DVORÁK: Rusalka

Pocas veces la historia de la ópera ha tenido un argumento tan humano y a la vez tan fantasioso como el que sirvió a Antonin Dvorak para no sólo situarse en la cima del mundo sinfónico sino también en el teatral. Con un cuento tan manido como el de La Sirenita, hizo verdadera magia para adaptarlo en tres actos y cautivar a la sociedad europea durante tres décadas ininterrumpidas, durante las cuales se llegó a representar en más de medio millar de ocasiones desde su estreno el 31 de marzo de 1901 en el Teatro Nacional de Praga. Se trata, por supuesto, de Rusalka, una ninfa hija del espíritu del lago, que es capaz de ofrecer su voz a cambio de conseguir el amor de un príncipe que no dudará en serle infiel. El final del tercer acto es, sin duda, uno de los más emotivos de todos cuantos se han escrito y el autor sabe muy bien explotar toda una paleta de pinturas musicales plenamente románticas para llegar al corazón de quien lo escucha. Y sobre su origen, la célebre Canción de la luna, por qué suena de manera tan especial, qué referencias toma, qué pensó de su creación el propio Dvorak, su argumento y su música se ha hablado con José Luis Téllez, Lada Valesova, Ramón Gener, Jaroslav Kvapil y Mario Córdova. En las lecturas ha participado Roberto Quirós. La grabación seleccionada ha contado con Renée Fleming en el rol principal, Ben Heppner como el príncipe, Franz Hawlata como el padre de Rusalka, Dolora Zajick en el papel de Jezibaba, todos ellos acompañados por el Coro The Kuhn y la Orquesta Filarmónica Checa, dirigida por Sir Charles Mackerras.