Miércoles a las 22.10 horas
Por fin te encuentro, Manuel.
Me llamo Lola, ¿o tampoco te acuerdas de mi nombre?
Todo está conectado,
lo que ha vivido y lo que está por vivir.
Y usted, señor Vargas,
está destinado a jugar un papel mucho más importante de lo que cree.
Laura, ¿quieres a Óscar como legítimo esposo?
Sí, quiero.
Yo os declaro marido y mujer.
El diablo ha invadido este bloque.
Quiero a todas las unidades yendo al Edificio Victoria,
a toda la comisaría.
Debo quemar el puto bloque.
¡Agachaos, todo el mundo al suelo!
¡Que te calles, coño!
Andrés...
(RÍEN)
(SUSPIRA)
(CANTAN)
-Una cerveza, Laura.
-Gracias, ¿por qué has tardado tanto, Sebas?
-Mucha gente en la barra.
(CANTAN)
Pensé que no me encontrarías, esto se ha llenado.
-El mejor concierto del año. -Vente.
Este es el chico del que os hablé, mi amigo de toda la vida.
Óscar, este es Andrés.
-Pero todos me llaman Santos, es mi apellido.
(RÍE) Ya lo imaginaba.
-Y esta es mi amiga Laura.
-Encantado.
-Encantada.
(CANTAN)
Chicos, foto.
¿Otra vez?
¿Puedes sacar la ropa de la lavadora y tenderla,
que voy justa de tiempo? -Vale.
-Por cierto, va a llamar el casero para hablar del alquiler.
Dile lo que hablamos, que no te líe.
¿Estás bien?
-Sí. -¿Seguro?
(ASIENTE)
-No has pegado ojo en toda la noche. -Cosas del bar.
Ah, nos ha llamado Laura
para invitarnos esta noche a cenar en su casa.
-¿Cenar? -Sí.
-¿En su casa?
-No, Sebastián, en su palacio de invierno.
-¿Y no podemos aplazarlo para el fin de semana?
Hoy es la Champions, se me llena de gente el bar y...
Es mal día.
-Es la cuarta vez que nos invitan.
Mira, yo sé que Santos y tú no sois uña y carne,
pero no puedes rehuirles siempre, son marido y mujer.
Marido y mujer...
Sí, marido y mujer.
Me voy, que llego tarde.
Marido y mujer, hay que joderse.
¿Cuándo me desvirgué?
Que cuándo me desvirgué. ¿Cuándo fue mi primera vez?
¿Con quién?
¡Sí, joder!
¡Joder!
Solo Andrés sabía eso.
(HABLA EN ALEMÁN)
(HABLA EN ALEMÁN)
Vi tu cadáver, te lloré.
¿Cómo coño se asume una cosa así?
¿Y ese cuerpo?
¿Qué se siente estando en el cuerpo de otro?
¿Qué?
Tanto tiempo teniéndote cerca, tanto tiempo a mi lado.
Yo no puedo asimilar una cosa así.
Yo no puedo guardar este secreto solo.
Es que no te pareces en nada...
Mejor me voy al bar.
¡Hola!
Pues tú estás hecho una mierda, la verdad.
¿Me llevas al instituto?
El desayuno.
Junta las muñecas.
Ahora vete al fondo de la celda.
Venga.
Despacito, con movimientos lentos.
Sí.
¿Puedo pedirte una cosa?
No comprendes lo que está pasando.
No lo puedes entender todo lo que viene.
Sí, ¿qué pasa?
Pero que padre eres a veces, Márquez.
(RÍE) Vale, mira, para ahí,
porque a veces la entrada se pone hasta arriba.
¿No quieres saber por qué te he llamado?
No.
Estoy yendo al psicólogo, ¿sabes?
Bueno, psicóloga.
Hay cosas de esa noche que no termino de entender, Márquez.
Y que sé que solo las puedo hablar contigo y con Iago, con nadie más.
No solo es eso, Márquez.
Necesito que me ayudes a recordar.
¿Lo harás?
Prométeme que no me mentirás.
Pues me voy, que llego tarde.
Porque no tienes pensado volverte a fugar, ¿no?
Dime.
¿Sabes lo que tenemos tú y yo en común, Márquez?
Los dos somos unos bichos raros.
(RÍE) Chao, gracias.
Inspector, están esperándolo en el despacho del comisario.
Sí, han venido los del Grupo Antiterrorista,
quieren hablar con usted.
Hola, Manuel.
Te presento a los inspectores Silva y Collado,
compañeros de grupo.
Raúl Sánchez,
¿esto es todo lo que tenemos sobre su vida?
¿Algo más que yo deba saber?
Lo interrogaremos aquí mismo, a ver qué podemos sacarle,
aunque ya os digo que no parece un caso de nuestro grupo,
pero hay que salir de dudas.
No.
Ahora es nuestro caso.
Perfecto, pero desde el otro lado del cristal.
El interrogatorio lo llevamos nosotros.
Manuel.
¿Hola?
Soy tu mujer, ¿y solo se te ocurre decirme eso?
Mira, no te he partido la cara ahí dentro porque soy una profesional
Llevo cinco años en el Grupo Antiterrorista.
Manuel, nos conocimos allí.
Ah, vale, que no te acuerdas.
Le da un sobre.
¿Qué será?
Son los papeles del divorcio.
Él la dejó tirada y luego desapareció.
Yo ya lo habría mandado a Pekín de una patada en los huevos.
Hombre, es que Márquez es rarito, cariño.
Quiero que me lo firmes hoy mismo, si puede ser,
no vaya a ser que te vuelvas a fugar, Vaquilla.
Podéis seguir hablando de mí, ¿eh?
Me voy enseguida.
Mientes muy mal.
Bueno como persona, malo como policía.
Mira, sé lo que Márquez le hizo a tu madre,
pero a mí también me engañó.
Vamos a interrogar al detenido.
Santos me ha pedido que estéis presentes, tú y Márquez.
Manuel.
Laura, dime.
-Nada, solo quiero saber si al final venís esta noche.
Se han apuntado también David y Susana.
-Pues estoy pendiente de Sebas, pero yo creo que sí.
-A ver, ¿qué pasa, que tiene mucho lío en el bar o qué?
-Eso me dice, aunque últimamente está más rarito,
que yo no sé qué le pasa.
Por cierto, tengo que contarte algo,
un cotilleo.
-¿Un cotilleo de quién?
-Bueno, a ver, la ex de Márquez está en la comisaría.
-¿Cómo en la comisaría?
-Es del Grupo Antiterrorista, ha venido por lo de la guardería.
-Pues qué bien, ¿no?
¿Y se va a quedar mucho tiempo?
Bueno, ¿sabes qué, María?, no quiero saberlo.
Es que me la trae floja, no me lo cuentes.
-Ya sé que te da igual, pero vamos,
prefería que te enterarás por mí.
-No, no, yo te lo agradezco, pero mira,
ya me doy por enterada y ya está, tema zanjado.
No quiero que me cuentes nada más.
Ahora, que te digo una cosa,
que son ganas de estar en esa comisaría viéndole la cara
todos los días a ese cabronazo.
-Pues no será por la química que tienen, yo te lo voy contando.
-Ah, ¿que no tienen química?
-Cero, vamos, como si fueran extraños.
-María, que no lo quiero saber, cariño.
Déjalo, habla con Sebas y me cuentas si venís esta noche, ¿vale?
-Vale, luego te llamo, un beso.
(SUSPIRA)
Voy a pasarte lista,
párame si me equivoco.
Estuviste en Irak dos años,
cuando volviste a España
te diagnosticaron estrés postraumático y depresión.
Comenzaste a beber y a medicarte.
Esta es tu primera detención,
antes de eso nada,
ni una multa de tráfico.
¿Me equivoco?
Pues enhorabuena, te has estrenado por todo lo alto.
A ver, Raúl,
sabemos que no tienes conexión con ningún grupo islamista,
así que es mejor aclarar esto cuanto antes.
¿Por qué querías volar el edificio?
¿Era tu venganza por el desahucio?
Te dolió que te echaran.
No estoy loco.
No estoy loco.
¡Has estado a punto de matar a 13 niños con bombonas de butano!
A veces
hay que hacer sacrificios
por un bien mayor.
Bien mayor, ¿qué bien mayor?
-Por un bien mayor.
-¿Qué bien mayor?
-Evitar que se propague el mal.
No tendríais que haberme detenido.
¡No sabéis lo que habéis hecho!
¡Habéis condenado a la humanidad!
¡El mal ya está aquí!
¡Va a comenzar a extenderse!
Se acabó, ¡largo de aquí!
¡Eh, eh, eh!
¡Tienes que hacer algo!
¿Qué buscas?
Hola.
Vivo aquí.
Desde hace mucho tiempo.
Esa soy yo.
-Hola, cariño. -Hola.
-¿Qué tal? -Bien.
-Voy a preparar la cena, ¿vale? -Vale.
Mamá salía todos los días a buscar comida para mí.
¡Ángela!
¡Ángela!
No puedes cambiar lo que pasó.
-Tengo miedo, mamá. -Tranquila, estoy contigo.
Abrázate a mí.
¡Oiga!
¡Oiga, oiga!
Oiga, ¿qué hace aquí dentro?
¿Cómo ha entrado?
¿Con quién estaba hablando?
Armando Pérez, vigilante del edificio.
¿Una inspección?
Pues no me han avisado.
¿Está seguro de que todo está bien?
Mire que en breve empiezan a llegar los inquilinos.
A ver, doble con queso y sin cebolla para mi chica favorita.
¿No deberíamos avisarle?
-A ver, palacios, yo entiendo que eres nuevo,
pero al inspector que le jodan, que él mismo se lo ha buscado.
No deberías dejarle entrar, Sebas, te va a espantar a la gente.
-Con peores me he encontrado. -Me imagino.
¿A mí?, nada.
No me pasa nada, me va genial.
Bueno, qué cojones, sí.
Sí que me pasa algo.
¿Te acuerdas?
El día que te presenté a Laura.
Cuando os vi bailar esa canción,
supe que estaríais juntos para siempre.
Laura me ha invitado a cenar esta noche a su casa, y a María,
con ella y con Santos, claro.
De parejitas. Tu mujer y ese gilipollas.
Te lo cuento porque me siento culpable.
Eres mi mejor amigo, joder.
Si me dices que no vaya, no voy.
¿Cómo dices?
¡No puedo!
¿Eres gilipollas?
Estás vivo, tu mujer está con otro, ¿qué pasa, que te has rendido?
Pero tú no estás muerto.
Aranda, hemos recibido un aviso en la centralita.
Al parecer alguien ha entrado la guardería
y ha roto el sello policial.
Bueno, no creo que sea grave,
pero estaría bien que alguien se quedase, ¿te importa?
A mí me da igual, lo que digáis.
Está bien, id los dos.
-Hola. -Hola, ¿qué tal, Laura?
-¿Está...? -Sí, está en su despacho.
Id tirando, ahora voy.
-Eres Laura, ¿no?
-Sí. -La mujer del comisario.
Lola.
-Encantada.
-Bueno, perdona... -Sí...
Perdona, cuando me conociste no viste mi mejor versión.
Perdona por el numerito que monté ese día.
-No te preocupes, culpa tuya no fue.
-No, pero te hice daño, no era mi intención.
-Bueno, más que daño, me abriste los ojos.
Yo creo que al final voy a tener que darte las gracias.
Un placer hablar contigo, Laura.
-Igualmente.
-Os dejo, que tengo mucho papeleo con el traslado del detenido.
-Hasta otra. -Adiós.
(Voz) Por favor, ayúdame.
(Voz) Ayuda, ayuda.
(Voz) Por favor.
(Voz) Ayuda, ayuda, ayuda.
(Voz) Por favor, ayuda.
¿Vas a ayudarme?
(Voz) ayuda, ayuda.
Por favor.
Cuidado con el escalón, que es traicionero.
-Ya.
-Vaya tela. -Sebas.
-Dime.
-Te quiero.
Eres el hombre con el corazón más grande que he conocido nunca.
-¿Y eso?
-Sé lo difícil que es para ti estar aquí esta noche,
sé que quieres mucho a Laura y no te gusta Santos,
pero a pesar de todo aquí estás intentando sonreír.
Pues solo por eso, no puedo quererte más, Nino Bravo.
Venga.
Óscar.
Y que lo digas.
Hola.
-¡Uy, pero qué guapísimos estáis!
-Tú sí que estás guapísima, Laura.
-Gracias por venir, Sebas.
¿Habéis visto?
Desde que le tengo en casa no me deja hacer nada,
y aquí la comisaria soy yo, caballero.
Vamos, que tu madre nos mata.
Claro.
Sé que la gente no dice cosas buenas de usted, señor.
Pero yo solo me fío de lo que veo,
y creo que es usted un buen policía y una buena persona.
Cuente conmigo para lo que quiera, señor.
Gracias a usted.
¿Me has firmado los papeles?
Muchas gracias.
Esta no es tu firma.
Que esta no es tu firma, ni siquiera se le parece.
Me escribías cartas de amor, que por cierto están todas quemadas,
y ya te digo yo que esta no es tu letra.
No he querido decir nada porque pensaba que estabas fingiendo,
pero esta raro, Manuel.
Pues no sé, pero hablas distinto, te mueves distinto.
¿Y ahora también escribes distinto?
Mira, a lo mejor me estoy volviendo loca
y estoy empezando a pensar que no te estás quedando conmigo
y a lo mejor sí que te pasó algo.
Inspectora, vamos a trasladar ya al preso.
Bueno, me voy adentro con el loco.
Anda, mira, de chalado a chalado.
¿Para qué?
Bueno, pero rapidito, y no me la líes.
No, no me la líes, que ya lo tengo todo listo.
Por fin vienes a verme.
Lo has sentido, ¿verdad?
¿A quién?
El mal se abre paso, inspector.
El mal llamará a tu puerta como llamó a la mía.
Márquez.
Se acabó el tiempo. Hay que llevárselo.
No puede evitar su destino, inspector.
Nuestros caminos se cruzaron por un motivo.
¡Sorpresa!
Joder, pensaba que te iba a hacer más ilusión verme, profe.
(RÍE)
Mira, puede que sea la única,
pero os he echado muchísimo de menos.
No, no, gracias, no tengo hambre.
Oye, ¿y Márquez?
Ah.
¿Y vuelve muy tarde?
También,
pero quería hablar una cosa.
Me hubiera gustado que estuvieseis los dos.
¿Tengo que aprobar un examen para una respuesta?
Pues tu tío me ha dicho que me iba a ayudar a recordar.
No, no me lo ha dicho, me lo ha prometido.
Que no me mentiría.
Pero si yo soy la chica más normal del mundo.
-Hola. -Buenas.
Dime con qué te ayudo, Laura.
-Pues la verdad es que está todo...
-¿Quieres ir picando huevos? -Sí.
-¿Sí, seguro? -Seguro, a mandar, chef.
-Finito, ¿eh?
-Sí, yo soy el rey del salmorejo.
-David. -Dime.
-No te lo había dicho hasta ahora, pero bueno...
-¿Qué pasa?, dime
-Estoy muy contenta de que vengáis tanto por aquí Susana y tú.
Y que me encanta verla a ella tan feliz.
Bueno, para una madre eso es lo más importante, ¿no?
Tú como padre lo debes saber.
-Sí, lo sé, sí.
-Pues eso, que gracias.
-Lo mío ya está. -Sí, lo mío también.
-Acabando. -Oye, ayudadme con esto.
Tirando.
Va toda tu comisaría.
O casi toda.
Palabras textuales.
No he venido aquí a pelearme contigo, Santos,
así que no me toques los huevos.
No soy han retorcido como tú, Oscar.
¿De qué hablabais?
A ver, sitio.
Ya está.
Pues no lo he hecho sola, he tenido ayuda.
-Bueno, no es para tanto.
Susana...
-No digas esas cosas delante de tu madre, cielo.
Susana, pásame un bol.
No, no, no pásamelo...
¿Me siento?
Cómo nos gustan los discursitos, comisario.
(RÍEN)
(GRITAN)
A Sebas lo conozco desde pequeño, de la guardería,
¿te acuerdas?
-Jugando a polis y a cacos todo el día.
-Peleábamos siempre por ser el poli.
(RÍE) Bueno, a ver si empieza ya, ¿no?
Buenas noches, Madrid.
(APLAUDEN)
(CANTA)
Sebas, Sebastián, si no te gusta el salmorejo,
que ni siquiera lo has probado.
Oscar, no quiero que hablemos de Márquez.
No tienes derecho a insultarle.
Ya vale.
Los dos.
Venga, dilo. Di lo de siempre.
Que esta familia es tu familia y toda esa mierda.
¡Dilo, hasta que te lo creas!
¡Y una mierda! -¡Sebas!
El que debería estar sentado en esta mesa es Márquez, y no tú.
-Ya vale, Sebas, ya te lo he dicho,
no quiero que en esta casa se hable de Márquez.
-Pero Laura... -¡Pero nada!
¿Por qué no nos tranquilizamos un poco?
¡Eres un hijo de puta!
¡Lo eras cuando tenías 20 años
y lo serás hasta el día que te mueras,
porque los hijos de puta como tú no cambian nunca!
Lo siento, de verdad.
¡Sebas!
¡Sebas!
¡Sebas!
¿Pero por qué has hecho esto?
¿Se puede saber qué cojones te pasa?
Tú no eres así.
¿Que qué me pasa?
Vi a Laura enamorarse de Andrés.
Nunca he visto una pareja tan enamorada.
Nadie se ha querido tanto nunca.
-Pero murió hace tiempo.
Ahora está casada con otro, acéptalo.
Todo esto es muy injusto.
Ay, ya pasó.
Ya pasó, mi vida.
Es muy injusto.
Venga, vámonos a casa.
El cabrón de tu ex me pone de los nervios.
No sé cómo me he aguantado para no darle una hostia.
-Déjalo ya, Julián.
Si lo mismo tiene amnesia de verdad y todo, como en las películas.
-Mira, ese es un listo,
pero tú ya tienes tus papeles
y no tienes que volver a verlo en la vida.
Paramos, chicos.
Queda hora y media para Herrera de la Mancha,
si necesitas ir al baño, aprovecha ahora.
¿De acuerdo?
Dale.
Echa un vistazo.
¿Todo OK?
Todo correcto.
Vamos.
¡Venga, hombre!
Está ahí fuera.
¿Quién?
¿El diablo echando gasolina?
¡Baje, hombre!
Le va a venir bien estirar las piernas.
Venga.
¡Vamos!
Pórtate bien.
¡A cubierto!
¡A cubierto!
¿Dónde está, no lo ves?
¿De dónde ha venido eso?
¡Julián, pide refuerzos, ya!
Soy tu mejor amigo, y voy a solucionarte la vida, Andrés.
Se acabaron las mentiras.
Hola, Sebas.
Ayer no fui sincero del todo.
Me gustaría verte para contarte la verdad.
Un disparo sordo, de estos, ¿sabe usted?
De los de sin ¡pum!
Cuando quieres a alguien de verdad tienes que decírselo.
Ha llegado esto, que esto sí que es relevante.
El día después de lo que pasó, yo esperaba tu llamada,
y un año y medio después te plantas aquí y dices que lo sientes.
Ángela, la misteriosa niña que apareció en el capítulo anterior, vuelve a casa de Márquez y el Enlace. La pequeña conducirá al Enlace al edificio Victoria y allí le transportará a la época en la que vivió. En comisaría, Lola se incorporará como oficial del grupo antiterrorista. Allí interrogará al exmilitar que intentó volar la guardería. Entre ella y Márquez de producirá un tenso encuentro. Laura y Santos organizan una cena en su casa. Sebas se muestra reticente a acudir después de lo que le conto Márquez. Pero María le terminará convenciendo. ¿Saltarán chispas entre Santos y Sebas?
Añadir comentario ↓
porque no funciona los capitulos de serie ?
Claudia De Chile ¿y ese comentario a aque viene?
Se están quedando pegados en la Guerra Civil española. ¡¡¡Miren para adelante! !!!
Yo no puedo oírlo tampoco.
No lo puedo escuchar
Greta se ve perfectamente, debe ser tu teléfono que falla x lo q sea
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