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  • Syriza se siente reforzada por el rechazo de la propuesta de los acreedores
  • Berlín se muestra reticente a negociar con Atenas tras el resultado
  • París y Roma piden retomar las conversaciones
  • El BCE debe decidir si mantiene a flote a los bancos griegos
  • Gane el 'sí' o el 'no' en la consulta, el país estará en una situación complicada
  • Los acreedores y las autoridades griegas difieren en lo que está en juego
  • La UE insiste en que se decide la permanencia del país en la eurozona
  • Atenas asegura que se vota sobre la continuidad de la austeridad
  • Las consecuencias de ambos resultados pueden ser múltiples

Muchas incertidumbres rodean la celebración el próximo domingo del referéndum en Grecia, en el que los ciudadanos deben decidir si aceptan o no las últimas exigencias marcadas por sus acreedores para seguir prestando dinero al país. Las dudas comienzan por la propia legitimidad de la consulta -sobre la que se pronuncia este viernes el más alto tribunal del país-, siguen por el resultado que puede esperarse y finalizan por las consecuencias que pueden derivarse si ganan el 'sí' o el 'no'.

Miles de pensionistas hacen cola desde primeras horas ante el millar de sucursales bancarias que abren sus puertas de este miércoles para abonar parte de las pensiones a aquellos jubilados que, al no disponer de tarjetas para utilizar los cajeros automáticos, no han podido sacar efectivo desde que cerraron los bancos el lunes pasado por la imposición del control de capitales, el llamado corralito. Los bancos han abierto sólo para los jubilados y estarán cerrados para el resto del público hasta el próximo martes.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, estaría dispuesto a aceptar el grueso de las exigencias planteadas por los acreedores en su última oferta -publicada el domingo pasado-, que une la propuesta de reformas presentada el viernes con la posibilidad de reestructurar la deuda griega. Así se desprende del contenido de la carta enviada el martes por el líder griego a las instituciones -Comisión Europea, BCE y FMI- y que el Eurogrupo volverá a analizar con detenimiento este miércoles. Así, en la modificación del IVA, se aceptaría la última propuesta de las instituciones con la única condición de mantener el descuento del 30% que se aplica actualmente en las islas. Respecto a las pensiones, convertido en el gran escollo de las negociaciones, Tsipras transige con las exigencias, pero pide que el atraso de la edad de jubilación empiece a elevarse gradualmente a partir del próximo octubre -en lugar de inmediatamente, como pedía la antigua troika- y se complete en 2022 (al principio, Atenas proponía 2025).