Desde que en septiembre pasado se aprobara en India una legislación que, según el Gobierno, servirá para modernizar la agricultura del país, quienes viven del sector están en pie de guerra. Lo cual quiere decir que, en cierto modo, la mitad del país lo está, porque la población india sigue siendo mayoritariamente rural. Las protestas son continuas y, a veces, terminan de forma trágica.
Frente al argumento gubernamental de que la reforma ayudará económicamente a los campesinos con la eliminación de ciertos impuestos y la posibilidad de vender los productos directamente a las empresas, estos sostienen que les impedirán obtener un precio mínimo garantizado y que las empresas podrán acaparar la producción. Y es que el objetivo del Gobierno de Narendra Modi es también fomentar la inversión privada en la agricultura. Hablamos en el espacio de hoy de lo que algunos han llamado la mayor movilización en la Historia de la Humanidad.
