Sábados a las 22.00 horas
Está bien, yo me encargo.
¿Te gustan las armas?
He encontrado al asesino del padre de Jesús.
¡Eh! ¡Eh! ¡Chist!
-"Será mejor que no mencionemos el asunto".
Algún día te recordaré lo que he hecho por ti.
En una semana, tiene usted que presentarse en Villa Cisneros,
el Sáhara.
¿Hasta cuándo va a durar esto, Hugo?
Mientras que me quede aliento.
La Falange de la Sangre contará con jóvenes dispuestos a todo.
Podemos acabar con el régimen.
Para eso, se necesitan armas.
Y hombres dispuestos a usarlas.
De la Torre se me resiste.
Es codicioso, pero no es tonto.
Voy a exprimirle
hasta que no le quede una sola peseta.
Luego desapareceré...
y tú me vas a ayudar.
Le presento a mi amigo Íñigo Ugarte.
Señor, es un placer conocerle. -Encantado.
Así que este es el precontrato de Ugarte con los alemanes.
Prometedor.
Tenemos un buen negocio a la vista que no deberíamos dejar pasar.
Ese no es mi mundo.
Nunca voy a formar parte de él.
Tengo el placer de anunciar
que acepto el compromiso de mi hija Beatriz
con mi socio, el señor Caneda.
Estás utilizando a mi hija para tus negocios.
La estoy entregando al hombre que le conviene a ella...
y a nosotros también.
Tengo a Ugarte al límite de su paciencia.
Necesito dinero para la compra de la fábrica de armas
y Leocadia se opone a la venta de la finca.
El banco de Mercedes nos prestará el dinero para comprar la fábrica,
pero debemos usar la finca como aval.
Voy a dejar que hipoteques la finca siempre que retrases esta boda.
Creo que no deberíais precipitaros, tú aún eres muy joven para casarte.
Señores, la fábrica es nuestra.
"Podemos fugarnos, nos casaremos mucho antes de lo previsto".
La señorita Beatriz no está en su cuarto.
Deberías llamar al banco.
¡Mmm!
Así no, así no.
Tranquila.
¡Ah!
(B.S.O de la serie)
(Llanto de bebé)
¡Por favor!
Déjeme verlo por última vez.
(Pasos)
(EMOCIONADA) Es precioso.
Ya ha pasado todo, hija mía.
¿Sabéis por qué la CEDA ganó las elecciones?
Porque unió a las derechas
y mientras, nosotros, los trabajadores,
solamente pensamos en lo que nos separa.
A que la CNT tiene que formar parte de las Alianzas Obreras.
Hay que constituir un frente único contra la derecha.
Eso dice Moscú
y para una cosa que dice bien,
te empeñas tú en llevarles la contraria.
Mira Alemania,
mira Italia
y yo aquí cada vez veo más camisas azules.
Estamos a un paso de la España fascista,
¿es eso lo que quieres?
-No, claro que no, antes muerto, pero tampoco quiero...
No me fío de los comunistas.
A veces no hay que luchar por lo que se quiere.
Ya veo, así que os estáis metiendo todas esas palabras
con la tripa vacía.
No, no, las comidas las quiero dar yo.
En este local, para la gente que pasa hambre.
Yo sé cómo llenar la despensa
y cómo conseguir vajilla, no es la primera vez que lo hago.
¿De parte de quién vienes?
¿Estás sindicada?
El único carné que tengo es el de llevar coches.
¿Vais a pedírselo también a la gente que venga a comer?
Porque entonces prefiero montar el comedor en otra parte.
Nadie te ha pedido el favor.
Empezaré mañana.
¿Qué es, sábado?
Buenos días, señor. -Buenos días, Alfonso.
A ver qué encontramos.
Anoche seguí al camarero del alemán como me pidió.
¿Y?
Le vi vender dos pistolas a un tipo.
¿Cómo era?
Era un rojo, señor.
Le seguí para estar seguro
y le vi entrar en una casa del pueblo.
¡Maldito!
A lo mejor, el único que trafica es él.
Hoy día, en Madrid, el que no busca un arma, la vende.
Paco es la voz de su amo.
Sé distinguir a un oficial de un soldado
cuando lo tengo delante.
No venden armas por dinero.
Saben que nosotros pagaríamos mejor que nadie.
Y nunca nos las han ofrecido.
Son marxistas.
No vamos a levantar la liebre.
Esperaremos a que tengan algo importante entre manos.
¡Aquí!
Mitin de la UGT en la calle Toledo.
Mire.
Ajá.
¡Alfonso!
¿Cómo te encuentras?
Muy bien, señor, gracias.
¿Qué tal está su hija? ¿Sigue en París?
Sí, pronto volverá.
Cuando la escriba,
le diré que su salvador se ha interesado por ella.
-Bien. ¿Nos disculpas, Agustín? Tenemos cosas que hacer.
Esto es una república de...
(HABLAN TODOS A LA VEZ)
-Claro.
Contra el gobierno de Lerroux,
vendido a las fuerzas filofascistas.
Luchemos por recuperar las conquistas
que la derecha nos está volviendo a arrebatar.
Esto es una República de trabajadores.
Sé que no teníais permiso de Gobernación
para dar este mitin
y también sé que ellos son muy poco severos
a la hora de castigar estos abusos.
¿Cómo vais a aprender lo que está bien y lo que está mal
si nadie os para los pies?
Tengan la bondad de salir.
-¡Falangistas de mierda!
(Ambiente de pelea)
Se casa la hija del marqués de Valderas
y no nos han invitado.
Madrid nos está dejando de lado.
Nos evitan por nuestra mala suerte.
No quieren contagiarse.
¿Tanto?
Nuestro apellido asociado a un aceite de saldo.
No voy a dejar que me echéis a un lado como a un viejo inútil.
Lo que queréis tu madre y tú es manejarlo todo,
mangonearme.
Dale un beso de mi parte.
(Campanadas)
(Canto de gallo)
Ahí tienes la corbata que me pediste.
A ver.
¿Pasa algo?
Yo tampoco.
He arriesgado la vida por cosas que me importan mucho menos.
Lo prometo.
Gracias.
Gracias, Jesús.
(Música melancólica)
(Puerta abriéndose)
(Música festiva)
Es el uniforme, hace que todo parezca más elegante.
¿Todos?
Así que vamos a pasarnos la vida entera bailando.
¡Ay!
No sé si estoy mareado de bailar tanto
o de haber brindado seis veces.
¡Eh!
Un respeto, que soy tu marido.
¿Y cómo te suena?
¿Cómo te suena?
¿Sí?
¡Oh!
Que se fastidien,
que yo te llevo echando de menos todo el día.
Deberíamos meterlas debajo del escenario.
La Policía conoce ese escondite mejor que tú y que yo.
Trae esas mantas y el colchón.
No me acuesto yo en esta cama ni con Greta Garbo.
Da gracias,
solo estamos guardando parte del cargamento.
¿Hay mucho más?
Veinte veces lo que ves aquí.
El partido no podía arriesgarse
a que un registro tire abajo toda la operación,
lo ha repartido por todo Madrid.
A mí el partido...
me parece muy bien, Amparo,
pero cuanto antes nos quitemos esto de encima, mucho mejor.
Las mandaremos al norte en unos días.
Si no estalla Cataluña, estallará Asturias,
pero las enviaremos antes, no van a levantarse sin un arma en la mano.
Claro, claro.
(Pasos)
Nuestra acción de hoy contra los rojos...
ha llegado a oídos de José Antonio.
El cojo parece contento.
A partir de ahora, camaradas,
seré el nuevo instructor de la primera línea.
(TODOS) ¡Viva la Falange de la Sangre!
(HUGO) Querían hechos, los han tenido.
Los que se queden en palabras pueden ir dando por perdida España.
O pacifismo...
o victoria.
Voy a invitaros a unas copas.
Acompáñame a por la bebida.
Sí, señor.
Gracias.
Dos botellas de bourbon.
Eres un buen elemento.
Lo sé desde hace tiempo,
pero hoy, en caliente, he visto que también te desenvuelves bien.
Tenía que vigilar la entrada, tampoco he podido participar mucho.
A partir de ahora, voy a tener más responsabilidades
y necesito a alguien a mi lado.
Vas a ser tú.
Lo tenías ganado de antemano.
Ninguno de ellos ha salvado a Beatriz.
Tómatelo como una recompensa,
pero también como un reto.
Claro.
Gracias, señor.
Anda, ve con los chicos.
Hacía mucho que no te veíamos por aquí.
No tengo mucho tiempo para divertirme.
Parecéis cansados.
Sedientos.
-Claro.
Os traeré champán...
y les diré a las chicas que se pasen por aquí.
Tenéis pinta de haber ganado una batalla
y querer celebrarlo como reyes.
Ha dicho la señora que preparemos la habitación de Beatriz.
Viene esta tarde.
Hay que comprar flores para ponérselas en la mesilla.
Sí, bueno, a ver cómo vuelve.
Pues hablando francés seguro. -Y dale.
Ludi, pero ¿no te das cuenta que eso de las clases en París
es una milonga que nos han contado?
¿Tú te crees que si mandas a una hija a estudiar fuera
lo haces de un día para otro?
Mucha postal de Francia no ha llegado.
Hombre, y cada vez que les preguntan por la niña
se les pone cara de velatorio.
Te digo yo que aquí ha habido un disgusto.
Para mí que León se fue con otra.
Hombre, que se fue es lo único de lo que estamos seguras.
Ahora, para mí,
que a Beatriz no la dejó sola.
¿Qué quieres decir?
Pues, hija, que eches cuentas. Ven.
Mira.
Antes de servir aquí,
trabajé en casa de unos marqueses, muy estirados ellos,
y vamos, estos eran de misa diaria,
pues tenían una hija que era un poquito más mayor que Beatriz,
Gloria se llamaba, más maja que era,
pues de buenas a primeras,
la mandaron a Inglaterra a aprender el idioma.
¿Y?
Pues qué casualidad que el cursillo de esta dura también nueve meses.
Volvió que no sabía ni pizca de inglés
y con toda la tripa cosida.
¿Qué dices?
(Llaman a la puerta)
Cariño, ¿no te han avisado de que veníamos a recogerte?
Algo me dijo la hermana.
Me he debido distraer leyendo.
Si no hablo de eso, me recuperaré mejor.
Eso también lo dice.
Bueno, puede que tenga razón.
Otra vez, cielo.
Todos juntos, como antes.
Que no hable de lo que ha pasado no significa que lo haya olvidado.
No puedo ver a papá.
Ya me cuesta miraros a vosotros a los ojos.
Está triste porque se avergüenza de mí.
No digas eso.
Eres nuestra hija
y aún te queremos más después de este calvario.
Llevo nueve meses aquí.
Soy una apestada.
Antes o después, tendrás que volver a casa.
Sor Teresa dice que puedo quedarme aquí.
-¿Qué quieres decir?
Que quizá la orden sea mi sitio.
Para entregársela a Dios
y que mi pecado sea perdonado.
Llevaos los bombones.
(Bullicio)
Corta el pan y repártelo en las mesas.
Me sobra el tiempo
y yo no lo pierdo hablando de cómo cambiar el mundo.
-Ya se me podía haber ocurrido a mí antes.
Mira la falta que hacía.
Hay pocos imposibles,
solo hay que decidirse.
Llevo en pie desde las seis de la mañana.
Poner en marcha el comedor ha sido agotador.
Claro, mujer, que te mereces una alegría.
Mira, mientras nos sea con ese de ahí,
que es cosa mía...
Venga, no seas mojigata.
Está bien,
pero solo si te lavas las manos antes de seguir cortando pan.
María del Pilar, sobra un comensal.
Beatriz tiene gripe y se quedará unos días más en París.
-Sí, señora.
Quiero pensar que es la tristeza de después del parto.
Pasa a veces...
y más si no hay bebé que la compense.
Ya no podemos asegurar eso.
Ya no.
¿La solución para quien no puede pagar
es ponerle más difícil el pago?
No nos podemos permitir que suban los intereses.
(Música ambiental)
Me alegra que hayas venido.
Ayer me quedé con ganas de hablar contigo.
¿Es verdad eso que dicen...
que va a haber levantamientos?
Eso me temo.
Lo que ellos llaman Alianza Obrera en realidad es un ejército rojo.
¿Qué esperaba?
¿Que el nuevo gobierno iba a mantener sus leyes estalinistas?
¿Y qué será de nosotros si la revolución triunfa?
No va a triunfar.
¿Crees que esos desarrapados van a desestabilizar España?
Ya nos encargaremos nosotros de mantener el orden.
Ya, pero los periódicos dicen que se están armando...
y yo no veo que nadie haga nada para evitarlo.
La Guardia Civil ya ha interceptado ametralladoras
y munición que iban camino de Asturias
y nosotros tampoco vamos a quedarnos con los brazos cruzados.
De Madrid...
se espera que salgan varios cargamentos hacia el norte.
Todas las vías de salida están vigiladas.
Todas menos el Escorial y Colmenar.
Hemos dejado esos caminos descuidados aparentemente.
Para que se confíen.
-Ajá.
Y detenerlos cuando no lo esperen.
Por desgracia,
todos nuestros efectivos están movilizados
y solo podemos cubrir una de las rutas.
Todos los soplos apuntan al Escorial.
Ahí les esperaremos.
El Escorial.
¿Quieres sacar las armas por el camino que van a vigilar?
Ya no sé si lo que me dice es la verdad o no.
Está claro que desconfía de mí.
Para desconfiar de ti, últimamente viene mucho por aquí.
Yo le trato como a mi mejor cliente.
Sospechamos el uno del otro, eso nos obliga a ser educados.
¿Y no sería más fácil desviar el cargamento?
Meterlo por otra provincia.
Si están esperando y ven un convoy sospechoso, tirarán a matar,
pero no será a nosotros a quienes disparen.
Renovación Española y Falange Española de las JONS
buscan con este pacto
recuperar las dos capacidades más elevadas
que el marxismo ha arrebatado al hombre,
el patriotismo
y la religión.
Con este fin,
Renovación Española desea el mayor incremento posible
de las milicias de combate falangista
que con sus acciones levantarán la tónica espiritual del país.
Las milicias suplirán la función combativa
abandonada de manera vergonzosa por el Estado republicano.
Habría que dejar claro que nuestras acciones
serían una respuesta a la provocación izquierdista.
Sí, bien.
Hay que añadir una cláusula sobre vuestras obligaciones.
Está en el texto.
Respetaremos la figura del rey.
Y el compromiso de que la mitad del dinero que os entreguemos
se destine a las milicias.
Agustín,
te das cuenta de que estamos pactando
la salvación de España, ¿verdad?
(Llaman a la puerta)
Hugo.
¿Seríais tan amables de dejarme a solas con mi marido?
Será solo un momento.
Faltaría más.
No era una reunión cualquiera.
Lo siento, pero vengo del notario
y quería contártelo yo misma antes de que te enteraras por Fernando.
Agustín, he vendido el olivar.
Pero ¿qué estás diciendo?
¿Sin consultármelo?
Sabes que estaba a mi nombre. -Da igual.
Estoy harto de que en esta casa solo me lleguen hechos consumados.
Hay prisa, tenemos que cubrir la deuda del banco
si no queremos que se disparen los intereses.
Perder el olivar para poner un parche...
¿Crees que a mí no me duele?
Pero Mercedes está ahí,
esperando como un buitre para embargarnos las tierras.
Algo tenía que hacer.
A ti parece que te da igual todo lo que pase en esta casa,
que perdamos las tierras,
Beatriz...
¿Qué tiene que ver ella?
Quiere encerrarse en ese sanatorio para siempre,
coger los hábitos.
Se echa la culpa de todo.
Quizás si te hubieras dignado a visitarla algún día,
tendría claro que no la juzgas por lo que pasó.
Sabes que pienso en mi hija día y noche.
Tenerla presente no basta.
Estar presente es mucho mejor.
# Tengo un hormigueo, no sé lo que será,
# que cuando veo un buen mozo..., #
# ...no me deja de picar. # -Mejor algo más fuerte.
# Me pica de madrugada,
# pero por más que me rasco,
# no me deja de picar.
# Rasque usted, ay, señor,
# hágalo con suavidad.
# Rasque usted con amor,
# líbreme de este ardor. #
Ya te dije que no usaba carnés.
Tú no eres del sindicato.
# No me deja de picar.
# Rasque usted, ay, señor,
# hágalo con suavidad.
# Rasque usted con amor,
# líbreme de este ardor. #
No, tranquilo,
en el barrio donde vivía de pequeña había más burdeles que panaderías.
¿Para ir?
En Barcelona.
¿Tú no me habías traído aquí para que me relajara?
Pues con tanta pregunta, me estás poniendo nerviosa.
(RÍEN)
Ya, con salir adelante, ya veo a lo que te refieres.
Amparo, de verdad, ¿quieres hacerle eso a este pobre chico?
Jesús, ¿tienes un momento?
Quiero que las lleves a Asturias.
¿Dónde has oído eso, en tu ateneo?
¿No ves que eso es lo que quieren?
Que creamos que tienen todo bajo control
para que paralicemos los envíos.
Es solo propaganda del Gobierno para impedir la revolución.
Lo dices como si eso fuese un problema.
Jesús,
yo pertenezco al Partido Comunista
y tú deberías afiliarte.
El tonteo con el anarquismo no te va a servir de nada, es una utopía.
¿Sabes qué es eso?
Una fantasía, nada más.
Y mientras tanto, el enemigo avanza.
La derecha se ha hecho con el poder
y está a punto de reventar la República desde dentro.
El anarquismo no sé, pero el comunismo sí.
Por supuesto.
No dejamos...
que los saboteadores se instalen...
en el sistema.
Si no, estamos condenados a que esto se repita.
Que la izquierda construya
para que sus enemigos regresen y tiren todo por tierra.
Tú has sufrido muchas injusticias, ¿verdad?
Tienes mil razones para unirte a la revolución.
¿Acaso crees que yo no me arriesgo?
He hecho muchas cosas por ti desde que nos conocemos.
¿No crees que me debes una?
No.
Son buenos alumnos.
¿Estrategia militar?
Ni que te hiciera falta.
Tú ya consigues de mí todo lo que quieres.
Es una circular,
viene de arriba,
por si los disturbios van a más,
me han obligado a leerlo en la clase.
Tampoco sé mucho.
Los nuevos mandos no me ven de confianza.
Yo tampoco a ellos, la verdad.
Lo único cierto es que el norte es un polvorín, así que...
es una suerte que yo esté donde estoy.
¿Dónde quieres ir?
¡Oh!
Puestos a soñar despiertos,
yo casi prefiero Nueva York.
¿No te dan ganas de ir cuando lo ves en las películas?
(Llaman a la puerta)
¿Coronel Fernando Alcázar?
Soy yo.
¿Pasa algo?
Es requerido oficialmente
para la defensa de la región asturiana.
¿Quién lo ordena?
El general Francisco Franco, él está al mando de la operación.
Ha cursado la orden el coronel Hugo de Viana.
Debería dormir ya,
tengo que levantarme a las 5.
(SUSPIRA)
¿Crees que a mí me gusta dejarte sola con el país así de revuelto?
Me pongo enfermo solo de pensarlo.
Alejandra, te has casado con un coronel.
Sabías que esto iba a pasar tarde o temprano.
Algún día se cansará de odiarme.
Te quiero.
"¡Camaradas!".
¡Compañeros!
¡Ha llegado nuestro octubre!
¡La amenaza fascista era el aguijón que necesitábamos
para proclamar la nueva realidad,
para proclamar la República Socialista Asturiana!
-¡Viva! -¡Bien!
-¡Hemos visto cómo estos meses
los oligarcas se servían del poder para echar atarás
todo avance progresista,
la reforma agraria,
el bienestar obrero,
el derecho a un país laico,
incluso se han permitido amnistiar a Sanjurjo!
(Abucheos)
¡El enemigo del pueblo!
-¡Sí!
La República está amenazada de muerte.
¿Qué será lo siguiente?
¡Yo os lo digo,
lo siguiente seremos nosotros!
(TODOS) ¡No!
¿Y quieren que esperemos a ganar nuestro derecho en las urnas?
¡Y nuestro derecho, compañeros, nació con nosotros
y es la libertad!
¡Defendámoslo!
¡A las armas! -¡A las armas!
(Vítores)
Pido la palabra.
Sigue queriendo quedare allí.
Yo ya no sé qué decirle.
Por favor.
Fernando estará contentísimo.
Después de tanto trabajo...
(Puerta)
Ay, hijo, felicidades.
Ya era hora de que esta familia se llevara una alegría.
¿Pasa algo?
La decisión de Lerroux no ha caído muy bien en la izquierda.
Será solo un rumor.
He escuchado al compañero y le doy la razón en muchas cosas,
yo también tengo miedo de los fascistas.
¡También me duele ver cómo las reformas
por las que tanto hemos luchado se liquidan de un día para otro!
Sé que la República está en peligro
y haré todo lo que esté en mi mano para protegerla.
¡Bien!
Pero ¡no por la fuerza!
No podemos volver al poder como golpistas.
¡Pues bien que ellos lo intentaron! -Efectivamente.
Pero yo no quiero ser como los fascistas,
aunque sea por una buena causa.
¿Qué pasará si esto fracasa?
¿Lo habéis pensado?
Se endurecerán las leyes,
la represión será terrible, compañeros.
La República la salvaremos en las urnas,
no mediante la violencia.
¿Y quién quiere elecciones cuando podemos tener revolución?
-¡Así se habla! -¡Sí!
-¡Revolución!
Armas.
-Vamos.
-Vamos.
Claro, sí, ¿cómo está tu hermana?
Sí, somos viejos amigos.
Así que tú eres el famoso Jesús Prado,
que trajo un cargamento él solo desde Madrid.
Todos hablan de ti.
Espero que no te arrepientas de haberlo hecho.
Desde que volví de Madrid, todo ha ido de mal en peor.
Esto no es una revolución, esto es un error que vamos a pagar muy caro.
Mira.
Han caído esta noche desde un avión.
Nos las enseñan para que no decaiga el ánimo.
Han enviado al Ejército contra nosotros.
Quedarme.
Alguien tendrá que poner algo de cordura en todo esto,
aunque no quieran escucharme.
¡Los camaradas están tomando el Banco de España en Oviedo!
¡Necesitan refuerzos!
¡Fuerza y revolución!
(TODOS) ¡Sí!
-¡Viva la revolución! -¡Vamos!
-¡Vamos!
-¡Vamos!
-Cargad las armas.
-Las armas.
(Timbre)
Buenas tardes, pase.
Enseguida le aviso, señorita.
Perdón.
Disculpen.
El señor de Viana dice no estar para recibir a nadie.
Dicen que estamos aquí para defender la República,
pero, sobre todo, estamos aquí para defender España.
Asturias ha sido tomada por los enemigos de la patria,
marxistas e independentistas
que al fin han mostrado su verdadera cara.
Están sedientos de sangre
y no les busquéis valores cristianos.
Acuchillan a vuestros párrocos,
violan a vuestras mujeres.
Cuantos menos queden en pie,
mejor.
¿Qué pasa?
En Asturias, se ha declarado el estado de guerra...
y no voy a desatender mi responsabilidad militar
por hacerte un favor.
¿Y?
Fernando, ya está bien.
Los han arrestado en el banco.
Estaban sacando dinero para huir de Oviedo.
Deberían dejarles marchar.
¿Qué falta le hace a la revolución que estén aquí atados?
Ese Franco nos envía a los regulares
porque son crueles sin necesidad de que se lo ordenen.
¡Hijo de puta!
¡Cabrón! ¡Te voy a matar! -Pero ¿qué haces?
-¡Hijo de puta! -¿Se puede saber qué te ha hecho?
Camarada, déjala, acaba de ver morir a su padre y a su hermano,
déjala que se desahogue.
(LLORA)
¿Se guardaba información?
Son objetos personales.
Solo quería saber algo más de él antes de enterrarle.
Fernando Alcázar.
¡Jesús!
Este pobre soldado tenía permiso para volver a casa.
Alcázar firmó la orden, está en Asturias.
Fernández, Emilio, soldado raso, baja.
Rodríguez, Carlos, alférez, baja.
-Mi coronel.
Disculpe.
Un hombre desarmado insiste en verle,
dice llamarse Jesús Prado.
Que pase.
Volveré a llamar.
Pero ¿qué demonios haces tú aquí?
Me destinaron, no me quedó otra.
¿Has hablado con tu hermana?
Jesús, mi deber es estar aquí.
Si me dan una orden, la cumplo.
¿Estás con ellos?
Jesús, las armas que tengáis, nosotros las tenemos 100 veces.
No tienes ni idea de la represión que se está organizando,
os quedan horas.
Que no solamente vamos contra vosotros,
Jesús, están cayendo muchos inocentes,
familias enteras que no tienen nada que ver con esto.
Yo no puedo decidir mi destino, Jesús,
mucho menos el de otros.
-Coronel, han llegado más hombres desde Marruecos.
-Ahora me encargo.
Escolte a este civil hasta la salida del campamento.
A sus órdenes.
Cuídese.
En Madrid, toda callada era una huelga y a medio gas,
pero Asturias resiste, hay 30 000 obreros con armas.
Si la revolución triunfase, el contagio sería inevitable.
Franco tiene fama de contundente. -Y lo es.
No podemos permitir
que una situación así se nos vaya de las manos.
Sentaría un precedente terrible.
Hay que aplastarles sin piedad.
No es solo la revolución,
es la matanza de lo más sagrado,
es como una inquisición, pero marxista.
¿Están quemando conventos, como en el 31?
Mucho peor, entonces solo hubo incendios,
ahora también matan a los religiosos.
Dicen que en Mieres echaron a los novicios al río
después de pegarles un tiro en la frente.
-En Valencia, en Cataluña también ha pasado
y aquí es solo cuestión de tiempo que los anticlericales se animen.
Disculpadme.
¿A qué tanta prisa?
Poco a poco, estamos esperando a que llegue más munición.
Será tu cuñado, pero, ante todo, es militar, un represor.
Conozco a ese hombre.
Un poco de respeto, por favor,
estamos hablando de un héroe de Jaca.
Jesús tiene razón.
Si está muriendo civiles por nuestra culpa, hay que salir a su encuentro.
Si estamos luchando por el pueblo,
lo primero será proteger sus vidas, ¿no?
(Pasos)
Don Agustín, ¿va todo bien?
Beatriz está en peligro.
¿Pasa algo en París?
No está en París, está en un sanatorio cerca de Aranjuez.
Mi hija sufrió una enfermedad nerviosa,
por eso la encontraste así.
¿Te imaginas lo que diría la gente si se enterara?
Yo habría hecho lo mismo, señor,
pero discúlpeme, no entiendo...
El sanatorio lo llevan carmelitas.
Quiero sacarla de allí ahora mismo.
Es muy probable que los atentados contra los religiosos
se extiendan a Madrid.
Siento haber contado... -Has hecho bien.
Me hacía falta sentir miedo.
No he sabido cuidar de ella,
pero no pienso cometer el mismo error.
Deje que le acompañe.
Son gente de bien, empresarios, sus señoras y algún religioso.
Ya han matado a sus conocidos y están asustados.
Dicen que Dios les protegerá aquí.
Les protegerá mucho más una escolta.
Reúne a varios hombres y apóstalos en las entradas.
Coronel.
-Hola.
¿Cómo estás?
¿Y tú?
Ya era hora.
No me he dado prisa precisamente.
Ha sido hace un mes.
¿La conozco?
Alejandra Prado.
Espero que tengáis una vida estupenda juntos.
¿Cómo es la tuya aquí?
Mi hijo es mi única ilusión.
¿Dónde está?
Le mandé con sus abuelos en cuanto estalló todo.
Está fuera de Asturias, a salvo.
Aparte de él, no hay mucho más que contar.
Llevo la vida de una vieja solterona.
Me temo que los buenos momentos ya han pasado.
Qué tontería, Isabel,
eres muy joven.
Los jóvenes no miran tanto al pasado como lo hago yo, Fernando.
Me arrepiento de demasiadas cosas,
sobre todo, de las que no hice.
Hay algo que nunca te dije
y me alegro de que estés aquí para escucharlo.
Isabel, no... -Fernando,
nunca he querido a nadie como te he querido a ti.
Lo que habría dado por escuchar esas palabras hace tiempo.
Sé que ahora no sirven de nada,
pero al menos no viviré con el dolor de habérmelas guardado.
Lo que tú has sido siempre para mí, Isabel,
lo sabes muy bien.
¿Tú crees que Dios perdonará a los casados
por decirse estas cosas en un lugar sagrado?
Yo creo que le gustará saber que alguien habla de amor
a pesar de todo.
(SUSPIRA)
Debo... debo seguir la ruta.
Me pasaré luego para ver cómo estás.
No lo olvides.
¿Dónde está Beatriz de la Torre?
¡Beatriz!
Cariño, soy yo.
-¿Papá?
He venido a buscarte.
Aquí no estás segura.
No voy a permitir que te hagan daño.
Nunca me perdonaré haberte dejado en manos de esa bestia.
Eres lo que más quiero en este mundo
y lo daría todo por evitarte el sufrimiento, daría mi vida.
Siempre tendré que vivir con esta culpa,
pero haré todo lo posible para que seas feliz.
Sé que lamentándome no te he ayudado en nada.
Dicen que estoy en pecado.
¡No! No, no, no.
Él pecó...
y yo por no haberlo impedido.
Pensé que... pensé que me echabas la culpa de todo.
No, cariño, lo siento.
Perdóname.
¿Por qué no has venido a verme?
Me daba vergüenza mirarte a los ojos.
Quiero que vuelvas a casa,
que recuperes tu vida.
Don Agustín, tenemos que irnos.
¿Es quien me encontró? -Sí.
Le debemos mucho,
los dos.
Recoge tus cosas.
(Pasos)
(Disparos)
¡Vamos, vamos, vamos!
Estos están bien muertos.
¿Y los demás?
(Disparos)
¿Oyes algo?
(Disparo)
¡Vamos, vamos!
¡Somos nosotros!
(FERNANDO) Se han encontrado con un grupo de civiles.
Habrá que esperar.
Traiga.
Voy a llevarles a una granja a las afueras, necesitamos escolta.
No podemos perder ni un solo hombre.
La mejor manera de defenderlos es atacar,
iremos cuando esto termine.
¿Y hasta entonces?
Carguen los morteros.
Con el debido respeto, mi general,
habrá visto que el objetivo no es distinguible de los vecinos.
Se escudan en ellos para protegerse de nosotros, los muy cobardes.
Disculpe, pero veo más probable que no sepan que estamos aquí.
¿No ve que podemos acabar con ellos de un plumazo?
¿A costa de cuántas vidas inocentes?
Apunten al objetivo.
¡No! No disparen.
Hay mujeres y niños, ¡no disparen!
¿Se atreve a cuestionar mis órdenes?
Si así evito una carnicería, sí.
(Disparo)
(Disparo)
-¡Fuego!
¡No! ¡No, no, no!
¡A cubierto! -¡A cubierto!
-¡Corred!
(Disparos)
(Disparo)
(Disparo)
(Disparos)
(Disparo)
(Disparos)
-¡A la iglesia!
¡A la iglesia!
¡Vamos!
(Disparos)
(Disparo)
(Disparos)
(Disparos)
¡Vamos, vamos!
(Disparos)
¡Vamos!
¡Reza ahora, hijo de puta!
(GRITAN)
(Gritos)
(Disparos)
(Disparos)
¿Dónde puede haber ido?
Lleva casi seis horas fuera.
Hugo, ¿sabes si Agustín tenía algún asunto pendiente?
No.
Fue como te lo he contado,
como si de repente recordase algo con urgencia.
Estábamos charlando y se fue.
De Asturias, cómo no.
De la quema de conventos de los malditos rojos.
¡Beatriz!
Siento no haberos avisado, pero tenía prisa.
(Música melancólica)
De haber obedecido a tiempo la orden del general,
esos rojos no se habrían metido aquí.
Esto es lo que ocurre cuando se perdona.
(LLORA)
¡No! ¡No!
¡No! -Tengo orden de detenerle.
¡No! ¡No! ¡Soltadme!
¡Soltadme!
¡Soltadme!
¡No! ¡No! ¡No!
¡No!
¡No!
¡Soltadme!
¡Soltadme!
¡No!
¡Soltadme!
"¡Soltadme! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No!".
"¡Soltadme, por favor!".
Está con la familia de Isabel.
No sabe nada.
La queríamos mucho.
Para Beatriz, va a ser terrible cuando se entere mañana.
Puedes contar con nosotros para lo que sea.
¿Hay algo que podamos hacer?
¿Sabes los nombres de las bestias que la mataron?
Los asesinos ya están muertos...
y el que desobedeció la orden pronto lo estará también.
Juro por mi honor...
que Fernando Alcázar va a pagarlo con su vida.
(RADIO) "Nuevos enfrentamientos en el frente asturiano
han dejado una cifra de 84 víctimas,
aunque la cifra es provisional".
"Confiemos en la eficiente actuación de nuestro Ejército
para que una situación semejante
no vuelva a producirse en nuestro país".
(Llaman a la puerta)
La familia De la Torre trata de recuperarse de la terrible traición sufrida a manos de León, quien se llevó consigo la mitad del patrimonio familiar y toda la inocencia de Beatriz. La joven, avergonzada por ocurrido, tomará una decisión radical que afectará a todos a su alrededor.
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