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La policía española no ha recibido ninguna orden internacional de captura de David Mayor, el empresario de Reus que la policía de Bangladesh da por fugitivo tras el derrumbe de un edificio, en el que estaba instalada su empresa textil. Seis días después de la tragedia hay pocas esperanzas de encontrar supervivientes entre los escombros.

Las autoridades de Bangladesh han afirmado este lunes que es improbable que puedan hallarse más supervivientes entre los escombros del edificio que el pasado miércoles se derrumbó en la localidad de Savar, matando al menos a 381 personas.

"Hemos asumido que no queda nadie con vida", dijo el general de brigada Ajmal Kabir, que dirige las operaciones de auxilio, al portal de noticias bdnews24.com.

Las grúas han empezado a trabajar para levantar grandes bloques de cemento entre los restos del Rana Plaza, en el que se ubicaban varios talleres textiles que abastecían a conocidas marcas de Europa y Norteamérica.

La policía arrestó hoy al dueño del edificio que se derrumbó el miércoles y que albergaba varias fábricas textiles en Bangladesh, por lo que la búsqueda policial de responsables del siniestro se limita ahora a dos individuos, que se encuentran fugitivos, incluido un empresario español. El empresario de nacionalidad española que se encuentra en paradero desconocido es David Mayor, director general de Phantom-Tac.

La cifra de muertos por el derrumbe de un edificio de ocho plantas en Bangladesh es ya de 273. El saldo final podría superar los 300, porque se teme que entre 300 y 400 personas puedan estar aún en el interior.

En el edificio, el Rana Plaza, situado en la localidad de Savar, cerca de la capital, Dacca, se encontraban en el momento del siniestro miles de trabajadores textiles empleados en talleres que servían a conocidas marcas de ropa de Estados Unidos y Norteamérica.

El derrumbe el martes de un edificio cerca de Dacca, la capital de Bangladesh, ha vuelto a poner de manifiesto las lamentables condiciones de los trabajadores del sector textil del país, el segundo más importante del mundo, que provee a conocidas marcas internacionales.

El siniestro ha causado al menos 170 muertos y miles de heridos, según las últimas cifras facilitadas por las autoridades. Wali Ashraf Khan, un inspector de policía de la centralita abierta por las autoridades locales para contabilizar el número de fallecidos, ha confirmado este último recuento al diario Daily Star. La mayoría de las víctimas son mujeres.

Los bomberos y equipos de rescate continúan buscando cadáveres o a posibles supervivientes entre los escombros. Durante la noche al menos se ha rescatado a tres personas con vida.

Según la Asociación de Fabricantes y Exportadores Textiles (BGMEA) los talleres situados en el edificio empleaban a 2600 personas. La Policía ha abierto una investigación y busca a los propietarios para interrogarles.

5.500 personas mueren cada día en el mundo a causa de enfermedades relacionadas con el trabajo, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre la prevención de las enfermedades profesionales. Según estos datos, en la UE el coste por este tipo de enfermedades asciende a 145 mil millones de euros al año.

Joaquín Nieto, director de la Oficina de la OIT en España.

Muchas de estas enfermedades, dice, están ocultas porque en muchos casos las personas mueren cuando ya no tienen vinculación con su empresa. Hay que saber en qué trabajos se enferma más o menos pero parece que esto no interesa. El 16% de la atención a enfermos en centros de salud es a trabajadores que han contraido enfermedades en el trabajo. Si se detectara a tiempo, dice, se reduciría el elevado coste que esto representa y sería bueno no solo para el país sino para las empresas porque disminuiría el absentismo laboral. La crisis, añade, eleva el riesgo sicosocial y las enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte.

Si los accidentes laborales se están reduciendo, se pregunta por qué no ocurre lo mismo con las enfermedades derivadas de esos trabajos (24/04/13).

Una explosión en un local de Esplugues de Llobregat, Barcelona, ha causado graves quemaduras a dos personas que manipulaban líquidos inflamables. Hay otros dos heridos leves, uno de ellos un bombero.