Sinopsis
¿Fue Lucrecia Borgia la despiadada asesina que refleja la historia? Laia San José desmonta los bulos sobre esta presunta villana en la sección “Fake News históricas” de “El Condensador de Fluzo”.
Bella, mala, manipuladora, promiscua, asesina, envenenadora... Los adjetivos atribuidos a Lucrecia Borgia a lo largo de la historia son incontables. Nacida en 1480 en el seno de los Borgia, su familia alcanzó un enorme poder en la Italia del Renacimiento. El padre de Lucrecia, el obispo Rodrigo Borgia, consiguió ser papa, entre otras cosas, arreglando una serie de matrimonios estratégicos entre su hija y los hombres más importantes del momento.
El primer marido de Lucrecia fue Giovanni Sforza, en una unión que duró hasta que los Borgia dejaron de necesitar a los Sforza, momento en que César planeó el asesinato de Giovanni. Lucrecia le advirtió y este huyó. Finalmente, Giovanni accedió a anular el matrimonio, pero, para acallar habladurías sobre su posible homosexualidad, Giovanni acusó a Lucrecia de incesto con su padre y con su hermano, dando origen a su leyenda negra. La segunda boda de Lucrecia se pactó estratégicamente con Alfonso de Aragón para acallar rumores. Se cree que llegó a enamorarse de él. Según la leyenda, su hermano César lo asesinó por celos. Otras versiones cuentan que lo hizo la propia Lucrecia.
El tercer matrimonio de Lucrecia fue pactado con Alfonso d’Este, duque de Ferrara. El matrimonio fue un alivio para ella: se adaptó muy bien a la vida de la corte, tuvo buena sintonía con su marido, se ganó el afecto de sus súbditos y se convirtió en mecenas del arte. Al contrario de la imagen que se ha transmitido, Lucrecia no era frívola ni superficial, sino que poseía grandes inquietudes intelectuales, y se implicó personalmente en la educación de sus hijos acompañada de reputados humanistas. Si quieres saber más sobre Lucrecia Borgia, no te pierdas la sección completa A La Carta.
