2002-2005
¿En serio? -Claro.
¿Cómo sabía tu madre que era eso?
Apendicitis. Se llama apendicitis.
¿Qué?
Apen... Apendicitis.
Me dolía mucho aquí. -¿Qué pasó?
Lo ha dicho 20 veces. -Sí, pero ¿qué pasó?
Le operaron. -Una operación mogollón de fuerte.
Con serruchos y sangre por todas partes.
Me sacaban las tripas y los intestinos.
¿Cómo lo sabías?
Lo vi.
¿Y la anestesia?
En las operaciones de apendicitis no ponen anestesia.
¿No estabas dormido?
¿Y qué más? -Pues no sigo.
Cuenta cuando te sacaron las tripas...
...y el médico se las puso en el cuello y empezaste a sangrar.
No podía más de dolor.
Vino un médico con una sierra eléctrica y me destripó.
Vamos, chicos. -Ahora que estaba interesante.
Jopé.
Si llegamos tarde, nos echan la bronca a nosotros.
Cómo mola. -Quiero ser cirujano.
Lo que faltaba. -No dejabas a uno vivo.
Qué asco, ¿no?
Sí.
Ideal. Va a estar estupendo en el bautizo.
Qué buena idea. Aunque es lógico.
Ya es hora.
¿De qué va a ser?
Es mañana.
¿Hoy?
¿Y?
¿No iba a ser ahora?
Llevas meses retrasándolo. Y mañana es el bautizo.
Vamos.
Vamos.
Ana.
Fernando está en la biblioteca.
El médico dijo que si no llegamos a pillarlo a tiempo,...
...se le convierte en una peritonitis.
Pero de una peritonitis uno se puede morir.
Si no lo cogen a tiempo, a saber.
Te podría haber pasado.
Les dije que si no nos vendían sus acciones,...
...el banco se hundiría.
Y sus acciones valdrían menos en cuestión de meses.
Estoy bien.
¿Crees que no valgo para nada?
Te recuerdo que fui yo quien creó este banco.
Cuando llegamos a cierta edad, estorbamos.
Vale.
No insistas. Lo has dejado muy claro.
No volveré a meterme.
¿Cómo se lo ha tomado?
¿Que qué, Ana?
¿En serio?
Es que...
Qué alegría me das.
Por fin lo has solucionado.
Díselo a los niños.
Juntos.
Qué bonito, Ana.
Qué bonito.
Qué bien. Venga.
Hola. -Bien.
Seré cirujano.
Yo también. -Llevan así todo el día.
Como a su amigo le han operado de apendicitis...
Me subo, que tengo deberes.
Voy a llamar por teléfono.
Ana, tía.
Vale.
Te doy mi colección de moscas si te dejas operar.
Ahora mismo. -Jo.
No te haremos daño. -Qué gracioso eres.
¿A ti te han operado de apen... apen...?
Sí.
Y cuando te operan, ¿te...?
Yo me voy ya.
Me alegra que se lo hayas contado a Fernando.
Creía que se lo iba a tomar peor.
Qué envidia con lo del bautizo y Fernando.
Hasta luego.
Hola, Fernando.
Enhorabuena.
Por lo del niño de Ana.
Menuda sorpresa enterarse de repente de que el niño de Ana es tuyo.
Pero como tú ya tienes siete, no pasa nada, ¿no?
Claro. Estás todavía afectado.
Estás descolocado.
Me voy a por el bolso, que se me ha olvidado.
Va a ser un bautizo de lo más emotivo.
Tía.
¿Tienes novio?
Jo, tía, tienes que casarte,...
...si no, el inspector me hará volver...
...con mis tíos.
¿Quién va a ser mi tío papá?
Pichín.
No sé.
Te encontraré novio antes que tú.
¿Lo hacemos? -Vale.
Le rajamos y le sacamos las tripas.
¿Y si se enteran?
No lo harán. Encontraremos un momento oportuno.
Lo dejaremos en su sitio sin que nos vean.
Estarán orgullosos de nosotros.
Pensamos en nuestro futuro. -Papá siempre lo dice.
Si practicamos ahora, seremos los mejores cirujanos de la Tierra.
Perfecto.
Viendo a Nico y ahora vamos a la cocina...
A por la merienda.
¡Bruno!
¿Mi tía es el tipo de mujer que gusta a los hombres?
No lo sé.
¿Qué?
¿Y con eso vale para que un hombre...
...la pida en matrimonio?
¿Y qué más?
Espera.
¿Qué?
¿A que doy miedo?
Mogollón. -Así me gusta.
Bisturí.
Bisturí.
Para mí, que este pollo está fatal.
Está pálido.
Ahora, los intestinos. -¿Los pollos tienen intestinos?
Las pinzas.
¿Qué?
Solo tenemos bisturí.
¿Otra vez?
Bueno, toma.
No te preocupes.
El paciente está a salvo.
La operación ha sido un éxito.
¡Ja, ja, ja!
¡Como se chive a Bruno, verás!
La cruz llamarada.
El león de dos colas.
El mono tuerto.
¿Qué pasa aquí?
Muy graciosas.
Cuando tengáis algún problema, ya acudiréis a Fonti Máquina Total.
Listas.
Venga, puerta.
Cada día estás peor de lo tuyo. Bueno, ¿qué?
¿A qué has venido? Joder, Nando, cómo eres.
¿Tengo que querer algo para visitar a mi mejor amigo?
Hombre, no necesariamente. Pero en ti es lo normal.
Hoy no. Tenía un ratito libre y me he puesto a pensar:
"Tate, voy a visitar a mi coleguita".
Y me he venido en autobús. En autobús, chaval.
Tengo la moto en el taller. Y no tengo un euro para pagarla.
Estoy sin blanca.
Ah. -No, en serio.
Ya.
Esa moto es mi vida. Sin esa moto no soy nadie.
Que sí, vale. Que ya está.
Que ya lo sé. Podemos hacer una cosa.
Te dejo pasta para que arregles tu moto.
A cambio, tú tienes que...
¿Qué? Dime. Lo que quieras.
Llévame a clases de kárate.
A mis clases de ká... ¿Para qué?
¿Cómo que para qué? ¡Pues para ver pibitas!
¿Las quieres todas para ti?
Ah. Ah, las pibitas.
Claro, esas que me dijiste que iban con sus mallitas ajustadas.
Que estaban buenísimas.
Me las pusiste increíbles.
Ya, pero ya llegará.
Todo llega, tranquilo.
Pero te advierto una cosa:
no son fáciles. No son nada fáciles.
Es normal. Cualquier tía que esté buena es difícil.
¿Qué? ¿Cuándo? -Pues...
Eso, Fonti. ¿Cuándo le vas a presentar todas esas monadas?
Pues... -Voy al baño.
Cuando venga, me dices un día y una hora.
Sí, tranquilo. Ahora te la digo.
Joder.
Nadie se ha enterado.
Cuando vean cómo hemos dejado el pollo, verás.
Le hemos hecho la cirugía estética.
Ahora hay que agilizar los dedos.
Bueno, ¿cuándo vamos a ver a las pibitas?
Pues...
Yo conozco ese gimnasio y a esas pibitas.
Yo tendría cuidado.
¿Por qué?
Díselo.
Porque sus novios parecen armarios.
Son más fieros que él.
Te partirían un brazo. Es horrible, tronco.
Ah, ¿sí?
Un pollo.
¿Se te ha escapado un pollo de la nevera?
Vale.
Pero ya estoy reinsertado.
Estoy canino, pero no tanto.
Oye, Fonti.
¿Lo has mangado tú?
¡Que no!
Para que vean que nos preocupamos de nuestro futuro.
A ver si nos dejan desarrollar nuestras aptitudes.
Jo, tío. Qué bien hablas.
¿Una peonza?
¡Bruno!
¿Nosotros? Ni idea.
Tiraremos más fuerte.
ACENTO INGLÉS: "Mister 'Dauro', por favor".
¿Mister qué? -¡Guille!
¡Lo has matado!
¿Qué dices? -¡No se mueve!
¿Por qué has abierto? -¡Porque llamaban!
¿Quién es? -Preguntaba por papá.
La cagamos.
Respira.
No. Soy un asesino.
No quiero ser cómplice de asesinato.
O me ayudas o cobras.
Habrá que decírselo a alguien. -No quiero ir a la cárcel.
Si vas, te llevo mis bocatas de chori todos los días.
Hay que esconderlo y dejarlo en la calle.
¿Estás loco? -Eso hacen en las pelis.
Sí, en las pelis.
¿Te vas a chivar? -No, pero no quiero ser cómplice.
Si me encarcelan, ¿quién te llevará los bocatas?
Pensaba que tenía un hermano, pero que no.
¿Qué harás?
A los criminales siempre se nos ocurre algo.
¡Me la cargo!
¡Joder!
¡Joder!
Eso es...
...un muerto.
Un muerto.
Un muerto.
Un muerto.
¡Bruno, tío!
Ahí debajo...
Ahí debajo hay un fiambre.
¡Joder!
¡Joder!
Nando, Nando.
Tengo que hablar con él.
Con la manta es más fácil.
¿Y ahora qué?
Vamos a llevarlo fuera.
¿Y por qué no se lo dices a Ana?
Porque me operarán.
Si no se lo dices, te dolerá más.
Prefiero que me duela. ¿Me guardas el secreto?
¡Jo!
Si no, ya no eres mi amiga.
Es que...
¿Sí o no?
¿A Ana tampoco?
No. ¿Qué?
Lo prometo.
Venga.
Vais a ver vosotros.
Si no me creéis, lo vais a ver con vuestros ojos.
Venid, venid, ya veréis.
¿Qué?
¿Hay un fiambre o no hay un fiambre?
He descubierto el secreto de la familia Hidalgo.
Cambia de camello. Esto no es normal.
¿Estás bien?
Estoy perfecto.
El que no está tan bien es...
¡Que se ha pirado!
¡Anda, se ha ido!
¿Dónde se habrá metido, tío?
Un muerto en buena forma.
No, un momentito.
Juro por mi vida que hace un segundo estaba aquí.
A ti te hará gracia, pero a mí no. Y tengo que estudiar.
Y a mí menos. Y no te olvides de lo mío.
No, no.
A los gemelos no.
Pero lo que he visto es...
Nada, nada.
No, no.
¿Un pollo?
El pollo.
¿Ya estás otra vez con el pollo?
Muy bien, ¿y ahora qué?
Nosotros nos vamos.
Y si viene alguien, no sabemos nada.
¿Nos vamos por la cara?
¿Qué quieres hacer?
¿Y si viene la policía?
No sabemos nada. -¿Y si me torturan?
Pues... Ya veremos.
La vamos a cagar.
Ellos se creen muy listos. Pero yo sé lo que he visto.
Hola, buenas.
¡Me cago en la...!
Tú eres el...
¿Qué haces aquí?
¿Qué haces aquí?
¿Eh?
Señor.
Tronco.
Te dije que había que borrar las huellas.
¡Hala, Fonti, qué fuerte!
¿Le estás robando la cartera?
¡No, no, no!
¡Te hemos visto con las manos en la masa, chorizo!
¡Bajad la voz, que os van a oír!
¿Quién es ese pobre hombre?
¿Y yo qué sé?
Pero...
Creo que está fiambre.
¿Le has matado? -¿Qué?
¡Te lo has cargado, Fonti! -Eh...
Un momento, un momento.
Vamos a dejar las cosas claras.
Cuando he entrado aquí, él ya estaba.
Bueno, lo había visto antes debajo de las escaleras.
Y bueno...
Le he pisado.
¿Le has pisado?
¿Te lo has cargado allí?
Y encima le robas la cartera.
¡Eh, un momento!
¡Eres una mente criminal, un ladrón!
¡Sin escrúpulos!
Nosotros no hemos visto nada.
No nos mates a nosotros.
Te juramos que si nos pregunta la policía, no diremos nada.
¿Qué policía?
¿Qué policía? ¡Que esto es una confusión!
No te preocupes, nuestras bocas estarán cerradas para siempre.
Para siempre. Hasta luego.
Bueno.
Tú bien sabes que yo no he hecho nada.
¿Verdad?
Bueno, pues nada.
Yo no quiero movidas.
Así que me piro.
Sí, sí, sí.
Un whisky, gracias.
¡Joder!
Vale.
Muy bien.
¿Y ahora qué hago yo contigo?
¡Macho, menudo marrón tengo contigo!
Cuando quiera.
Hola, buenas.
No, no, ningún problema.
¿Y si condenan a Fonti?
Papá le pagará un buen abogado.
¿Y si igualmente le condenan?
Pues mala suerte.
Tendré que confesar que fuiste tú.
¡No fastidies, tío! -Hola.
Hola.
¿Creéis que es verdad lo que dice Miguelito?
¿El qué?
Lo de la sierra eléctrica, las tripas.
Total. -Seguro.
Ya has visto antes lo que pasaba.
Con los niños no será así.
Es peor. Como son pequeños, cuesta más.
Sí, son muy difíciles de abrir.
Estás hablando con unos expertos.
Adiós.
¡Ay!
¡Hasta pesa en carretilla!
¡Hola! -Fonti.
¿Ahora eres jardinero?
No, soy fontanero de toda la vida.
Como os habéis quedado sin jardinero...
Ya me piraba.
Hasta luego.
Hasta luego.
¿Quieres estarte quieto?
¡Si es que se nota mazo que eres un cadáver!
Va a ser mejor que lo confiese todo y punto.
Pero ¿que confiese qué?
Si yo no he hecho nada.
¡Que te den!
No te puedo dejar aquí.
Dentro de 5 minutitos, vas a empezar a apestar.
¿Y ahora qué hago contigo?
Me dice: "¿No ves el fiambre?".
¿Pensó que era un muerto? -Sí, de verdad.
Cada día está peor. -Ya.
¿Qué hay de cenar?
Está arriba.
¿Dónde habrá metido Fonti al fiambre?
No lo sé.
¡Vosotros dos, venid! -¡No!
No soy tu cómplice.
No sabemos nada.
¡Que vengáis aquí!
Vosotros dos me habéis metido en esta movida.
Así que me vais a ayudar a salir de ella.
No somos cómplices ni de robo ni de asesinato.
Vale, muy bien. Pues diré que fue idea vuestra.
Diremos que fuiste tú.
¿Qué vale más, el testimonio de un niño o el de un fontanero?
Nosotros somos dos.
Uno. -¡Traidor!
¡Aquí hay gato encerrado!
Él tiró la pelota de golf. -¿Le tiraste una pelota?
Sí.
Cayó fulminado. -Muerto.
¡Golf!
¡Golf!
¡Pero si este tío está vivo!
¡No soy un criminal!
¿Y entonces?
No sé, no parece que este tío vaya...
¿Le damos una torta? -¡Claro!
¡No se me había ocurrido! ¿Quieres rematarlo?
Id a...
Id a por una botella de whisky.
A ver si se reanima.
Vale. -¡Eh!
Y que no os vea nadie. Ya estáis tardando.
Golf.
¡Joder, machote!
¡Qué suerte has tenido!
¡Eh!
Tampoco te caigas.
Venga, venga.
Papá y Ana se están peleando.
¡Yo no lo maté! -¡Yo tampoco!
¿Qué pasa? -Ni idea.
¡Qué susto!
Y tú eres el que no iba a confesar bajo torturas.
Ahí. -¿Qué tal va?
Pues no sé.
Trae la botella.
Golf.
¿Por qué dice siempre "golf"?
No sé, ¿tú qué crees?
¿Tal vez porque lo último que vio fue una pelotita de golf?
Abridle la boca.
Bueno. -Que sea lo que Dios quiera.
¡Bruno, me estás quitando el sitio!
Algo muy fuerte.
Sí, pero ¿qué? -¿Os podéis callar?
¿Que Nico es hijo de papá? -¿Tenemos otro hermanito?
A papá no le está haciendo tanta gracia.
¡Qué fuerte!
¡Que viene!
Yo creo que deberíamos hablar con ella.
Tiene razón. No le apetecerá hablar con nadie.
Papá se ha pasado.
¡Y tanto!
¿No te has pasado?
¡No, qué va!
Hay que actuar con firmeza.
Le has echado media botella.
¡Golf!
¿Lo veis?
Hasta sonríe y todo.
Se encuentra mejor.
Eres un genio.
Y vosotros, asesinos en potencia.
Alberto, estamos hechos el uno para el otro.
Nos queremos.
Somos como dos almas gemelas.
Y cuando dos personas sintonizan tan bien,...
...¿qué es lo que tienen que hacer?
¡Pues tener un hijo, Alberto!
No, no me mires con esa cara. No me mires con esa cara.
Así se acabaría tu fobia a los niños.
Y todo sería...
Esto va a ser un desastre.
Esto va a ser un desastre.
Yo me piro, que no puedo hacer nada más por ti.
¡Ah!
Por cierto.
Tú a mí no me conoces de nada.
¿De acuerdo?
Tú ya estás vivo, te encuentras mucho mejor.
Estás con un pedal que no te tienes.
Un placer, hasta luego.
Ahora baja.
Tú sabrás. -¿No tienes nada que contarnos?
Hemos oído tu bronca con Ana.
¡Con esos gritos!
Se os oía.
Vuestro padre discute mucho ahora.
Y leer el correo ajeno.
¿Cómo que no nos interesa?
Tenemos un hermano más. -¿Qué?
¿Qué, dónde está?
¿De qué habláis?
Al final, vamos a ser ocho.
¿Cuándo lo hemos tenido?
Es Nico. -¿Nico?
Ana parece bastante segura.
Pero... -Mañana es el bautizo.
Supongo que irás. ¿No, papá?
Ana no está. -Normal.
Con la bronca que le has echado.
¡Que no!
¿Tenemos un hermano o no?
¡Sois todos unos asesinos!
Alberto, estamos hechos el uno para el otro.
Nos queremos.
Somos como dos almas gemelas.
Y cuando dos personas sintonizan tan bien,...
...¿qué es lo que tienen que hacer?
¡Tener un hijo!
¡Ay, no...!
No me mires con esa cara, no me mires con esa cara.
Así, se acabaría tu fobia a los niños.
¿Qué hay de postre?
¿Que qué hay de postre?
Sí, ¿qué hay de postre?
Alberto, mírame a los ojos.
Y dime que no quieres tener un hijo.
Pues...
¿Quién es a estas horas?
Yo, quieto.
¡Ana, cariño! ¿Qué pasa, qué haces aquí?
Seguro que los gemelos diabólicos le han hecho algo.
Ya. ¿Y?
No molestas, cariño. -Has llegado en el momento oportuno.
A ver, cuéntame. ¿Qué es lo que pasa?
Ya, cariño, ya.
¿Sabes una cosa?
Tú preocúpate por el niño.
Eso es lo único y lo primero. ¿De acuerdo?
Ya está.
Ya está, ya está.
Muy bien, pequeña. ¿Dónde te duele?
¡Aquí!
¡Apendicitis, qué bien, qué bien!
¿No me haréis daño?
Dice que si le vamos a hacer daño. Nada, ¿verdad?
Bien.
Empecemos.
¡Aaah!
Tú por ahí.
¡Ay!
¡Lucía, Lucía, Lucía!
¡Lucía!
¡Vaya sueño más feo!
Ana no te ha dicho que sueñes cosas bonitas.
¡Ay, me duele!
Se lo diré a mi tía.
Me lo prometiste.
Si se lo dices, me enfadaré y no volveré a hablarte.
Vale.
Me duele.
Se trata de un enfado pasajero. Ya lo verás.
Lo único que tienes que hacer es pensar en Nico y en ti.
Claro que no. ¿Y mañana qué?
¿Y cuando pregunten por el padre?
Sí, estoy segura.
Esta noche lo va a pensar.
Y mañana aparecerá en el bautizo de Nico como padre de Nico que es.
Ya lo verás.
Vendrá, Ana, estoy segura.
No me lo puedo creer.
Todos cometemos errores.
Solo te transmitió la información con retraso.
¿Cómo piensas eso?
Sí, ya sé.
Ya sé que no puedo opinar sobre asuntos del corazón.
Estoy viejo para eso.
Si no vas al bautizo, Ana no te lo perdonará nunca.
Desde luego,...
...desde que perdiste el banco, no hay quien te aguante.
¿Cómo les explicas esto a tus hijos?
Adiós, Fernando.
Ya habéis oído.
Se está pasando. -Sí.
Es vuestro padre. Respetad sus decisiones.
¿Empezamos?
¡Ejem!
¿Podemos empezar?
Sí.
Bien.
Con gozo habéis vivido en el seno de nuestra familia...
...su nacimiento.
Con gozo venís ahora a la iglesia...
...a dar gracias a Dios y celebrar el nacimiento...
¡Esperad!
¡Que no empiece!
¡Vamos!
¡Vamos!
¿Cómo íbamos a faltar?
Yo soy el padrino. No podía faltar.
Lo siento, Ana.
Bien, ¿podemos continuar?
Con gozo habéis vivido en nuestra familia el nacimiento de un niño.
¿Se han perdido?
¿No?
¿Va a presidir el banco un tipo que no controla su casa?
Beicon.
Nos están tomando el pelo.
¡Fonti! -¿Qué?
La vasectomía. -¿Qué?
¿Tú eres Alberto? -Sí, chata.
¿Te duele más? Dime la verdad.
Sí.
Alberto venía a hacerse una vasectomía.
¿Por qué lo tengo vendado?
Familiares de Lucía Hidalgo.
¿Por qué no nos dejan ir?
Si va uno, vamos todos.
¿Qué tiene?
¿Lucía se va a morir? -Estás loco, chaval.
Fernando espera a un asesor financiero, el cual le ayude a recuperar el banco. El asesor llega justo cuando los gemelos están lanzándose una pelota de golf el uno al otro. La pelota le golpea fuertemente la cabeza dejándole inconsciente y los gemelos creen que le han matado. Asustados, deciden esconder el cuerpo, pero Fonty lo descubre y, creyendo que las culpas caerán sobre él, intentará esconder el cuerpo o dejarlo en algún sitio donde no puedan relacionarle con el crimen.
Fernando descubre que Nico es hijo suyo. No puede perdonarle a Ana que le haya ocultado una cosa así. Esto, sumado a la carta que Ana ha recibido de David, le lleva a enfrentarse a ella.
El administrador de la página ha decidido no mostrar los comentarios de este contenido en cumplimiento de las Normas de participación