Toko-Toko, una nueva misión

La misión de Toko-Toko, al norte de Benín, inició su andadura la Nochebuena del año 2008.

Djouguo es la capital del departamento de La Donga. Está a 500 kilómetros de la capital de Benín. Es la región musulmana por excelencia. Su población supera los 200.000 habitantes.Apenas hay un cinco por ciento de cristianos. Hace 20 años que la Iglesia Católica decidió crear aquí una diócesis. Empezaron con la catedral y cuatro parroquias para atender a los pocos fieles que vivían en una extensión de 12.000 kilómetros cuadrados. El equivalente al País Vasco y La Rioja juntos. Hoy son 23 las parroquias de esta peculiar diócesis en territorio musulmán. La última en crearse ha sido la de Toko-Toko.

Toko-Toko

Con sus 6.000 habitantes, Toko-Toko es una encrucijada de culturas y lenguas. Los principales idiomas son el lokpá, el yum y el ditamarí. La población es musulmana casi en su totalidad. Además de la mezquita central, hay otras cinco mezquitas repartidas por todo el pueblo. A estas hay que sumar las mezquitas familiares, cada día más numerosas.

Combonianos

La misión católica se creó como parroquia la Nochebuena de 2008. El comboniano Juan José Tenías está al frente de la pequeña comunidad cristiana desde el principio. Cuando llegó no había agua, ni luz, ni teléfono, ni carretera. En cuatro años, la parroquia ha ayudado a excavar cinco pozos y ya tienen otros tres en proyecto. El coste de un pozo tradicional, excavado a pico y pala, es de dos millones de francos cefa. Unos 3.000 euros.

Educación y salud

Los misioneros colaboran con el dispensario católico de la cercana localidad de Gaounga.El médico más cercano está a media hora, en Djougou (Yugú), donde derivan los casos más graves que aquí no pueden ser atendidos.La población potencial que abarca este servicio sanitario es de 27.000 personas. Cada mes pasan por aquí más de 2.000 pacientes. El dispensario está abierto las 24 horas del día. Siempre hay una enfermera de guardia. Los misioneros combonianos hacen todo lo que está en su mano para combatir el absentismo escolar. Para ello localizan a las familias de los niños que no van al colegio y les ayudan con el fin de que se regresen a las aulas.

Salud mental

Acompañamos a Juanjo hasta Djougou (Yugú). Una vez al mes se acerca a las instalaciones de la Asociación San Camilo de Lelis donde acogen a personas con enfermedad mental que han sido abandonadas. Presionados por los hechiceros locales, algunas familias los encadenan a un árbol para exorcizar al diablo. Incluso los someten a latigazos en cada crisis. O les dejan de alimentar durante varios días. Otros son abandonados en la ciudad y rondan por las calles malviviendo de las basuras y la caridad. El Centro “Oasis de amor” abrió sus puertas en septiembre de 2011. Desde entonces han atendido en la región de Djougou (Yugú) a 3.000 personas con enfermedad mental. Y lo más importante: han conseguido que más del 90 por ciento hayan podido regresar con sus familias. En la actualidad en este centro hay 246 enfermos en tratamiento. El personal que los atiende es un equipo de 23 personas formado por laicos de la Asociación San Camilo de Lellis y voluntarios internacionales.