído de espaldas.
-Pobre... ¿Vamos al médico?
-Con que me hagas arrumacos, me vale.
Yo al pringado este le voy a decir tres cosas.
-¿Qué culpa tiene él de que te caigan unos libros?
-¿Que qué culpa tiene? Mi amor.
¿Por qué toca mis cosas? ¿Toco yo las suyas?
Aunque cogía la flauta esa e iba por la ventana.
A ver qué tal suena contra el suelo.
Y debo jugar con cascos porque el sonido le molesta.
-Amor, dijimos que le darías una oportunidad.
-No puedo más con él. Lo quiero fuera de aquí.
-No puedes echarlo, no es tu casa. -Me da igual.
Hablo con él y o le echa él o le echo yo.
Y otra cosa que no te he contado. -¿Qué?
-He mirado sus redes sociales. -¿Y?
-Las tiene cerradas.
-¡Qué fuerte! ¡Es un psicópata! Tienes las redes sociales chapadas.
-¿Estás boba? ¿No es raro?
¿Quién es para esconderse, Bin Laden?
-¿Dónde encontraste exactamente el pendiente?
¿Eso es...?
Esas manchas pueden ser de cualquier cosa.
Está fuera de Madrid. Se ha jubilado.
Pasa temporadas en Cabrales porque es de allí.
-No puedo más con este tío. En serio, no puedo más.
(Puerta cerrándose)
-Tienes que esperar a que se te baje el calentón, ¿vale?
-Se me va a bajar, sí.
-Ordenad eso antes de que lo vea Beltrán o se va a enfadar.
Ha estado ordenando esto. -¿Ves como fue Beltrán?
Se va a enfadar él, ¿no? Pues yo casi me mato por tu amigo.
-No lo considero amigo, pero va por buen camino.
-Yo me alegro mucho.
Pero forjad esa amistad fuera de aquí.
Lo quiero fuera, David, fuera.
-¿Tú también quieres que se vaya? -Pienso que no acabamos de encajar.
Y que lo de la flauta... -¡Que es un friki! Punto. Ya está.
-Estáis siendo un poco injustos con él.
Es muy ordenado y tiene cultura musical, y vosotros no.
Así que quizás deberías darle más tiempo.
-¿Tiempo para qué, David? ¿Para qué?
Luego te va dará más pena echarlo. -Yo no quiero que se vaya.
Dijimos que yo elegiría al inquilino.
-Te lo voy a decir muy clarito: o se va él o nosotros, elije.
(CARLA) A ver, yo no quería llegar a este punto.
Lo siento. Puedo hablar yo con él. (SAMUEL) Como se lo diga yo...
-Yo lo metí en casa,
así que lo justo es que se lo diga yo.
-Carmen, ¿se puede saber que son estos paquetes?
-¡Por favor, que ya han llegado!
Forma parte de mi nueva estrategia empresarial.
No sabes lo útil que es el manual de Samu.
A ver, esto deben ser las luces.
¡Mira! Por favor, van a quedar preciosas en el puesto.
-¿Cuánto te has gastado en la estrategia empresarial?
Que veo mucho paquete. -A ver, poco,
para lo que nos va a salir de beneficio. A ver, trae, trae.
-Pero ¿qué...? Pero esto... ¿Bandejas?
-Sí, los calendarios.
Esto es para... para el género.
-Si tenemos unas cuantas bandejas ahí guardadas.
-No sirven, porque hay que dar imagen de prosperidad.
-Mira, de verdad. A ver...
Bueno, ¿y esto?
-¡Ropa, para nosotros!
-Es de calle, no de trabajar en un mercado.
-Claro, porque para triunfar, hay que dar imagen de triunfador.
Que no se puede ir así, que eso no vende.
Si quieres ir a mi lado, debes ir hecho un pincel.
No con pinta de albañil. -No, no.
Te recuerdo que te gastaste 2000 euros en un bolso.
Y las cuentas da pena verlas.
Pena da verte todo el día con esa ropa.
-Oye. ¿Qué pasa con mi ropa?
-Que es ropa de currito. -Lo que soy, y a mucha honra.
Pero bueno. Pero bueno, esto es ropa de marca.
De marca, marca. ¿Cuánto te has gastado?
¿Se te ha ido la cabeza? -Para ganar dinero,
hay que invertir dinero. El marketing empieza por uno mismo.
-¿Eso quién lo dice? El manual ese que no paras de leer, ¿no?
-Sí. Y dice que tenemos que hacer sinergias empresariales.
-¿Sinergias? Y... ¿Y eso cuánto cuesta?
-La sinergia empresarial es... la acción de dos o más causas
cuyo efecto es superior al efecto de las causas individuales.
Bueno, que lo que tenemos que hacer es asociarnos con otro negocio.
Y nos beneficiamos mutuamente.
(ASIENTE) Muy bien.
¿Y has pensado con quién vas a hacerlo?
Porque en esa asociación,
solo nos podemos asociar con el banco.
Y ahí siempre gana él.
-El manual dice que nos fijemos
en nuestros referentes empresariales,
personas que puedan ayudarnos a levantar el negocio.
-¿Y quiénes son? -Pues...
(GLORIA) Si no funciona, buscad otro camarero, pero ya, por favor.
A este se le paga el finiquito y en paz.
-¿Gloria va a ser nuestra sinergia empresarial?
-Claro. -Pues mira, por lo pronto,
Gloria ha quitado a tu hijo de gerente y le ha bajado el sueldo.
Estamos mejor sin sinergia, hazme caso.
-A ver, Nicolás.
Del orgullo no se come, así que déjalo en casa.
Es perfecta.
Empresaria de éxito, con dos restaurantes,
a punto de abrir un tercero. -Falta que esté de acuerdo.
-Lo estará. Tenemos que cultivar la relación.
Dale prioridad sobre todos los asuntos del mercado.
-¿Cómo? ¿Cómo voy a hacer eso? No lo puedo hacer.
-Lo vas a hacer, y dile a Samu que haga lo mismo.
-No sé si le va a gustar.
-A Samu le va a encantar la idea.
-¡Que no, ni de coña! No sería justo para el resto.
-Te digo lo que me ha dicho tu madre que te diga.
Las quejas, a ella.
Y toma. Quiere que te pongas esto.
-¿Qué es esto?
-Que ya no se trabaja en camiseta.
-No trabajo en la carnicería. Que no me diga cómo venir vestido.
-Samu, es tu madre, con eso le sobra y le basta.
Además, te digo una cosa, la culpa es tuya.
-Mía, ¿por qué?
-Por darle el manual de márquetin, que está obsesionada.
Que si el márquetin empieza por una misma,
que si no sé qué de la sinergia...
¿Sabes lo que son las sinergias? -¿Qué voy a saber?
-Estrategias para aprovecharse de otro,
mientras otro se aprovecha de ti.
Otro no, concretamente el mismo del que tú te has aprovechado.
No sé si me explico. -Como un libro cerrado.
¿Mamá se quiere aprovechar de Gloria?
-Equilicuá. -¿Y Gloria aprovecharse de mamá?
-Bueno, digamos que esa es la parte del plan
que cojea un poquillo.
-Pues yo no lo veo.
Y a ver si por dar preferencia a Gloria,
tenemos follón con el resto.
-¿Qué prefieres, follón con los comerciantes o con tu madre?
-Comerciantes. -Ya está.
-Papá, que no me gusta darle un trato preferente a nadie.
-Pero la clave está en que solo lo noten ella y tu madre,
el resto de comerciantes no.
-¿Cómo se hace eso?
-Con mano izquierda. Con mucha mano izquierda.
(Llaman a la puerta)
Sí, adelante.
-Perdón, ¿interrumpo algo? -No. Ya habíamos terminado.
-Este es mi despacho, ¿no? -Sí, sí, sí
-Pensé que vendrías pronto, pero no tanto.
Por cierto, este es mi padre.
-Nicolás, de mantenimiento. Encantado.
-Encantado.
(PERIODISTA ASIENTE) Continúa.
Por cierto, Lorena, ¿cómo conociste a Jorge Santos?
(DAVID) ¿Habéis empezado ya con los ejercicios preparto?
Lorena debería empezar cuanto antes.
Muchos estudios demuestran que las mujeres que lo hacen,
evitan muchos problemas posteriores.
Como la incontinencia urinaria.
Debe hacer ejercicio y "fitness" sin dañar el suelo pélvico.
Y debería empezar cuanto antes,
porque hay que hacer diferentes ejercicios
según el mes de embarazo.
-Tu cara me suena.
Yo no sé si antes hemos coincidido en el mercado.
-Antes trabajaba aquí cerca.
Y soy muy fan de las tapas de Jorge.
Nos conoceremos de su bar. (NICOLÁS) Puede ser eso.
Pues cualquier cosa que necesites ya sabes dónde estoy.
Y ahora me voy, que tengo un lío que...
Venga, hasta luego. -Chao.
-Seguro que vamos a trabajar muy bien juntos.
-Voy a aprender mucho a tu lado.
Y quería agradecerte lo que has hecho con lo del BIC.
De no ser por ti no tendríamos subvención.
-Nada. Solo había que arreglar un par de cosillas.
La parte gorda ya la hiciste tú.
¿Cuál es mi sitio?
-Sí, sí, perdón. Es aquí.
Yo, en tu sitio y tú, en medio.
-No pasa nada. Me pongo donde me digas.
-Este siempre ha sido el sitio del gerente.
Recojo mis cosas y le pido a mi padre que te traiga la butaca.
-Muchas gracias.
Esto no debe de ser fácil para ti.
-Bueno, no te preocupes.
Si vamos a trabajar juntos, lo mejor es llevarnos bien, ¿no?
Esto por aquí.. y esto.
-Y no olvidéis los masajes de perineo.
Hay que empezar en el tercer trimestre
para en el parto, y evitar desgarros.
He visto vídeos en internet.
El movimiento que debes hacer es...
Y el corte dependerá del médico que lleve el parto.
Podrías llevar el perineo preparado y que aun así, lo corten.
Depende que no te toque un "ginesaurio".
Lo sé por mi amiga Ketty,
estudia fisioterapia de suelo pélvico.
-Eso parece.
Eso habrá que averiguarlo.
-Jefe. Ágata, ¿va a venir a trabajar esta tarde o tampoco?
-Perdón. Buenas tardes.
(AMBOS) Buenas tardes.
Aún no sabemos si hay caso o no y tampoco voy a precintar el área.
Con el mercado abierto toda la mañana,
cualquier prueba podría estar corrupta.
Así que no tiene sentido causar revuelo entre los comerciantes.
Necesitaría algo de su esposa.
Para cotejar el ADN. Un cepillo de dientes o algo así.
Dentro habrá un cepillo para el pelo.
Si no le importa entregármelo...
¿Le importa?
¿Le importa que me lo quede durante la investigación?
-Muchas gracias.
Cómo es la vida. Ayer lo veíamos todo negro
y hoy veo la luz, y sin necesidad del paro.
Me encanta.
Ahora me apetecía un trabajo así, tranquilo y constructivo.
Soy soltero, no tengo gustos caros...
Me da para mis vicios.
Oye, oye, ahora no me asustes.
Jorge.
Te quería dar las gracias, sin ti no hubiera conseguido este trabajo.
-Tranquilo. Veremos si alguien ha manipulado las imágenes
o si es un fallo técnico.
Pero deje que le pregunte algo.
¿Su esposa tenía problemas con alguien?
Bueno, no se ganó muy buena fama.
Tras la desaparición de su marido, y Julián, el que fuera su pareja...
Apareció muerto hace unos meses tras una reyerta.
Pero nunca se sabe.
¿Notó algo extraño en ella últimamente?
No lo sabía. Enhorabuena.
¿Tenían problemas?
¿Alguna discusión últimamente o...?
Ya.
Ya, ya.
Lo que esté en nuestra mano. No se preocupe.
Y usted debe intentar calmarse.
Yo comprendo que uno siempre se pone en lo peor,
pero la mayoría de las veces,
lo que parece un misterio se resuelve de forma natural,
y la desaparecida vuelve tras unos días
con una explicación sencilla y racional.
Sí, eso haré. Voy a priorizar el análisis de la mancha de sangre.
¿Vamos a por el neceser?
Por cierto, ¿qué tal su hijo?
-Nunca hubiera pensado que Adela tuviera algo que ver.
He hablado con ella y no me ha dicho nada.
Pensará que soy un desagradecido. Bueno, tampoco me ha dicho nada.
Disculpa, Adela. Solo quería darte las gracias.
Jorge me ha dicho que tú me recomendaste a Gloria.
Eso mismo me decía Jorge.
¿Qué?
Es estupenda.
Y está estupenda.
Pero no es para mí.
¿No ves que no me hace ni caso?
Si no fuera a trabajar aquí, no la vería más.
Sí, pero antes nos despedimos y no vi intención de...
de que quisiera quedar conmigo.
No quería ponerla en un compromiso.
Sí la tengo: pasa de mí, no me hace caso.
Pero estas cosas se ven.
No quiero ponerla en un compromiso.
Y voy a venir aquí y la voy a ver todos los días.
No quiero forzar las cosas.
-Hola.
¿Eres la nueva dueña del delicatesen?
-Bueno, sí.
Perdona, ¿sabes qué pasa? Antes era de mi exmarido,
pero sí, ahora es mío. Soy la propietaria.
No sé bien qué voy a hacer con él.
-Pues aún tengo una oportunidad.
-Llamé cuando vi el cartel de "se vende"
y ya no estaba en venta.
-Pero ¿te interesa? -Claro, me interesa muchísimo.
Es un local con muchas posibilidades de negocio.
No sé, puede quedarse como está o se puede convertir en mil cosas.
Una tienda de productos exóticos, por ejemplo.
-Ya. De todas maneras, si estás buscando local,
este se vende, la antigua droguería. -No, no.
Necesita reformas. No quiero obras, son un infierno.
-Ya, ya me lo imagino.
-Bueno, que no me he presentado.
Soy Gloria, la dueña del restaurante...
-Sí, del Ainara. Lo sé. No nos conocemos, pero he oído algo.
Soy Rosa, trabajo en la cervecería.
Bueno, bienvenida al Mercado Central.
-Gracias. Bueno, no te entretengo más.
Si cambias de opinión y decides venderlo, dímelo. Me interesa mucho.
Siendo de tu exmarido, estarás deseando deshacerte de él, ¿no?
-No te preocupes.
Serás la primera en enterarte si decido venderlo. ¿Vale?
-Gracias. Hasta luego. -Hasta luego.
¡El bolso!
(GLORIA) Jorge, hola. Voy a ver si suelto peso.
-Gracias. He hecho lo que me has dicho.
-¿Me cobras, por favor?
Creo que te debo una disculpa.
Esta mañana no estuve muy fino.
Me has ofrecido ayuda con el menú,
y en vez de agradecértelo, me puse a la defensiva.
Sigo pensando lo que te dije. Pero no es excusa.
He sido padre hace tres meses, no sé si tienes hijos,
pero te aseguro que la falta de sueño
te puede convertir en una persona irritable.
Lo siento.
Es una niña. Cloe se llama.
Reconozco que me he dejado llevar por mis prejuicios.
Ya sabes, el pasado oscuro del chef Jorge Santos.
Y por lo que veo,
me da que la fama que tienes entre el gremio de los cocineros
no es justa.
Lo he leído.
Y...
te expones bastante.
Hay que ser valiente para contar lo que cuentas aquí.
No debe haber sido fácil hacerlo públicamente.
-Estando tu mujer embarazada, ¿le masajeabas el perineo?
-Me he rebotado porque han echado a mi nieto del mercado.
Le hubiera quemado el restaurante a la tipa esa,
como me quemaron a mí la casa de Comillas.
Ya, bueno, no lo sientas tanto.
Dentro de lo malo... ni tan mal, ¿no?
¿Qué? ¿Me vas a decir que no es una buena noticia
que su sustituto sea Fernando?
Dentro de lo que cabe...
Déjate de mercados.
¿Sabes a quién le vendría bien alguien como Fernando?
Vais a trabajar juntos los dos, codo con codo.
Espero que aproveches la oportunidad.
Hija, eres más antigua que el hilo negro.
Quizá el hombre es tímido. ¿Tú le has dicho algo a él?
De punto final nada, punto y seguido.
(Puerta cerrándose)
-¿Estás solo?
-No. Beltrán está en su habitación.
-¿No le has dicho...?
-¿Que se tiene que ir? No.
¿Qué es eso? -Esta es la pasta que nos adelantó.
Que se quede unos días mientras que no encuentre otro sitio.
Que no se quede sin nada de un día a otro.
-Ya...
-Oye.
¿Seguro que no quieres que se lo diga yo?
-No, prefiero decírselo yo.
Tengo una lista de las cosas que quiero decirle.
-Eso está muy bien, está muy bien.
Demuestras responsabilizándote con esto,
que estás madurando mucho.
Lo que vas a hacer no es fácil.
Y menos siendo tan tímido.
Si se lo contara, tu madre fliparía
de lo bien que te sienta la independencia maternal.
-Conste que lo hago por vosotros. Para mí es un inquilino ideal.
-Y esto puntúa el doble.
-Ya.
¿Practicamos la conversación con Beltrán?
-Claro, claro que sí.
Lástima que no tenga la flauta para meterme en el personaje.
-Baja la voz, nos va a escuchar. -Vale.
Igual viene a eso.
¡Fernando, qué gusto verte!
A ver, mira, quería comentarte una cosita.
A ver.
vamos a ser claros, que aquí peinamos canas los tres.
¿A ti te gusta Adela o no?
Estoy harta de dimes y diretes.
Me hierve la sangre ver
a dos personas adultas como vosotros,
que haríais muy buena pareja,
perder una oportunidad por no ser claros.
Comportaos como lo que sois, por favor.
Viene a que ya tengo una edad y me importa todo un pimiento.
Que en la vida hay que hacer cosas, arriesgar, probar...
Si no sale bien, qué se le va a hacer.
Pero ¿no intentarlo siguiera? Es que eso es de idiotas.
Así que espero que pongáis fin ya a tanta tontería.
Hombre, ya.
-Me cae bien esa mujer.
Quizás podríamos quedar tú y yo a tomar algo.
No, claro que me apetece, y mucho.
A no ser que para ti sea un compromiso.
¿A cenar?
Bueno pues si no tienes nada que hacer esta noche...
Oye, que si no te apetece, que...
Valeria va a tener razón. Parecemos dos idiotas.
quedamos otro día.
Que lo pases bien esta noche.
¿Perdona?
Mañana para comer, si te va bien.
En el bar de Jorge, sí.
Pero no lo hagas por compromiso, o sea...
Te veo mañana.
-Tardando mucho, ¿no?
-Tenía una lista enorme de cosas que decirle.
-¿Qué lista? Que estoy es muy fácil.
Punto uno: "Te vas de casa". Se acabó.
-Suerte que se lo está contando él y no nosotros.
-Él metió al friki este en casa, tendrá que sacarlo él.
Mira, ahí está.
-¿Qué tal? ¿Qué ha pasado? ¿Qué tal? -¿Se lo ha tomado mal o qué?
-Te ha costado. Es normal, pero tenías que decírselo.
-David, esto es lo mejor para todos.
Mira, incluso para él.
Encontrará una casa en la que encaje.
O que le gusta la flauta.
-¿Se lo ha tomado muy mal?
(Puerta abriéndose)
-Ahí viene tu primo.
Oye, tío, sin rencores.
O sea, estas cosas pasan, tío.
Que...
A veces, en la convivencia... -¿No se lo has dicho?
-¿El qué? ¿Por qué? ¿Qué pasa?
-Es el dinero de Beltrán. Que no se va.
-No sé qué he hecho para que me queráis echar.
-A ver, no te lo tomes como algo personal.
Es simplemente, pues...
que no hay química y que... que tenemos gustos diferentes.
-¿Qué me gusta comer?
-¿Yo que sé? Si tienes la balda vacía.
-¿Y cómo sabes que tenéis gustos diferentes?
-Pensaba que buscabais compañero, no un amigo.
(SAMUEL) A ver, vamos a ver.
No se trata ni de comida ni de amistades ni nada. Esto...
Que es otra cosa, vamos a ver.
A ver, no te lo tomes a mal. Mira, es que eres un poquito...
-¿Diferente?
Lo que no entiendo es por qué te molesta eso.
Tú también eres diferente, vas en silla de ruedas.
Y no te preocupes por lo del mando de la balda alta de la estantería.
No volverá a pasar.
(Puerta cerrándose)
-Hola. Estás aquí. Perdóname, lo siento.
He sido un imbécil, he pagado contigo mi mal humor.
Lo siento. Lo siento, Rosa.
-Pues estoy de acuerdo contigo.
Te has portado como un auténtico imbécil, sí.
Pero bueno.
¿Sabes? No quiero que estemos enfadados por una tontería.
-Lo mismo te digo. Llevo reconcomiéndome desde esta mañana
por ser tan torpe. Lo siento.
Trae, déjame, que te ayudo. -No, no. No ya lo hago yo.
De todas maneras,
esto me ha hecho ver que si queremos...
que nuestra relación vaya bien,
yo creo que no deberíamos trabajar juntos.
Porque así, no nos llevaríamos los problemas a casa
¿A esto qué le pasa? -Trae. Déjame.
Se ha enganchado. -No, espera.
-Deja, se ha enganchado. Trae.
Pero dices que era una tontería lo que nos ha pasado.
-Sí, esto es una tontería,
pero no podemos estar todo el día juntos.
Es importante que tengamos nuestro espacio,
tener cosas de qué hablar...
Ya termino yo. -No me cuesta nada.
-¡Venga por favor, hombre! -Bueno.
-Verás, es que...
te lo digo por nuestra relación, ¿sabes?
Yo creo que...
que así no nos vamos a saturar.
-O sea, te has hartado ya de mí.
-Venga, no digas tonterías. Te quiero.
Y lo sabes.
Por eso es importante que esto salga bien.
Verás...
Trabajar contigo en la cervecería, bajo tu protección,
para mí es muy cómodo.
Pero llevo más de 20 años
viendo la vida a través de los ojos de mi exmarido.
Y lo que siento es...
que necesito intentar hacer algo por mí misma.
-Ya, ya, ya. Te entiendo, pero...
¿dónde vas a encontrar un trabajo tan cómodo?
Cerca de casa, sin tener que aguantar a ningún jefe...
-Pues...
aquí, en el delicatesen, que para eso es mío.
-Ya, pero me dijiste que te recordaba lo que había pasado.
-Sí, pero Jorge y Gloria me han dado una idea.
Le voy a cambiar el aire.
Lo he hablado con Noa y le parece bien.
-¿Cómo que cambiar el aire?
-Además de lo que ya ofrece en el puesto,
he decidido que voy a vender productos exóticos
que ofrecen en restaurantes.
Así el cliente viene, los compra y los prepara en casa.
¿No es una idea estupenda?
-No lo sé. No sé. ¿Tú te manejas en ese mundo?
-No, pero aprenderé.
Me voy a poner las pilas, me hace ilusión intentarlo.
Y si fracaso, no pasa nada. Vendo el puesto y ya está.
¿Qué? ¿Me vas a ayudar?
-Sí, te voy a ayudar.
Por ejemplo, te hago entrega desde este momento
de las 300 cervezas con el exótico sabor a acelga
que pediste por error. Ya las puedes vender.
-¡Qué tonto! ¡Tonto! Alberto, eres tonto.
Escúchame.
Con que me digas que me apoyas, para mí es suficiente.
-Claro que te apoyo. Por supuesto.
Pero me haces una faena,
que no sé dónde encontrar una camarera como tú.
-Gracias.
-No era justo echar a alguien como Beltrán.
Es el inquilino perfecto.
Nunca sale de su cuarto, es calmado, ordenado, sincero...
-Te ha hecho la cama.
-No, la cama me la hago yo.
-A ver, que esto es una manera de hablar.
Me refiero a que te ha convencido para quedarse.
-A Beltrán le cuesta adaptarse. Es un poco como yo.
-¿Asperger?
-No, será otra patología social.
Psicosis, trastorno de personalidad, personalidad múltiple...
Le he preguntado, pero no está diagnosticado.
-Pues me dejas mucho más tranquila.
-Me alegro.
-Ya te digo yo la patología que tiene este...
Friki. -Así me llamaban a mí en el colegio.
-¿Nos vamos a dar una vuelta? -Por favor.
-Venga.
(CARLA RÍE)
(Puerta abriéndose)
(Puerta cerrándose)
(Tacones acercándose)
-¿Lo has leído?
-Está muy bien.
-¿Y?
¿Te crees todo lo que cuenta?
-Creo que hay mucha verdad en lo que he leído.
Jorge es muy duro con su pasado.
Y habla muy bien de Simón en el libro.
-No sé ni cómo se atreve a nombrarlo.
Cada vez que me lo cruzo, me tienta contárselo.
Contarle cómo aquella noche nos cambió la vida a todos.
Y no solo a Simón.
Me encantaría ver su cara
mientras yo le cuento con todo detalle lo que pasó.
Porque me acuerdo como su fuera ayer.
Aquella noche estaba aquí, en Madrid.
Esperando a que llegase mi amor.
Simón había salido de La Fanega destrozado.
Lo había dado todo por ti,
sin escatimar en esfuerzos ni en horas.
Orgulloso de ser tu segundo de a bordo.
Y tú,
en lugar de agradecérselo, le montaste una de tus broncas.
Estaba acostumbrado a que lo pagaras con él
cada vez que te metías una raya.
Pero aquella noche,
la cosa no se quedó en una bronca.
Aquella noche lo despediste.
Estaba destrozado.
Se había dedicado a ti en cuerpo y alma.
Cogió el coche para volver a Madrid.
Me llamó por teléfono para contarme lo que había pasado.
Y fue entonces cuando...
Perdón.
(LLORANDO) Perdón. -No pasa nada.
Normal que lo culpes después de lo que pasó.
Pero ahora que he hablado con él y he leído su libro,
empiezo a creer que es una persona muy distinta.
-No me digas que has creído las mentiras del libro.
-No es solo el libro.
He hablado con él y, de verdad, creo que ha cambiado.
Está arrepentido de haber sido un déspota, un adicto y un tirano.
Creo que el Jorge Santos que conocimos ya no existe.
-No digas tonterías.
Simón lo sufrió durante muchos años
y tú has hablado con él dos veces. La gente no cambia, Martín.
-Solo tienes que leerte su libro.
O ver cómo trata al que trabaja con él.
-Ya me he leído el libro.
Y además, me da igual que haya cambiado.
Él y solo él tiene la culpa de lo que le pasó a Simón.
Bueno...
y yo también.
-¿Cómo que tú también? ¿A qué viene eso?
-Nunca te lo he contado.
Pero Simón quería dejar el trabajo
unos meses antes de que lo despidiera Jorge.
Como empezábamos con mi negocio de cáterin,
necesitábamos su sueldo y yo le pedí que aguantara hasta que fuera mejor.
-Gloria, fue un accidente.
Si lo hubieran atropellado aquí en Madrid,
¿hubiera sido culpa tuya? No, hombre.
Estas cosas pasan y nadie tiene la culpa.
-Lo echo muchísimo de menos.
Me siento tan sola...
-No digas eso.
No, no estás sola.
Me tienes a mí y a Cloe...
y a Susana.
-Sí, lo sé.
-Pero debes pasar página, mirar adelante.
Pero perdona que insista.
¿Vas a poder pasar página teniendo a Jorge tan cerca?
-Sí.
Con tu ayuda.
Y la de tu familia.
Que es también la mía.
-¿Qué pasó anoche?
¿Dónde está la foto que tenías con Ágata?
Cuando fui al teatro dijiste que te ibas a la cama y no lo hiciste.
Te quedaste aquí bebiendo.
Y bebiste bastante.
¿Cómo hiciste el corte en la mano?
Te estoy pidiendo que me digas la verdad.
Tranquilízate.
¿Qué te dijo la inspectora?
¿Le contaste que discutisteis?
¿Cómo que no exactamente? ¿Qué quiere decir eso?
En un mercado donde hay carnicerías, pescaderías y pollerías,
lo raro sería que no hubiese manchas de sangre, ¿no?
(Timbre)
-Perdón que los moleste a esas horas.
Me gustaría hablar con usted.
En privado si puede ser.
Hay resultados de los análisis de las muestras tomadas esta tarde
y no hay duda.
La sangre...
es de Ágata.
-Lo haría si ese fuera el único problema.
-Pedicura con peces. -Sí.
Podríamos ir juntas.
-Encuentra con quien ir antes de que caduquen los vales.
(SAMU) "Esto nos está afectando".
Elige, o tu amigo o tu novio.
-A ver qué necesita.
"Me tienes abandonada, Lito". ¡Sofía!
Perdóname, de verdad.
Yo invito.
Lo siento.
-¿Y la sala de las cámaras de seguridad?
¿Tiene acceso todo el mundo?
-No, qué va. Ahí no. -Su padre y Elías entraron.
-¿No te has dado cuenta?
Hay varias fotos de Jorge y solo una tuya, y además pequeñita.
-Mejor no comente lo que acaba de ver.
La investigación acaba de empezar y debemos de ser discretos.
Elías descubre un rastro de sangre donde Adela encontró el pendiente de Ágata y decide llamar a la inspectora Millán.
Rosa decide hacerse cargo del Delicatessen y así dar aire a su relación con Alberto.
Jorge descubre su lado más humano a Martín y éste pide a Gloria que aparque su resentimiento. Pero es ella misma la que se culpabiliza de lo que le pasó a Simón, su marido, porque no le apoyó cuando él quiso abandonar su trabajo en La Fanega.
Samuel y Carla deciden que Beltrán tiene que dejar el piso, pero David no se atreve a echarle.
Carmen encuentra la clave para relanzar la carnicería: priorizar la relación con Gloria.
Fernando cubre el puesto de gerente y Valeria consigue que él y Adela tengan una cita.
A Lorena le hacen el reportaje en el Bar Central. Jorge se mantiene al margen.
El administrador de la página ha decidido no mostrar los comentarios de este contenido en cumplimiento de las Normas de participación