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Marisa González

Emisión 3 de abril de 2016 · La2

Por
Metrópolis - Marisa González

Esta semana en Metrópolis dedicamos un programa monográfico a la artista Marisa González. La utilización de la tecnología, la conciencia social y el reciclado, son las claves sobre las que vertebra su trabajo esta artista multimedia pionera en la aplicación de las nuevas tecnologías de la reproducción y la comunicación en la creación artística.

Desde sus primeros trabajos en la década de los 70 hasta la actualidad, su obra ha estado marcada por la experimentación con todo tipo de artefactos y máquinas. Desde los primeros faxes y fotocopiadoras, hasta las tecnologías más sofisticadas de la sociedad actual. Siempre inquieta y comprometida, ha configurado su ideario, a lo largo de sus más de cuarenta años de carrera, en torno al feminismo, las desigualdades sociales, la marginalidad, la exclusión social, la arqueología industrial, la ecología o la música.

Desde muy temprano Marisa González empezó a mostrar su disconformidad con el academicismo decimonónico que imperaba en las enseñanzas oficiales de finales de los años 60 formando parte activa de los movimientos estudiantiles. Con esto consiguieron que artistas como Eusebio Sempere formaran parte del profesorado enseñando a los alumnos el arte que se desarrollaba con las nuevas tecnologías en el centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid. Así comenzó toda una intensa carrera que llevaría a Marisa hasta Estados Unidos para conocer y desarrollar junto a Sonia Sheridan, sus trabajos en torno a los Sistemas Generativos.

A partir de la experimentación con las primeras fotocopias a color y papeles emulsionados, Marisa crea series en torno al tema de la masificación y los personajes sin identidad, una investigación en torno a la secuencia, el color y las propiedades térmicas de los papeles interactivos: Autorretratos, Anónimos, Color Retransfer, Monotipos, Papeles interactivos, (1971-1973).

Marisa González

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La fotografía es también un medio que siempre ha acompañado a Marisa González desde sus primeros trabajos en Estados Unidos: Washington. Fotografía B/N (1975-77), Chicago (1971-1975), Muñeca (1971) o La violación (1972-1973). En Washington DC, comienza las series fotográficas sobre la mujer y la violencia, tema muy recurrente a lo largo de su carrera, utilizando papel thermofax con la ayuda de una fotocopiadora de acetatos reciclada (La Descarga, 1975-77). Aquí aparece por primera vez el recorte de La negrona, una imagen de una mujer sublimada que posteriormente retomará para crear una nueva serie con la fotocopiadora Bubble jet en los 90 para evidenciar cómo la mujer se frivoliza y es utilizada como símbolo mercantil.

En los años 80, visitó por primera vez el mundo fabril, que sería objeto de muchos de sus trabajos. De la fábrica de juguetes Famosa en Onil saldrían, utilizando múltiples soportes (fotografía, instalación, vídeo…), algunas de sus piezas más emblemáticas como la serie de Los clónicos (desarrollada entre 1993 y 1997) y el vídeo Ensueño (1996) realizado a partir de fotografías de estos muñecos manipuladas e intervenidas con el ordenador Lumena. Con este equipo participó en la inauguración del hoy Centro de Arte Reina Sofía (1986) en la exposición “Procesos, cultura y nuevas tecnologías” junto a Sonia Sheridan donde también se incluyó su primera obra digital, Autorretrato (1986).

En 1992 dirige el taller de Arte Actual “Creación y Tecnología”, del que salió otra de sus piezas más conocidas, la instalación Estación Fax (1992) con una convocatoria a tiempo real en la exposición Crisis-Cultura-Crisis en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Esta pieza se ha reproducido de nuevo en la última exposición Registros Domesticados, comisariada por Rocío de la Villa en Tabacalera Promoción del Arte (Madrid, 2015).

Un encuentro fortuito con unas piezas de fruta deformes llevó a Marisa a la realización de la serie Transgénicos (Desviaciones I a IV, 1997-2003), en un momento en que la población estaba muy preocupada por la manipulación genética de los alimentos y sus repercusiones en el organismo humano.

En la última década, el mundo fabril y la visualización de las desigualdades sociales han sido objeto de la mayor parte de la producción de Marisa González. Piezas como La Fábrica (2000-2001), Central Nuclear de Lemóniz (2003-2006) o Arcelor, reflejan la decadencia de una industria que quedó obsoleta con la llegada de las nuevas tecnologías. Lugares inertes y documentos recuperados atestiguan lo que sucedía en las fábricas y han sido testigos de la historia reciente de nuestro país. Detrás de estas piezas se esconden los verdaderos protagonistas, los trabajadores y trabajadoras. De ahí surgen otras obras como Son de ellas (2002-2005) que se centra en las manos de las trabajadoras en las distintas fábricas como piezas claves del engranaje no sólo de éstas empresas sino también de la sociedad.

En referencia a las desigualdades sociales y el papel de la mujer en la sociedad, sus últimas obras abordadas desde una perspectiva quizás más documental son Filipinas en Hong Kong (2010-2012), El mensaje del kanga (2010-2012) y The Road to Mandalay (2012-2014), su proyecto más actual, aún en proceso de elaboración.

Siempre interesada en defender y dar mayor visibilidad a la mujer en el mundo del arte forma parte, desde su creación, de la Asociación MAV, Mujeres en las Artes Visuales (http://www.mav.org.es/) en la que se incluyen todas las profesionales del arte contemporáneo (artistas, profesoras, comisarias, gestoras culturales…).