Ciencia de datos

En plena era de la información generamos una ingente cantidad de datos con los distintos dispositivos que manejamos. Datos de los que se puede extraer una información sobre nuestro estilo de vida, preferencias, hábitos de compra, contactos, solvencia económica e incluso nuestras inclinaciones políticas. Como explica Francisco Herrera, catedrático del departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Granada y miembro de la Real Academia de la Ingeniería, para extraer información de valor de ese rastro digital se necesita un conjunto de herramientas que utiliza métodos, procesos, algoritmos y sistemas científicos. Es la Ciencia de datos.
El nacimiento de esta disciplina es relativamente reciente. El término fue acuñado en 1974 por el danés Peter Naur aunque como recuerda Francisco Herra, hubo que esperar al siglo XXI para el desarrollo de la era digital gracias a un hardware específico, algoritmos más robustos y potentes, almacenamiento masivo de los datos y técnicas de Inteligencia Artificial.
Y hablamos de todo tipo de datos: biométricos, registros de facturación, telecomunicaciones, redes sociales, correos electrónicos, uso de tarjetas de crédito, vídeos y un largo etcétera.
Los datos se han convertido en el petróleo del siglo XXI y muchas empresas han comenzado a integrar a analistas y científicos de datos en sus plantillas. Son los alquimistas actuales que transforman en oro nuestra huella digital.