Dirigido por: Antonio Perezgrueso
Este espacio emite documentales sobre alpinismo, escalada y otros deportes de riesgo al aire libre. El equipo del programa ha logrado hazañas destacables, como filmar en el prohibido reino himalayo de Mustang y en Bhután.
‘Al filo de lo imposible’ es una serie documental en la que predomina la emoción, los deportes de aventuras y el riesgo. Está dirigido por Antonio Perezgrueso, y cuenta con realización de Manuel Rojo, producción de Esteban Vélez y Fátima Ramas, y los cámaras Fernando Martín y Luis Miguel Pavón.
La web del programa amplía información sobre cada aventura, con reflexiones de los miembros del equipo que las han vivido. También incluye fotografías de las expediciones y permite volver a ver todos los programas de esta y otras temporadas.
Pepe y Emilio como los protagonistas de este reto,
se pusieron en contacto con nosotros
en la Facultad de Ciencias del Deporte
de la Universidad de Murcia en la Comarca del Mar Menor.
Buscando un poco de asesoramiento sobre...
diferentes aspectos que podrían facilitar que este reto
llegase a buen puerto y estuvimos valorando la posibilidad de,
no solo intervenir desde el punto de vista de la preparación física
sino que teníamos la intención de proyectarlo
desde diferentes perspectivas, ser un equipo multidisciplinar,
atendiendo a los grupos de investigación y aplicación práctica
que tenemos en nuestra Universidad de Murcia.
Los primeros días del contacto entre Pepe y Emilio
con nosotros en la facultad hicimos una serie de pruebas,
de entrenamientos conjuntos, en los que nos dimos cuenta de que,
especialmente Emilio, era un deportista experimentado
y con muchos años de entrenamiento
que ha participado diferentes en retos como Iron Man,
pruebas de ultrarresistencia en diferentes modalidades deportivas,
era una persona que tenía una gran experiencia y que,
por supuesto, tenía una capacidad física notable
que íbamos a poder pulir
pero no íbamos tampoco a poder generar ninguna mejora sustancial.
Sin embargo Pepe es un remero más joven
y tiene una condición física algo menor, menos experiencia,
y con él hemos podido aumentar su condición cardiorrespiratoria
y de fuerza durante los meses que hemos podido participar
en su preparación física.
-La idea de cruzar el Atlántico a remo surge hace 4 años
durante una guardia en la que un compañero comentó
que había locos que de vez en cuando se atrevían a cruzarlo a remo
y en ese instante Pepe y yo compartimos
que eso sería algo para hacer.
Y 30 segundos después dijo que si lo hacía iba conmigo.
Y así surgió este pequeño proyecto.
-Nuestro barco para cruzar el océano
es un barco de 7 m de eslora por 2 m de manga.
Está cabinado en su parte posterior donde dormimos
y llevamos la electrónica
con sus paneles solares y sus baterías
y en la parte de delante
lleva otro compartimento donde guardamos los cabos, anclas...
Aparte el barco está diseñado para, en caso de vuelco,
poder autoaderizarse, es decir, enderezarse y en caso de tormenta,
que sea arrollado por una tormenta, pues te mantienes dentro
y aunque des vueltas sigues pudiendo salvar la vida.
-La nutrición que ellos van a llevar es crucial que sea lo más controlada
y lo más adecuada posible porque tiene unas exigencias altísimas.
Tiene unas imitaciones también al mismo nivel de complejas
porque tienen que llevar todo el alimento consigo
y por lo tanto hay que seleccionar muy bien
cuáles son esos alimentos que tienen que transportar.
No pueden llevar demasiado peso,
no puede faltarles ningún macronutriente esencial...
-¿Esto lo tomáis cada día?
-Sí, la Universidad de Murcia nos ha dado...
Nos han dado el visto bueno.
-Tenemos el grupo de nutrición y cronobiología que,
además de en este aspecto de la situación,
nos ha ayudado a configurar las fases de paleo y remo en el bote
con las de sueño.
Una adecuada configuración de cuándo se palea y cuándo se descansa,
sobre todo con las horas de sueño que van a poder llevar
era muy importante porque ya hay estudios que nos dicen
que van a poder optimizar su rendimiento
y palear más rápido y más tiempo
si alternamos bien las fases de trabajo con las de descanso.
El reto tenía unas exigencias tan altas
que necesitábamos la participación de otros profesionales,
no solo de la preparación física.
En primer lugar contactamos con la Facultad de Medicina
y un médico responsable de la medicina en el deporte
en el Centro de Alto Rendimiento de Murcia.
Él ha participado de lo que conocemos como test de salud.
Nos ha permitido constatar fehacientemente
que tanto Pepe como Emilio tienen una salud cardiovascular perfecta
para poder afrontar este reto más allá de la preparación física
que sabemos que tenían,
pero por la situación extrema en la que se van a ver sometidos
necesitábamos confirmación de que su sistema cardiovascular
estaba perfectamente y eso se pudo confirmar
y hemos trabajado desde ese momento con mucha más tranquilidad,
como ocurre con la mayoría de los deportes de rendimiento
en los que necesitamos esa confirmación.
A partir de ahí nos dimos cuenta de que necesitábamos
psicología del deporte.
Es una disciplina que tiene que formar parte
de los equipos multidisciplinares con los que preparamos
a los deportistas de alto nivel y en nuestra Universidad
tenemos, a uno de los mejores grupos de investigación y psicología
del deporte de España y, seguramente, del mundo.
Rápidamente se interesaron y se involucraron
y hemos tenido la participación de este grupo que van a intervenir
y van a estar en contacto con Pepe y Emilio
para poder echarles una mano en la consecución de este reto
desde esa perspectiva también.
El factor psicológico es fundamental en esto.
Consultando con muchos remeros anteriores
que han hecho esta travesía dicen que el 80 % de esta travesía
se consigue con la cabeza.
Son muchos los problemas que vamos encontrar:
la convivencia, el espacio confinado, el estrés del medio,
además de las propia locura que ya llevamos cada uno en el saco.
Pepe y yo ya hemos hecho muchas experiencias en ese ámbito
de estar juntos solos durante un tiempo prolongado
haciendo actividades, estar en una convivencia cercana,
hemos hecho entrenamientos con La Cruz del Sur,
con nuestro barco, de cinco días y cinco noches en varias ocasiones...
Creo que hemos hecho los deberes
para que eso no se convierta en un problema sino más bien
saldrá reforzada nuestra amistad o hermandad de este paseo.
Uno de los motivos de esta travesía es dar un paso más en el conocimiento
de ese medio que nos tiene enamorados.
Podría añadir, además, que llevamos 4 años exclusivamente dedicados a esto
desglosándolo grano a grano, pieza de puzle a pieza de puzle,
disfrutando el camino en la creación de este proyecto
que nos ha hecho llegar este momento y nos sentimos preparados
para afrontar esto con bastantes garantías de éxito.
-Diciembre es el mes que normalmente las embarcaciones
utilizan para hacer el cruce ya que no se han registrado huracanes
a lo largo de la historia en ese mes y en esas latitudes
y porque empiezan a soplar los vientos alisios hacia el oeste
y son los que te ayudan.
Aparte cuentas con la corriente ecuatorial norte
que también te proporciona algo de velocidad.
-Mucha gente nos pregunta si vamos a pasar frío
y por qué no habéis ido en verano.
Hay que recordar que en esa latitud, por debajo de Canarias,
iremos por el paralelo 22, va a hacer calor. Son de 30 a 35° a mediodía.
En tormentas sí que se puede pasar frío
y en el mar siempre hace frío, pero casi todo el mundo se lamenta
del exceso de calor que se pasa en la embarcación.
Procedimiento para un cambio de turno.
Hermano, te quedan 10 minutos.
¿Qué pasa?
¿Qué?
¿Estabas durmiendo?
¿Has dormido?
No podéis saberlo todo.
Bueno, vamos a reparar...
los remos, que...
se rompieron dos...
el otro día con viento de través.
Esto está hecho una puta mierda.
Hoy es 29 de diciembre.
Los remos se rompieron ayer, 28, y antes de ayer, 27
por dos golpes de mar.
Hay que sanearlo, limpiarlo y aplicar un refuerzo.
-¿Qué sientes siendo el último día del año y cayéndote la lluvia encima?
-Pues yo me voy a tomar el vino igual Ahora cuando llegue la hora.
Yo, mi vaso de vino con la chistorra que llevamos, cae. Eso fijo.
(RÍE) Así que..., que llueva lo que quiera.
-Anoche un yate llamado Riocaja nos venía por la popa nuestra
misma derrota y vemos que viene de nuestra estela un barco apretando
que no nos había visto. Lo localizamos por radio,
que también falló, pero pudo identificarnos justo
para abrirse y esquivarnos.
-Esto es maravilloso. Higiene sea donde sea.
Luego el aclarado es con agua salada, pero bueno.
Veo que utilizáis los remos como tenderete.
-Sí, en el transcurso de los días hemos ido inventando cosas
para hacer los días más amenos y que se pase el tiempo
de una forma más lúdico festiva.
Aquí tenemos al Karate Kid.
Cuando el Caribe empiece a iluminar con su sol esta zona
empezaremos a usar más de continuo el bañador y el torso desnudo.
-Remando a un ritmo de un nudo aquí, el maquina.
Aquí está nuestra chabola
y lo que vemos la mayor parte del tiempo cuando no estamos remando.
Aquí hay una serie de armarios, un spot, una estación meteorológica,
aquí Emilio remando, el cuadro de mandos, GPS,
radio, tomas de mechero, las bolsas de comida diaria
y el cuadro eléctrico de las placas solares.
Emilio con su bandana y aquí yo descansando.
-Qué barba, qué pelo...
Impresionante.
Dios, tío, he pillado a uno aquí al lado, tío.
Emilio remando a través del cristal.
Aquí vemos nuestra posición.
Lleva recorrido en su turno 4,31 millas.
Aquí tenemos el ventilador para los días calurosos.
¡Tierra!
-Durante esta travesía nos hemos visto enfrentados
a situaciones algo comprometidas, hemos tenido un oleaje tremendo,
mares, sobre todo el primer mes.
Al principio veíamos los partes y pensábamos en los 5 m de media.
Luego eran algo más. Y aparte de eso hemos tenido,
como situaciones comprometidas..., nada más salir estuvimos a punto
de ser arrollados por dos ferris del Puerto de los Cristianos a La Gomera.
Ahí estuvimos a un pelo del hundimiento, del arrollamiento.
Uno de los aparatos, un SAR, nos ayudó y no sacó del lío.
Tuvimos un fallo en el live,
el sistema electrónico que indica nuestra posición a los barcos grandes
que están alrededor y no nos podían ver
y nos obligó a volver a puerto.
El romper dos remos el mismo día, el 20 día de travesía,
y decir que llevas 20 días y has roto dos remos y pensar
¿qué va a pasar aquí? Solo llevo seis.
-Martinica. Y si seguimos un poquito más allá...
podemos ver a Santa Lucía también allí al fondo.
La llegada, el riesgo en el Cabo del Cabrito
de poder habernos ido contra algún bajo
porque llegamos de noche y todo el mundo nos decía
que teníamos que llegar de día, pero nosotros vamos impulsados
por la corriente y no podemos parar
porque la corriente no para, la corriente te lleva.
-El Cabo del Cabrito, el faro del Cabrito.
-Rodeando el Cabo del Cabrito y con el seguimiento...,
localización...,
carta náutica magnética...
-Es el día 58 de travesía solo viendo mar
cuando escuchó "tierra la vista".
Salgo del camarote inmediatamente y ahí estaba Martinica.
Impresionante después de tanto tiempo solo viendo agua ver tierra.
La satisfacción de que te quedan apenas 40 millas.
Acabas un proyecto duro de 4 años de preparación
y una satisfacción personal enorme
con ganas de ver a gente y a tus amigos.
Los días durante la travesía son como el día de la marmota.
Son muy parecidos. Te tienes que refugiar en una estrella fugaz,
en un delfín que ves... Para darle al día algo nuevo,
pero la verdad es que en esos momentos
aprendemos a apreciar lo más mínimo: una estrella fugaz,
una tortuga, un delfín...
Marca del rumbo.
-Mira dónde esta la boya verde.
-Está aquí. ¿Y la roja? La roja la he perdido.
-La roja está allí.
-Más fuerza o potencia no puedo,
pero no te preocupes, tú graba y ya después...
-Normalmente se hace una adaptación de unas dos semanas en esta travesía.
Todo el mundo dice que después de dos semanas ya eres un atlante,
estás ahí y formas parte de él.
Yo no he tenido sensación de una adaptación completa hasta el final.
Si me he encontrado en el medio,
porque el mar siempre ha sido un sitio donde me siento a gusto,
sobre todo después de limpiar el escaramujo el día 30 de travesía
que ya nos zambullimos media hora bajo el agua
a limpiar el casco y ya me sentí
que el Atlántico era un hogar para mí.
Y nunca he llegado a sentirme del todo alzado
porque siempre he tenido esa espada de Damocles pendiente de mí.
No me podía fiar, no me podía relajar.
Si llamamos a eso adaptación y relajación... Siempre alerta.
Bienvenidos.
-Gracias.
Este documental cuenta la historia de la apasionante aventura que Emilio Hernández y José González, dos bomberos de la Región de Murcia, se proponen realizar. Cruzar el Océano Atlántico a remo sin ningún tipo de asistencia.
Este documental cuenta la historia de la apasionante aventura que Emilio Hernández y José González, dos bomberos de la Región de Murcia, se proponen realizar. Cruzar el Océano Atlántico a remo sin ningún tipo de asistencia.