Casas que son cárceles

Hace diez años se aprobó una ley para adaptar todos los edificios y hacerlos más accesibles pero la realidad es que más de cien mil personas con movilidad reducida no pueden salir de sus casas. Sólo un dos por ciento de los inmuebles construídos después de 2011  cumplen todos los requisitos. Falta de ascensores, de rampas de accesibilidad... cientos de problemas que hacen para algunas personas que su hogar sea realmente su carcel. La experiencia vivida durante el confinamiento por el coronavirus nos puede hacer imaginar cómo se sienten los que viven en esa situación todos los días de su vida