1978
(Música de cabecera)
El Palmar.
-¿Es un buen pueblo, patrón?
-Lo que puede ser un pueblo de pescadores.
Y de cazadores furtivos.
Buen oficio ese, señor guardia.
Y de mal fin.
El día que uno de ellos se me ponga a tiro,
termina la caza en el valle de Josafat.
Esa es la ley.
¿Quiere la ley beber un trago?
Nos lo prohíben las ordenanzas
de nuestro salvador, el duque de Ahumada.
¿Habrá vino en este pueblo para rellenar la bota?
¿De buena clase? -Sangre de Cristo, como este.
Entonces, en la taberna de Cañamel.
¿Y usted cree que podré vender aquí algunas navajas?
Si son de calidad, se las comprará todas Cañamel.
¿Y no sabe si habrá aquí trabajo para cuatro segadores?
En El Palmar, no hay más tierras de arroz que las de Cañamel
y ya está recogido.
Ese tal Cañamel viene a ser Dios en este pueblo, por lo que veo.
Más o menos, salvando lo divino.
Ahí está, a la puerta de su establecimiento.
Mire por dónde pisa, que la mano es mía.
Perdón. Vamos, arriba, deprisa.
Eh, Ricardo, daos prisa, que la barca no espera.
Tráigame esto, patrón. -¿Qué es?
Un caballo de cartón para mi nieto.
Mejor que sea de cartón porque aquí
o aprende a comer anguilas o se muere de hambre.
Tendrá caballo el "nano".
Aprisa, señores, o se quedan en tierra.
Vamos, aprisa.
Vamos.
¿Me traes unos papelillos de quinina?
Le han vuelto las fiebres al marido.
No lo cuentes, está bien. Yo no me equivoco nunca.
(TODOS) ¡Barquero, barquero! ¡Que venga ya el barquero!
¡Barquero, barquero! ¡Que venga ya el barquero!
¡La madre que los parió! ¿Queréis callaros de una vez?
-Vicente.
Como te cruzarás con el tío Paloma,
dile que me traiga cuatro buenas lubinas.
Se me han antojado para cenar.
Sí, señor, se las traerá.
¡Vamos, vamos, que no espero a nadie! ¡Vamos!
-¡Vamos, ya está bien, barquero!
(Voces indistintas)
-¿Y vosotros qué? ¿No sabéis meter los cestos en la barca?
¡Venga!
Agarra eso, segador.
-Echaos para allá. -Toma, soldado.
¿Dónde lo pongo?
Cuélgatelo de las medallas.
Echad una mano si queréis llegar de día.
Por caridad, señores, háganle un sitio,
que va a Ruzafa a ver si le curan. -¡No!
¡No! ¡Ya está bien, hombre!
Calma, calma, callaos todos.
-Por caridad.
Miren que aquí se nos muere, sin médicos ni medicinas.
Así Dios en pago les haga un sitio en el cielo.
Dejadle un sitio. Ayúdale, soldado.
-Que sí, venga, echaos para allá un poco.
(Voces indistintas)
-Venga. -Vamos allá.
¿Está lleno el ataúd?
De no estarlo, iría a remolque. Siéntese.
¿Va mal?
Como tengo tanta fiebre,
siento frío.
Túmbese y apoye la cabeza. Irá mejor.
¿Era pariente suyo... el difunto?
Marido.
¿Pescador?
Pescador.
¿Y cómo no lo llevan en su barca como es costumbre?
Porque era pobre y nunca tuvo barca propia.
Dos dolores sufrió:
el de ser pescador...
y el de no tener barca.
¿De qué murió?
De las fiebres tercianas.
Ese es mi mal.
No todos mueren.
Eso espero.
Me gustaría que nos cruzáramos con el tío Paloma.
Quisiera despedirme de él,
por si acaso.
¿Quién es el tío Paloma?
El mejor pescador del lago. No hay otro igual.
Nadie percha como él.
¿Ni el patrón?
Ni yo, que llevo toda la vida con ella en la mano.
Su padre fue el mejor... y, desde que murió, lo es él.
Y, cuando el tío Paloma muera, lo será su hijo,
pero cuando muera.
Aunque para mí ya cumplió los 60.
Entonces, es mejor el hijo. Hace mucho la fuerza de juventud.
En este oficio, tanto la fuerza como el arte valen lo mismo.
Pero, si percharan los dos en una apuesta, ¿quién cree que ganaría?
Pregúnteselo al padre, que ya está a la vista.
El tío Paloma.
No. El tío Cañamel, que quiere que le lleves cuatro lubinas
y me pidió que te lo dijera.
Y porque este señor quiere saber
quién es el primer barquero del lago.
Sí.
Yo quiero saber quién percha mejor, si su hijo o usted.
Seguro que ya es mejor porque es más joven.
Pero, si percharan los dos en una apuesta,
ganaría su hijo.
Ud. ya es muy viejo, tío Paloma.
Muy viejo.
Son los Paloma. -Tan locos como siempre.
Invítame a una copa, tío Paloma.
A una y pico, por lo de Paloma.
(SUSPIRA)
Enseguida.
¿Qué pasa? ¿Os habéis caído al lago?
Deja, cuñada, que a los buenos clientes les sirvo yo.
Parece que hoy fue dura la faena, ¿eh?
¿Me trajiste las lubinas?
Esta enfermedad...
acabará conmigo.
Es como una rata que tuviera aquí dentro.
Solo me pide comer y comer.
¡Buah! Pobre quisiera ser...
y estar sano.
Por cuenta de la casa.
A ver si se anima tu hijo y viene.
Por ti.
Por ti también.
¿Por qué hijo?
¿Y tiene echado el ojo a alguna?
Anoche, yo...
Anoche, me pidió que lo hiciera...
y yo, en un momento, ya ve.
Es su especialidad.
Adiós, Tono. -Adiós, Tono.
Claro que queda.
Hice yo ayer una orza grande.
Una mujer de su casa debe saber hacer de todo.
Si se ponen de acuerdo, tampoco mi hija iría desnuda.
¡Por Dios, tío Paloma!
(AMBAS) Adiós.
¡Esperadme!
Hola, Tono.
No hable de eso, tío Paloma.
Sí, sí, señor.
¡Tío Paloma!
Hola.
No.
Límpiame.
Toma.
Son para ti.
Porque vas a casarte.
¿Con quién?
Yo tampoco sé con quién voy a casarme.
Quisiera.
Contigo.
Tu casa.
Nuestra casa.
Tío Paloma.
Espera.
Invítame a una copa, tío Paloma, que todavía no estoy borracho.
Si trabajara, no podría emborracharme.
Anda, invítame a una copa para empezar el día como Dios manda.
Si no lo mandara, no lo harían los curas y beben hasta en misa.
Sí, ahora mismo acaba de entrar en la iglesia.
Y, dentro de un rato, se beberá el copón de vino.
¡Uy, si fuera cura!
Si yo fuera cura, diría 20 misas al día
y me bebería 20 copones.
Y, a la hora del rosario, cura borracho.
Que Dios te oiga.
Con tres azumbres de vino que le regaló un segador.
Yo soy cura, pero no me llamo "Cura".
Mi nombre es Miguel... y la gente me llama "padre".
¿Te enteras, pescador?
Bueno, tío Paloma, ¿querías algo?
Eso no es cosa mía.
Que te cambien el tratamiento en el pueblo.
¿Tono? ¿Con quién?
Buena muchacha, la mejor del pueblo.
Además de bonita, que solo es una gracia temporal,
la más honesta de la parroquia.
La virtud de Roseta es prístina.
¿Para cuándo?
La Iglesia no es como la pesca, que veo una anguila y la pesco.
(ROSETA RÍE)
He venido todos los días.
Porque solo venía cuando no estaban las barcas.
Entonces, yo pensaba:
"Tono se fue a pescar".
Y andaba por aquí, tranquila,
viendo tu barraca...
y tu ropa puesta a secar al sol.
Muy mal lavada, por cierto.
Y...
Y hablaba con ella.
Que te quería desde siempre.
Cuando era pequeñita,
tú jugabas conmigo como juega un hombre con una niña...
y yo jugaba contigo como juega una mujer con un hombre.
Y yo sufría...
porque me besabas en la frente.
Ajá.
Está bien, pescador.
El domingo.
¿El sábado? ¿Por qué el sábado?
Y para cumplir con Dios, recordones, como tú dices,
el sábado a las doce de la mañana.
No, señor.
El sábado a las doce de la mañana.
Me falta tiempo para el vestido de novia.
Por lo mucho que come.
Si yo fuera su mujer, se iba a llevar muchas tajadas a la boca.
Vale, tío Paloma.
No. Quiere Tono que me llame así.
Sí, señor.
Su padre fue el primer barquero del lago.
Cuando murió su padre, lo fue usted.
Y, cuando usted muera, lo será Tono.
En lo que de mí dependa, haré lo que pueda.
La casa.
Hay que pintarla.
Pues precisamente por eso.
No, pero entre lo que imagino y lo que me diga Tono...
Sé hacer muchas cosas.
Sé bordar, coser,
hacer flores de papel...
y también sé perchar.
¡Tono!
¡Tono!
¡Ven!
Tío Paloma,
quería preguntarte algo.
Buena pareja.
Tu hijo, todo un hombre...
y Rosa, un ángel.
Le seguirá en la adversidad y en la fortuna,
en la enfermedad y en la salud.
Pues una virtud prístina.
(Trinos)
(Banda sonora original)
(Trinos)
Se han callado los pájaros.
Les pasa como a mí antes.
Hasta tú me asustabas.
No sé.
No, tú ya no me das miedo.
Pero ahora tengo miedo de mí.
Por eso.
¿No quieres dejarme en el suelo?
¿No te canso?
¿Lo ves?
Por eso tengo miedo.
Porque tú eres muy fuerte...
y yo soy muy débil.
¿Tú crees que puedo ser tu mujer?
Estás loco, Tono.
Te he vuelto loco yo.
Mi madre lo dice.
Dice...
que la vuelvo loca con mis risas y mis cosas de niña.
¿Sabes por qué he venido a la dehesa?
Porque vamos a casarnos, Tono,
y no hemos sido novios.
Yo siempre soñé con ser tu novia...
y venir contigo a la dehesa como vienen los novios de El Palmar...
para...
para decirte poco a poco todas mis cosas,
las alegres y las tristes.
Para que tú me dijeras todas las tuyas.
Y yo lo que voy a decirte ahora,
aunque te arrepientas,
es que no sé si merezco ser tu mujer.
La mujer del primer barquero del lago,
del más fuerte.
Tengo miedo.
Déjame,
así,
en el suelo,
para que, si quieres irte después de oírme, des la vuelta y te vayas.
Tengo miedo, Tono.
Tengo miedo de que me falten fuerzas para ser lo que necesitas.
Para limpiar la barraca, fregar,
hacer la comida de dos hombres...
y darte ese hijo que un día será el barquero más fuerte,
pero un hijo fuerte,
que se parezca a ti,
no a mí. (GIME)
¿Por qué no podrá morirse uno cuando se es tan feliz?
(Trinos)
A ver si cantan los "musquerots".
(Trinos)
(Trinos)
(Trinos)
(Trinos)
Primero, se majan los ajos bien majados...
y, luego, se mezclan.
Pero, hija, que te estoy explicando.
Que sí, madre, que se majan los ajos.
¿Y después?
Luego, se mezcla y... -¡La casa!
¿Eh? ¿Qué casa?
La mía. Bueno, la que será mía.
Hija, ¿y el vestido?
¿Eh?
Ah, después,
aunque, como dice el tío Paloma,
para lo que me va a durar puesto...
Porque... Porque es lo que hacen las mujeres casadas.
Parte de lo que traigo al matrimonio.
Algunos muebles, ropas para la casa,
mi pájaro...
y nada más.
Ya te lo dije. Soy muy débil.
Arroz con pollo.
Pues cómaselo usted a él y están en paz.
Por eso,
como ocuparé su lugar en la barraca,
he pensado que les gustaría.
En nuestro cuarto.
Y aquí dormiremos mi marido y yo y aquí nacerá su nieto.
Sí, señor.
Mañana, Tono.
(RÍEN)
Quiero que me hagas un regalo.
En casa de Cañamel no,
pero lo hay aquí, en El Palmar.
Muy cerca de nosotros.
He soñado siempre con ello,
pero ahora no me atrevo a decírtelo.
No por ti, no,
sino por tu padre.
¡Es tan Paloma!
Quiero que cambies el nombre de tu barca.
Eso.
Sí, quiero.
El Señor, que hizo nacer en vosotros el amor,
confirme este consentimiento mutuo que habéis manifestado
ante Dios y ante la Iglesia.
Sí.
Quería que en nuestra boda hubiese música.
Los anillos.
(Banda tocando)
¡Los anillos!
(Banda tocando)
¡Pónselo!
¡Que se lo pongas!
(Banda tocando)
Os declaro...
¡Os declaro...!
¿Queréis callaros?
¡Así se os fundan los metales!
¡Os declaro marido y mujer!
¡Ya estáis casados!
¡Podéis iros en paz!
(Banda tocando)
(Voces indistintas)
Que seáis muy felices.
Felicidades.
Buen marido te llevas, Roseta.
Tampoco se lleva él mala mujer. -No, señora,
pero en El Palmar los Paloma son los Paloma.
Y los Hueso son siempre los Hueso, alcalde.
Eso nadie lo duda. En El Palmar y en todas partes.
(Banda tocando)
Seréis Felices, Rosa.
Cuídala, Tono.
Gracias. -Como no lo haga, le detengo.
Felicidades, pareja. -Gracias.
-Hombre, hola, enhorabuena.
-Que seáis felices.
-¡Tono!
Enhorabuena, Tono.
A ti también, Roseta. -Gracias.
En la taberna, está preparado el convite.
-Ah.
-Pero yo dije que trajeran la barca.
¿Qué dice?
Y dos botellas de las buenas de sidra
y un almohadón para la señora. -¿Para qué señora?
¿Para qué señora va a ser, Roseta?
Es la primera vez que me llaman así.
La barca está ahí mismo.
Yo que vosotros salía corriendo y, hala,
eso que dicen: "¡Al fin solos!".
Vamos, Tono.
¡Oh!
¡Adiós!
(HOMBRE) ¡Aprovéchate, Tono!
¡Enhorabuena!
Ahora, tú.
(Banda sonora original)
El tío Paloma es el más veterano de una larga estirpe de barqueros de la Albufera. Puestas en duda sus fuerzas para seguir ostentando el título de primer barquero de la zona, él y su único hijo Toni, mantienen una apuesta para ver quien cubrirá primero, en barca, las tres leguas que les separan de su pueblo. Por otro lado, y pensando en que la tradición y la saga no se pierdan con el tiempo, el viejo tío Paloma decide que Toni se case. Al día siguiente comienza, sin contar con él, a buscar entre las mozas del pueblo la mujer que, a su juicio, le conviene. Rosa, enamorada desde siempre del joven Toni, decide dar un paso al frente.
Histórico de emisiones:
12/03/2009
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El emitir series y películas para entretener mientras dura el estado de alarma es una muy buena iniciativa, pero emitirlas sin subtítulos condena a la comunidad sorda y la estigmatiza, amén de menoscabar sus derechos y de no cumplir con la ley, concretamente con el Real Decreto 1494/2007, de 12 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento sobre las condiciones básicas para el acceso de las personas con discapacidad a las tecnologías, productos y servicios relacionados con la sociedad de la información y medios de comunicación social será buena de verdad cuando se subtitule todo lo que se emita y más si viene de un medio público como rtve. Gracias