Sinopsis
Proteccionismo o globalización... Entre estas dos opciones que marcan el mundo actual, los partidarios de poner barreras parecen estar ganando. Donald Trump, un partidario de levantar muros y subir aranceles ocupa ya el cargo con más poder en el mundo: la presidencia de los Estados Unidos. Su proteccionismo político y social tiene su reflejo a este lado del Atlántico en la primera ministra británica... Theresa May ha anunciado esta semana un Brexit duro. Antepone el control de fronteras al acceso al mercado único. Paradójicamente, en el lado opuesto se situaba esta semana Xi Jinping, el presidente chino. Su país, encerrado en sí mismo durante décadas, se ha convertido, curiosamente, en uno de los máximos defensores de la globalización.
Hablamos de cómo la llegada de Trump a la Casa Blanca ha disparado la inquietud en los países bálticos. Les preocupa qué hará con el despliegue militar de Estados Unidos en la frontera este de Europa. Después de la anexión rusa de Crimea y su intervención en Ucrania, el temor a una invasión no ha dejado de crecer...Y no solo en Europa del este, también en el Pacífico se preguntan qué hará Donald Trump. El nuevo presidente ha prometido gastar más en Defensa y, en concreto, reforzar la flota. China, enfrentada con muchos de sus vecinos por reclamaciones territoriales, teme que Trump desencadene una nueva carrera de armas.
Turquía se prepara para un cambio constitucional visto -desde fuera y desde algunos ámbitos internos- como la deriva definitivamente autoritaria de un presidente empeñado -desde hace tiempo- en dejar una marca profunda en la historia de su país...
Hablamos de “Frágil Equilibrio” el documental de Guillermo García López narrado por el expresidente de Uruguay y humanista José Mujica. Con un discurso filosófico a la vez que poético busca que reflexionemos sobre el estilo de vida que llevamos.
Terminamos con el proyecto artístico del grupo Piriankóv que pretende acercar la política a la gente. Han creado ya 150 murales que logran, a su manera, lo imposible. Reunir a grandes figuras mundiales, la mayoría políticos, en una aldea búlgara de 500 habitantes.
