Los trastornos del sueño son una bomba de relojería para el organismo humano. Dormir mal de manera continuada incrementa hasta un 20% el riesgo de mortalidad, ya que puede afectar al sistema inmunitario y favorecer la aparición de múltiples dolencias, desde hipertensión arterial, diabetes, obesidad y demencia, hasta infartos o ictus. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Science Signaling demuestra que la falta de sueño tiene también unos efectos importantísimos a nivel metabólico, y es capaz de alterar el funcionamiento de muchas células, como las neuronas, igual que lo hacen las enfermedades neurodegenerativas.
Según los autores del artículo, que desarrollan su trabajo en la Saint Joseph's University de Estados Unidos, los periodos de insomnio alteran el funcionamiento de las células, especialmente de las neuronas, que se caracterizan por una alta actividad metabólica, y desencadenan desequilibrios que afectan a la salud del cuerpo y del cerebro. Estas alteraciones metabólicas serían muy parecidas a las que se observan en enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.