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Curiosidades históricas del capítulo 7 de 'Carlos, Rey Emperador'

¿Mató Hernán Cortés a su mujer Catalina Juárez?

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Hernán Cortés y su esposa Catalina Juárez
Hernán Cortés y su esposa Catalina Juárez

En el capítulo 7 de Carlos, Rey Emperador hemos visto a Hernán Cortés perder los papeles con su mujer Catalina... ¿La mató como se ha insinuado en la serie?

Nos responde Mónica Calderón, asesora histórica de la serie: "Tanto los cronistas como los testigos que posteriormente declararon en el juicio (incluso los testigos de la acusación) afirman que aquella noche Catalina Juárez estuvo bailando y festejando hasta aproximadamente la media noche y que no hubo enfrentamiento alguno entre el matrimonio; es más, una de las camareras interrogadas declaró que tras haber pasado su señora una noche muy alegre, la encontró saliendo después de su oratorio con el rostro demudado y afirmando que “rezaba para que Dios se la llevase de este mundo”, cosa que le sorprendió en contraste con su actitud durante la fiesta."

¿Qué ocurrió aquella noche en la habitación de Cortés y Catalina? "La fiesta había terminado. Las camareras de Catalina la ayudaron a desvestirse y a meterse en la cama (donde ya estaba su marido). Al cabo de un par de horas fueron avisadas por una india de que Catalina se encontraba “muy mal”. En sus declaraciones afirmaron no haber escuchado ningún ruido, ni ellas ni la guardia que estaba en la habitación contigua. Tengamos en cuenta que esto lo dicen las personas que le acusan de asesinato."

¿Mató Hernán Cortés a Catalina Juárez?

¿Por qué acusaron a Cortés de asesinato? "Cuando la primera doncella entra en la habitación, encendiendo una vela pues se encontraba a oscuras, ve a Cortés en la cama con Catalina apoyada sobre un brazo, muerta. Las tres criadas que declararon (con una relación de los hechos idéntica entre ellas) afirmaron que Catalina tenía hematomas en el cuello, se había orinado en la cama y las cuentas de un collar estaban desperdigadas por el suelo. Una mujer que asistió al amortajamiento declaró que Catalina tenía los ojos abiertos y desorbitados, los labios oscurecidos e hinchados y tenía espuma en la comisura de los labios (los instructores del caso refirieron que, excepto por los ojos, el resto de detalles no significaban que la fallecida hubiera muerto estrangulada). También que tenía una gota de sangre sobre la toca, encima de la frente, y un arañazo entre las cejas. Cortés alegó que las cuentas del collar y los hematomas del cuello fueron debidos a que tiró de él para ayudarla a respirar y reanimarse.

El resto de testigos declararon que Catalina era una mujer muy enfermiza que se pasaba el día en cama y que sufría episodios en que quedaba “como muerta”, y que una hermana suya falleció igualmente joven y de forma repentina."

El caso es que Hernán Cortés fue absuelto de asesinato. Ahora le toca al espectador decidir si el extremeño es culpable o inocente.