Vidas contadas   Cecco Angliolieri 03/07/2014 03:55

Los sonetos de este  poeta resentido son tan ácidos como su propia personalidad. Solo tres cosas apasionaron a este hombre: las mujeres, las tabernas y los dados. En la batalla de Capaldino luchó en el mismo bando que Dante y codo con codo, entre mosquetazo y sablazo en las calmas chichas intercambiaban sonetos. Cecco injuriaba el universo, maldecía el mundo sin parar barras ante nada. Celebró  la muerte de su padre y  tampoco su madre se libró de sus mandobles de descastado. Sus contemporáneos pensaban que estaba poseído por los demonios.

 

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