Viernes a las 18.30 horas
Estamos empadronados 23 personas.
Ahora bien, en verano somos más de 200.
Para el pueblo, era mucho más que un árbol.
La olma era donde era el lugar de reunión.
Por ejemplo, tenía un poyete similar a este en el que estamos.
La gente quedaba en la olma. Las fiestas, el baile,
se hacía debajo de la olma, las comidas comunales.
La idea, en principio, era hacerle un homenaje a la olma,
de fotografías, y tal, porque la recordábamos en el pueblo.
Y uno de los vecinos nos dijo
que había una posibilidad de conseguir un olmo resistente
a la grafiosis, que los demás no lo conocíamos.
Y nos pusimos en contacto con el Ministerio y le solicitamos,
a través del Ayuntamiento,
hay que cumplir una serie de requisitos,
estar en terreno público, que se la vaya a cuidar, etc.
Pero conseguimos, siendo un pueblo pequeñito,
conseguimos uno, en esta provincia, desde luego,
de los primeros ejemplares que existieron.
Bueno, pues no lo he calculado exactamente,
pero seguro que estamos por los 60 o más.
Mira, ahora todo el mundo habla de la España vaciada.
Estamos de moda, pero claro,
está muy bien que se hable de nosotros,
pero hay que hacer políticas activas.
Para recuperar estos pueblos,
que es un patrimonio que no se puede perder,
es necesario que sus habitantes tengan cubiertas los servicios.
La sanidad, el transporte, que se cubra la brecha digital.
Eso posibilitará que, por ejemplo,
se pueda hacer teletrabajo en los pueblos y tal.
Exclusivamente, la ilusión.
La ilusión cuando yo vi cómo se morían
millones de ejemplares por causa de la actuación humana.
Árboles monumentales que se encontraban
en las plazas de los pueblos,
que se encontraban en las calles de Madrid,
que se encontraban por todas partes y yo asistí
a cómo poco a poco iban cayendo.
Entonces, por "hobby", tuve la ilusión
y la confianza, y como profesor que era de Genética,
de que era posible conseguir encontrar
genotipos resistentes, aunque sabíamos
que el periodo de tiempo implicado iba a ser muy largo.
El proceso es coger un trozo de yema,
seleccionarla para que de la yema, en un medio de cultivo,
crezcan brotes, entonces, salen muchos brotes
de una misma yema, y en un momento dado,
lo que tenemos que hacer es coger esas yemas,
individualizarlas y colocarlas
para que crezcan individualmente y alcancen
mayores desarrollos.
Aquí, lo que hacemos es, los olmos que ya hemos repicado,
pues los cogemos y los mantenemos durante un cierto tiempo
en el medio de cultivo, y a los individuos
para conseguir que echen raíces.
Pues, no manipulamos, fundamentalmente,
porque como esto lo vamos a difundir en la naturaleza,
para recuperar lo que fueran antes antiguas olmedas,
el ecologismo, que es muy radical en la concepción,
no admitiría que fueran transgénicos.
El olmo estaba amenazado por la enfermedad.
Y había que hacer algo para intentar salvar su genética,
sus recursos genéticos, en este caso.
Entonces, se fueron recopilando todos los ejemplares
que se veía que sobrevivían en la naturaleza
para hacer una colección como base
para trabajar sobre ella y buscar resistencia en la especie.
Lo primero es la propagación. Tienes que coger los esquejes
o las semillas del árbol en la naturaleza,
propagarlo aquí, llevamos unas cuantas réplicas
a este banco de conservación para asegurar la conservación.
Y luego, con otras réplicas, hacemos las parcelas de ensayo.
Y ahí es donde se inocula la enfermedad artificialmente
para ver su resistencia.
Si pasa el test y se considera como un ejemplar consistente,
empieza otro proceso de propagación
para obtener las réplicas que ya van a la naturaleza.
El programa del olmo es un claro ejemplo de éxito.
El programa del olmo, tú piensa que empezó hace 34 años.
Se inició en el año 86.
Estamos iniciando otros programas ahora parecidos,
como es el de la encina y el alcornoque,
frente al síndrome de la seca de las quercíneas.
Y queremos obtener resultados similares
a lo que hemos hecho con el olmo para solucionar
el problema de las mortandades de las encinas
y alcornoques en redes y monte Mediterráneo.
Pues que lo mismo que quedan los olmos,
quedan un grupo de personas muy interesadas
que se han ido formando a lo largo de estos años
y que indudablemente seguirán el camino.
Totalmente.
Lo que le falta es la expansión.
La vida está garantizada, ahora es su expansión,
porque el olmo era un árbol que estaba presente en toda España.
Estos árboles más grandes serían para actuaciones en pueblos.
O en plazas de pueblos, paseos y ese tipo de cosas.
Tenemos estas dos tipologías.
Pues mira, aquí los tenéis. Estos son nuestros bebés de olmos.
Y bueno, os los entregamos para que los plantéis en olmedas.
Bueno, pues nada, hacer un hoyo profundo.
La tierra mullida.
Y, sobre todo, el primer verano,
prontito, a finales de mayo, empezar a regar.
Porque ese primer verano es básico para el establecimiento de raíces.
Luego ya, en los pueblos ya saben cómo cuidarlos.
Muy bien.
Bueno, era incontable, había miles.
En el pueblo de alrededor había olmedas,
se llaman olmedas la zona donde hay olmos,
y llevan 200, 300 años,
están plantados, y esto se va reproduciendo
por la propia raíz, abarcaba extensiones grandísimas.
Pero es que la grafiosis liquidó todo.
-No tires para arriba. -Vale, abajo.
Abajo, abajo.
-Ya está. -¿Te ayudo, Paco?
Lo mejor es...
-Es simplemente... -Escucha.
Y hace unos 10 o 12 años, hablé con el personal del Ministerio,
bueno, de la universidad,
dijeron que ya habían conseguido clones resistentes.
Sí, 450, 500, que ha sido su máxima población
en los años 40, 50, la inmigración de los años 60, 70.
Y ahora está en 20, pero viviendo, habitualmente,
en invierno, los puntos mínimos, cinco o seis personas.
Cuando hay cosas que tenemos un rato libre,
imagino cosas novedosas que puedo hacer en el pueblo.
Y me puse en contacto con todas las comunidades autónomas
de España para que cedieran ejemplares típicos de su zona
para plantarlas en el pueblo, un paseo etnobotánico.
Pero es que como todo es una suma; olmos, casas, solares, esculturas,
todo es un laboratorio de pequeñas ideas,
haciendo un todo suman que sea un pueblo original,
y algunas han sido ejemplo de la lucha contra la explotación.
Luego, los resultados son distintos, lógicamente,
el trabajo llama a gente para instalarse en el municipio.
Vamos a centrarlo.
Pues ya hemos puesto el tutor.
Y ahora podemos empezar a echar la tierra.
Y luego, ya le pasas a Mónica.
Echas todo allí.
Corta bien.
Sí, es la mano de obra que termina
el proceso del proyecto que está diseñado desde hace tiempo.
Nosotros, al fin y al cabo, somos los que lo ejecutamos
y terminamos de darle forma a la idea.
-Que le tire el agua. -Qué mareo.
Es una desagradable coincidencia
el que esta enfermedad, llamada grafiosis,
diezmase práticamente el 90 % de la población de los olmos,
coincidiendo con la paulatina y también salvaje despoblación
de los cascos rurales de los pueblos,
y formándose esto que llamamos ahora todos
"la España vaciada"; coincidencia, pero es así.
Es una idea bonita que también se intentara
hacer coincidir el despegue de esa población
que tenía ese origen rural,
que volviese otra vez a sus orígenes,
coincidiendo con este proyecto en el que hay mucho interés
y mucho esfuerzo detrás.
Estamos aquí en un escenario estupendo,
que es al lado del río Tajo, y al lado del jardín del Príncipe.
Estos olmos que tenemos aquí fueron los primeros
que se plantaron del Proyecto Life,
en este caso, en el año 2015, 2016.
Son árboles ya, como ves, que miden casi cuatro metros y están
en un estado sanitario estupendo.
Sí, en Aranjuez, el proyecto estaba previsto
para plantar 9.562 ejemplares.
Al final, se han puesto alrededor de unos 10.000 y algo pies
de olmos ibéricos.
Esta calle, que tiene más de dos kilómetros y medio,
sería la mayor alineación de olmos vivos
que se ha recuperado de España y Europa, seguramente.
Era muy importante el hecho de recuperar
las alineaciones anuladas que, en principio,
Felipe II plantó aquí.
Estamos hablando que Aranjuez es
paisaje patrimonio cultural de la humanidad.
Sobre todo, ninguna especie animal o vegetal
tiene derecho a desaparecer.
Tenemos un compromiso con generaciones futuras,
no solo con nuestros hijos, nietos,
sino con las nuevas generaciones que vengan.
Y ellos tienen todo el derecho a disfrutar de todas las especies
que nosotros hemos disfrutado.
El olmo es fundamental porque estás hablando
de un árbol grande, un árbol que puede llegar
a más de 30 metros y tener
un diámetro de fuste de más de tres y cuatro metros.
La cuestión es que una especie arbórea
de esta magnitud, no podemos dejar que desaparezca.
Cuando está en nuestra mano la investigación
y sobre todo, ponerla otra vez en valor,
y sobre todo, salvarla de una extinción segura
si no actuamos.
El futuro lo vemos aquí, estamos sentados aquí
con ejemplares que miden ahora cuatro metros,
os invitaría que vinieseis dentro de diez años,
seguramente tendríamos árboles con copa
que nos darían sombra y seguramente estaríamos
bajo cubierta ahora mismo.
Y no teniendo que soportar el sol de cara.
Eso depende todo de la sensibilidad de cada persona.
Si los olmos, una vez muertos, nadie los recuerda,
solamente queda en las poesías, o en "no le pidas peras al olmo".
En un olmo seco, y ahí se había quedado.
O en la cantidad de pueblos, como Olmedo.
O en los cultos que se hacían a la Virgen de los Olmos.
En fin, era un árbol que estaba muy arraigado
en la cultura popular, todas las plazas de los pueblos
tenían olmos.
Durante siglos el olmo ha sido mucho más que un árbol en España. Estos gigantes que llegaron a contabilizarse en más de dos millones de ejemplares, sufrieron la grafiosis, una enfermedad que acabó con casi toda la población de olmos de la península en los años 80. Esa destrucción motivó que en 1986 se pusiera en marcha el Programa para la Conservación de los Recursos Genéticos de los Olmos. El Escarabajo Verde analiza todo este proceso y se ha adentra en el proyecto de conservación de esta especie.