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La historia de este pequeño país costero de África Occidental está estrechamente unida al viaje, al recuerdo de las terribles travesías a las que sometieron las potencias esclavistas –aquí, Portugal– a millones de personas a lo largo de los siglos. Guinea-Bisáu honra su memoria en el museo construido en la ciudad de Cacheu; lo visitamos en compañía de Abduramane Baldé. Un viaje muy distinto, puramente turístico, nos lleva a conocer también la animada capital nacional, Bisáu, donde están las raíces de la cantante Alana Sinkëy, hija del reconocido músico bisauguineano Bidinte. A lo largo del recorrido nuestra anfitriona nos canta una emotiva versión en directo de 'Historias di mar', tema que habla de otro tipo de travesía: la que emprenden quienes no ven más salida que jugarse la vida en la peligrosa apuesta de la emigración. En nuestra aventura, repleta de paradojas, la tristeza convive con el asombro e incluso con la alegría asociada al descubrimiento de lugares paradisíacos y etnográficamente tan interesantes como el archipiélago Bijagós, islas habitadas por una sociedad matriarcal que visitamos con las voces de Tamara Silva, abogada de la Organización Mundial del Turismo, y del músico Caro Djalo, ambos naturales de Guinea-Bisáu. También nos acercamos a la segunda ciudad más poblada, Bafatá, a través de los ojos de Buba Baldé, presidente de la Federación de Asociaciones África Negra en Sabadell y Cataluña.

La secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, Cristina Gallach, desde la capital de Guinea Bissau y en el Día de África, ha explicado que han elegido ese país para celebrar esta fecha como forma de “marcar el interés, la voluntad, las ganas y la determinación de profundizar en la relación con África y con países muy importantes para España en todos los ámbitos”. “Se trata de buscar mecanismos y trabajar en las causas de raíz de la inmigración”, ha sostenido en 24 horas de RNE, donde ha explicado que cada país de la zona atlántica de África tiene “circunstancias diferentes”: “En Guinea Bissau no hay una migración irregular grande, tienen mecanismos interesantes de contención que hay que continuar apoyando”. Para ese apoyo, Gallach ha insistido en la necesidad del “desarrollo socioeconómico inclusivo” que hace que las personas “no tengan la necesidad de salir de su país y, si lo hacen, sea con mecanismos regulados de migración positiva”.

“El ADN de la política africana es el desarrollo socioeconómico”, ha insistido la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, que ha mantenido que la capacidad de influencia de España o la Unión Europea en África es “mucha” porque, ha explicado, el desarrollo que se plantea es inclusivo y potencia la transformación de los recursos naturales, la sostenibilidad medioambiental y humana. “El desarrollo que propugnan otros países como China es más extractivo y eso lo percibe la población local”, ha comentado.

Tras lo ocurrido en Ceuta, Gallach ha enviado un mensaje de “voluntad” para “recuperar una relación muy positiva para Marruecos y para España en todos los ámbitos”. También ha subrayado que la cooperación técnica ha seguido funcionando y ha confiado en que la relación diplomática, humana y política “se recuperará”: “No concibo una política exterior de España alejada de Marruecos”.

Este martes se celebra el Día de África y desde Naciones Unidas vuelven a hacer un llamamiento a los países desarrollados para emprender políticas de cooperación y solidaridad con el continente. Ese es, de hecho, uno de los objetivos del viaje de la secretaria de Estado de Exteriores, Cristina Gallach, a Guinea Bissau. España prepara la llegada de cinco guardias civiles para que formen y ayuden a las fuerzas de seguridad del país en el control de las fronteras. Además, el Gobierno ha firmado unacuerdo para canjear parte de la deuda a cambio de que Guinea Bissau destine ese dinero a dar comida a los colegios.

Informa María Gámez

España trata de impulsar ayuda a los países de origen como una de las partes fundamentales en la lucha contra la inmigración ilegal. Nuestra compañera María Gámez se encuentra en uno de los centros de tránsito de la Organización Internacional para las Migraciones en Guinea, uno de los países de destino y tránsito para muchos migrantes procedentes de África Central y Occidental. Allí se encuentran muchos jóvenes que no han podido conseguir su sueño: viajar a Europa o a América. Muchos llegan a pagar grandes cantidades de dinero por un viaje que no concluye. Les asesoran, les informan, les dan comida y les ayudan a comenzar de nuevo.

Tienen 7, 8, 9, 10 años, también hay bebés y adolescentes... pero, sobre todo, historias compartidas, muy similares. Entramos en Casa Emanuel, un orfanato de Guinea-Bisáu puesto en marcha por una odontóloga costarricense, Isabel Johanning, que visitó por primera vez el país hace 24 años, como voluntaria, y que terminó levantando en él tres casas de acogida, un hospital y un colegio. Hablamos del abandono y de la violencia que muchas de estas niñas y niños han sufrido antes de estar a salvo en este centro. En él permanecerán hasta que, en el mejor de los casos, unos padres adoptivos aparezcan para ofrecerles un nuevo hogar, un futuro. Aquí en España, el pasado 5 de julio entraba en vigor el nuevo Reglamento de Adopción Internacional para centralizar este procedimiento y desbloquear las peticiones que, de 2004 a 2017, han caído en un 90%.

toleranciacero.rne@rtve.es

Radio Mulher nació en 2018 impulsada por la ong española Periodistas Solidarios y por la Asociación de la Prensa de Sevilla, en el marco del proyecto de cooperación internacional Laovo Cande. Y hasta allí nos hemos ido gracias a otra organización, la Fundación Ana Bella, para hablar de radio y de género con Uri Balde y con otras cinco valientes que hacen cada día Radio Mulher. Un medio que buscará ampliar la Red Mundial de Supervivientes de Ana Bella, que cuenta ya con 20.000 miembros en todo el mundo, animando a través de la radio, a que las víctimas de maltrato rompan su silencio. Una red necesaria para suplir los recursos públicos inexistentes.

toleranciacero.rne@rtve.es

Edgar es de Guinea Bissau, tiene 16 años y de pequeño se cayó al fuego. Sufrió quemaduras gravísimas en la cara que a punto estuvieron de dejarle ciego. Urgía la operación porque las secuelas de las quemaduras que sufrió de pequeño, empeoraban. La reconstrucción de sus párpados le va a permitir una cosa tan simple cerrar los ojos para no perder la visión. Naturalmente también para mejorar su apariencia física humana. Su caso es frecuente en paises como Guinea, donde la Fundación opera allí a centenares de niños para que puedan empezar una nueva vida.