Jueves a las 23:55 horas
Aquí han pasado ya muchos niños, han pasado pues,
si te digo 40 creo que me quedo corta.
Se revoluciona todo.
O mi hijo o mi nieta
o la vida de ella. Denunciamos.
Es mi vida, yo vivo para ella.
para la llegada del bebé.
La gente no es consciente de la necesidad que hay
de familias de acogida por la cantidad de niños
que hay en centros.
Un niño en un centro le cuesta a la administración pública
entre 3.000 y 4.000 euros mensuales.
En una familia de acogida, las ayudas están en torno
a los 200, 300 euros al mes.
El cuerpo a cuerpo, es uno más.
Tener un bebé en casa implica tenerte que quedar,
dedicarle las 24 horas.
Eso es lo peor,
eso es lo peor.
A pesar de que nosotros les damos lo mejor de nosotros,
nosotros recibimos muchísimo más.
Esto es lo más, esto es...
Es Morgan.
oye, puedo acogerte en una casa, un techo
y de poder ayudar de alguna forma a gente que no tiene
y bueno, yo que sé.
Les traemos, les ponemos buenos y se vuelven a su país.
doble salida siempre es una cirugía compleja.
Yo diría a las familias que quieren acoger,
todas las cosas importantes no hay que pensárselas demasiado,
hay que lanzarse y que merece la pena.
¡Piporro, piporro!
¡Ole!
-¿Y a mí me das? -No.
(Música)
Pues mira, este es un niño que ha llegado a nuestra casa
para que le cuidemos hasta que solucione su situación personal.
nació pues eso, un poco delicado
y entonces pues hubo que tenerle hospitalizado.
Por aquí han pasado ya muchos niños,
han pasado pues, si te digo 40 creo que me quedo corta.
Es que cuando tiene hambre no tiene amigos.
a fin de cuentas entendemos que nosotros somos un puente,
que yo tengo mis propias hijas biológicas.
Mis hijas se han criado sabiendo
que esto existe, que puede ser el vecino de al lado,
que en un momento dado necesita ayuda
para poder solucionar sus cosas y que cuiden de sus hijos.
No es fácil, tener un bebé en casa implica tenerte que quedar,
dedicarle las 24 horas.
24 o 25 euros.
Yo no pagaría jamás en la vida lo suficiente
para la lección de vida que estos pequeños
han dado en mi casa a mis hijas.
Sí, sí.
Pues en valores, en principios,
en compartir lo que tienen, no lo que nos sobra,
que es lo que solemos hacer toda la gente
y luego, una cosa que es la más, para mí la más importante,
no juzgar, no juzgar,
intentar entender siempre la idiosincrasia de cada situación
y de cada menor que entra en esta casa.
Bueno, este es mi marido y esta es mi hija, la pequeña.
Sí, es más, cuando no hay niños es rarísimo todo.
Se revoluciona todo.
-Hola. (BALBUCEA EL BEBÉ)
-¿Has visto cómo le habla?
Aquí tengo una litera que ahora mismo
solo está ocupada la cama de abajo con una nena que tengo
de cuatro añitos y bueno, ella duerme aquí.
Sí y luego, pues tengo esta otra habitación
que en estos momentos pues está vacía.
Tengo ahora mismo dos camas vacías,
o sea, que bien, ha habido momentos que las hemos tenido todas llenas,
pero ahora no es el caso.
El cuerpo a cuerpo, es uno más.
(Música)
María José.
No, nunca.
-Yo también pienso que la gente no es consciente de la necesidad
que hay de familias de acogida por la cantidad de niños
que hay en centros.
-Otra cosa muy llamativa es que cuando te preguntan:
"¿De dónde son?" -Sí, como si vinieran de...
Y le dices: "De al lado de tu casa".
Pues hay tanta diversidad como niños, pero bueno,
son niños que vienen de familias muy desestructuradas normalmente,
con adicciones, con falta de recursos,
te lleva una cosa a la otra, ¿no?
Uf, eso es lo peor,
eso es lo peor,
pensamos que cuanto más van a pasar, uno como que más se va a acostumbrar
y a eso uno no se acostumbra nunca.
Y cuando recibes la llamada y te dicen que hay una propuesta
y que se va, pues es una bola aquí.
Uf, es que me emociono,
porque son tantas veces las que se pasa mal, de verdad,
que en esos momentos dices:
"No puedo más, esto ya no lo resisto",
sobre todo porque ves sufrir a los tuyos, porque al final
yo digo: "Yo me meto en una sala, lloro", en fin,
pero cuando ves sufrir a tus hijos, cuando ves llorar a tus hijos,
a tu marido, a tus amigas...
Pues igual es el momento de parar,
pero en cuanto suena el teléfono otra vez, dices:
"Voy a seguir".
Pues mira, porque somos egoístas
y porque a pesar de que nosotros le damos lo mejor de nosotros,
nosotros recibimos muchísimo más.
Yo creo que somos unos privilegiados.
-Esto es lo más. -Esto es...
que estará Carlos.
¡Hola!
¡Piporro, piporro!
¡Ole!
que vamos guardando, porque claro, a nosotros nos llegan
de cero a seis años, niño o niña, en invierno o en verano.
Hay un seguimiento, viene una técnico,
normalmente viene una vez al mes,
ver lo que ha engordado, si va evolucionando como toca,
cómo nos sentimos nosotros, que eso sí que es importante.
De la administración, nosotros solo tenemos la guarda.
-¿Está bueno? -Sí.
Yo es que la verdad, no me imagino una vida sin niños en casa,
desde el momento que llegan hasta que se van, son mis hermanos.
¡Hola!
Sí.
(RÍEN)
No, antes de ayer.
-Con 18 casi. -17.
-Yo estuve con mis padres hasta los 16 y me fui
y a los 17 me dijeron que no podía estar en el piso donde estaba
y nada, yo lo pasé fatal, fatal
y me llegó la noticia de que ella como que me acogía en su casa
y eso fue para mí...
Pues no lo sé, la verdad, ni idea, a saber.
Pues con todos, menos con el primero, con todos.
Pues mantener el contacto con ellos es primordial
y es lo que nos da la fuerza para seguir,
a algunos los vemos mucho, otros, alguna foto,
los vemos más de vez en cuando, pero sabemos de todos
y eso es lo que nos hace que tenga sentido lo que hacemos.
-En cuanto crezca un poco más mi hija
o tenga los que vaya a tener, sí, en un futuro quiero acoger.
(Música)
Amor, buenos días.
A desayunar.
Ante la imposibilidad de ser madre biológica.
Creo que no, hay posibilidad,
pero vamos, nosotros como familia no lo contemplamos,
claro, lleva toda la vida con nosotros.
Un beso a papá.
-Hasta luego.
Ahora vamos a preparar el biberón al bebé.
Es un tragón.
No.
Bueno, depende de los casos,
muchas veces la familia necesita el apoyo
de la familia de urgencia.
Sí, hay veces que, nuestro último acogimiento era una mamá
que necesitaba ayuda y nosotros pues le íbamos explicando día a día
el paso de su bebé y le íbamos ayudando
a preparar el biberón, cómo se lo tenía que dar.
Inma, hija, te dejo al niño aquí, ¿vale?
para la llegada del bebé.
descansamos un par de meses y llega otro.
Depende de cada acogimiento, o sea, si es más largo o más corto
y también de tu estado anímico en ese momento,
tú a tu técnico le dices: "Necesito un mes o dos meses
de descanso" y normalmente te lo dan.
te presento a mi hija Inma.
Es una adopción internacional, sí, de Nicaragua
y llegó con seis meses de vida.
22.
tenemos de todas las razas y de todos los colores.
Mira, aquí es el bautizo de nuestro cuarto hijo,
Josevi, y nuestra hija Almudena es nuestra hija mayor,
también es una adopción internacional,
ella está estudiando doble grado de trabajo social
con educación social, en Valencia.
Luego está mi hijo Nacho, que es una adopción nacional
de la Comunidad de Madrid, está estudiando veterinaria.
Mi hija Inma, que la habéis conocido ahora,
que ha hecho un grado de comercio
y está trabajando para El Corte Inglés
y mi hijo Josevi, que tiene 19 años y está haciendo integración social.
Pasados los dos años, como no encontraban familia,
nos lo quedamos.
Sí, fue una adopción plena, sí.
Y luego falta nuestra hija Amor, que es un acogimiento permanente.
Vienen con pesadillas nocturnas,
nos tenemos que acostar con ella o cogerla de la mano,
empezamos a leer cuentos, tranquilizarla,
ver que somos una familia que no le va a pasar nada,
que estamos cuidándola, que estamos para protegerla,
pero el inicio es duro.
Hemos tenido relación, o sea, la niña ha tenido visitas
con su madre quincenales, pero a día de hoy, no.
que hay que ir explicándole paso a paso lo que está pasando,
cuando cumpla 18 años si quiere buscar a su mamá biológica,
nosotros le ayudaremos a encontrar a su mamá.
Nos vamos a la Dirección General de Familia,
donde mi técnico, Susana, nos está esperando
para llevarse al niño para que sus papás le vean.
(Música)
Con naturalidad, porque es todas las semanas.
-¿Qué tal? -Muy bien.
-Tienes la leche preparada, simplemente es abrir.
Vale, perfecto.
-Que a mitad, eructe y siga.
Dile que se porta muy bien, que está fenomenal
y que duerme bien.
-Buenos días. -Jimena, buenos días.
Te presento a Jimena, Rosa, que es la jefa de área
de adopción y acogimiento de la Comunidad de Madrid.
A ver, pues un acogimiento de urgencia,
la característica principal de este acogimiento es la inmediatez
porque se trata de aquellos casos en los que es necesario
hacer una intervención de urgencia, es decir, que no es posible
esperar a instruir, a valorar la situación,
si no que se ve a un menor en una situación de grave riesgo
y la entidad de protección automáticamente interviene,
separa a ese menor de su familia
y, digamos, que se le encarga su cuidado a una familia acogedora
del programa de acogimiento de urgencia,
que están disponibles. Entonces, son familias
que uno de los miembros de la pareja, no trabaja.
Y bueno y ya el resto es como para cualquier otra familia
de acogida, de cualquier acogimiento,
pues estabilidad en la relación, medios de vida suficientes.
Nosotros recurrimos a familias ajenas
cuando no hay posibilidad dentro de la propia familia de los menores,
de los niños y niñas, pues de encontrar una alternativa
para su cuidado. Y luego tenemos otros dos programas
que es acogimiento temporal y acogimiento permanente.
Pues el acogimiento temporal se caracteriza por la duración,
que es un máximo de dos años y son, en líneas generales,
en aquellos casos de guardas, cuando una madre, una familia
pide ayuda a la entidad de protección
porque en ese momento por razones graves no puede hacerse cargo
de su hijo para que podamos atenderlo en tanto ellos resuelven.
Claro, cualquier familia puede acogerse a estos programas.
-Hola. -Hola, Susana.
-¿Cómo ha ido la visita? -Pues muy bien, fenomenal.
-¿Se ha tomado todo el biberón? -Se lo ha comido todo,
estupendamente. -¿Y su mamá se queda tranquila?
-Sí.
(Música)
Me parece que sería interesante hablar un poco
de cómo llega el niño a vuestra casa, ¿no?
La situación que está viviendo este niño, que además,
es, en tu caso, el hijo de tu hermano.
En tu caso el de tu pareja.
Y vosotros, abuelas, ¿no?
Que es doblemente doloroso.
-En mi caso fue muy duro, porque es que era mi hijo
y el niño vivía con su padre y su madre,
pero los vecinos veían que el niño estaba mal,
que al niño le faltaba comida.
-Cogimos a mi sobrino,
lo he cogido por dos veces,
lo tuve dos añitos, volvió con su mamá,
pero al final, no pudo ser.
Lo volvimos a acoger con seis añitos
y ahora tiene doce, está superbien.
una vinculación con el niño al que acogen.
Hombre, la diferencia fundamental es el dolor de las familias,
es decir, estamos hablando que se trata de un hijo o una hija
con lo cual existe una implicación emocional
que no podemos obviar, tenemos que ayudarlas.
Surge un sentimiento también de qué es lo que he hecho mal,
sobre todo cuando se trata de las abuelas,
entonces estos grupos de autoayuda vienen muy bien
para intentar solventar toda esa carga emocional
que conlleva el acogimiento en familia extensa.
Pues bueno, ha supuesto para mí, la vida,
porque yo también tenía muchos problemas,
muchos problemas, me pillaron muchas cosas,
me pilló un divorcio, me pilló mis hijos
y al acoger a mi niño, yo le he dado a él la vida,
pero siento que él me la ha dado a mí también.
-Cuando te dan a elegir entre un hijo o un nieto.
Si está pequeño no tiene la ayuda
que debe tener del padre y si el padre ya es mayor
con 30 años, pues tú tienes que escoger.
-Ellos necesitan esa protección.
-Aunque una sigue ayudando también al hijo, pero...
-Hola, ¿qué tal? ¿Cómo estáis?
Hola, Juan. -Me alegro mucho de verte.
Qué alta está Naiara, ¿eh?
Qué cambiada desde que llegó tan pequeñita, ¿eh?
Pues ellos son una familia acogedora de hogar abierto
en la modalidad de familia extensa,
son abuelos paternos de Naiara y ahora mismo tienen
un acogimiento permanente.
Bueno, es que a mí me preguntan y es caso curioso,
porque no sé ni lo que soy.
Si le preguntas a la niña, yo le digo: "¿Yo quién soy?"
Y ella me contesta: "Mamá". Digo: "¿Y cómo me llamo?"
y me dice: "Abuela".
O mi hijo o mi nieta,
o la vida de ella. Mi hijo por desgracia cayó en la droga,
llevamos mucho tiempo luchando,
dos años perdido y a los dos años nos encontramos esta sorpresa,
pero no me lo pensé, al principio nos costó,
nos costó hablar, llorar...
Pero sabíamos que si no dábamos este paso, la niña no vivía.
Denunciamos.
A nuestro propio hijo.
Pues hace tres años.
La niña tenía dos semanas y en dos semanas la niña perdió
un kilo y pico, porque nosotros cuando la recogimos,
lo primero que hicimos fue llevarla al médico.
Pues que no nos daban esperanzas, porque la niña tenía el higadito
como un viejecito, la niña tenía defecto en el cuello,
la niña tenía las rodillas no...,
que no. Perdone, pero es que...
Es que es muy duro.
-Ellos no han escatimado esfuerzos, tanto públicos como privados.
Ellos han luchado por su nieta.
Eso es lo peor, ellos no nos perdonan ni nos van a perdonar.
Su padre se preocupa, pues ya se puede imaginar.
Él tiene más contacto que yo.
Totalmente, yo hace tres años que no...
Le lloro, llamo mucho a mi hijo,
lo llamo, ella me corta, pero yo sí lo llamo,
porque lo quiero con locura.
Es mi vida, yo vivo para ella.
A mí me meten un duro en la cartilla
y va para ella.
A mí me ha dado vida.
-Una evolución muy positiva, de llegar con muchos problemas
de salud, de tener que acudir dos y tres veces a atención temprana
y tenerle que hacer ejercicios de estimulación en casa,
de que ellos me llamaban y me decían "es que no sabemos si va a andar",
no había un pronóstico favorable de que fuera a andar.
porque ves cómo la niña ha avanzado, cómo luchan por ella,
es una tranquilidad.
(Música)
Vete un segundo a la parte de... -O sea, que la parte de causas...
-¿Cuánto llevas aparte? -Ocho minutos.
-No llega. -No.
Efectivamente, sí.
Un documental que se llama "Así crecen los enanos",
que se centra en cómo es la vida en centros de acogida
y cómo es la vida en familias de acogida.
Contar a la sociedad que los centros son lugares simplemente
donde los niños están mientras sus familias no pueden hacerse cargo
de ellos.
Pues yo entro en centros porque en mi casa había poligamia,
mi padre vivía con dos mujeres
y los tres muchas veces estaban en situación compleja,
en situación de calle, entonces, un familiar alerta
de la situación que tenemos y al final, mi hermana y yo
acabamos en un centro. Yo tuve el gran problema
de que estaba con monjas al principio
y a mí las monjas no me creían y me decían: "No, eso no existe,
un padre eso no, un hombre, una mujer, una familia".
Y yo decía: "No, vivía con dos mujeres".
me sentía indefenso completamente, claro, porque no me creían.
Una de las cosas que me pasó cuando tuve hijos
es que me di cuenta de que realmente yo no tenía un vínculo emocional
con mi madre y también se me echó encima lo que significan
unos padres para un hijo.
Mi papá tuvo también hijos con la otra persona
y mis otros dos hermanos acabaron en otro centro.
La vida en un centro es levantarte por la mañana, desayunas,
estudias en un colegio fuera de los centros,
sea privado, concertado o público. Los niños que están en centros
no son menores, son niños, niñas adolescentes,
porque si tú les llamas menores les quitas su condición,
es una condición jurídica y tú le estás quitando su valor,
su máximo valor como niños.
donde nosotros íbamos a jugar fuera del centro,
un sitio que estaba cercano a donde yo vivía.
jugando a fútbol o a baloncesto, tirados por aquí, etc.
Más bien como algo extraño y una de las preguntas
que se hace todo el mundo es por qué estos niños están en centros,
porque no hay nadie que explique que los niños de centros,
son niños que están en centros y no han hecho nada,
simplemente son niños que no pueden estar con sus padres.
Fíjate, es una de las cosas curiosas, mientras que mis amigos
de fuera constantemente se preguntaban qué iban a hacer,
qué iban a estudiar, si una carrera o no, etc.
en el centro de lo único que se hablaba es
qué va a ser de ti a los 18 años.
Nada, el destino que tengan, es así.
La administración a veces ayuda con un pequeño subsidio
a estos chavales, pero no en todos los casos,
lo normal es que tú hayas tenido que ahorrar,
con 16 años o con 17 empiezas a tener algún trabajillo,
para ir ahorrando y tener un poco de colchón
para cuando sales a los 18 años.
Bueno, creo que cualquier formato es bueno para dar a conocer
a la sociedad que tenemos más de 21.000 niños en España
que crecen en centros de menores.
Lo que falla es que en España no hay cultura de acogimiento,
o sea, el acogimiento familiar no está en los libros de texto,
la familia de acogida no se presenta como un modelo más de familia,
lo que no se conoce no existe, entonces, es verdad
que Naciones Unidas ha dado un toque a España y dice literalmente
estar seriamente preocupado por las altas tasas
de institucionalización que tenemos en nuestro país.
Tenemos una ley, la ley de protección a la infancia
y adolescencia de 2015, que establece claramente
la prioridad del acogimiento familiar sobre el residencial,
entonces es que es una obligación ya de los gobiernos, del Estado.
En España un niño en un centro le cuesta
a la administración pública entre 3.000 y 4.000 euros mensuales
el mantenimiento de ese niño. En una familia de acogida,
pues varía en función de las comunidades autónomas,
pero las ayudas están en torno a los 200, 300 euros al mes,
o sea, es que es diez veces menos y para el niño es...
Sí, por eso es importante el periodo previo de formación,
de entender que la necesidad del niño
es que la familia de acogida también respete profundamente
sus orígenes, su pasado
y su vinculación con todo eso que ha sido importante para él
y que va a seguir siéndolo.
Siempre, claro, si están padeciendo algo, algo habrán hecho,
si el Estado lo ha sacado de su situación, algo habrán hecho,
no, a veces, la vida es más sencilla que eso y no es algo que has hecho,
cualquiera puede caer en una desgracia
en el caso de los padres, tú tienes un matrimonio,
se te muere tu pareja, entras en una depresión gorda,
no tienes a nadie más y, ¿quién se encarga de tus hijos?
Detrás de esas declaraciones de riesgo y desamparo
pues hay temas de enfermedades mentales, de adicciones,
a veces, hay padres y madres solos que tienen que cumplir condena
en la cárcel y el niño no puede salir en adopción,
pero sí esos años tiene que estar cuidado por la administración
o por otra familia.
Hay Comunidades que dan ayudas muy potentes, a lo mejor 600,
700 euros al mes por menor.
Hay otras que a lo mejor están en 200, la motivación económica
no debe ser nunca la motivación que te lleve a acoger,
pero que tampoco puede hacer desistir a ninguna familia.
Yo diría a las familias que quieren acoger:
"Todas las cosas importantes no hay que pensárselas demasiado".
Hay que lanzarse y que merece la pena,
bueno, siempre te sorprende mucho más allá de tus expectativas
y yo creo que es una experiencia maravillosa.
(Música)
Maribel, ve haciendo la cama.
Los muñecos, ¿vale?
Venga, pues espérate que voy a ver cómo lo lleva Mimi...
Tenéis que acabar de tender la ropa que estamos esperando para irnos.
-Venga, ve dándome de una en una.
Bueno, somos una familia y punto.
A mí me ha cambiado mi escala de valores completamente
y vamos y creo que la auténtica verdad de vida
es la que ellos te dan día a día.
-Yo creo que es que se han perdido valores, soy una persona de 54 años,
de un pueblo de aquí de Extremadura,
de familia media, que antes nos inculcaban
y que hoy están en desuso y yo creo que tienen que volver
a venir, que es el tratar a todas las personas con respeto,
con igualdad y pensando que todos tenemos los mismos derechos
y las mismas obligaciones.
"No", le dije: "No, yo no puedo",
me vas a meter en una historia que yo no sé llevar,
que venían llenos de traumas, de unas historias fuertes
y a mí me daba muchísimo miedo.
y familias muy marginales
que habían estado casi ya en los más bajo de la sociedad,
prostitución, delincuencia.
Y bueno, ya hasta la fecha de hoy que están encantados.
Solamente podemos decir los nombres, porque jurídicamente ya sabes
que nombres, apellidos y expedientes no se hablan.
Aquella chica que hay allí es Sole.
La gobernanta del grupo es María del Carmen.
Vane y Maribel, la que está colocando los armarios.
-A mí me gusta que me vea la gente.
Yo es una cosa que llevo luchando años y que sigo sin comprender,
porque si queremos integrarlos en la sociedad, no son bichos raros
y deben de tener y actuar como cualquier ciudadano,
cosa distinta es que se usase para un uso, una explotación,
una denuncia negativa.
Es peor, hay que remontarse a 25 años atrás en Extremadura,
estaban en un "totum revolutum" donde había personas
con y sin discapacidad, todo revuelto.
-Ella decía cuando llegó que no quería vivir,
que sus padres le habían fallado, que para qué iba a vivir.
Yo, no me gusta generalizar, pero creo que no es el sitio
más ideal para estas personas y no es que me meta
con los profesionales, si no que se ven muy coartados
y muy atados de pies y manos, porque la tecnocracia les abruma.
Venga, que parecemos los enanitos, "ale hop".
Mira, María José, te voy a presentar a Mario,
que nos está haciendo un reportaje.
Básicamente, sí.
Sí, cuatro años, casi cinco años después.
Pues nada, yo cuando he sido pequeñita muy consciente no era,
pero a medida que hemos ido creciendo nos hemos dado cuenta
que hemos estado conviviendo con personas que no tenían
nuestra misma sangre, que no venían de nuestros padres,
que eran más mayores que nosotras, entonces, eran nuestros referentes,
entonces nos han estado inculcando una serie de valores
que no todos los niños de la edad mía o de la edad de mi hermana,
pueden adquirir siendo tan pequeños.
-Además, Mario, yo con Chema hablábamos muchas veces,
decíamos: "Es que esto lo hemos elegido tú y yo,
pero ellas no lo han elegido", porque ellas cuando eran pequeñas,
venían: "Mamá, es que Fulana ha ido a Disney Paris"
y yo decía: "Hija, yo no os puedo ofrecer esa vida"
y bueno claro, esa parte la hemos sacrificado.
Guardador de hecho, es un grado inferior al de la tutela,
porque los tutores, los padres administrativos
de estas personas son
en Extremadura la Consejería de Asuntos Sociales,
hay un gerente y hay un coordinador
que es el que dirime lo que se hace, lo que no se hace,
es en la comisión tutelar un responsable.
No, yo sé cuál es la mía.
-Yo tengo un móvil.
-Mira que sencillo. -Es muy sencillito,
porque tú lo tienes que saber manejar.
-Con sacarina también, ¿no? -Todos con sacarina.
Son 90.000 euros al año donde van incluidos
casa, luz, agua, teléfono, atenciones médicas,
los utensilios que ellos utilizan,
nuestra nómina y la seguridad social.
-Espérate, Ignacio, que te abramos ahí.
-Tú, ¿qué tal? ¿Bien? -Yo bien.
Sí.
Anda que si hiciésemos nosotros una película...
Sí, pero como ellos, una película que saliésemos en la tele.
¡Mini, échale la comida al toro!
Venga, ya que están comiendo, Sole y Mimi,
vamos a echar un poquito para las vacas.
Hoy como hace tanto aire hay que echar la paja bajita
para que no nos manchemos.
Totalmente, en plena naturaleza,
a 20 minutos de Cáceres. Ellos venían de un centro
donde se les prestaban las atenciones básicas.
mira, Mini, coméntale cuántos paquetes de tabaco
te fumabas antes de venir a casa.
-Cuatro o más.
Eso a los siete años,
lo dejé y luego volví a los 15.
A los 15 años hasta que lo dejé.
Él me aconsejaba: "Déjalo, que te vas a morir un día".
-Y con fuerza de voluntad tuya y un poco de ayuda nuestra
y no fuma nada. -Me costó, ¿eh?
-Si eso no son fuerzas de superación y querer salir adelante,
mejor lección que la de Mini, pocas he visto en la vida.
Un poco más adelante. Eso es para que no se desenganche la goma.
¡Arrímate a ellas! ¡Échalas para atrás!
Nunca, solamente hubo uno de ellos
que cuando cumplió la mayoría de edad,
por error llegó una carta bancaria
donde le informaban de la aprobación de la pensión
y vinieron a reclamar la tutela de su hija
y cuando se les informó que eso dependía de un juez
y que era el juez el que iba a administrar los bienes de su menor
en aquel entonces, pues automáticamente se desentendieron.
Mira, esta bandeja la podéis llevar para allá.
Me pillas ahí, porque como hija te digo que es una experiencia
fantástica, lo que pasa es que yo te digo,
sí que seguiría, pero seguiría con las personas
que están en mi casa, pero como futura madre,
quizá no quisiese la vida que mis padres han llevado
porque yo veo el trabajo que ellos desempeñan,
lo que es renunciar a tus hijos,
porque no renuncian completamente, pero sí que en cierto modo
no se dedica todo el tiempo a sus hijos biológicos.
Tiene ciertas cosas que son...
Bueno, pues sí, yo no querría esto para mi hija,
esto pues la verdad que lo cogimos
sin saber a largo plazo lo que iba a suponer,
yo sí tengo un compromiso moral con ellos
de que hasta sus días yo y Chema estaremos,
pero si me dijesen: "¿Volverías?"
Te diría que me lo pensaría mucho.
-¿Vino le puedes poner a Mini?
-¿Te echo los torreznos? -Sí.
-¿Y tú qué quieres?
(Música)
(Música)
¿Qué tal? ¡Bienvenidos!
Ven aquí.
¿Qué pasa? ¿Qué pasa?
Todos blancos aquí, cuánto blanco...
Pues él es Isidor y bueno, lo hemos traído para operarse aquí
del corazón, tiene una cardiopatía y le conocemos desde que nació,
porque llevamos cuatro años yendo con la comunidad misionera
de San Pablo Apóstol, allí a Etiopía
y bueno, pues nos surgió la oportunidad de poder traerle
gracias a Infancia solidaria
y la verdad que bueno, que trae mucho papeleo,
lo hemos conseguido y ya por fin estamos aquí.
Pero es verdad que cuando mandamos aquí los informes nos dijeron
que cuánto antes se operase, menos dificultades iba a tener luego
para desarrollarse.
Porque me hace muchísima ilusión, porque son niños que vienen malitos,
niños que no tienen capacidad de cirugía en sus países de origen
y que nosotros lo que hacemos es, bueno, buscamos hospitales,
hablamos con Consejerías de Sanidad, buscamos familias de acogida
y bueno, pues les traemos, les ponemos buenos
y se vuelven a su país.
Es una cadena de personas que quieren hacer el bien,
personas que quieren curar a un niño
y la familia de acogida es uno de los pilares básicos
de este trabajo.
No, no es fácil, pero de media son tres meses
y bueno, meter en tu casa a alguien que no conoces, de otro país,
de otra cultura, otro idioma.
Pues nosotros llevamos 13 años trabajando
y hemos traído 308 niños.
Pues si no se opera se puede morir, puede morir el año que viene
o dentro de tres años, pero no va a llegar a adulto.
Yo siempre digo que no puede haber nada más satisfactorio en esta vida
que hacer este tipo de cosas.
Esto es justo el momento cuando fuimos a su casa
a ver a los padres que son los de la derecha.
Siete más, son ocho.
como he dicho antes, es una cadena de gente buena,
ellos son buenos y aquí no cobra nadie, nosotros somos voluntarios
que lo único que queremos es poner buenos a estos niños,
no queremos nada más.
Dame la manita, vamos.
Aquí hace mucho frío, ya verás.
un mes de excedencia.
(Música)
¿Hola?
Sí, soy yo.
Venga, arriba.
Mira, vienen a verte.
Esta cosita es Morgan, nuestro invitado principal.
Mañana. -Hola.
Pues llevan desde hace cuatro o cinco días o algo así.
Ojalá salga todo, porque va a salir todo estupendo,
porque este es un guerrero brutal.
Pero, ¿ya me encendiste la lavadora?
(RÍE)
(RÍEN)
que está en esta ONG
y ella ya lo ha hecho y me comentó que eso, que iba a venir una familia
y que no tenían donde estar estos días y así fue.
y después de haberla tomado ella me volvió a decir:
"¿Estás segura?" ¡Eh!
(RÍEN)
Madre mía, madre mía con Morgan.
Es que parece mentira que lo vayan a operar de lo que es,
pero es que es increíble la energía.
Sí, del corazón.
Es pura energía este chaval. Luego tuvimos una reunión
con más gente que está en esta ONG.
Pues ya está, ¿no? Ya empieza otra...
No sé cómo llamarlo, aventura, no sé.
Sí.
No, no tengo hijos.
Bueno, yo lo de madre me suena así tan tal, porque no soy madre,
entonces, que me llamen madre..., yo soy su amiga.
Su amiga para siempre.
Yo soy una persona también que no tengo un poder económico
muy brutal y es una forma también de poder ayudar a gente,
oye, yo puedo acogerte en una casa, un techo
y de poder ayudar de alguna forma a gente que no tiene
y bueno, pues yo que sé.
No te dejo subir ahí, ¿cómo te vas a subir ahí?
No, de andar muy por casa,
pero bueno, intentamos comunicarnos como podemos.
pero te limita mucho tener una conversación un poco decente.
Bien, ningún problema, además prueban de todo,
a ver, son musulmanes, ya procuro que el cerdo, fuera,
nada de cerdo y tal, pero luego cualquier cosa
que les doy a probar, por lo menos lo prueban,
les gustará o no y ya está.
El otro día filloas probaron, ¿verdad?
Así, cantando nos vamos a ir.
Sí, nos dijeron que tenía que ingresar.
pero bueno..., nervios, sí claro.
y la verdad es que ole por ella.
Ahí estamos, mira, ahí están aquí.
-Hola.
¡Hola, mi niño bonito!
Somos voluntarias.
Hola, buenos días, ¿qué tal?
Sí, es una cardiopatía congénita de las complejas,
podríamos decir, es un ventrículo derecho de doble salida,
eso significa que los dos grandes vasos del corazón,
la arteria pulmonar y la aorta salen las dos
del mismo ventrículo, del derecho, en lugar de uno del derecho
y otro del derecho, como ocurre en la gente sin cardiopatías.
Probablemente, si no viniese aquí a operarse pues este niño tendría,
con la cardiopatía que tiene, te puedo asegurar
que tendría una esperanza de vida muy limitada,
fallecería en pocos años, lo más probable, sí, sí.
De hecho, el niño ya por la cardiopatía que tiene,
como le está yendo mucha sangre al pulmón,
tiene ya signos incipientes de una complicación
que se llama hipertensión pulmonar, es decir, que le llega más sangre
de la que su pulmón puede tolerar, si en unos años esto no se corrige,
pues la situación se vuelve irreversible
y el niño fallecería aunque se operase,
dentro de unos años fallecería irremisiblemente.
Sí o sí.
La Consejería de Sanidad del Servicio Gallego de Salud,
ha suscrito un convenio con la ONG que trae a estos niños,
Infancia solidaria y todos y cada uno de estos pacientes
pasan un estricto filtro por parte de la Consejería
de que se den cuenta de que nosotros aquí le podemos ayudar,
todo el cuidado médico que se le dé aquí, el Servicio Gallego de Salud
lo hace de manera gratuita
y la ONG es un poco la que se encarga de coordinar
a los voluntarios y a la familia de acogida
y de encargarse un poco de lo que son los visados
y los gastos del viaje de estos niños.
La hacemos con bastante frecuencia y llevamos bastantes años haciéndola
y yo te diría que estaremos alrededor de cien niños operados
de corazón y luego nosotros personalmente nos desplazamos
todos los años una vez a Palestina
para operar a niños y a adultos con cardiopatía,
de hecho, hace pocas semanas hemos estado un equipo del hospital
en la Franja de Gaza operando pacientes.
Claro, nosotros aunque el alta hospitalaria la hacemos
como a cualquier paciente que viniera aquí a operarse,
si está bien en cuatro o cinco días se va a su casa,
pero no puede hacer un viaje largo a otro continente
a los cinco días, entonces, normalmente los niños suelen estar
tres, cuatro semanas como mínimo con una familia de acogida
recuperándose. Gente que mete en sus casas
a otras personas que no conoce de nada, desconocida
que va a estar con ellos, no en un periodo de alegría
y de felicidad, si no en un periodo de una convalecencia
de una operación importante y a veces un niño que llega
en malas condiciones por la condición de su cardiopatía
y que les abren las puertas de su casa de manera altruista
para que el niño se pueda curar sin conocerlo de nada,
o sea, la profundidad moral de estas familias
yo creo que es infinita.
Adiós Morgan, ya nos veremos.
Adiós Morgan, hasta ahora.
¡Hola!
A este niño para poderle hacer la operación de la cardiopatía
va a hacer falta pararle el corazón, conectarlo a una máquina
que va a hacer de su corazón y de su pulmón
mientras hacemos la intervención.
Cerrar ese gran agujero de tal manera,
tunelizar más bien ese agujero de tal manera
que la aorta quede saliendo del ventrículo izquierdo
y la arteria pulmonar quede saliendo del ventrículo derecho,
que es la situación que tiene una persona sin cardiopatía.
Un ventrículo derecho de doble salida es una cirugía compleja.
A partir de ahora tres horas o cuatro horas.
Bueno, es una mujer muy serena,
la procesión va por dentro.
-Yo no la vi llorar hasta hoy por la mañana
de tanta emoción que lleva dentro y tal.
Increíble.
Sí, porque le das alegría también y le sacas toda la tensión
que lleva esto y hay muchas emociones.
-Hemos tenido otras experiencias también y ya sabemos qué decir.
Sí, la última niña estaba en mi casa.
Sí, era de Iraq.
La niña es fantástica y salió la operación muy bien,
se recuperó rapidísimo.
Es una gran oportunidad y tenemos mucha suerte de tener
a médicos que se ofrecen a operar de esta manera, de verdad que sí.
Yo vivo sola, ellas se quedaron conmigo
un mes y tres semanas, yo cuando abría la puerta
que regresaba de mi trabajo, la niña venía corriendo, ¿sabes?
Sí, era una alegría de verdad.
-Encontraste una casa vacía. -Vacía, de verdad que sí,
para mí fue vacía.
Hola, ¿qué tal?
(GRITAN DE ALEGRÍA)
no ha habido ningún problema en la operación,
hemos conseguido reparar la cardiopatía.
Yo también me estoy emocionando.
-Estamos borrachas de alegría.
Lo mejor del día, del mes, de todo, del año.
Ya, pero es que a Morgan lo conoces una hora y ya quieres que vamos...
Te enamoras.
Ya está.
Los reporteros de Comando Actualidad analizan una realidad que ha llevado a la ONU a dar un tirón de orejas a España: somos uno de los países del mundo con más niños viviendo en centros. Se estima que 17.000 niños buscan una familia de acogida en España. En nuestro país hay cultura de la adopción, pero el acogimiento es muy desconocido. La mitad de los 40.000 niños y niñas tutelados por las administraciones vive en centros de menores.
El programa retrata en primera persona el día a día de las familias que acogen a los menores desamparados. ¿Cómo se enfrenta el duelo cuando el problema se soluciona y el menor vuelve con su familia biológica? ¿Qué sucede con estos niños si la situación no se soluciona nunca? ¿Qué hace falta para que más menores vivan en familia y fuera de centros residenciales?