Italia es una de las principales
puertas de entrada de la droga
a Europa.
Un tráfico de estupefacientes
que la mafia controla
desde que la droga
entra en Italia...
Ha marcado el perro ahí.
Drogas.
...a través
de sus fronteras marítimas.
Esto es cocaína.
Aquí, en este puerto,
se han incautado
en los tres últimos años
5.500 kilos de cocaína.
El puerto está bajo la influencia
de la mafia calabresa.
Un narcotráfico relacionado
directamente con Scampia,
un barrio de Nápoles
dominado por la mafia.
Un lugar
donde los medios de comunicación
no son bienvenidos.
Televisión Española
entra en Las Velas.
Así se conoce a estos edificios,
que albergan uno de los mayores
puntos de venta de droga
de nuestro continente.
Está lleno de jeringuillas.
Una zona donde, por el día,
resulta difícil hablar con alguien.
Pero que por la noche
nos muestra un submundo
dominado por estafadores...
...ladrones de coches.
¿Lo conoces?
Y, sobre todo, narcotraficantes.
Esto es cocaína.
Pero la cocaína
no es la única mercancía ilegal
que entra en Italia
a través de sus puertos de mar.
La mafia también los utiliza
para meter en Europa
toneladas de productos falsificados
procedentes de China.
Como resultado del tráfico de droga
y de la venta de falsificaciones,
la mafia gana
105 millones de euros al año.
Dinero negro que llevan a Suiza.
Pueden buscar si tienen
dinero oculto, si tienen droga...
El año pasado, en esta frontera,
se incautaron 56 millones de euros
que iban a intentar entrar
en el paraíso fiscal.
Por aquí pasa el 90 %
de los billetes de 500 euros
que circulan por Italia.
Ese es el dinero que han encontrado
dentro del coche.
Son 33.000 euros.
La mafia también trata de sacar
su dinero negro de Europa
en aviones; para eso,
utiliza el aeropuerto de Milán.
Aquí hay gente que trae dinero
por otra gente.
Televisión Española
se adentra en la realidad
de "La frontera de la mafia".
El Puerto de Gioia Tauro,
al sur de Italia,
es el puerto con mayor tráfico
de barcos mercantes
del Mediterráneo.
Además, está situado en una zona
controlada por la mafia calabresa,
una organización criminal
financiada en gran medida
por el narcotráfico.
Estas dos características
han ayudado a que este puerto
se haya convertido en la entrada
principal de droga en Europa.
El 80 % de la cocaína
consumida en nuestro continente
pasa por aquí.
Nosotros aquí
nos ocupamos principalmente
de inspeccionar contenedores
para luchar contra el narcotráfico
que llega de los países
de América Central y Meridional.
A partir del 2012
hasta el día de hoy,
hemos hecho 56 incautaciones;
un total de 5.400 kilos de cocaína.
O sea, 5,5 toneladas de cocaína
en menos de tres años.
En tres años.
En tres años.
Eso es mucho.
Sí.
El teniente coronel Vincenço Caruso
lleva tres años siendo el jefe
del cuartel de Gioia Tauro.
Desde que él llegó al puerto,
se han multiplicado por diez
las incautaciones de cocaína.
Hemos hecho
en los últimos tres años
una media
de 18 incautaciones por año;
es más de una al mes,
una media muy elevada.
En principio se encontraban
cargamentos más grandes,
también de 300 kilos, 500 kilos,
pero después, cuando vieron
que se lograba incautar cocaína
muy a menudo,
han empezado
con cantidades más pequeñas,
para reducir el riesgo.
Su tesón en el trabajo
ha puesto a Vincenço Caruso
en el punto de mira de la mafia,
que ha infiltrado
trabajadores en el puerto
para controlar sus movimientos.
Nosotros aquí
hacemos nuestro trabajo
no confiando en nadie,
porque el puerto
está bajo la influencia
de la mafia calabresa.
Los grupos criminales,
está confirmado
por una investigación ya hecha,
tienen infiltrados
en el interior del puerto.
Estas imágenes corresponden
a una de las últimas incautaciones
que ha llevado a cabo
la Guardia di Finanza
en este puerto.
235 kilos de cocaína
escondida bajo el falso suelo
de un contenedor.
Según un informe
de la Unión Europea,
las redes
del narcotráfico internacional
han descubierto
que enviar la cocaína
escondida en contenedores marítimos
es la manera más eficaz y segura
de hacerlo.
El método consiste en esconder
de manera clandestina la droga
en barcos que salen
de los principales países
productores de cocaína,
en Sudamérica y América Central,
con destino Europa.
Los narcotraficantes saben
que apenas se revisa
un 10 % de los contenedores
que llegan al puerto,
ya que de otra manera se colapsaría
la actividad portuaria.
Son las 0:00 y un barco
procedente de Río de Janeiro
llega al puerto.
Enseguida, la Guardia di Finanza
se pone en marcha.
La lucha contra el narcotráfico
comienza
desde que la embarcación atraca.
En este momento suben los militares
de la Guardia di Finanza
y empieza nuestro control
encima del barco
para evitar que puedan abrir
algún contenedor arriba
y sacar cocaína,
si está en algún contenedor.
Ahora el militar
está controlando los sellos,
para ver si el sello está íntegro
o es un sello que ha sido clonado,
removido...
Porque si hubiera alguna anomalía
en el sello...
Quiere decir que alguien
ha podido tocar el contenedor
y haber puesto dentro cocaína.
Es uno bloqueado por análisis.
Consiste
en algunos parámetros de riesgo
que nosotros vamos a verificar.
No me puedes decir el motivo
por el cual lo bloqueáis.
Son diferentes motivos,
pero esto prefiero no decirlo.
Vale.
Porque es importante no decirlo.
Para que los malos no sepan
cuáles son vuestras técnicas, ¿no?
Vale, vale.
Este contenedor
ya lo estamos bloqueando
y ahora lo van a llevar
a la zona de inspección.
La Guardia di Finanza
pasa toda la noche
revisando contenedores.
Una vez apartados para su análisis,
pasan por este escáner.
Cualquier anomalía puede conducir
al descubrimiento
de importantes alijos de cocaína.
La semana pasada
incautamos 173 kilos de cocaína
en un solo contenedor.
Nada más abrir el contenedor,
los agentes descubren
cuatro bolsas de deporte
junto a la puerta.
Así es como viajan habitualmente
los alijos.
Los traficantes introducen
de forma clandestina la droga
en los contenedores
una vez que ya han sido embarcados,
por eso, la mayoría de las veces,
ni las empresas de transporte
ni las multinacionales
dueñas de la mercancía
están implicadas
en el tráfico de droga.
La Guardia di Finanza
acaba de encontrar
173 kilos de cocaína pura,
con un valor en el mercado
de 36 millones de euros.
Esta es la última incautación
que hemos hecho,
152 piezas con un peso
de 1,150 o 1,200 kilos.
Sí.
¿Por qué la foto de la chica?
Cada cártel pone
un signo de identificación
de su producción.
En algunos casos,
por medio de estos sellos,
se identifican
las zonas de proveniencia,
entonces se sabe que esta droga,
por ejemplo,
fue producida en Colombia
en el área de producción.
Cada uno de estos bloques
de cocaína
hubiera reportado a la mafia
unas ganancias de 70.000 euros.
Queremos saber de qué manera
se distribuye la droga
una vez que consigue
entrar en Italia
a través de sus aduanas portuarias.
Nos desplazamos a Nápoles.
Aquí, la mafia napolitana,
conocida como la Camorra,
se encarga
de la distribución y la venta
de la cocaína que entra en Italia.
Su centro de operaciones
está en Scampia,
uno de los barrios más peligrosos
de Europa.
Entramos en la cuna
de la mafia napolitana
y lo hacemos de la mano
del inspector Spina.
Scampia es uno de los barrios
más pobres de Italia,
con una tasa de desempleo
situada por encima del 60 %.
Un dato que contrasta
con los 16.000 millones de euros
que, según la Fiscalía napolitana,
se mueven en esta zona
debido al tráfico
de estupefacientes.
Concretamente, en estos edificios,
conocidos como Las Velas,
que se han convertido en uno
de los puntos de venta de droga
más grande y peligroso de Europa.
Nada más llegar,
respiramos el ambiente enrarecido
de Las Velas.
¿Aquí os conoce la gente?
A pesar de que estamos
en uno de los barrios
con más densidad de habitantes
de Nápoles,
no nos cruzamos con nadie,
aunque, eso sí,
sabemos que nos observan.
¿Cómo se llama?
Se llama Luke.
Es antidroga.
No, antiexplosivos.
¿Antiexplosivos?
Sí.
¿Aquí hay explosivos?
Para buscarlos.
Para buscar explosivos.
El inspector Spina
entra en el edificio
con paso firme y decidido.
Sabe que estamos siendo espiados
y tiene que asegurarse
de que nadie va a correr peligro.
Increíble.
Es increíble, ya.
Está muy degradada esta zona.
Las tuberías rotas
y los cables de la luz
descubiertos. Es peligroso.
¿Es muy peligroso estar aquí?
A mí me da miedo.
El inspector Spina nos asegura
que este edificio no es peligroso;
sin embargo,
no paramos en ningún sitio,
no nos dejan alejarnos del grupo
y no conseguimos que nos digan
adónde vamos.
¿Qué buscamos?
¿Qué buscamos?
La Policía sabe que a estas alturas
todos los habitantes del edificio
están al tanto
de nuestra presencia aquí.
Si nos paramos, podrían atacarnos
desde cualquier rincón
sin ser vistos.
Estamos entrando
en una de las casas.
Tenemos que ir mirando al suelo
porque es probable
que haya jeringuillas.
Son sitios
que utilizan los drogadictos
para venir a ponerse su dosis.
Esta es una de las habitaciones.
Mira, ¿ves? Jeringuillas.
Está lleno de jeringuillas.
Otra jeringuilla.
¡María!
Ten cuidado, ¿eh?
Cuidado,
que está lleno de jeringuillas.
¡María!
Voy a intentar pasar hasta ahí.
A ver.
¡Ay! Que me da mucho miedo.
Hay que mirar bien
dónde pone los pies uno.
Torre Blanca,
es la primera vela que hicieron.
La Vela Celeste.
La segunda vela.
Siguen existiendo
puntos de venta de droga,
pero de modo residual,
ya no está organizado
como el ejército.
De modo residual y no militar.
No militar.
Ha llegado el momento
de salir del edificio.
Y salimos
a la misma velocidad que entramos.
Intentamos alejarnos del grupo
para poder hablar con algún vecino,
pero la comitiva policial
no espera a nadie.
El inspector Spina sabe
que las cámaras de televisión
no son bienvenidas aquí.
Prefiere no provocar la indignación
de los habitantes de Las Velas
dando demasiadas vueltas
por el interior del edificio.
Cuando las personas nos ven,
se esconden.
¿Por qué?
Están hartos de que la gente
lo relacione con la Camorra.
Exacto.
Nada más salir a la calle,
los vecinos, enfadados,
se acercan
a hablar con el inspector.
Se están quejando de la basura.
Sí.
De la basura que hay en el sitio.
Sí, sí.
Aprovechamos para entrevistarles.
¿Vosotros vivís aquí, en Scampia?
¿Cómo es vivir aquí?
Hay mucho desempleo aquí,
en Scampia.
¿Y qué opináis de las cámaras
y de la televisión?
¿Nos deja grabar la suya?
Sorprendido
de que queramos entrar en su casa,
acepta nuestra proposición.
Hemos conseguido permiso
para entrar
en una casa de Las Velas.
Rara vez, los vecinos
permiten el acceso a sus hogares
a una cámara de televisión.
Se trata de un padre de familia
sin trabajo conocido
que mantiene a sus cuatro hijos
y a su esposa.
Ah, mira, humedad.
Tenéis mucha humedad en casa.
La cocina.
Teniendo en cuenta
que supuestamente en esta casa
no existen ingresos de ningún tipo,
nos llaman la atención
los muebles recién puestos
de la cocina.
Y también la televisión de plasma
que encontramos
en el dormitorio principal.
Queremos seguir conociendo
el interior de la casa,
pero al dueño comienza a molestarle
nuestra presencia.
Vale. ¿Nos vamos ya?
Sí.
Por hoy, hemos terminado
la grabación en Las Velas,
pero volveremos a intentar entrar
cuando sea de noche.
Ha marcado el perro ahí.
Drogas.
Descubrimos que el envío de droga
a través de paquetes de correo...
¿Este? ¿Este? ¿Que huele?
¿Directamente?
...es una práctica
cada vez más utilizada
por los narcotraficantes.
Esto es cocaína.
Y que la droga
no es la única mercancía ilegal
que entra en Italia a través
de sus fronteras marítimas.
Italia no es solo
una de las principales
puertas de entrada
de la droga a Europa.
La Europol
ha advertido recientemente
de que las redes criminales
utilizan los mismos cauces
empleados en el tráfico de droga
para importar productos
falsificados de contrabando.
La Guardia di Finanza
lucha desde el Puerto de Nápoles
contra la invasión de imitaciones
que intentan entrar en Italia
por sus fronteras marítimas,
artículos que luego son vendidos
en los cientos
de puestos ambulantes
que inundan la ciudad.
Queremos comprobar
si la mafia también controla
este rentable negocio
que factura 7.500 millones de euros
anuales en dinero negro,
según un informe
de la patronal italiana.
Nos dirigimos ahora
a la Plaza Garibaldi,
uno de los puntos comerciales
más importantes de Nápoles.
El problema es que si vamos
con la cámara de televisión
que llevamos habitualmente,
tardarían en echarnos de la plaza
unos 30 segundos, más o menos,
porque, al parecer,
toda la mercancía que se vende allí
es de contrabando,
así que dejaremos la cámara
que usamos habitualmente
dentro del coche.
Ni siquiera nos hemos adentrado
en este famoso mercado ambulante
y somos interceptados
por dos personas
que quieren saber
qué hemos venido a comprar.
Quieren asegurarse la venta
y tratan de convencernos
de que los bolsos
que venden en el mercado
son falsificaciones
de baja calidad,
mientras que los que ellos venden
son auténticos.
Tú tienes más alto precio.
Parecen buenos.
Nos enseñan un catálogo
repleto de bolsos
de las marcas más conocidas
para que elijamos.
¿Esta qué marca es?
Este, Armani.
En ese momento,
uno de ellos se aleja
y se encamina hacia el mercado.
Comentamos
la posibilidad de acompañarle
para conocer
el resto de las mercancías
que se venden en la plaza.
Es que no hemos mirado
nada todavía, acabamos de llegar.
No hemos visto nada,
no hemos visto nada.
Pero entonces nos aseguran
que con una cámara de vídeo
doméstica
es imposible
adentrarse más en esta plaza.
¿Es muy peligroso sacar la cámara?
Qué control, ¿no?
¿Y la Policía no dice nada?
Lo dices convencido.
Dijeron que aquí había camorra,
pero no la veo.
Por el área, están controlando.
¿Y qué controlan?
Unos minutos después,
aparecen con los bolsos
que habíamos seleccionado
en el catálogo.
¿Y este de qué marca es?
Armani.
¿Y cuánto dinero cuesta?
¿130?
Buscamos una razón para marcharnos
sin comprar nada ilegal.
Tiene un toque aquí.
Esto está un poco mal.
Cuando intuyen que no tenemos
ninguna intención de comprar,
empiezan a ponerse nerviosos
y nos obligan a apagar la cámara.
En ningún momento hemos recibido
ninguna amenaza directa,
pero aunque no la veamos,
es supuestamente a la Camorra
a quien molesta
la presencia de nuestra cámara.
Ha llegado el momento de irse.
Hasta luego.
Según la Oficina
de las Naciones Unidas
contra la Droga y el Delito,
la mafia italiana
ha establecido intensos contactos
con la mafia china
para importar falsificaciones;
un negocio muy rentable
que combina altos ingresos
con una penas muy leves,
debido a la gran tolerancia social
que hay alrededor de este delito.
Nos desplazamos
hasta el aeropuerto de Milán.
Por aquí,
según la Guardia di Finanza,
las organizaciones criminales
sacan cada año de Europa
65 millones de euros procedentes
de la actividad delictiva.
Los vuelos de mayor riesgo
para la lucha
con la evasión de capitales
son los que tienen
como destino China.
Aquí están
las salidas internacionales
del Aeropuerto de Malpensa.
Es un momento importante
porque hay mucha gente
que sale de aquí
por el tráfico de dinero.
En dos horas sale un vuelo
con destino Shanghái.
Los perros entrenados
para buscar dinero escondido
comienzan a trabajar.
Ahora empezamos por Shanghái
y después Hong Kong.
Uno a uno, todos los viajeros
señalados por los perros
de la Guardia di Finanza
van pasando por este despacho.
Las leyes europeas permiten sacar
hasta 10.000 euros
de nuestras fronteras
sin pasar por aduana.
Las cantidades superiores
deberán pagar
sus impuestos correspondientes,
algo que muchos
parecen querer evitar.
Vamos a controlar la maleta,
porque puede ser que haya...
-¿Es su negocio?
-No.
-Está preguntando
la proveniencia del dinero,
porque hay gente que trae dinero
para otra gente.
5.000.
15.000.
Puede pagar aquí,
en la aduana, directamente.
Si no quiere hacer esto,
vamos a hacer la incautación
de una parte del dinero.
Ok.
Hay situación de gente
que quiere irse a China
y hay gente que dice:
"Te pago el billete para ir a China
y tú me traes este dinero".
Y este dinero no es de la persona
que va a traerlo.
Solamente transportadores.
Además de combatir
la evasión de divisas,
en el aeropuerto de Milán
también luchan
contra el tráfico de drogas.
Y aquí hay paquetes que vamos ahora
a controlar con el perro.
Exactamente.
¿Este marca?
Sí, hay, hay.
¿Sí? No me digas.
¿Ha marcado el perro ahí?
Vamos a ver.
Vamos a controlar si hay,
por ejemplo, cocaína
y otras drogas en el paquete.
De uno en uno, los agentes
revisan el contenido
de todos los paquetes
que hay en el interior de la saca
que ha marcado el perro.
Cada día vamos a hacer
este tipo de control.
¿Este? ¿Te huele?
¿Directamente de olerlo?
El olor que desprende
uno de los sobres es tan fuerte
que el agente no tiene dudas.
En él se esconde
un pequeño envío de marihuana.
Marihuana.
Sí.
Y huele desde aquí,
es verdad que huele...
A pesar
de haber encontrado ya marihuana,
los agentes continúan registrando
el interior
de cada uno de los paquetes.
Es un paquete...
Sí, sí.
Vamos a ver,
porque hay técnicas de...
Para...
Camuflar la cocaína,
la cocaína líquida.
Y puede ser en otras formas.
Parece jabón, así, a priori.
Sí, parece, parece.
Sí, es...
¿A ver? ¿Puedo olerlo?
No es champú.
Ay, no, no,
huele a químico muy fuerte.
Vamos a ver con el narcotest.
¿Podría ser cocaína?
Puede ser cocaína.
¿Qué tienen que pasar ahora?
Esto es el narcotest
para comprender si es cocaína
o si es droga.
"Blu".
Azul, vale.
Azul.
Azul.
Esto es cocaína.
Exactamente.
¿Y con esto luego qué hacen?
Vamos a hacer lo que llamamos
una simulación de la consigna.
La simulación de consigna consiste
en dejar que el envío
siga su curso normal.
La Guardia di Finanza
hace el seguimiento
del paquete que contiene la droga
hasta el día en que el mensajero
aparece en casa del destinatario.
En el momento que la persona
firma el albarán
y tiene en su poder el paquete
con la droga dentro,
la Guardia di Finanza aparece
y el sujeto es detenido.
Pero el tráfico de drogas
y de mercancías ilegales
que entran en Italia
por sus fronteras
no es la única fuente de ingresos
de la mafia italiana.
Según la Policía Antimafia,
el crimen organizado recolecta
30.000 millones de euros anuales
mediante el cobro del "pizzo",
un impuesto que la mafia
obliga a pagar bajo amenazas
a cualquiera que tenga un negocio,
una extorsión mafiosa
de la que solo se libran
los comerciantes de Herculano,
esta pequeña ciudad
pegada a Nápoles.
Aquí, en sus establecimientos,
pueden leerse carteles como este,
que dice: "No cedemos al miedo,
no sufrimos abusos.
En Ercolano no pagamos el 'pizzo'".
Es su manera
de dejar claro al mundo entero
que ellos no ceden
a las exigencias de la mafia.
La responsable de estos carteles
es esta mujer, Raffaella Ottaviano.
Con 65 años se atrevió
a plantarle cara a la mafia
y cambiar la vida de su ciudad.
Un día entró un mafioso
por la puerta
y te pidió el "pizzo",
te pidió que pagaras
por tener el negocio abierto.
¿Qué le dijiste?
Os habéis equivocado.
¿A las personas
que no pagaban el "pizzo"
qué les pasaba?
¿Les ponían una bomba?
En su solapa luce con orgullo
la condecoración al mérito
de la República Italiana
por su labor antimafia.
El día que se presentó en comisaría
para denunciar el intento
de extorsión
la Policía no daba crédito.
Gracias a la denuncia de Raffaella,
la Policía detuvo al agresor,
que acabó en la cárcel.
Su gesto sirvió de ejemplo
a los demás comerciantes,
que, desde entonces,
han perdido el miedo a la mafia
y también se niegan a pagar.
En España no,
en España no hay "pizzo".
¿No me lo crees? ¿No me crees?
No.
¿Por qué?
¿De verdad cree que en España
pagamos "pizzo"?
Sí.
Tiene que venir a España.
Yo te invito.
Muchísimas gracias.
Gracias.
Como Raffaella, muchos napolitanos
están convencidos
de que el control de la mafia
va más allá de sus fronteras,
un supuesto control
del que también están convencidos
los periodistas italianos.
Marilena Natale
lleva años escribiendo
sobre las atrocidades de la mafia
y ha recibido
varias amenazas de muerte por ello.
La última la grabó ella misma
con su cámara de vídeo.
Enero de 2013. La Policía
acaba de detener a un mafioso
del clan de los Calesi.
Antes de entrar en el coche
hace este gesto a la periodista.
¿Un beso? ¿Te manda un beso?
¿Qué significa?
(HABLA EN ITALIANO)
Cuando te manda un beso un mafioso
es el beso de la muerte,
significa que te van a matar.
Sí.
¿Cuántos años de cárcel
le han caído?
Cuando salga de la cárcel
va a ir a buscarte, ¿no?
¿No te importa si te mata?
Tu espíritu.
Tus ideales.
El clan de los Calesi
tiene un odio especial
hacia Marilena, porque ella
ha estado detrás de las detenciones
de todos sus miembros.
El más conocido es este hombre,
Francesco Schiavone,
alias Sandokán.
Como a Marilena
le gusta predicar con el ejemplo,
nos pide que la acompañemos
a Casal del Príncipe,
una localidad a 25 km de Nápoles,
famosa por ser la ciudad natal
de uno de los clanes
más sangrientos de Italia,
los Calesi,
precisamente
la organización criminal
que la tiene amenazada de muerte.
¿Cuánta gente hay aquí
que quiere acabar contigo?
Pero si acabamos de llegar.
Estamos pasando por debajo
de la casa del hombre
que amenazó a Marilena de muerte,
Carmine Schiavone,
el hijo pequeño del mafioso
conocido como Sandokán.
Sí.
Te quieren mucho a ti, ¿no?
Muchísimo, ¿no?
¿Estarán en casa?
Está el coche,
o sea que están en casa.
Sí, sí.
¿Por qué no quieres escolta?
A mí no me sirve la escolta.
No te sirve.
Yo puedo defenderme sola.
Te puedes defender tú sola.
Pero ¿no tienes miedo?
No.
(Ladridos)
El perro de...
El perro, el perro.
De Sandokán.
Sí.
Que te conoce.
La confiscó el Estado
cuando lo metieron en la cárcel.
Nos adentramos en la noche
del barrio
más peligroso de Nápoles.
Y descubrimos de qué manera
consigue la mafia
sacar su dinero negro
por las aduanas de Italia.
Ese es el dinero que han encontrado
dentro del coche.
33.000 euros.
Por su frontera con Suiza
pasan el 90 %
de los billetes de 500 euros
que circulan por Italia.
Son las 0:00. Volvemos a Scampia.
Hemos quedado en la comisaría
con el agente Antonello Noli.
Es la mano derecha del comisario,
el encargado de mostrarnos
cómo se mueve en este barrio
la droga que entra en Italia
a través de sus fronteras.
Esas son Las Velas.
24 horas al día vendiendo droga.
A los pocos minutos
de comenzar el servicio
nos cruzamos con el coche
de uno de los narcotraficantes
más conocidos de Scampia.
Acaba de salir de la cárcel,
donde ha cumplido
cinco años de prisión
por tráfico de droga.
Los agentes van a pararle
para comprobar
si ha dejado de trabajar
para la Camorra
o sigue con su antiguo
e ilegal negocio.
¿Un kilo y medio de cocaína?
Nos sorprende la familiaridad
con la que Policía y delincuente
se tratan.
¿Por qué os dedicáis
a traficar con droga?
No hay trabajo. ¿Por eso?
No hay dinero.
¿20 euros?
En una jornada, mil dosis.
¿Una dosis cuánto cuesta?
Continuamos patrullando por Scampia
y nos dirigimos a Las Velas.
El agente Noli decide entrar
directamente en los garajes,
porque, supuestamente, es aquí
donde, cobijados por la oscuridad,
se reúnen traficantes
y drogodependientes.
Una telaraña de cables de la luz
atraviesa el techo de los sótanos
de lado a lado.
¿Qué consumen? ¿Heroína?
Sí, sí, heroína.
Y vienen aquí a drogarse.
Sí.
Hay muchas jeringuillas.
Llama la atención que habiendo
tantas jeringuillas en el suelo
no veamos a nadie alrededor.
Ni rastro
de los vendedores de droga
ni de sus clientes.
Parece como si alguien supiera
que estamos aquí.
Roban la luz, ¿no?
Lo que un día fueron trasteros
se ha transformado
en agujeros llenos de ratas
e inmundicia,
testigos mudos
de muchas muertes por sobredosis.
Salimos de Las Velas
sin haber podido hablar con nadie
y continuamos la patrulla.
Nada más salir, el agente reconoce
a un ladrón de coches
al que ya ha detenido
en varias ocasiones.
Es un ladrón de coches.
¿Lo conoces?
Robas coches.
Así, tan...
Te quedas tan tranquilo.
Pero tendrá que cambiar mucho
de concesionario,
porque ya le conocerán.
Sí, sí.
¿Cuántos coches robas al mes?
Cinco o seis al mes.
Al menos, diez, al mes.
¿7.000 euros al mes?
Oye, ganas un buen sueldo.
¿Para qué vas a buscar
otro trabajo?
Una vez más nos sorprende
la sumisión del delincuente,
que hace todo
lo que el agente le ordena,
incluso autorizar esta entrevista.
¿Nos da permiso para la grabación
que estamos haciendo él?
Sí, sí.
Que lo diga él.
(HABLA EN ITALIANO)
Sí, di sí, das permiso.
¿Das permiso para la grabación?
Sí. ¿Sí o no? Sí.
-Sí.
En cuanto terminamos de entrevistar
al ladrón de coches,
y sin mediar palabra,
el agente Noli se dirige
a los bajos de un edificio
que está al lado.
El agente les pide la documentación
y les llama ladrones
sin que nadie se atreva
a protestar.
Después, sin ningún tipo
de orden judicial,
procede a registrar
todo el interior del local.
Busca droga.
Pero no encuentra nada.
Varios de los hombres
que nos rodean
han estado también en la cárcel
por traficar con cocaína.
Aquí casi todo el mundo
hace lo mismo, ¿no?
Sí.
Intentamos averiguar algo más
sobre la distribución de la droga
desde que entra en Italia
hasta que llega
a los pequeños proveedores,
pero no conseguimos respuestas.
Todo el mundo vende droga.
¿De dónde sale toda esa droga?
Si él no estuviera aquí,
¿nosotros podríamos estar aquí?
Cuando el policía
da por terminada le entrevista,
nos vamos.
Nada más salir del local,
el agente Noli se dirige
a uno de los edificios.
¿Adónde vamos?
Nos quiere enseñar
de qué manera se vendía la droga
en estos portales
antes de que el inspector Spina
llegara a Scampia.
Ahora la droga se vende
directamente dentro de las casas.
Se vendía droga antes.
En el portal despachaban droga.
Sí.
Estas son imágenes en exclusiva
que nos ha proporcionado
la Policía de Nápoles.
Es el mismo portal
donde acabamos de entrar
cuando todavía era
un punto de venta de droga
habitual.
La Policía consiguió grabarlas
gracias a una cámara
colocada estratégicamente
en el sitio.
Las dos personas que vemos son
los encargados de vender la droga.
El cristal de entrada al portal
ha sido sustituido
por una plancha de hierro,
para que nadie pueda ver
la identidad de los traficantes.
Debajo han hecho un agujero
por donde los drogodependientes
meten la mano
para recibir la cocaína
y entregar el dinero a cambio.
En este punto de venta
se facturaban 80.000 euros al día.
Gracias a la eficacia de la Policía
este portal ya no es utilizado
como punto de venta de droga.
Ahora los traficantes
atienden directamente
en el interior de las viviendas
y continúan usando a su antojo
las instalaciones del edificio.
Esconden droga dentro del ascensor,
en el techo del ascensor.
Ya sabemos cómo entra
y se distribuye la droga en Italia.
Ahora queremos averiguar
de qué manera saca del país
el dinero negro obtenido
del tráfico de estupefacientes
la mafia.
Nos trasladamos a la frontera
entre Italia y Suiza.
Las organizaciones mafiosas
ingresan unos 60 millones de euros
al año
en los bancos del país alpino,
según datos
de la Policía Federal suiza.
Por esta aduana pasan el 90 %
de los billetes de 500 euros
italianos,
según el diario Il Giornale.
La Guardia di Finanza trabaja duro
para evitar que el dinero
salga de Italia
de manera fraudulenta.
La destreza de los agentes
resulta vital
a la hora de detectar
posibles evasores de divisas.
Y en tan poco tiempo
ellos ya tienen la pericia...
Incluso tienen perros adiestrados
para detectar billetes escondidos.
Pueden buscar
si tienen dinero ocultado,
si tienen droga
o mercancías de contrabando,
relojes, oro...
Poco antes
de que llegáramos nosotros
uno de estos perros ha marcado
el interior de un vehículo.
En este momento, expertos mecánicos
de la Guardia di Finanza
lo están desmontando pieza a pieza
para comprobar si esconde dinero
o droga en su interior.
¿Y desmontan entero el coche?
Sí, sí.
O sea, lo desmontáis entero
y lo volvéis a montar entero.
Sí.
Es mucho tiempo, ¿no?
Ese es el dinero que han encontrado
dentro del coche.
Son 33.000 euros.
En billetes pequeños.
¿Qué puede significar esto?
(HABLA EN ITALIANO)
Sí, ¿no? Todo y nada.
Todo y nada.
¿Puede ser, dicen,
de haber vendido droga
y por eso está
en billetes pequeños,
dinero de la recaudación
de la venta de droga?
En esta ocasión,
el dinero venía escondido
debajo de la palanca de cambios,
pero la Guardia di Finanza
ha encontrado auténticas fortunas
ocultas en los sitios
más inverosímiles,
dinero que luego volverá
a ser invertido por la mafia
en el narcotráfico.
Según una reciente investigación,
por cada 1.000 euros
que se invierten en cocaína
las organizaciones criminales
obtienen 182.000,
unas ganancias millonarias
que han convertido a la mafia
en la empresa
más rentable de Italia.