Presentado por Nacho Clemente y dirigido por Manuel Pimentel, 'Arqueomanía' acoge en su nueva temporada expediciones en Atapuerca, el Valle de los Neandertales o en las profundidades del mar.
El programa cuenta con expertos como Enrique Baquedano, Juan Luis Arsuaga, Juan Francisco Gibaja, Mario Mineo o Carolina Aznar.
¿Cuándo llegamos los homo sapiens sapiens a la Península Ibérica?
¿Convivimos con los neandertales?
¿Fuimos la causa de un extinción?
¿Nos hibridamos, somos la misma especie?
Preguntas apasionantes que la ciencia actual trata de responder.
No puedo decir quehaya datos suficientes para avalar
que allí hubiese un enterramiento
ordenado,
organizado
por sus congéneres,
en el sentido, ni mucho menos,
aunque esto fuera así,
que hubiera ningún rito.
A pesar de algunos restos de astrágalo de caballo,
evidentemente quemados o asados al lado,
y algunos fragmentos de sílex,
para mí esto no es una prueba contundente de nada.
No tenemos una fosa de enterramiento.
No tenemos un empedrado de piedras
ordenadas.
Ni una piedra que tape
en forma de losa, por ejemplo.
No.
Para mí todo es sugestivo.
Pero muy lejos
de que demuestre nada.
Sí parece claro que los neandertales,
algunos individuos son enterrados en fosas.
Individuos que, aparentemente, son
masculinos seniles.
Y se entierran individuos neonatos.
Con una cierta elección de lo que se entierra.
En una determinada postura.
Y algunos defienden que hay ofrendas.
¿Eso qué significa
en el sentido más llano del comportamiento?
Pues que hay cierto sentido de la trascendencia.
Parece que el niño tenía la misma postura.
Las últimas investigaciones con el escáner,
aún sin limpiar en el laboratorio.
Para esto se cuenta con otros neandertales,
incluso con los modernos,
o premodernos, del homo sapiens,
hace ochenta o cien mil años,
en Israel.
Realmente, parece ser
parte de una práctica bastante generalizada,
no específica de una ninguna paleoespecie en concreto,
Pero también hay que ser muy cauto
y decir que, aunque existan estos ejemplos,
son también la punta del iceberg.
Porque la mayoría de los enterramientos
no ofrecen estos detalles anatómicos.
El cuarto nivel, el más alto, es el más reciente.
Tiene unos 37 000 años de edad.
Y en este nivel, precisamente, muy bien dotado,
aparece la concha.
Este es el espacio que se podía habitar.
Aquí encontramos esos vestigios de ocupación
de hace 37 000 años.
Son, básicamente, algunos restos de ciervo,
unas doce piezas líticas
y una concha perforada y pintada, de vieira.
Pecten maximus.
Este hallazgo de la concha
fue muy importante en su momento.
Porque vino justo
a zanjar, en cierta medida,
el debate que llevaba veinte años
haciéndose sobre las capacidades simbólicas de los neandertales.
-La concha es una pecten, marinera.
-Sí.
-La concha de los peregrinos de Compostela.
Aparece la parte plana.
Aparece agujereada. -Sí.
-Y pigmentada con una mezcla de pigmentos.
-Correcto, es la valva plana del pecten.
Y una de las caras estaba despigmentada, naturalmente.
Porque está cerca del mar, etcétera.
Es, justamente, esa cara que,
en vivo,
tenía que ser roja, que ellos pintan
con una mezcla de dos pigmentos,
uno rojo, la hematita, y otro amarillo,
que es la goitita.
Hacen una mezcla de color naranja.
Y la aplican sobre esta cara que había quedado blanca por la erosión.
-Esta concha está bien datada por el carbono en 37 000 años.
Eso lo tenéis comprobado, y la industria asociada es musteriense.
Significa que tiene el neandertal
capacidad de trazo, y un motivo decorativo.
Y una capacidad técnica, porque mezclan dos pigmentos.
-Correcto.
Si aplicamos los mismos criterios arqueológicos
que utilizamos para hablar de simbolismo
en poblaciones de nuestra especie
del Paleolítico Superior,
tenemos que decir, a raíz de los hallazgos de Cueva Antón
y de otros yacimientos de Murcia,
que los neandertales pasan ese examen.
Lo mismo datar esas conchas con pigmentos
en una edad de 50 000 años,
que 45 000.
Y mucho menos de 150 000.
Si está claro que, curiosamente,
esta proliferación estética de los neandertales
aparece al final de sus días.
En los últimos diez mil años.
Antes hablábamos de los 30 000, quizá los últimos 15 000 ó 20 000 años.
En cualquier caso, al final del periodo Musteriense,
al final de los neandertales, surgen estas manifestaciones estéticas.
Algunos defienden la teoría de que hay
una época neandertal,
los neandertales se extinguen,
la Península queda desierta.
Y vienen los modernos a ocupar una tierra de nadie.
No es cierto, aquí hubo ocupación continua.
Si se ha evolucionado, lo podemos tomar como señal
de la presencia de poblaciones
que llamamos modernas,
pues justamente antes de que lleguen estos,
están los últimos neandertales.
Sedimentológicamente, los geólogos dicen que están en un mismo contexto.
No hay grandes diferencias.
Culturalmente, cuando analizamos esos objetos arqueológicos,
sí vemos enormes diferencias entre lo que es el Paleolítico Superior
y lo que es el Paleolítico Medio.
En Cova Gran, por lo que hemos visto,
hay unos humanos modernos en una superficie,
en unos diez, quince centímetros,
y unos neandertales.
A partir de los datos de este contexto arqueológico,
no podemos decir que existiera esa cohabitación.
Vemos claramente esa diferencia.
Últimos neandertales.
Y dos mil, tres mil años, después, llegan esos humanos modernos.
Con elementos distintos en su tecnología,
en la forma de concebir el espacio y de explotarlo.
Y con los elementos simbólicos que conlleva esos hombres modernos.
Hay otro problema muy serio, no tenemos un registro anatómico
fiable detrás de toda esta discusión.
Conocemos la anatomía de los neandertales.
Pero conocemos poco la anatomía de esos humanos modernos.
Los neandertales viven en Eurasia.
Porque es su tierra.
Es su territorio.
Y esto está ocupado.
Entonces digamos que los homo sapiens se tienen que esperar.
Porque está ocupado.
Y es, coincidiendo con un cambio climático
hacia frío, con la destrucción de ambientes boscosos
que lleva asociado ese cambio climático,
cuando las poblaciones neandertales se van acantonando en el sur.
Porque es en el sur donde van quedando los ecosistemas
propios suyos.
Mientras que unos se van acantonando,
porque los ecosistemas se van reduciendo,
son los cromañones los que se pueden ir extendiendo.
Efectivamente, esto siempre lo digo,
los auténticos aborígenes europeos son los neandertales.
Nosotros somos, geológicamente, unos recién llegados.
El problema es que, hasta ahora, no han aparecido restos humanos.
¿Por qué?
Los más antiguos, hasta hoy, son los de Oase, en Rumanía.
Fechados directamente por el radio carbono
en 40 000 años.
Después hay restos sueltos,
dientes aislados,
alguna que otra mandíbula
y algunos cráneos.
Pero ya de estas fechas, de 35 000, 36 000,
37 000 años.
Y casi todos en Francia,
en República Checa,
en Rumanía.
Los neandertales enterraba a sus muertos
con mucha frecuencia.
Sobre todo, en el periodo entre 50 000 y 70 000.
Entonces hay muchos neandertales de esas fechas.
Las gentes del Paleolítico Superior enterraban con mucha frecuencia
a sus muertos en el periodo que va de 35 000 a 25 000.
Y los conocemos muy bien.
Entre 35 000 y 50 000,
apenas hay restos.
Ya sea de neandertales, ya sea de modernos,
ya sea de estos mezclados.
Porque, posiblemente, en esas épocas
no había la costumbre de enterrar a los muertos.
Los tiraban a los ríos.
Los dejaban para que se los comieran los buitres.
Los quemaban.
Hay cantidad de rituales funerarios
que pudieron funcionar en esas fechas.
Y por cuestión de cultura,
eso lleva
a la poca conservación
de fósiles de ese periodo crítico.
Hemos tenido restos líticos de gran interés
atribuidos a los neandertales.
Como es la tecnología lítica de tipo modo 3, de Paleolítico Medio,
o como se le llama todavía, Musteriense,
Pero ha destacado un fragmento de mandíbula humana infantil.
Vinculada a un individuo joven,
un niño, probablemente,
de 3 ó 4 años.
Está en la parte alta de la secuencia.
Con industrias líticas talladas de tipo Paleolítico Superior.
Pero son muy interesantes en el contexto regional.
Porque irían a la par de los últimos neandertales de la región.
-¿Qué datación puede tener?
-Está en fase de elaboración, aún no la tenemos completa.
Pero iría en una perspectiva del Paleolítico Superior.
-Para ubicar a nuestros oyentes, ¿qué es Paleolítico Superior?
-En el norte de la Península comienza sobre el 40 000.
Aquí, en el sur de la Península,
las cronologías últimas,
por los grandes yacimientos de Gibraltar y de Zafarraya,
se plantean cronologías en torno a 30 000.
Esto viene a conectar una posible convivencia
de neandertales y de modernos en un territorio próximo.
-Yo creo que es la aportación que vamos a tener este año.
En un territorio muy cercano hay grandes yacimientos.
Gibraltar, Zafarraya y, ahora, este de las Palomas.
Tenemos mucha industria musteriense o de Paleolítico Medio con Superior.
Y ya este maxilar viene con esa antigüedad que estáis datando.
¿Vendría a significar una prueba científica
de que neandertales y nosotros convivimos
en un mismo espacio geográfico
durante el mismo tiempo?
-Trabajamos con esa hipótesis.
Y empieza a haber datos que lo corroboran.
Quizá el sur de la Península Ibérica no solo fue un refugio.
Parece que lo fue.
Parece que hubo grupos de neandertales tardíos.
Pero también grupos modernos.
Si no son variantes de un mismo grupo.
Y la gran diferencia establecida entre neandertales y modernos
estaría dentro de la variabilidad humana.
Lo que no se ha puesto de manifiesto aún,
desde el punto de vista genético, es que haya habido en Europa
entre neandertales y hombres modernos.
Los supuestos descendientes europeos en esa región
tendríamos base neandertal.
Pero los de Nueva Guinea tienen lo mismo. ¿Cómo explicarlo?
Pues porque no se produjo la hibridación con europeos
o con gente de Nueva Zelanda,
sino con la raíz común de todos ellos.
Antes de que existieran europeos, asiáticos, australianos.
Antes de eso.
En el tronco común.
Hemos desarrollado diferentes trabajos en El Sidrón
en lo que a ADN antiguo se refiere.
Y con resultados diversos.
Pero, quizá, lo que aglutine o concentre lo más conocido
en El Sidrón es lo que llamamos el método o el protocolo
de excavación limpia.
Consiste,fundamentalmente, en llevar a la cueva, al trabajo de campo,
la vestimenta y el aparataje que se lleva en un laboratorio
de alta tecnología de extracción de ADN.
Para, en la medida de lo posible, evitar cualquier contacto
de nosotros mismos con los restos fósiles,
para evitar la contaminación con nuestro ADN.
Lo curioso del caso es que la molécula de ADN,
aun siendo una molécula muy compleja,
tiene una capacidad de contaminación muy amplia, muy grande.
Simplemente, con tocar los huesos,
ya podemos contaminarlos con nuestro propio ADN.
Al respirar, estamos inhalando
y estamos lanzando moléculas o fragmentos de ADN
al aire y al medio en el que estamos.
Curiosamente, la capacidad de contaminación
de nuestras moléculas de ADN
es muy grande.
Es un fósil que se extrae de la tierra,
hay, con suerte,
una proporción casi siempre pequeña de ADN
del organismo del neandertal,
en este caso, que lo produjo.
Y asociado a este hay una gran cantidad,
la máxima mayoría, del ADN de microorganismos.
Pero no del ADN de los humanos.
Porque eso ha estado enterrado durante 40 000 años, o 50 000 años.
Cuando el hueso muere,
en la estructura pétrea del hueso,
la estructura mineral,
queda almacenado ahí ese ADN.
Con el paso del tiempo se va descomponiendo,
se va fragmentando,
se va desnaturalizando.
Pero con las técnicas adecuadas de laboratorio,
es susceptible de poder extraerse.
Cuando se encuentran restos neandertales, estos aparecen
mezclados con restos de fauna,
con restos de comida de los neandertales.
Y la proporción suele ser de muchos restos de fauna,
muchos restos de comida,
de residuos de comida,
y algún que otro resto neandertal que aparece por allí mezclado.
Salvo en los casos en que hay enterramiento.
En El Sidrón tenemos lo inverso.
Hay muy pocos restos de animales.
Y casi todos son restos de neandertales.
Vemos que en El Sidrón ha habido un comportamiento caníbal,
actos de antropofagia.
Probablemente, como consecuencia de esa antropofagia,
ha resultado el que se concentren
todos esos neandertales.
Y hay una particularidad.
Lo que encontramos en esa pequeña galería, llamada del osario,
es que los retos están en lo que llamamos posición secundaria,
es decir,
en ese acto caníbal,
en esa antropofagia,
los neandertales
trataron, cortaron, descarnaron,
rompieron las cabezas, sacaron los cerebros,
todo ese comportamiento.
Y eso se produjo, muy posiblemente, en un piso superior.
Allí se almacenó, allí se quedó sedimentado.
Posteriormente, hubo una gran tormenta, probablemente,
y eso, a través de un tubo vertical,
colapsó.
Y se almacenó en una galería secundaria, donde lo encontramos.
Esto es lo que vamos sabiendo hasta la fecha.
Pero todavía nos falta definir con mayor claridad
cómo fue aquel comportamiento caníbal,
quiénes se comieron a quién,
y que pasó después para que los restos aparezcan mezclados
como los encontramos en la actualidad.
La primera manifestación de canibalismo se da en Atapuerca,
en el nivel PD-6,
en el Pleistoceno Inferior, hace más de 900 000 años.
Ya empiezan a aparecer prácticas caníbales.
Y se ha dado en la Prehistoria reciente
y en época histórica de una manera bastante habitual.
Quiero decir que, probablemente, desde nuestro tabú
occidental y, probablemente, cristiano
de cómo abordamos el planteamiento de las prácticas caníbales,
de la antropofagia,
nos resulta extraño.
Probablemente, desde otras ópticas, es un fenómeno menos raro
de lo que parece a nuestra cultura.
Volviendo a los neandertales,
se da con relativa frecuencia.
Y parece claro,
en la Prehistoria en general, que no es una práctica ocasional.
Hay una técnica, hay un conocimiento de la anatomía.
Hay unas pautas.
No parece que sea un hecho fortuito.
El gen Fox P2 de los neandertales es idéntico al nuestro.
Conclusión junto con toda la información circundante
y complementaria,
los neandertales tenían nuestras capacidades,
desde el punto de vista de la única parte genética que conocemos.
Otro gen interesante y llamativo
fue el que, este quizá sea más llamativo,
el que pudimos ver que había neandertales pelirrojos.
Dos se hicieron.
Uno en El Sidrón, en Asturias.
Y otro en el norte de Italia.
Y los dos salieron con una función
que se acopla a los individuos pelirrojos.
Curiosamente, la secuencia genética de los neandertales pelirrojos
no es la misma que la da los humanos modernos pelirrojos.
Y luego se detectó también el gen
del grupo sanguíneo AB 0.
Eran del grupo 0.
Y también un gen que está implicado
en la capacidad de gustar gustos amargos.
En los neandertales salieron gustadores.
Eran capaces de detectar el sabor amargo de determinadas plantas.
Eso se puso en relación con la capacidad de protegerse
de algunas plantas.
Porque las plantas que tienen determinados gustos
pueden tener alcaloides más o menos venenosos.
Se sabe que muchos animales desarrollan la capacidad de detectar
algunos sabores para defenderse de los venenos que las plantas utilizan
para defenderse de los que se las comen.
Esos con los cuatro genes que han sido estudiados
directamente con materiales de El Sidrón.
Los individuos masculinos
permanecen en el mismo terreno donde han nacido y crecido,
en el miso grupo, en el mismo espacio.
Y son las mujeres, probablemente las mujeres adolescentes,
las que cambian de grupo, las que cambiarían de grupo.
Así habría intercambio genético entre los diferentes grupos
de la región.
En este capítulo se tratan los siguientes temas: ¿cuándo llegan los homo sapiens-sapiens a la península ibérica?; ¿convivimos con los neandertales?; ¿fuimos la causa de su extinción?; ¿somos la misma especie?; la ciencia actual intenta encontrar respuestas a éstas preguntas.
En este capítulo se tratan los siguientes temas: ¿cuándo llegan los homo sapiens-sapiens a la península ibérica?; ¿convivimos con los neandertales?; ¿fuimos la causa de su extinción?; ¿somos la misma especie?; la ciencia actual intenta encontrar respuestas a éstas preguntas.