A hombros de gigantes   Simulador cuántico 02/02/2021 05:50

La computación cuántica aplica las leyes de la mecánica cuántica que prevén que una partícula pueda encontrarse en dos estados distintos al mismo tiempo, lo que se conoce como superposición. Es el clásico ejemplo del gato de Schrödinger, que estaba vivo y muerto al mismo tiempo. Tiene enormes ventajas frente a la computación tradicional como mayor potencia de cálculo, más capacidad de memoria y menor consumo de energía. Pero como advierte Fernando Suárez, presidente del Consejo General de Colegios de Ingeniería en Informática, su construcción está todavía muy lejos porque los cúbits o bits cuánticos son muy inestables y tienen que estar perfectamente aislados para evitar perturbaciones de su entorno. Una alternativa consiste en emplear simuladores cuánticos.

Se trata de programas de software que se ejecutan en equipos clásicos de alto rendimiento y permiten ejecutar probar programas cuánticos en un entorno que predice cómo reaccionarán los cúbits a las diferentes operaciones. Pueden ser analógicos y digitales dependiendo del entorno que se quiera simular. Los digitales son más genéricos, se pueden adaptar a todo tipo de proyectos, mientras que los analógicos están dirigidos a propósitos concretos. También permiten simular la ejecución de algoritmos cuánticos y aprender de estos sistemas para cuando sean una realidad.

Se espera que la computación cuántica pueda resolver problemas que están fuera del alcance de los ordenadores actuales porque requieren una potencia de cálculo actualmente inalcanzable como seguridad informática, estudio de enfermedades, desarrollo de nuevos medicamentos y materiales, en el campo de la economía o de la meteorología, donde se podrán hacer predicciones a medio y largo plazo más ajustadas. Se estima que en la próxima década tendrá un mercado estimado de 90.000 millones de euros y es --como destaca Fernando Suárez-- todo un reto y una oportunidad para España y la UE.

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