'Hundidos' es una serie documental que combina aventura y documentación histórica y que se adentrará en el misterio y la belleza de las profundidades marinas. De la mano del experto en buceo Karlos Simón, descubrirá la historia de 13 grandes barcos hundidos.
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Tenemos un mar de fondo importante.
Sobre todo, 16 millas de navegación.
(NARRADOR) "El Mardinian era un carguero británico a vapor
de casi 100 metros de eslora y más de 3.000 toneladas de peso.
Contaba con un motor de triple expansión
que desarrollaba una velocidad de crucero de 10,5 nudos,
unos 20 km/h.
El 19 de mayo de 1917,
mientras hacía la ruta de Calcuta a Londres,
fue hundido por un submarino alemán a 4 millas de la isla de Tabarca,
cerca de Alicante.
No se tuvieron que lamentar víctimas.
Tras unos días de trabajo perdidos por fuertes tormentas,
el equipo de "Hundidos" se lanza en busca del Mardinian.
Pero en el mar todavía quedan reflejos de la furia desplegada".
(NARRADOR) "Al Eureka le espera un viaje incómodo
y la tripulación lo sabe".
Tenemos un mar de fondo
importante y, sobre todo, 16 millas de navegación.
(NARRADOR) "16 millas significan
dos horas y media de navegación a través de un mar revuelto".
(NARRADOR) "El equipo está inquieto.
Las condiciones para inmersión pueden ser bastante duras".
(NARRADOR) "En esta zona tan complicada, en la estrecha franja
formada por la isla de Tabarca y la costa de Alicante,
es donde reposa el Mardinian.
Y no es por casualidad.
El Mardinian parte en la primavera de 1917 de Calcuta
con una carga indeterminada rumbo a Londres.
Tras su paso por el canal de Suez,
comienza su navegación por el Mediterráneo,
que aun estando plagado de submarinos alemanes,
era la mejor opción por ser la ruta más corta
hacia las islas británicas.
A las 10:45 es hundido por un submarino alemán,
el U-34, frente a las costas de Alicante.
El Mardinian tardaría 50 minutos en hundirse".
(NARRADOR) "Para comprender bien este bloqueo y lo que supuso
la labor de los submarinos en la Primera Guerra Mundial,
Karlos visitó a Omar Inglese, un historiador que conoce bien
los sucesos de esa época".
El primer bloqueo fue un bloqueo inglés a Alemania,
que como tenía una superioridad naval muy grande en aquella época,
bloqueó a Alemania.
Un bloqueo que incluso hoy en día se sigue pensando que es ilegal,
porque impedía que llegaran incluso barcos neutrales a Alemania.
Alemania a esto responde de la única manera que puede,
haciendo un contrabloqueo.
¿Esto qué significa? Que la única manera que podían hacerlo
era con submarinos, porque su flota era peor.
Y los que podían escapar a ese bloqueo eran los submarinos.
Pues según las estimaciones del Almirantazgo inglés,
sobre unos 5.700. Hay que pensar que estas estimaciones se hacen
con el registro de la Lloyd's.
La Lloyd's no tiene en cuenta
los buques de menos de 100 toneladas.
Probablemente hundieron muchísimos más.
Activos se calcula que habría unos 60, normalmente.
Aproximadamente unos 10.
Lo que los historiadores militares consideramos submarino, sí.
Probablemente fueron los U-Boot, porque ya tenían baterías eléctricas,
combustible de gasoil,
autonomía bajo el agua y demás características
que para los historiadores y para la guerra
hacen que se les pueda llamar
lo que hoy entenderíamos por un submarino.
Para destruir el comercio eran lo más avanzado
y lo más perfecto que tenían. Casi les hacen ganar la guerra.
(NARRADOR) "Ante el peligro que suponían los submarinos alemanes,
los aliados desarrollaron estrategias de todo tipo,
algunas de ellas bastante ingeniosas".
(NARRADOR) "Estos buques trampa, los buques Q,
sirvieron sobre todo en el Atlántico Norte
para aliviar la presión de los submarinos alemanes
en las islas británicas,
pero es posible que alguno cruzara el Mediterráneo".
(NARRADOR) "Los objetivos están claros,
el equipo está motivado y el Eureka se acerca al pecio".
(NARRADOR) "A veces las prisas pueden jugar una mala pasada.
Luca sufre una herida en la cara".
(NARRADOR) "Nada puede parar
las ganas del equipo por descubrir nuevos pecios".
(NARRADOR) "Los buzos se lanzan al agua.
Su misión: determinar qué tipo de barco era el Mardinian
y buscar el posible armamento con el que había sido artillado".
(NARRADOR) "El equipo desciende siguiendo el cabo.
La visibilidad es buena y no hay corriente.
No saben lo que les espera a 45 metros de profundidad.
A su lado el Sibiu Nano les ofrece
un punto más de seguridad en su inmersión.
Al cabo de un par de minutos llegan a la cubierta del pecio.
Lo primero es tratar de identificar
en qué parte exacta del barco se encuentran.
La visibilidad no es suficiente para ver el extremo del pecio,
así que no saben en qué dirección está la popa o la proa.
Estos pequeños peces tan abundantes reciben el nombre de "tres colas".
En el Mardinian son los dueños de estos hierros abandonados.
Los buzos avanzan siguiendo la borda.
Aún no saben si es la de estribor o la de babor.
Estos primeros instantes hacen pensar al equipo
que este no es un buque Q, sino un mercante auténtico.
Pero entonces podía ir artillado.
Deben confirmarlo encontrando el cañón que llevaría en cubierta.
En su avance pasan junto a una escotilla
que unía la bodega con la cubierta.
Sobre la cubierta se levanta lo que queda
de la estructura trasera del puente.
Aquí se ubicaban varias estancias, justo detrás del puente de gobierno.
Los buzos ya tienen claro que están avanzando hacia la proa,
siguiendo el lateral de babor.
Los pequeños tres colas se multiplican a su alrededor.
De pronto cruzan por el antiguo baño.
El inodoro y la bañera se mantienen en muy buen estado.
Es el vestigio más claro de la vida diaria a bordo.
La investigación del pecio continúa.
Siempre hacia adelante, siempre con los ojos bien abiertos
para buscar el cañón y disfrutar de la belleza de lo que están viendo.
Las diferentes estructuras del barco se han colapsado unas sobre otras.
De momento ni rastro de cañones.
Una vieja red de pesca permanece enredada en el pecio.
Los pequeños peces tres colas esquivan a su enemiga
sin demasiados problemas.
Los buzos se introducen entre los hierros.
Imaginan estas estancias con sus paredes y con sus muebles.
Los marineros se movían por estas habitaciones
sabiéndose acechados por el peligro de los submarinos alemanes.
¿Qué les movía a emprender un viaje tan peligroso?
¿El patriotismo? ¿El salario?
Durante la Primera Guerra Mundial
el mar fue un campo de batalla, como lo fueron las trincheras.
El Mardinian es un barco bastante grande,
de 95 metros de eslora, y que, como pueden comprobar nuestros buzos,
se conserva muy bien.
Después de un siglo,
aún es posible identificar las barandillas y otros elementos.
En las antiguas estancias del barco ha desaparecido la madera,
pero aún es posible reconocer las vigas de metal
que enmarcaban las paredes y el techo de los camarotes.
Karlos encuentra lo que queda
de lo que pudo ser uno de los respiraderos de la cubierta,
Apenas un conducto de medio metro de diámetro.
Los hierros deformados por el mar y los peces cautivan a Óscar,
que no deja de grabar.
Después de diez minutos de inmersión, el equipo llega a la proa.
Este es el extremo delantero del barco.
La proa conserva su forma puntiaguda inconfundible,
pero los mamparos que cubrían el esqueleto como una piel
han desaparecido.
Tal vez se han desprendido y están en el fondo.
Los buzos no bajarán para buscarlos.
Tienen una misión más importante: encontrar cañones.
Desde este punto emprenden el regreso,
cerciorándose de que no están esos cañones,
ni a un lado ni al otro, en esta parte del barco.
Karlos le dice a Óscar
que en esta parte del pecio no está el cañón.
Descartada esta posibilidad, deciden buscar un punto
para penetrar en el pecio.
La inmersión no puede durar más de 20 minutos en el fondo.
Con lo que han consumido ya no tienen tiempo de seguir buscando.
En la cubierta, junto a una de las bodegas,
encuentran una maquinilla.
Era el motor que permitía izar las cargas
para introducirlas en las bodegas.
Tal vez, la bodega que hay frente a la maquinilla
puede ser un buen lugar para intentar la penetración.
Desde el interior del puente, Óscar observa a Karlos y a Luca
mientras buscan un lugar seguro para llegar a la entrañas del pecio.
Siguiendo el camino que ha abierto Óscar,
Karlos decide intentar una penetración en este punto.
Esta gran circunferencia es la chimenea.
Eso indica que unos metros por debajo está la sala de máquinas y calderas.
Animado por la cercanía de la chimenea
y de las posibles calderas, Karlos busca la forma de adentrarse aún más.
Los peces han desaparecido.
Es un mundo distinto al de la cubierta,
como si fuera otro barco.
Los hierros se estrechan.
Karlos debe estar muy atento
para evitar enganches o cortes con los bordes.
Karlos indica a Óscar que le siga en otra dirección.
El buzo quiere encontrar alguna abertura
que le permita descubrir el corazón mismo del pecio.
Tras recorrer todo el espacio que encuentran despejado,
no les queda más remedio que salir a cubierta.
El tiempo de inmersión está a punto de terminar.
Apenas les quedan un par de minutos para regresar al cabo de fondeo,
pero ¿dónde está el cañón?
El cámara ha encontrado unos nuevos compañeros de inmersión
y no parece dispuesto a abandonarlos.
Los pecios son refugios de vida marina.
Aquí los tres colas se han adueñado de las barandillas,
de los camarotes, del puente y de cada rincón
de la cubierta del Mardinian.
Finalmente, Óscar se une a Karlos y Luca,
que ya han comenzado a regresar al Eureka.
El equipo está aparentemente satisfecho.
Han podido inspeccionar una gran parte del barco,
pero el objetivo principal sigue oculto.
En la siguiente inmersión, su objetivo será la popa.
¿Estará allí el cañón que buscan?".
(NARRADOR) "El Eureka vuelve a puerto
para prepararse para una nueva expedición.
Antes de regresar al punto de inmersión,
Karlos aprovecha para recorrer con detalle el interior de un submarino".
(NARRADOR) "Y estrecha es la relación entre la historia de España
y la de los submarinos.
En 1861, Narcis Monturiol creó un prototipo denominado Ictineo,
diseñado originalmente para recolectar coral.
Su prueba, realizada en el puerto de Alicante,
fue satisfactoria,
pero las ayudas al proyecto nunca llegaron.
28 años después, en 1889, se probaría con éxito
el archiconocido submarino de Isaac Peral.
Pero hay una página de la historia de los submarinos
mucho menos conocida, pero muy interesante".
El de Peral fue el primer submarino realmente moderno y eficaz,
con propulsión eléctrica para la inmersión,
tuvo lanzatorpedos con periscopios.
Pero antes hubo otros intentos muy meritorios
y muy ingeniosos.
Y de los primeros de los que tenemos constancia
es de un mecánico, Cosme García Sáez,
que lo probó con éxito varias veces.
(NARRADOR) "En las profundidades del puerto de Alicante
descansa un antecedente decimonónico del arma
que tantos estragos causó en el mar durante la Primera Guerra Mundial.
El invento del ingeniero riojano Cosme García, el Garcibuzo".
era un barco sorprendente porque el casco era de metal.
En una época en la que todavía los barcos solían ser de madera.
Se anticipó muchísimo a otros proyectos,
tenía timones de profundidad
para los movimientos verticales,
para subir y bajar.
Otros submarinos mucho más modernos han tardado mucho en tener eso.
El problema era que dependía todavía de la propulsión humana
porque en la época la única propulsión mecánica posible
era el vapor.
Y en un buque era una inversión... Las calderas, el humo...
Era prácticamente imposible.
Sí, por supuesto.
Se construyó en La Maquinista Terrestre y Marítima,
una empresa de Barcelona, luego se llevó hasta Alicante.
Lo probaron el inventor y su hijo,
era un barco pequeñito, relativamente, siete metros de largo.
Tuvo unas pruebas oficiales y se conservan los testimonios
del comandante del puerto, ingenieros...
El submarino funcionó perfectamente,
estuvo más de tres cuartos de hora sumergido sin ningún problema
y de ahí, probablemente,
está el que fue el primer submarino probado con éxito en España.
(NARRADOR) "Años después, el propio hijo del inventor,
al no poder hacerse cargo
de los gastos de mantenimiento del Garcibuzo,
lo hundió deliberadamente en el puerto de Alicante,
donde fue cubierto, según parece, por sucesivas obras de ampliación.
El Eureka se prepara para un nuevo intento
de desvelar los secretos del Mardinian".
(NARRADOR) "El equipo está preocupado
por los posibles problemas de visibilidad
que puede presentar la zona donde está el pecio.
La previsión del tiempo es incierta.
Luca y Óscar, basados en su experiencia,
aportan consejos útiles para el equipo
en cuestiones de seguridad y grabación submarina".
Ir por encima de la cubierta, en el lateral que consideréis,
Luca va detrás, vas iluminando
los pies de Karlos.
Karlos, tú como ayer, con la linterna muy bien,
iluminando por donde tú vas pasando,
y ya vamos a la popa directamente.
Si encontramos el cañón,
ahí haremos diferentes planos para asegurarnos bien
de que es el cañón,
que no esté rodeado de amasijos de hierro, que puede confundir.
(NARRADOR) "Las premisas están claras,
el equipo está preparado, no hay tiempo que perder".
(NARRADOR) "Esta nueva inmersión
comienza con un pronóstico poco definido.
La claridad del agua en superficie es aceptable.
Sin embargo, en cuanto descienden unos metros, las condiciones cambian.
Metro a metro, la visibilidad se reduce.
Seguir ese cabo con estas condiciones
sin saber adónde se dirigen,
requiere mucha experiencia y sangre fría.
Karlos, Óscar y Luca no se separan del cabo.
La oscuridad se va cerrando sobre ellos.
El cabo se clava en esa profundidad tenebrosa.
¿Qué condiciones encontrarán en el pecio?
Oscuridad.
La visibilidad no supera el metro de distancia.
El cabo de fondeo ha caído sobre la cubierta del Mardinian,
pero todo queda oculto por ese muro impenetrable.
El origen de esta agua turbia son los sedimentos del fondo,
que al levantarse forman una cortina de partículas en suspensión.
Esa pieza les es familiar, ayer pasaron junto a ella.
Luca pide a Karlos que les dé instrucciones
en esta situación inesperada.
Es inútil.
La visibilidad es igual vayan donde vayan.
Karlos decide abortar la inmersión y volver al cabo de fondeo.
Los tres regresan al Eureka, mucho antes de lo previsto.
No podían imaginarse un desenlace como este.
El mar ha vuelto a imponer sus condiciones imprevisibles
a los submarinistas.
Ahora toca replantear la estrategia.
Deberán regresar mañana, pero el fondo está tan revuelto
que nada les garantiza que vaya a estar mejor.
Sin embargo, no pueden abandonar la zona
sin haber intentado alcanzar su objetivo:
localizar el cañón del Mardinian".
"De momento, lo primero es dar las malas noticias
al resto del equipo".
(NARRADOR) "El equipo está tocado.
El esfuerzo para desvelar los secretos del Mardinian
está siendo supremo.
La corriente y la mala visibilidad
complican muchísimo todos los procesos del buceo.
El Eureka vuelve a puerto para descansar,
pero en la cabeza de los buzos solo hay una idea:
volver a intentarlo.
El Mardinian era un carguero inglés de casi 100 metros de eslora.
Durante su ruta de Calcuta a Londres, en su paso por el Mediterráneo,
fue hundido por un torpedo alemán,
el 19 de Mayo de 1917, frente a las costas de Alicante.
Un día más, un nuevo viaje.
Karlos intenta mantener el ánimo del equipo
para que el desgaste no afecte a la moral de la tripulación".
(RÍEN)
Yo creo que estará un pelín mejor,
pero no creo que esté en buenas condiciones.
(NARRADOR) "Un tercer asalto.
Karlos y su equipo contra el Mardinian
y las malas condiciones del mar.
Un único objetivo, encontrar el cañón.
Un solo final posible, victoria o derrota.
La visibilidad en superficie es mala,
pero los buzos no pierden la esperanza.
Quizás en el fondo mejore.
Karlos y Luca descienden con los ojos bien clavados en el fondo,
esperando ver una mejora en la visibilidad.
Lejos de mejorar, las condiciones empeoran.
La oscuridad crece.
Por un segundo, los buzos casi parecen astronautas
flotando en el negro vacío del espacio.
Finalmente de la nada surge el pecio.
Sus vigilantes eternos, los peces, siguen montando guardia.
Pero la visibilidad está al límite de lo posible
para una inmersión de búsqueda.
Karlos indica la dirección que tienen que seguir los buzos
para dirigirse a la popa.
El perfil del pecio, en estas condiciones, es tétrico.
Los hierros toman formas terroríficas.
Las terribles condiciones del fondo confunden a nuestros buzos.
Karlos y Luca intentan comunicarse bajo el agua.
Es muy difícil, pero nuestros buzos se conocen a la perfección.
Una boca de aire asoma por la cubierta del pecio.
Pero el objetivo es encontrar el cañón,
y no hay tiempo que perder.
Un pequeño espía les observa.
Este tímido crustáceo prefiere ocultar su identidad
bajo un manto de camuflaje.
Otro detalle fascinante del pecio salta ante ellos.
¿Sería una puerta?
El equipo no puede detenerse.
Decenas de figuras comienzan a brotar desde la superficie del pecio.
Karlos se fija en algo
e insiste a Luca para ir a investigarlo.
Una figura misteriosa se encuentra atrapada en esta red de pesca.
¿Qué puede ser?
Parece uno más de los cientos de hierros
que conforman este galimatías submarino.
Por fin se aproximan a la popa.
Está terriblemente colapsada.
Hierros, tubos y cuerdas se entrelazan entre sí
rozando el abstracto,
haciendo muy difícil el reconocimiento de figuras completas.
De repente, el equipo se fija en una figura
que emerge entre el caos.
Karlos se acerca.
Es el cañón.
La prueba de que el Mardinian era un carguero artillado.
Oscar recorre la envergadura
de esta pieza de artillería de 70 milímetros,
que lleva aquí esperándoles más de cien años.
Con la mala visibilidad, el equipo no puede arriesgarse más.
El tiempo es muy limitado
y tienen que encontrar el cabo para iniciar el ascenso.
El camino hacía el fondeo es casi como una vuelta de honor.
Los buzos regresan vitoreados por la vida marina
que rodea el Mardinian.
Karlos tiene claro el primer gesto para el equipo en superficie.
Hay cañón".
(NARRADOR) "Un nuevo objetivo cumplido.
El Mardinian ya forma parte de la vitrina
de los éxitos de Karlos y su equipo.
Tres días, tres inmersiones,
una batalla sin cuartel como la que se produjo
en las aguas del Mediterráneo durante la Gran Guerra.
Una victoria más para el recuerdo
de las miles de historias casi olvidadas,
ocurridas en nuestras costas".
El nuevo objetivo de Carlos y su equipo es el Mardinian, un carguero británico hundido por un submarino alemán el 19 de mayo de 1917, cerca de la isla de Tabarca, en Alicante.
El nuevo objetivo de Carlos y su equipo es el Mardinian, un carguero británico hundido por un submarino alemán el 19 de mayo de 1917, cerca de la isla de Tabarca, en Alicante.
Añadir comentario ↓
José Ángel R, interesante tu teoría. ¿Que te hace pensar que navegaba de Londres a Calcuta y que navegaba en lastre?
Muy dramatizado. Cuando peor es la visibilidad es cuando encuentran el cañon? Poco creible. Ah! el Mardinian navegaba de Londres a Calcuta y no de Calcuta a Londres. Y navegaba en lastre, esto es, sin carga. El cañón que llevaba era de 75 mm.