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El instructor del "juicio del siglo" en Brasil ha acusado al exministro José Dirceu, uno de los hombres más cercanos al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, de haber dirigido una red de sobornos que operó en el Congreso entre 2003 y 2005.

"El conjunto probatorio coloca a José Dirceu en una posición central, de liderazgo en la práctica criminal" que llevó al soborno de diputados y dirigentes de cuatro partidos entre 2003 y 2005, durante el primer mandato de Lula, afirmó el magistrado Joaquim Barbosa, instructor de este caso en el Tribunal Supremo.

Dirceu, considerado en la época el "hombre fuerte" del Gobierno y "mano derecha" de Lula, había sido además coordinador de la campaña que en las elecciones del 2002 llevó al exsindicalista y al Partido de los Trabajadores (PT) por primera vez al poder.

El Supremo Tribunal de Brasil comenzará a juzgar desde hoy a los 38 acusados de un escándalo de corrupción que en 2005 hizo tambalear al entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva y descabezó al gobernante Partido de los Trabajadores (PT). El exdirigente no está procesado pero sí alguno de sus colaboradores más cercanos, como José Dirceu, quien en 2002 coordinó la campaña que llevó a Lula por primera vez al poder y hasta que estallaron los escándalos, hace siete años, fue ministro de la Presidencia.

En esa cumbre hemos sabido que el ex presidente brasileño, Lula da Silva, tiene cáncer de laringe. Lula, de 66 años, va a empezar el tratamiento de quimioterapia y los médicos le han recomendado que deje de fumar.

El presidente de Paraguay ha dado la noticia a los mandatarios iberoamericanos. Precisamente Fernando Lugo fue tratado de cáncer linfático en Brasil hace unos años. Otro presidente latinoamericano que está en tratamiento contra el cáncer es el venezolano Hugo Chávez.

Brasil, la octava economía del mundo, ha comenzado el año con un cambio histórico. Por primera vez, una mujer asume la presidencia del país. Uno de los principales retos de Dilma Rousseff es continuar la senda de su padre político, Lula da Silva, y erradicar la pobreza extrema que padecen 22 millones de personas. Su modelo de gobierno tendrá además otra prioridad: acabar con la economía especulativa. El momento más emotivo de su discurso de investidura fue cuando recordó sus tres años en la cárcel como guerrillera que luchó contra la dictadura brasileña.