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Este lunes queremos contar la historia de Sam, un joven sirio-palestino que nació hace 29 años en Siria, en el campo de refugiados de Yarmuk. Hace 4 meses llegó a Melilla huyendo de la guerra, exhausto física y psicológicamente. En la frontera le denegaron la protección internacional. Ahora continúa en la península a la espera de que admitan o no a trámite su segunda solicitud de asilo. En los próximos días sabrá si por fin ha encontrado en España un lugar seguro para vivir.

Más de 65 millones de personas desplazadas a la fuerza por las guerras, la violencia, persecución y las violaciones de los Derechos Humanos en 2.015. Casi 6 millones más que un año antes. Son cifras del último informe que ACNUR ha hecho públicas coincidiendo con el Día Mundial del Refugiado.

Hoy, con motivo del Día Mundial del Refugiado, organizaciones sociales, sindicatos y partidos políticos han convocado en todo el país movilizaciones para exigir un cambio de rumbo de las políticas europeas de migración y asilo. Naciones Unidas acaba de confirmar que 65,3 millones de personas se han convertido en refugiados en el mundo en el pasado 2015.

Continúa el drama de los refugiados que huyen de sus países de origen por la guerra y se embarcan en largas travesías por el Mediterráneo, que a veces acaban en tragedia. Hacia allí van a zarpar los socorristas de Proactiva Open Arms a bordo de Astral, un barco medicalizado que va a realizar tareas de vigilancia y salvamento frente a las costas de Libia. Hablamos con Laura Lanuza, portavoz de la ONG.

Me acerco a una de las sedes de CEAR, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, para conocer la situación de los refugiados que están llegando a nuestro país y el trabajo que realizan los técnicos a diario, mano a mano, con estas personas que escapan de la muerte.

Hablo con el coordinador, la psicóloga y uno de los técnicos que está en los dispositivos, como les llaman. Son los pisos que tienen para atender a los refugiados cuando llegan en la primera fase. En nuestro país es difícil que el Ministerio conceda el estatus de refugiado a los solicitantes, porque la administración pide muchos requisitos, algunos imposibles de cumplir porque cuando una persona huye desesperadamente de la muerte no tiene tiempo de hacer fotos o de coger papeles y documentos que acrediten su historia. Simplemente echa a correr.

Los técnicos de CEAR llevan años, desde los 70, recibiendo a personas que quieren vivir y por eso salen, muchos con lo puesto. Otros salen antes de la tragedia y tras haber gastado sus ahorros pagando a las mafias que se encuentran por el camino. Como dice Mosab, también refugiado y ahora técnico de CEAR, si pudieran ser atendidos antes de salir, muchos llegarían con dinero suficiente para empezar de cero una nueva vida y no necesitarían ayuda de nadie.

Save the Children denuncia que cerrar las fronteras ha dejado a miles de niños encerrados en estancias policiales en Grecia, porque sólo hay 369 plazas para acogerlos. en España, también, miles de niños invisibles: Muchos se quedan en la calle, aun teniendo pasaporte con su fecha de nacimiento, porque en la prueba médica los clasifican como mayores de edad. Otros se quedan en la calle al cumplir 18 años, sin papeles ni estudios.

Este iraquí, de 28 años, hace dos fue capturado por terroristas del Estado Islámico, que le torturaron durante un mes por ser cristiano, antes de abandonarlo en el desierto. Consiguió salvar la vida pero desde entonces no puede caminar. Mensajeros de la Paz ha mediado para que Karlus pueda llegar a Madrid y ser atendido. Desde el aeropuerto de Barajas ha sido trasladado al hospital Ramón y Cajal, donde será operado para recobrar la movilidad de las piernas.

Naciones Unidas ha pedido que los líderes de Eritrea sean juzgados en la Corte Penal Internacional. Una comisión de investigación les acusa de cometer crímenes contra la humanidad desde el mismo momento en que llegaron al poder, hace 25 años, hasta la actualidad. Una de las más herméticas dictaduras del mundo es, además, uno de los países que más refugiados genera. Analizamos las razones que llevan a decenas de miles de eritreos a intentar cruzar las fronteras cada año.