Esto es ingeniería   Separación y transmutación de residuos radiactivos 15/09/2020 05:49

Uno de los problemas más serios de la energía nuclear es la generación de residuos radiactivos de alta actividad y larga duración a partir del combustible del reactor. Éste está compuesto por un 3 o 4 por ciento de Uranio 235, que es el que se va a desintegrar para dar lugar a calor y otros isótopos más ligeros que son altamente radiactivos: los actínidos minoritarios (neptunio, americio y curio) y algunos productos de fisión de vida larga como el tecnecio, yodo, cesio y circonio.
Como explica Antonio Colino, antiguo repsonsable de ENRESA y presidente de la Real Academia de Ingeniería, actualmente disponemos de dos grandes métodos para separar los actínidos del combustible irradiado: las técnicas hidrometalúrgicas y las pirometalúrgicas. Una vez aislados, el objetivo es convertirlos en elementos más estables o, al menos, reducir su vida media radiactiva. Es lo que se conoce como transmutación y el método más empleado es el bombardeo de estos isótopos radiactivos con neutrones.
La transmutación es como la piedra filosofal que buscaban los alquimistas en la Edad Media para convertir el plomo en oro, solo que en pleno siglo XXI, se transforman elementos radiactivos en otros más seguros. Aunque por ahora --advierte Colino-- es un proceso que se encuentra en fase de investigación, es muy caro y asumible solo por empresas estatales o consorcios internacionales. En la industria nuclear se llega a hablar de “reciclaje” y economía circular puesto que se recuperaría la energía que queda en los residuos y se paliaría el problema ambiental que dejaríamos a las generaciones futuras. El desarrollo de reactores nucleares de IV generación podrían consumir los residuos nucleares para producir electricidad a la vez que se reducen los residuos y su grado de radiactividad.

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