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La ley de Ciencia que aprueba el consejo de ministros espera lograr tres objetivos para la mejora de las condiciones laborales de científicos e investigadores: acabar con la precariedad laboral, eliminar la burocracia y fomentar la igualdad en la carrera científica. Siendo una de las principales medidas el fin de los contratos indefinidos por obra y servicio, que hasta ahora podían acumular los investigadores hasta los 40 o 50 años. Informa Rosa Basteiro.

Los profesionales, sin embargo, ven todavía lejos poder alcanzar el3 o 4% del PIB que invierten países como Alemania o Finlandia y que consideran indispensables para poder alcanzar esta mejora.  David de Quinto, investigador en biomedicina, nos comenta en Las Mañanas de RNE que “hemos romantizado la precariedad” dentro del ámbito científico.

Con 40 años, de Quinto cuenta con una licenciatura en biología, un máster en biomedicina y un doctorado en ciencias biomédicas que duró cinco años. A pesar de esto, en estos años ha cobrado desde 746 euros netos,  hasta los más recientes 1.600 euros que recibía en su último proyecto y que, según dice, “se acerca a lo que cobra un doctor en España”. Un salario que dista mucho de lo que reciben los investigadores en cualquier otro país y que dificulta no solo la permanencia de nuestros científicos, sino el efecto llamada de los profesionales europeos.

Además, el modelo de contratación en España perpetúa la precariedad y la inestabilidad: “La inversión pública se destina a contratos temporales que, al ser por obra y servicio, tienen un tiempo de finalización”, explica de Quintos. Todo ello, sumado a que en muchas ocasiones los investigadores envían la convocatoria de contratos que desconocen cuándo se resolverán.

“Ahora estamos empezando a recuperarnos de la crisis de 2008”, comenta de Quintos, quien confía en que los cambios terminen por producirse, aunque es consciente de que en su ámbito los avances se producen “poco a poco”.

El árbol más viejo de la Unión Europea es un cedro canario, tiene más de 1.400 años y está en el Parque Nacional del Teide. Llegar a hasta él no ha sido sencillo porque está en una zona abrupta y los investigadores han necesitado técnicas de escalada muy avanzadas. La pista sobre su existencia la dio otro árbol: el patriarca.

Para celebrar el Día del Biólogo hemos charlado con Ángel León Panal, autor del libro Historia de las especies invasoras, quien nos ha contado el origen de todos estos movimientos -animales y plantas-, cómo fructificaron a lo largo de la historia y algunos de los ejemplos más curiosos que hemos asistido en las últimas décadas.

  • La neotenia designa el fenómeno biológico por el cual algunos seres vivos adultos conservan caracteres juveniles
  • Con características propias de los cachorros de lobo, los perros son un claro ejemplo de neotenia
  • Este martes a las 22h, "Órbita Laika" retrocede a los orígenes de la humanidad en La 2

El monólogo de Jesús Victorino, semifinalista del certamen FameLab, busca hacer divulgación científica sobre la genética. Defiende que hace más de 20 años que sabemos las “letras” de nuestro ADN y aún no hemos aprendido a leerlo. Quiere explicar cómo descifrar nuestro código genético para posibles enfermedades cardiovasculares.

Manuel Nogales es uno de las decenas de científicos desplazados a la isla de La Palma para estudiar sobre el terreno la erupción en Cumbre Vieja. Este biólogo del CSIC, que pertenece al Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA) de Santa Cruz de Tenerife, centra su trabajo en el impacto del volcán sobre la biodiversidad palmera. Un equipo de TVE le ha acompañado durante una de sus jornadas laborales.

El trabajo diario de Nogales consiste en hacer una foto fija de la naturaleza que luego será devorada por la lava. La vida de plantas y animales de esta isla, que en muchos casos son especies endémicas, se ha visto muy perjudicada por la erupción. Nogales muestra cómo, por ejemplo, los excrementos de conejo que encuentra por el suelo son muy oscuros, lo que significa que estos mamíferos están ingiriendo una cantidad muy elevada de ceniza cuando comen.

La nube volcánica está dañando especialmente a plantas y hongos, y también a los animales que se alimentan de ellos. Encima de los líquenes hay capas de hasta 40 centímetros de ceniza. En otros casos, ante la llegada de la lava, reptiles como el lagarto tizón se resisten a abandonar su refugio y tienden a esconderse, lo que supone una condena de muerte segura para ellos.

A siete kilómetros del volcán, la joya de la corona natural de la isla, el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, no se ha visto afectado de momento por la erupción, ya que los alisios, que son los vientos dominantes, están desplazando la nube de cenizas y gases hacia el suroeste. En Taburiente, los biólogos centran gran parte de sus esfuerzos en cuidar de las especies más amenazadas, como la garbancera, de la que solo existen 120 ejemplares en el mundo. O el saltamontes de El Remo, que es una especie endémica que está en peligro de extinción, y cuya supervivencia depende de la conservación de su hábitat.

Con paredes casi verticales y desniveles cercanos a los 2.000 metros, los desprendimientos de rocas provocados por los cientos de terremotos que se han producido en las últimas semanas son la otra amenaza para la Caldera de Taburiente. De momento, ninguno de los seísmos ha afectado al parque nacional y la biodiversidad que contiene en su interior permanece intacta.