Viernes a las 22:15 horas
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(Música)
Primo.
Yo te ayudaría a refinarte, a entrar en el gran mundo.
Dicen que es usted pobre, sí.
Me sobran mérito, Amparo.
Pero quién te lo ha dado. Ya lo sabes.
Te juro que es un dinero honrado.
Lo que ocurre es que ese hombre es rico y yo no, ¡confiésalo!
Estás en pecado mortal.
Y si ahora te murieras irías derechito al infierno.
Buena lotería te ha caído, ¿eh?
Bueno, la película más o menos la colocaste tú en su momento correcto,
que es en 1974.
La novela pertenece al ciclo de novelas contemporáneas de Galdós.
Y ya que has mencionado, es el mismo ciclo de Tristana.
Son cada uno, digamos, en un subciclo diferente,
el de la materia y el espiritualista, la segunda,
pero, en cualquier caso, las dos se colocan precisamente en esa,
en esa época de ruptura.
De ruptura tanto en la historia de España como en su momento,
en el momento de Galdós,
como el momento que vivía España en ese momento.
De hecho, hubo quien rápidamente asoció el personaje principal,
que es el de Amparo Tormento.
Es una mujer que es maltratada
tanto por el clero como por las clases privilegiadas,
finalmente rescatada por la figura de un indiano que viene de fuera.
Y es ahí donde donde hinca el diente perfectamente Pedro Olea.
Pero una historia que funcionó, entre otras cosas funcionó,
porque en esa época estaba prohibido contar historias de los enamorados.
Pero se levantó la veda con "Tormento".
Él venía de hacer una película
que es una de esas películas perturbadoras,
No es bueno que el hombre esté solo con José Luis López Vázquez,
un guion de Garci, es una película que marca un punto y aparte.
Es raro decir que de repente,
encontrarse con una adaptación literaria
y una adaptación literaria que cumple con la ortodoxia
para revertirla de alguna manera.
La película forma parte
de lo que se ha venido llamar posteriormente
la trilogía de Madrid.
Y en cada una de ellas está colocada en un momento, digamos,
de ruptura en la historia de España.
Esta está en el Sexenio Democrático, en 1868, derrocamiento de Isabel II,
la que vendría después, que es Pim pam pum... ¡Fuego!
Es la que hace precisamente con el guión de Azcona
en la época de la posguerra.
Y la tercera, La Corea,
que es la peculiar e importante aportación al cine quinqui
de Pedro Olea, se coloca en el tiempo de la transición.
Todas ellas están, como digo,
en un momento muy determinado de la historia de España
y Pedro Olea se coloca para leerlo con justeza.
Es fiel a la obra original,
pero más allá de fidelidad o no, lo interesante es
como la lee por dentro Pedro Olea, es decir,
él utiliza un recurso que hasta cierto punto
es muy de Kirk Douglas, incluso de Almodóvar,
que es enmarcar todas las escenas colocarlas, digamos,
le coloca al espectador en un ambiente claustrofóbico.
Entonces, opresivo,
de alguna forma es una adaptación muy elegante, pero muy ácida por dentro.
Comerás con nosotros.
Lo poco que haya, y luego me terminas de coser la bata.
Uy, perdón, qué atrevimiento. No faltaba más.
Y además tiene su historia, cada uno de ellos,
especialmente Concha Velasco tenía muchísimo cine hecho hasta entonces.
Por supuesto que estamos en situación complicada,
porque se había vivido entonces la huelga de los actores
donde ella se significó de forma bastante importante.
De alguna forma, este papel significaba algo relevante
en su carrera, y está realmente soberbia,
como soberbia está, por supuesto, Ana Belén,
que está además en un momento muy determinado de su carrera.
Es decir, está haciéndose la gran actriz que finalmente es.
Y por supuesto, está Paco Rabal.
La confluencia de todos los actores realmente hace que el,
que la película quede como redonda y como casi un hito
dentro de la filmografía, tanto de por supuesto Pedro Olea
como del cine español,
El jurado estaba presidido por nada más y nada menos que Nicholas Ray.
Y fue, desde luego, un logro
dentro de la colaboración Pedro Olea, José Frade.
Y esto hace que la película, desde luego, luzca como, vamos,
como pocas.
Elena S. Sánchez y Luis Martínez presentan "Tormento" (1974)