No sé por qué pasa, igual hay quien se dedica a que esto sea así, pero lo cierto es que lo nuevo huele a nuevo, parece una perogrullada pero si se piensa bien, no lo es. Es un olor higiénico, industrial, fresco es el olor que acompaña al estreno, pero también es un olor efímero, que se va desvaneciendo con el tiempo, con los días, con el uso, con el desgaste. Hay a quien no le gusta el aroma de lo nuevo y prefiere el olor de lo desgastado, de lo usado, yo no sabría por cual decidirme, cada uno tiene su atractivo.
¿Por qué huelen a nuevo las cosas? Y no solo las cosas, los días huelen a nuevo por la mañana o a principio del año cuando los meses están a estrenar.
Aquí en la radio, donde se fabrican éstas crónicas, tenemos la sensación de estrenar constantemente, porque las conversaciones, los programas, las reflexiones, la música está constantemente naciendo y muriendo.
