Cada dos miércoles a las 23.30 horas
Simón del Río es el señor originario de esta casa.
Esta señora es hija de Julia del Río.
Esta señora chiquitita que está con su madre.
Estos señores son los padres de esta otra señora,
cuatararabuelos míos.
Yo soy descendiente de arrieros maragatos.
De aquí, de Castrillo de los Polvazares.
Cuando se moría un niño en el año 30, 36,
aquí era una fiesta
porque en los funerales de los niños se repartían caramelos.
Llevaban la caja, pequeñita, blanca, y para todos era fiesta.
Poner la paja cuando una pareja empieza o se iba a casar.
Sigue el rastro, que van de la casa del novio a la de la novia,
para pareja oficial.
Nací en el año 1946, en Castrillo de los Polvazares,
nos dedicábamos a la agricultura, la labranza,
y a los 16 años me fui para Barcelona
y a primeros del 70 me fui para Suiza.
Hasta finales del 2006.
Dada la pobreza del país,
no podían vivir en un país tan pobre como es maragatería,
que nada más escarbas un poco del terreno aparece la peña,
la pizarra,
entonces como un complemento a la economía familiar
se dedicaron al transporte.
Los primeros servicios Los hicieron sin duda
para los monasterios del Císter,
porque si nosotros cogemos las contabilidades
de los monasterios del Císter,
vemos que estos monasterios ya consumían,
en estos momentos ya, pescado.
Y este pescado llegaba de Galicia,
y la única forma de que llegara era a través de estos arrieros,
del sistema de arriería.
Pescado sobre todo, fue lo primero que empezaron a transportar,
pescado, salazones.
Después cacao, también, trajeron el cacao, traían aceite,
Traían garbanzos, traían legumbres,
de todo lo que se podía transportar
que no corriera peligro de estropearse.
La aportación de los arrieros maragatos al consumo de pescado
desde Galicia al interior, hacia Castilla,
es clave y fundamental, ¿para quien?
Para la dieta alimentaria que hoy tenemos.
Todos hemos escrito y hemos discutido mucho
pero sigue sin saberse de dónde viene este pueblo,
y si eran naturales de aquí
o es una colonia venida de fuera.
Yo tengo la teoría de que el nombre de maragatos es
un compuesto que es, "del mar a los gatos".
Y ¿qué quiere decir eso?
Quiere decir que estas personas estaban vinculadas en sus orígenes
fundamentalmente del mar de Galicia,
que era donde recogían las sardinas saladas,
el bacalao salado,
los productos con los que comercializaban
en esa primera etapa,
los colocaban los traían hacia donde,
hacia una ciudad que en este momento se denominaba la ciudad de los gatos.
Entonces, en Galicia hay un pez que todavía se conserva,
y en los bares lo suelen poner de aperitivo,
que se llama la maragouta,
y es de muchos colores,
entonces a lo mejor los gallegos cuando veían a los maragatos
con el traje típico que llevaban
les recordaba un poco el pez de la maragouta,
y podía ser como un mote, los maragoutos, los maragatos”
No necesitaban hacer ningún documento cuando se comprometían.
Su palabra era suficiente para que les confiasen las mercancías.
Eran más honrados con los clientes que, posiblemente, con la familia.
Hay más pleitos entre las familias, en la familia,
por dinero prestado,
por mercancía que me llevaste y al final no aparece, etc.,
que por lo demás.
Ellos cumplían, no sólo en el tiempo,
sino que cumplían en ser fieles y honrados
a la hora de confiarse sus mercancías.
Eran los más caros también.
Yo empecé de 14 años,
aprendía el oficio con un tío mío,
y nunca gané nada porque estaba trabajando allí con mi tío
y por aprender el oficio no me pagaba nada.
Tres años.
Y ésta la puse en el 47, la fragua.
Y yo, con el caballo, iba por los pueblos a buscar trabajo.
Llevaba y traía.
Traía con el caballo muchos días 3 vertederas en el caballo
y a los 15 días iba a llevarlas.
Y dinero en mano, y pájaro volando.
Yo soy el último de la baraja, ya.
Todo el noroeste, el dinero que llegaba a la hacienda de la corona,
de todos los impuestos,
era traído por un maragato
mediante contratos con la hacienda del estado.
El estado, lógicamente, les daba
el monopolio del transporte del dinero,
ellos cobraban un interés del 3% de la cantidad transportada
pero ¿dónde estaba la diferencia con otros arrieros
que no podían participar?
El estado se quería cubrir la manos y exigía avales,
exigía avales por si pasaba algo con el dinero,
y de hecho alguna familia maragata, concretamente de Castrillo,
una familia Botas se arruinó porque en el puerto le asaltaron,
a pesar de que tenían permiso de armas y tal,
le asaltaron y le robaron todos los caudales del Estado.
Tuvieron que responder con sus bienes.
Ellos no solo transportan para otros,
sino que compran partidas de sardinas,
compran barcos de bacalao enteros,
compran cueros, compran lino, tejido,
lo colocan para que lo tejan en Galicia
y luego recogen el paño.
O sea que murieron excomulgados.
Y no obstante dejaban en los testamentos mil misas
para que digan, en los diversos santuarios que ellos conocían
de cuando hacían la ruta,
por su alma, por su eterno descanso,
pero habían muerto excomulgados,
así que no sé, no sabemos dónde estarán.
Santiago Ramón, hijo de Santiago Alonso y de María Antonia Cordero.
El 13 del mes de marzo del año de 1793,
yo, el infrascrito cura del lugar de Santiago de Millas
bauticé solemnemente y puse los santo óleos...
Recordamos que el maragato es un hombre arriero,
está fuera continuamente y entonces,
lo que no queda nunca es la mujer sin bailar,
entonces no es extraño en el bailes maragato
que hagan hileras de mujeres e hileras de hombres,
un hombre puede llegar a bailar con 2, 3, 4 mujeres,
y nunca queda la mujer sin bailar.
La joyería se distingue, fundamentalmente,
por los pendientes, de los llamados de calabaza,
que en algunos casos llevaban esenciero.
E importantísimas: lo que llamamos aquí cuentas moras o piedras romanas,
éstas generalmente eran de procedencia veneciana,
los corales antiguos,
y luego, a medida de la riqueza de la familia
así vamos a encontrar
más número de collaradas, que es lo que llamamos a esto,
las collaradas.
Hay piezas significativísimas como por ejemplo ésta,
es un San Antonio tallado en cera.
Esta sería quizás la pieza más significativa
de la maragatería que sería el Cristo preñao,
esta pieza en plata, las buyacas y los castilletes.
Este traje es completamente original.
Esto es madera de brezo, o ur, que es la misma.
Es madera muy dura, muy bronca, porque no tiene hebra ninguna,
y entonces hay que...
yo las cocía, en agua, estaban mucho tiempo cociendo, cociendo, cociendo.
Y luego se recogían y había que tener cuidado
en un sitio donde no le diera el aire ni el sol,
porque sino raja.
Yo la estoy cobrando a 70 euros, la que toca bien.
Se venden pocas.
Un tamboritero que tiene dos ó tres, y son buenas flautas,
ya tiene para toda su vida.
Más bien ahora lo que van saliendo nuevos y compran alguna.
Hay quien no es tamboritero y también tiene el capricho de comprar alguna.
Los instrumentos típicos son la flauta,
o la chifla más bien le llaman en el Bierzo,
aquí en Maragatería es flauta,
y el Tamborín, que le llaman aquí tamborín,
bueno, el nombre genérico es tamboril,
pero aquí siempre le han llamado el Tamborín.
Y luego le acompañan las castañuelas,
le puede acompañar también las panderetas,
alguna panderetera.
-Buenas tardes Herminio. ―Buenas tardes.
―¿Que tal? ―Bien ¿y tu?―
Bien. ¿Qué andas haciendo?
-Pues una flauta. -¿Sí?
-Esta ¿qué es, de ur negral o arbar? -arbar.
Esta tiene buena pinta.
―Sí es muy bonita, tiene la madera roja....
¿Se puede tocar no?
-Pues ésta va muy bien. ―Sí, esa tiene la voz muy clara.
―Yo creo que me puede valer.
-Habrá que ajustarse en el precio.
La cuestión es que mientras haya un tamboritero
se está conservando esa tradición
y lo que se está perdiendo es ahora más bien el tema del baile.
Con la despoblación que hay y el desinterés de los jóvenes
o no se... Ahora mismo en un baile en un pueblo,
te encuentras siempre a la misma gente,
de los mismos pueblos,
que en cada pueblo que hay una fiesta los van recorriendo.
Pero esta gente, cuando deje de bailar, el relevo es complicado.
Yo me recuerdo de mozo que decían:
Vamos a hacer una cena en casa de la señora Enriqueta,
y marchaban a buscar al señor Aquilino,
y el señor Aquilino venía andando
y se subía a Santa Catalina a las 3 de la mañana.
A partir de ese disco pues otros tamboriteros
ya pudieron copiar esas tonadas,
porque antes había grabaciones pero no estaban publicadas,
eran de particulares,
y entonces por eso empezó la gente a imitar su estilo.
Era un virtuoso de la flauta y el tamboril.
me vine a Madrid y me presenté aquí en Castrillo,
vengo a casarme y en tres semanas
Vengo a casarme, así de sopetón.
Y claro, se quedaron todos fritos
porque aquí las bodas había que preparar,
VOZ EN OFF: “Castrillo de los Polvazares
pertenece a la región de la Maragatería.
que guarda con fruición la riqueza de sus costumbres típicas
contra toda invasión exótica.
Los maragatos van primero a casa del novio,
y le acompañan con el padrino y el alcalde a casa de la novia.
La puerta está cerrada.
Se llama con fuerte aldabonazo.
A la entrada del zaguán, una voz grave dice:
"Venimos a cumplir una palabra empeñada".
Y otra voz contesta: Pasad y cumplidla en buena hora.
La comitiva se dirige a la iglesia.
La novia va pudorosamente arrebujada en lujoso manto.
“La ceremonia se celebra a la puerta de la iglesia.
Unidos ante Dios y ante los hombres, emprenderán una nueva vida.
“Después, con el roscón de la ofrenda y luciendo los atuendos solemnes
ante la casa nupcial se organiza el baile.
-Aquí en Castrillo las bodas duraban dos días
y las hacían en casas privadas.
Buscaban una casa que tuviera comedores muy grandes
y ahí se organizaba la boda.
"Estos bailes proceden de la más remota antigüedad
y mantienen el rito ancestral alejado de mistificaciones modernas.
Una belleza más en la gracia antigua de León".
“Primos carnales la mayoría,
y tíos con sobrinas también llegaron a casarse.
Tíos de treinta y tantos años,
con sobrinas de veintitantos, de 18 o de 20 años.”
-Ningún hijo de maragato o hija de maragata
se podía casar con hijos de labradores,
o hijos de otra actividad, ninguno.
Concha Espina vino a Astorga en el año 1912, en el mes de abril,
y estuvo 10 días en casa de una hermana que le escribió
diciéndole que viniera, que a ella que le gustaba escribir,
que esto era distinto de todo lo que ella conocía.
Y estuvo aquí 10 días.
Harás lo posible por alentar las negociaciones de matrimonio
entre ella y su primo Antonio.
A base de esta alianza quizás fuese posible restaurar
la hacienda de Valdecruces.
Perdóneme que insista,
¿qué hay detrás de los corazones de las muchachas de este pueblo?
Hay madres solamente.
El maragato era liberal en política
y después en sus costumbres y en su vida particular y social
era un hombre completamente cerrado,
por eso la casa maragata apenas tiene ventanas para la calle.
Es una casa de muros, toda en interior.
Era un mundo interior.
Era hijo de padres emigrados a Madrid.
Me llevaron a los 2 años
y estuve hasta los 28 viviendo en Madrid.
Yo había trabajado siempre de dibujante antes de salir de Madrid
y empecé a dibujar y a hacer acuarelas.
Y con eso y poco más, pues voy tirando.
Ese color ocre de las casas, la tierra en verano tan seca,
aunque en invierno cambia completamente,
es como más gallego todo.
Me impresiona el trabajo,
el esfuerzo y la potencia de aquellas familias,
la capacidad, el poder, el poderío de aquellas familias
de estos pueblos maragatos,
que hacían estos caserones
que todos sabemos lo que pudo suponer construirlos.
Hay una arquitectura popular
que no podríamos decir que es una arquitectura maragata,
sino que responde simplemente a la arquitectura popular
que puede existir en cualquier otra comarca,
en cualquier otra población.
Lo que sí hay una diferenciación
y ahí podríamos decir que es maragato,
es la casa arriera o arquitectura arriera maragata.
Que es de una casa popular normal
cuando se adapta a una actividad como es la arriería,
entonces ya el tipo de casa cambia
y va incorporando elementos que una casa normal no tendría.
Podríamos indicarlo, que es ya la entrada, el portal, el portón,
el portalón que le sigue donde estaría el carro,
el corral y toda la zona para caballerías, etc.
Esta es la típica casa maragata en la cual vamos a encontrar
elementos arquitectónicos que se han preservado 100 por 100.
Fundamentalmente lo que las define son estos arcos de entrada,
que es la puerta carretal por la cual introducen al interior
todos aquellos productos que traen, como arrieros,
para luego ser vendidos desde Galicia hasta Madrid,
y un poquitín donde conservan mientras tanto
y protegen sus carromatos y sus enseres.
Este arco importante y luego casi todas llevan estos pollos
que es, en todas las casas los veremos, para subirse
y poder montar bien sobre las caballerías.
Vamos a acceder al interior.
Alcobas, las puertas principales,
y todas con buenas cerraduras
para preservar todo lo que es el elemento de reserva,
bueno, aquí ahora tenemos una biblioteca,
una recreación de lo que era...
Y esto es una de las tradicionales cocinas maragatas que,
por suerte no se ha transformado, todavía conserva
casi todos los elemento originales del siglo XVIII-XIX,
podemos ver el típico llar, la chimenea,
la encimera sobre la que se hacía el fuego,
lo que designamos aquí abregancias,
las cadenas que sujetaban los potes para los guisos,
donde esas maderas rematan con una especie de latones
que impedían que accediesen a esas varas los roedores
para comerse los chorizos y las viandas.
Aquí lo que se comía era la morcilla, el chorizo, el lacón,
un poquito toda esta comida tradicional y fuerte de la tierra
con la que solemos elaborar nuestros ricos cocidos.
Se distribuía en gran alcoba,
y en la alcoba pequeña, que es realmente donde dormían,
es una pequeña habitación en realidad para preservar
lo que son los espacios del calor, de la temperaturas...
Lo que no escatimaban era a la hora de construir
en cuanto a los sistemas de mayor importancia dentro de la casa.
Digamos, los muros.
Los muros de mampostería son de un gran espesor,
de un espesor superior al que se necesitaría para sostener,
para soportar, la cubierta o los forjados.
Es decir, ellos consideraban que las partes interesantes
o fundamentales de la casa tenían que durar generaciones
y en eso no escatimaban.
Claro, cuando a uno le imponen, cuando a uno de obligan,
haz esto en tu propia casa y a cambio no te dan nada,
pues eso no gusta a nadie.
Pero bueno, pese a eso
yo creo que el pueblo se ha seguido conservando,
no por esa obligación, por haber sido Patrimonio,
porque en teoría hay unas leyes que nos obligan a conservarlo,
sino por el propio buen gusto de los vecinos
que han restaurado sus casas con muy buen gusto
y han mantenido las casas tal cual estaban.
Pese a que es costosísimo.
No tiene nada que ver mantener
una casa con un tejado de teja que tenemos,
con estas paredes de piedra, que una casa normal,
el coste se te dispara, es infinitamente superior.
Ellos se consideraban comerciantes, arrieros y negociantes,
por encima de todo,
y no invirtieron en el desarrollo industrial
ni invirtieron en la industria de su tierra,
como es la industria textil del Val de San Lorenzo.
Es más, despreciaban a los artesanos del Val San Lorenzo
y nunca invirtieron en esa industria
cuando en el siglo XIX pasa a las famosas mantas del Val.
Cuando fracasó la arriería,
muchas familias que no emigraron ni a Galicia ni a Madrid
vinieron a Astorga, entre ellos abogados, notarios, registradores,
porqueen algunos pueblos había familias muy ricas,
y no pusieron un comercio a los hijos,
sino que les dieron carrera.
Llegaron a influir en la política,
en el comercio de la ciudad
y de ahí que hubiera ese ambiente maragato en Astorga,
porque eran muy destacados los maragatos que en ella vivían.
Astorga está fuera de Maragatería.
Siempre se ha adjudicado la capital maragata,
pero no es Maragatería.
La Maragatería está entre Astorga y el Teleno.
Yo siempre llevaba a Castrillo, y a la Maragatería,
pero sobre todo a Castrillo, lo llevaba muy dentro.
Cuando regresé, en Castrillo, faltaba más de la mitad de la gente.
Podemos decir que debe haber, no me quiero equivocar,
unas 170 o 180 casas
y, te puedo decir que, puede haber todo el año,
todo el año,
me refierotodo el año abiertas pues puede haber 35 o 40 casas.
Sí que es verdad que hace unos 7 u 8 años todavía éramos menos
y en los últimos años ha ido aumentando
el número de gente que quiere vivir aquí.
Yo creo que ha sido por dos cosas.
Una porque el precio de la vivienda aquí era extremadamente alto.
Entonces se ha producido
que en la crisis esta que ha habido en todo el país
pues han bajado casas,
ha habido alguna oportunidad,
ha habido gente que se ha comprado una casa,
y otra ha sido que mucha gente ha huido de las ciudades,
alguna pareja, y ha venido y se ha instalado aquí.
Tenemos 8 establecimiento hosteleros, 3 hospederías,
y los fines de semana, incluso a diario, es una procesión de gente.
Un ir y venir.
Castrillo vive del turismo, pero del cocido.
Yo pienso que al año a Castrillo
igual lo visitan más de 60 mil personas.
No vienen todos comer el cocido, está claro,
pero vienen a visitar Castrillo de los Polvazares.
-Hola Maruja. -Hola ¿Qué tal estás?
Venía a encargarte si para el domingo me podrías hacer cocido.
Es que es muy tarde ya... Yo lo tengo que hacer con mucho tiempo.
El cocido maragato se empieza por las carnes.
Mira, lleva chorizo, le pongo los huesos, el tocino, carne de morcillo,
gallina, oreja, pata.
La oreja y la pata hay que ponerlo de agua el día antes,
los garbanzos también, con agua templada y un puñadito de sal.
Es muy íntimo. Por eso tiene encanto.
Si hubiera sido una industria, pues no había maruja ni cocido,
por eso fue de boca a boca.
A todo el mundo le encantaba.
Vienen, se sientan todos en el mismo sitio.
Tengo grupos de hace 20 años, que repiten todos.
Cuando me dicen ¿por qué le has dado tanta fama?
Les digo, bueno, no es el cocido solo,
es un conjunto de cosas.
Vienes como a tu casa.
Dicen, ¿pero es un restaurante?
Les digo, es una cosa muy rara, no se lo que es.
Mi padre marchó siendo un crío de 14 años para Madrid,
en la época de la emigración.
Casó con mi madre que tendría entonces 16 ó 17 años,
Él venía todos los años, y cada año que venía, pamba, un hijo.
Hasta que llegó un momento en que el ya dice:
ya está bien,
yo estoy aquí trabajando y a mí mujer la tengo en Castrillo
con trabajos más duros todavía de los que yo hago en Madrid.
Y decidió venir.
Se acababa de terminar la guerra civil.
Y allá en el año 40, por ahí,
emigramos todos a Asturias, a Oviedo.
Yo creo que la mujer hacía de padre, hacía de madre
y no hacía de Espíritu Santo porque no se le dejaba,
pero la madre lo hacía todo.
-Estamos asistiendo a una comunidad, a una sociedad, decíamos cerrada,
muy endogámica,
que se puede definir como matriarcal,
pero que era matriarcal temporalmente.
Mientras el marido no estaba en casa.
Cuando el marido estaba en casa esa sociedad era totalmente patriarcal,
porque todo los roles, comportamientos,
estaban centrados en el papel de los varones y del marido.
Cuando yo era niño, la alquilaban
y la cogía un señor por 100 ptas. al año o lo que fuera.
Todos los domingos después de comer,
venían todos los hombre y ahí bebían vino, sardinas,
lo que tuviera aquel señor, y jugaban toda la tarde,
toda la tarde a los bolos.
Había unas partidas terribles,
y se sentían las voces desde yo que sé de dónde.
Había una afición terrible en la bolera,
jugaban mucho los solteros contra los casados,
los de Castrillo contra los de Murias.
Poco queda hoy de aquellos maragatos que recorrieron los caminos, con sus recuas de mulas, de Galicia a Madrid, de Madrid a Galicia. Sólo el recuerdo de los descendientes se abre paso entre las viejas fotos colgadas en las gruesas paredes de las casonas. Pero aún hay ocasiones para ponerse el traje maragato y danzar al son del tamboritero antes de sentarse ante un buen cocido, un cocido maragato, primero las carnes, después los garbanzos y al final la sopa. Aún hay ocasiones para preguntarnos: ¿quiénes fueron los maragatos?
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